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El Madrid no juega finales, las gana

Matthias Hangst Getty AS

La esperada final de Champions Liverpool-Real Madrid tuvo un arranque accidentado. El partido se retrasó 36 minutos por problemas con el acceso de los hinchas del Liverpool. Añadan que finalizando la primera parte le anularon un gol a Benzema. Fue el primer y único remate del Real Madrid en los primeros 45 minutos. No entiendo las razones por las que el tanto no subió al marcador. No hay fuera de juego de Benzema en el principio de la jugada. Y tras el embrollo entre defensas y portero la pelota le llega de nuevo a Benzema a pase de Fabinho. Gol aunque entre Benzema y la línea de gol solo hubiese un jugador del Liverpool. Al parecer el árbitro y el juez de línea consideraron que el balón de Fabinho es de rebote y por eso no vale. Entre la primera acción de Benzema y la del remate a gol hay una intervención de Fede Valverde, que a la postre es la que origina la acción de Fabinho. Para mi a Valverde le hacen penalti. Algo que ha pasado inadvertido. No pitaron el penalti y nos anularon el gol.

Decía que ese remate de Benzema del 44 fue el primer y único remate del Madrid porque el Liverpool llevó todo el peso del juego. Impusieron su ritmo y su asfixiante presión. El Madrid replegado no conseguía aproximarse a la meta rival. Nos faltaba el juego de Modric y el orden y distribución que impone Casemiro. En los pocos balones que llegaban a Benzema y Vinicius se imponía la defensa red.

El dominio del Liverpool no se traducía en ocasiones ni remates. Hasta el minuto 15 cuando Salah a bocajarro intentó empujar el balón a la red y se encontró con la manopla de Courtois. El primer milagro del belga. A esta acción siguieron dos disparos duros, mas centrados, de Thiago y Salah. Y en el 20 el segundo milagro de Courtois: Mané lanza un trallazo desde la frontal y el meta desvío con la punta de los dedos. El balón acaba estrellándose en el poste. Fueron los minutos más peligrosos del Liverpool (solo cinco min.).

Molly Darlington Rueters El País

En los minutos después del gol anulado vimos a un Liverpool descompuesto e impreciso. Y a un Madrid seguro de sus posibilidades. Al descanso se llegó con 0-0 y el Madrid salió del vestuario con otra cara. Más agresivo y menos replegado. El Liverpool a lo suyo pero más precavido, visto lo visto con el tanto anulado.

El segundo remate del Madrid también fue gol. Y esta vez sí subió al marcador. Corría el minuto 58 cuando Fede Valverde recibió un balón de Casemiro en la banda derecha. Su internada, marca de la casa (velocidad y fuerza) propicia el pase definitivo a Vinicius. El brasileño entraba por la izquierda, ganando en velocidad a su marcador, y aprovechó el centro-chut de El halcón y la maniobra de distracción de Benzema. 0-1.

Felip Singer EFE AS

Volvimos a ver a Courtois en dos acciones. La primera un paradón en el 63 y la segunda, otro milagro, en el 68. Ambos remates fueron de Salah, y en el segundo la pantorrilla de Courtois evitó que la pelota se le colase por su palo.

Luis Díaz fue víctima del sensacional partido de Carvajal. Diogo Jota le sustituyó en el 66. En el 77 Klopp efectuó un doble cambio: entraron Keita y Firmino por Henderson y Thiago. Un minuto antes Casemiro, solo, desperdició una oportunidad clara. No disparó ni controló bien.

En el 78 los reflejos de Courtois resolvieron una situación confusa tras un disparo de Alexander-Arnold. Y en el 83 Salah volvió a encontrarse con Courtois. Su control fue maravilloso como la intervención del portero. Al minuto una contra clara del Madrid fue desaprovechada porque Benzema y VIni no se entendieron. Era un tres contra dos.

Ancelotti en el 85 dio entrada a Camavinga por un castigado Valverde. Y en 89 entró Dani Ceballos por Modric.

En el primer minuto de los cinco de descuento Ceballos debió hacer el 0-2. Otra contra blanca en superioridad, iniciada por un excepcional pase filtrado de Benzema al centrocampista.

Rodrygo sustituyó a Vinicius a tres minutos del final.

En el último segundo, en la última jugada de la final, nos hacen falta y Ceballos le mete un patadón al balón desde el círculo central. Fue gol. Golazo. No subió al marcador. Se había pitado el final.

El Real Madrid no juega finales, las gana. Esta decimocuarta debía ser nuestra y lo fue. Nos la ganamos en las eliminatorias de octavos, cuartos y semifinales. Y por cierto, nos deberían dar un título inglés porque hemos derrotado a sus tres mejores equipos…

P.D.: Courtois fue elegido el mejor jugador de la final.

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La Premier es otra cosa

Premier League

La Premier League es otra cosa. Las semifinales de Champions entre dos equipos ingleses y dos españoles han dejado claro que la intensidad y el ritmo al que juegan los de la Premier es asombroso. No me refiero solo a los dos equipos de semis, Manchester City y Liverpool. A quienes siguen los partidos de la competición inglesa esta entrada les parecerá obvia. Salen a ganar y a por todas. El City, por el sello de Guardiola, es el menos ingles de los ingleses. Como lo fuera en su día el Arsenal de Wenger (nunca ganaron la Champions y perdieron una final ante el Barça).

En estas semifinales nos hemos encontrado a los que con toda certeza son los tres mejores equipos del mundo. A los dos ya mencionados sumo al Real Madrid. Es indudable el mérito del Villarreal de sumarse a esta élite.

Los tres tienen una característica común: su excelente preparación física. City y Madrid desgastan al rival. Por caminos distintos. Los de Guardiola, como todos sus equipos, lo hacen mediante la posesión y la circulación del balón. En este aspecto la inclusión de Thiago (ex del Barça) en el Liverpool es importante. Y su aportación está siendo decisiva. A sus 31 años está viviendo probablemente uno de los mejores momentos de su carrera (ha ganado Ligas y dos Champions con Barça y Bayern). Los de Klopp te asfixian, no te dan respiro. Te persiguen y agobian por todo el campo. Es ahí donde la sapiencia y talento de Thiago sobresale. Es el nexo de unión entre el juego defensivo, de recuperación, y el de ataque. El que lanza a Mané o Salah. El metrónomo del juego de su equipo. Rodri, otro jugador español, es pieza importante del medio campo del City. Esta presencia española en las medias de los dos mejores equipos ingleses es sintomática.

El Madrid está a mitad de camino. Su labor de equipo, a veces puesta en entredicho por decisiones erróneas de Ancelotti, está supeditada a la calidad de sus individualidades. Entre los que destaca Benzema, probablemente el mejor jugador del mundo hoy en día (con permiso de De Bruyne del City). SIn olvidar a Modric, Casemiro o Vinicius. El excelente tono físico de los blancos se nota en sus segundas partes y en la resolución en los tramos finales de los partidos. Y por supuesto en las remontadas, cuando peor pintan las cosas.

Entre los errores de Ancelotti está el empeño de recolocar a Kroos de 5. No lo es ni lo será. El equipo acusa este déficit en el aspecto defensivo. Esto arrastra a otra mala decisión: buscar reemplazo a Kroos. ¿Por qué usar a otros para hacer de Kroos cuando tienes a Kroos? No tiene sentido. El mejor para hacer de Kroos es el propio Kroos. Es de cajón.

De cara a la final de Champions lo lógico sería pensar en una final entre los dos ingleses, como la temporada pasada (el Chelsea le ganó al City). No creo que el Liverpool se venga abajo ante el VIllarreal y dilapide el 2-0 a favor. La vuelta del Madrid ante el City es una incógnita, en la que ellos parten con la ventaja de un gol. Es posible que ellos repitan su excelente partido de la ida, a pesar de los tres goles encajados. Es complicado pensar que el Madrid vuelva a hacerlo mal, a pesar de los tres goles marcados. ¿Y entonces por qué veo favorito al City? Porque son muy peligrosos fuera de casa. Y en el Wanda vimos que también saben cerrar filas y atrincherarse. Además es previsible que recuperen efectivos (en la ida acusaron sus bajas en defensa). No tengo claro que el Madrid recupere bien las nuestras a las que hay que añadir las sufridas en Manchester. Como la de Alaba, cuya reaparición fue precipitada y no salió bien. A favor del Madrid está el aspecto psicológico: el ambiente del Bernabéu en las noches de Champions. ¿Siempre va a salir bien? Alguna vez se romperá el cántaro de tanto ir a la fuente. Como madridista espero que no sea el próximo miércoles. Pero… ya saben, soy un madridista pesimista.

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Tanti auguri (para jugar bien al fútbol hay que venir al sur): Italia finalista

Arrizabalaga AFP AS

Perdida la inocencia,
en el sur se pasa mejor

Parafraseando a la gran Raffaella Carrá, o en realidad a Manolo Díaz autor de la letra en español de «Hay que venir al sur» (adaptación del original italiano «Tanti auguri» que no decía lo que Manolo escribió, pero al referirse al sur de Trieste le sirvió de inspiración y buscó la rima exacta para el pegajoso estribillo de este inmortal éxito): para jugar bien al fútbol hay que venir al sur. Y lo digo tanto por Italia, finalista, como por España, que jugó su mejor partido del torneo.

Luis Enrique, que perdió la inocencia (futbolística) hace tiempo, sorprendió con un once sin delantero centro. La idea, atrevida, en principio parecía buena. Quedaba a expensas del desempeño de nuestros jugadores. Los tres elegidos en ataque fueron Ferran Torres, Dani Olmo y Oyarzabal. Los extremos jugaron a banda cambiada (algo que perjudicó al vasco en la primera ocasión que tuvo, al tener que revolverse para acomodar el disparo y se le echaron encima; en la segunda, en cambio, le vino bien al poder disparar con la zurda según le venía).

Los de Mancini salieron a por todas. Se mascaba la tragedia. Eran un enjambre que se nos echaba encima. No pasamos del círculo central. Estábamos acorralados. A los tres minutos Chiesa ya había estrellado un remate en el poste. La mencionada primera oportunidad de Oyarzabal (min. 12) supuso un respiro. A partir de ahí tranquilizamos nuestro juego y empezamos a controlar un poco el juego. Con nuestra parsimonia habitual. Nuestros tres puntas sí buscaban jugar rápido. Olmo, solo cinco goles en la pasada Bundesliga, puso los uys y Donnarumma en la parada del partido salvó un gol que ya cantábamos. A mi me pilló a medio levantar del sofá.

Perdonen la insistencia, pero a mi la ausencia de Marcos Llorente me parece un lujo, una ventaja para el rival. Y si se pretende que nuestros tres puntas ayudan a los centrocampistas, Llorente es el más indicado para esa labor.

Con España asentada, Italia defendía con dos líneas de cuatro (4-4-2). Y surgió una picardía, porque ellos hace décadas que perdieron la inocencia: balones largos buscando una contra por sorpresa o un error nuestro (de Unai Simón o de un central), pero sobre todo provocar que España saliese desde muy atrás y así adelantar ellos su línea de presión.

La diferencia básica entre ambas selecciones era la velocidad. Ellos juegan rápido. Nosotros sobamos y sobamos la pelota.

El arranque de la segunda mitad mostró a La Roja más veloz e incisiva. Terminábamos las jugadas. Unai Simón nos provocó dos sustos que acabaron en sendos saques de esquina.

Chiesa en el 53 dio el primer aviso, desde la derecha del ataque azzurro. Unai Simón se lució parando abajo un balón que buscaba el palo contrario. Y siete minutos después, a la hora de juego, nos clavó el 1-0. No voy a hacer sangre de los centrales, pero Laporte está en la génesis del gol. En esa contra falló y el rechace le llegó al excelente delantero. Chiesa, esta vez, desde la izquierda controla y marca.

Luis Enrique tenía jugadores calentando. Morata entró en el 61 por Ferran Torres (no muy acertado anoche y flojo en la segunda parte). Mancini, al mismo tiempo, retiraba a Immobile. Entraba Berardi. Tres minutos después Oyarzabal fallaba a puerta vacía. No llegó a tiempo. ¡La que se hubiese liado de haber sido Morata!

En el 69 entraban Gerard Moreno y Rodri por Oyarzabal y Koke (su partido más flojo del torneo y miras que lo estaba haciendo bien hasta hoy). Luis Enrique buscaba ideas y confiaba en un doble pivote. No se le puede reprochar que lo intentase (sin nueve o con doble pivote). Cuatro minutos más tarde se iban Verratti y Emerson y entraban Pessina y Tolói.

En el 77 show de Unai Simone: despeja y rebota en Laporte.

La reivindicación de Morata llegó en el 80. Una buena combinación con Olmo y se planta frente al portero. Con una sangre fría impresionante ajusta al palo corto mientras Donnarumma se vencía al lado opuesto. 1-1.

Morata lleva tres goles en cinco partidos. Y ha fallado menos que Gerard Moreno, Olmo, Oyarzabal o Koke. De estos solo ha marcado Oyarzabal, un gol. Ninguno de nuestros jugadores ha anotado tres.

Entre el 84 y el 85 varios cambios en ambos combinados: Locatelli y Belotti sustituian a Barella y Insigne mientras Marcos Llorente entraba por Azpilicueta. ¡Qué obsesión de poner a Llorente de lateral derecho!

Con 1-1 alcanzamos el final del partido. Fueron 90 minutos intensos de buen fútbol y en varias fases de muy buen fútbol. La segunda parte mejor que la primera, por los goles y por La Roja, que mejoró sus prestaciones, de salida y luego obligada por el marcador en contra.

España afrontaba su tercera prórroga consecutiva. Un esfuerzo tremendo en un espacio tan corto de tiempo.

Ambas selecciones siguieron a lo suyo, fieles a los planteamientos de sus técnicos. Curiosamente, España parecía más fresca. A veces Italia nos recordaba a la vieja Italia. Pero era por méritos de España.

Tuvimos dos oportunidades: la primera en un barullo tras un remate de Morata rechazado y en el 101 de nuevo con Morata de protagonista, cuyo medio remate llegó a Llorente que no pudo consumar.

El resultado no se movió en los primeros 15 minutos de la prórroga. Y nosotros físicamente parecíamos más enteros.

Thiago reemplazó a Busquets para la segunda parte de la prórroga y Bernardeschi a Chiesa en el 106. Dos minutos después se rompía Eric García en una contra italiana. Entró Pau Torres. En el 109 anulaban un gol de Italia por fuera de juego. Era claro y no hubo protestas.

Nuestro problema a partir de ese momento es el que señaló Kiko en TV: habíamos perdido fluidez. Nos pesaban las piernas. Ahora eran ellos los que estaban más frescos.

En el 114 un providencial tacón de Pau Torres nos libró de un gol seguro. Despejó en última instancia cuando el pase llegaba al delantero rival, que se plantaba solo frente a Unai SImón.

No se movió el marcador. Y a los penaltis. España volvía a jugarse el pase desde el punto de penalti. Nos fue bien contra Suiza. Unai Simón paró dos.

Unai Simón paró el primero a Locatelli. Dani Olmo la mandó alta.

Belotti marcó. 1-0. Gerard Moreno también. 1-1.

Bonucci anotó engañando a nuestro portero. 2-1. Thiago, con mucha clase, hizo lo mismo. 2-2.

Bernardeschi la metió por la escuadra. 3-2.  Donnarumma se la paró a Morata. Si marcaban ellos estábamos fuera de la final. Como nosotros ante Suiza.

Jorginho no falló. Se lució!!!

Italia es el primer finalista de la Eurocopa 2020. En unas horas conoceremos su rival.

Para España llegar a semifinales ha sido un éxito. Aunque nos vayamos con el amargo sabor de caer en los penaltis, después de haber jugado nuestro mejor partido. Enfrente teníamos a los mejores del campeonato y hemos estado a un paso de la proeza.

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La Roja a semifinales de penaltis

AFP AS

La previa del Suiza-España estuvo marcada por las bromas y memes sobre a qué selección apoyarían los patriotas de bien y de bienes. ¿Seguirían los impulsos del corazón o los de sus ahorros?

La Roja, de nuevo de blanco, salió dominando. Las intenciones suizas quedaron claras desde el principio: esperar atrás, con un 4-2-3-1, para salir al contrataque. La mala suerte se cebó con ellos. A la baja de su capitán -por acumulación de tarjetas- se unió un gol tempranero en contra y la lesión mediada la primera parte de Embolo, que forzó su primer cambio.

A los siete minutos España botó su primer saque de esquina. El balón llegó a Jordi Alba quien desde fuera del área disparó a puerta. La pelota dio en Zakaria, se desvió y se coló en la portería de Sommer. 0-1. Si el lateral no lo hubiese intentado no estaríamos celebrando ponernos delante en el marcador. Si no se intenta no se consigue.

España siguió a lo suyo: dominar y buscar la meta rival. Sorprendentemente Suiza también siguió a lo suyo. No parecía haberles afectado el gol. Mantenían su guión.

Mi preocupación era la presencia de dos centrales zurdos (Laporte y Pau Torres), porque Eric García (afortunadamente) tras dos apariciones en el once titular, en los que fue sustituido, volvió al banquillo. Este hecho sacrificaba a Busquets, muy pendiente de su labor defensiva, ayudando a ambos centrales. A todo esto, Dani Olmo empezaba a calentar, porque parecía que Sarabia tenía molestias.

El cambio de Vargas por Embolo mejoró las prestaciones del combinado suizo. Elaboraban más. Ya no estaban tan cerrados. Nosotros, sólidos y seguros. El mayor peligro rival llegaba de jugadas en fuera de juego que no se señalaban hasta su finalización.

A medida que transcurría la primera parte ellos se estiraban y presionaban arriba nuestra salida de balón. Nuestro dominio se diluía.

Alcanzamos el descanso con 0-1 a nuestro favor.

Sarabia se quedó en la caseta (entró Olmo). Es lo que tienen los suplentes. La teoría de la supuesta frescura de piernas, por la falta de minutos de juego, salta por los aires porque les falta ritmo de competición. Esa tensión física y mental que dan los partidos, uno tras otro. No están acostumbrados.

A los dos minutos de la reanudación Suiza botó su primer saque de esquina. No pasó nada. Dos minutos después Azpilicueta se jugó la amarilla. No la vio y cortó la contra suiza.

Dani Olmo en sus primeros cinco minutos creó dos peligros, aunque el primero venía precedido de un fuera de juego de Morata.

En el 54 Gerard Moreno sustituyó a Morata. Este cambió me extrañó. Al minuto Zakaria estuvo a punto de empatar tras un córner. El mediocentro suizo cabeceó fuera, pegado al palo. Suiza comenzaba a creérselo. Y nosotros pasábamos por un bache.

Ferran Torres en el 58 se fabricó una ocasión al saque de falta de Koke, Era muy complicado lo que intentó. La jugada terminó en saque de esquina.

Pedri que arrancó muy bien el partido, no aparecía en esta segunda mitad. Y lo notábamos. A pesar de la presencia activa de Dani Olmo.

Unas manos milagrosas de Unai Simón en el 63 evitaron el empate, tras una contra vertiginosa de los suizos. No salíamos del bache, a pesar de un par de acciones puntuales.

Al filo del 68 Shaqiri nos empató. Una falta de entendimiento en nuestro medio campo, entre Busquets, Pedri y Alba, provoca la pérdida del balón. Suiza se lanza arriba por nuestra banda izquierda y también aprovechan la descoordinación de nuestros centrales. Shaquiri remata prácticamente a placer el pase de Freuler. Koke y Azpilicueta, desde la banda contraria, llegan a la desesperada pero tarde.

Al gol suizo llegaron unos minutos de desconcierto español. Los suizos estaban crecidos. Y nosotros hundidos en nuestro bache. Empezamos a sacar la cabeza del hoyo en el 74: una buena internada de Azpilicueta que no encontró rematador y al minuto una ocasión de Olmo que acabó en córner. Y en el 76 roja a Freuler, por una entrada durísima sobre Gerard Moreno. Esta acción nos daba un respiro (y algo más en caso de prórroga).

El doble cambio de Suiza (min. 80) también fue chocante: quitó a dos delanteros, incluido Shaqiri (tocado),

La superioridad numérica de La Roja se traducía en la posesión. La pelota ya no era de ellos. Mas no creábamos peligro ni finalizábamos las jugadas. Salvo un remate de Moreno en el 84.

Daba la impresión que el primer objetivo suizo era la prórroga. Y asumo que el segundo sería jugarse el pase en los penaltis.

Suiza en 10 defendía con ocho y fiaba su ataque a aislados intentos individuales.

Se añadían cuatro minutos.

Mi deseado Marcos Llorente entraba en el primer minuto del descuento. Sustituía a Koke. ¡Menos mal! Lo digo por jugar de centrocampista y no de lateral derecho.

El encuentro terminó 1-1. Suiza y España afrontaban su segunda prórroga consecutiva. Ellos con uno menos.

A Ferran y Pedri nos los veía frescos. Luis Enrique dio entrada a Oyarzabal por Ferran. Buen cambio en mi opinión.

Los primeros minutos fueron un monólogo español. Busquets dominaba la situación. Estaba muy cómodo. Y Gerard Moreno pudo marcar en el 92, cuando remató desde la frontal del área chica. Suiza no salía de su campo. No podían. Nuestra defensa estaba en su campo, delante del círculo central.

Sommer metía una buena mano a un disparo de Alba desde fuera del área (min. 95). Rechazó un remate de Olmo, un minuto después, que pudo ser gol.

Ricardo Rodríguez, el lateral zurdo suizo reconvertido a central tras la expulsión, se multiplicaba. En la misma medida que las ofensivas de La Roja. Y cuando superábamos a Rodríguez nos encontrábamos a Sommer. Como le pasó a Gerard Moreno en el 100. El meta achicó su portería y salvó el gol. En el 102 le sacó un excelente disparo a Oyarzabal, desde el vértice del área, tras una pugna por el balón que se llevó Llorente. Sommer volvía ser el héroe de su selección.

El marcador no cambió en el primer cuarto de hora de la prórroga. ¿Sería la hora de Adama Traoré?

Pedri reapareció en el 108, peleando un balón en las inmediaciones del banderín de córner. Recuperamos la posesión gracias a esa acción y Marcos Llorente dispuso de una ocasión al lado del punto de penalti. Rodríguez desbarató el intento. Olmo lo intentó en el 111, gracias a una subida de Jordi Alba. El propio Olmo, en el corazón del área, la tuvo al minuto a pase de Llorente.

Thiago entró en el 112 por Pau Torres.

Varios barullos en el área suiza sobre el 114 acabaron en un saque de esquina que Busquets cabeceó suave y abajo. Ahí estaba Sommer.

Gerard Moreno pudo hacer algo más en el 117. Le pudo la ansiedad y el egoísmo del delantero.

Rodri entraba por Pedri en el 118 y medio. ¿Pensando en los penaltis?

Alargaron un minuto. La última jugada fue una falta que llegó a la banda derecha. Llorente puso el pase y Rodri cabeceó alto, muy alto.

Nos íbamos a los penaltis. Suiza había eliminado así a Francia (tras remontar un 3-1 en contra).

El primero en lanzar fue Busquets. Al poste. Al palo contrario al que se lanzó Sommer. Suiza marcó el suyo.

Dani Olmo anotó. Ellos no: lo paró Unai Simón.

Sommer se lo paró a Rodri. Unai Simón volvió a pararlo, por el mismo lado que el anterior. ¡Qué mejor reivindicación que ésta! 1-1 tras tres lanzamientos para cada selección.

Gerard Moreno fusiló el suyo. Vargas la mandó arriba. Si Oyarzabal marcaba ¡a semifinales!

Oyarzabal no falló!!!

Comentaba con La Mundana que Suiza había metido los cinco penaltis contra Francia y que hoy solo uno (de los cuatro lanzados).

Si consideraba llegar a cuartos un objetivo cumplido para España, este pase a semifinales es todo un éxito. Se mire como se mire. Y ya ni les cuento a partir de ahí…

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La selección de los suplentes golea

JM VIdal Reuters AS

Luis Enrique movió fichas, como estaba previsto. En concreto fueron cuatro cambios. Se bajó de la burra de Marcos Llorente de lateral derecho y alineó a Azpilicueta, titular y capitán del campeón de Europa (Chelsea). El problema es que su cabezonería con Llorente como lateral le dejó fuera del once. El mejor medio de la Liga, en número de goles y asistencias, se quedaba fuera de la selección de suplentes. También rectificó su error de jugar con dos centrales zurdos. Pero el problema principal, el de Laporte suplente en el Manchester City, seguía latente. Su nacionalización express le asegura un puesto de titular con España (que no en el City y mucho menos en la selección francesa que ni siquiera contaba con él). El sacrificado fue Pau Torres y entró Eric García, suplente del suplente Laporte en el City. García a sus 20 años tan solo ha jugado 19 partidos en sus tres temporadas en la Premier. Seis en esta pasada temporada y 13 en la anterior. En fin… En el medio campo volvía Busquets. Tenía mis dudas sobre su recuperación tras pasar el covid (las despejó con su excelente partido). Pedri y Koke le acompañaron. Y arriba, otro suplente, Sarabia, formaba junto a Gerard Moreno y Morata.

La Roja volvió a jugar de blanco. Y a los cuatro minutos y medio en una buena combinación entre la doble eme (Morata y Moreno, Gerard en la camiseta) llegó la primera oportunidad. El buen remate de Morata fue rechazado por el meta eslovaco. En el otro partido Suecia ya ganaba 1-0 a Polonia (en esos momentos éramos terceros del grupo). Cinco minutos después el árbitro no vio el penalti sobre Koke. Una patada flagrante. El VAR rectificó la decisión arbitral. Morata falló el lanzamiento en el 11. Era el segundo penalti que malográbamos en esta Eurocopa.Y el quinto consecutivo de la selección. ¡Muy mala racha!

No todo iban a ser malas noticias. Pedri estaba más entonado que en los dos encuentros anteriores. El equipo acusaba favorablemente la presencia del joven jugador azulgrana. Se jugaba más rápido y Pedri desde la izquierda jugaba al primer toque o buscaba desbordar. Un balón suyo en profundidad a Sarabia, en el 18, pudo ser el primer gol. El suplente del PSG en un ataque de timidez no se atrevió a meter el pie y rematar, solo frente al portero. Un minuto después fue el propio Pedri quien no llegó a un pase envenenado de Azpilicueta.

Eslovaquia apenas pasaba de la divisoria de ambos campos. Las pocas veces que lo hicieron la perdían en la zona de tres cuartos.

Morata disparó bien desde fuera del área en el 23 y el portero volvió a lucirse.

La pausa de hidratación rompió el acoso español sobre la portería rival.

El empate servía a los intereses de Eslovaquia (garantizaban el segundo puesto). Y tras la pausa se acercaron por primera vez a nuestra área, con una falta lateral.

En el 29 un doble error eslovaco propició nuestro gol. Un mal pase horizontal del lateral derecho a la banda contraria llegó a Sarabia. El madrileño no pecó esta vez de timidez y disparó desde las inmediaciones del área. Su excelente chut se estrelló en el larguero. Según bajaba la pelota el portero, en una acción incomprensible, la empujó al interior de su portería. Toda la mala suerte que habíamos tenido hasta ahora tornaba a nuestro favor. 0-1 y éramos segundos.

Busquets vio la amarilla en el 39.

Sarabia y Gerard Moreno intercambiaban sus posiciones en las bandas. En el caso de Sarabia su presencia apoyaba a los tres centrocampistas, mientras que lo de Gerard era un desperdicio. Le pedía a Luis Enrique en la previa de esta mañana que respetase las posiciones habituales de sus futbolistas. Sucedió en el lateral diestro pero no con el delantero del Villarreal.

Al filo del tercer minuto del descuento, tras un saque de esquina de Koke, y un mal despeje de un defensa, el balón le llega a Pedri, quien la pica hacia Gerard Moreno. El delantero se anticipa al meta y eleva el balón hacía la cabeza de Laporte. El central cabeceó cruzado y anotó el segundo gol español.

Con el 0-2 se llegaba al descanso, en una buena primera mitad de España. La mejor que les hemos visto en esta Eurocopa. Una inyección de moral que invitaba al optimismo.

En el descanso ellos efectuaron un doble cambio. Nosotros ninguno.

A los tres minutos de la reanudación un error de coordinación entre nuestros centrales se quedó en susto. Pudo ser más grave. En el 54 un balón largo desde el círculo central volvió a dejar en evidencia a Eric García. Un minuto después Sarabia hacía el 0-3. Un balón largo de Koke a Jordi Alba propicia el pase del azulgrana que remataba Sarabia, en la posición del delantero centro. Simultáneamente Suecia lograba su segundo tanto. Al poco Lewandowski acortaba distancias.

El dato de los tres goles en un partido nos pone al nivel de las grandes favoritas. Las únicas que lo han logrado en esta Eurocopa (hasta este momento).

Morata abandonaba el campo en el 65. Le sustituía Ferran Torres. Gerard Moreno pasaba a ser la punta del ataque y Ferran ocupaba su lugar en la banda. El primer balón que tocó fue el 0-4. Un saque de esquina ensayado en corto sobre Sarabia, quien combina con Pedri, situado en el vértice del área. Le devuelve el balón a Sarabia y este y da un pase certero sobre la frontal del área chica, donde Ferran taconea el gol. ¡Golazo!

Tras la pausa de hidratación Busquets y Eric García eran reemplazados por Thiago y Pau Torres (min. 70). Pau marcaba el 0-5 en el primer balón que tocó. Aunque creo que fue autogol tras cabecear Pau Torres.

Oyarzabal y Adama Traoré entraban en el 76 por Gerard Moreno y Azpilicueta (parecía tocado).

Eslovaquia estaba desbordada. Por el juego español y por el marcador. Nuestros jugadores olieron sangre y entraron a saco, aleccionados desde la banda por Luis Enrique, quien pedía mantener la presión alta.

Entre el 80 y el 81 dos ocasiones pudieron terminar en gol. Primero una internada de Traoré con un pase que no encontró rematador y a continuación al pase de Jordi Alba no llegó Oyarzabal por los pelos.

El empate de Lewandowski en San Petersburgo nos daba el primer puesto del grupo. Evitamos así a Croacia en el cruce. El rival sería Ucrania o República Checa, en principio más accesibles que los subcampeones del mundo. El milagro estaba a escasos minutos de confirmarse. Pero Suecia lograba el tercero en el descuento. Croacia se cruza en nuestro camino.

Aunque no hemos cumplido siendo primeros de grupo, la goleada de hoy sirve para tapar los traspiés de los dos partidos anteriores. Y sobre todo para levantar la moral y el ánimo de cara a los próximos compromisos. Los goles son siempre la mejor terapia.

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La selección de suplentes pincha en su debut

AFP AS

La selección de suplentes pinchó en su debut de esta Eurocopa 2020. Empató a cero con una Suecia debilitada por las bajas de sus estrellas Ibrahimovic y Kulsevski (positivo al igual que Svanberg, que también causó baja hace unos días).

El problema de la portería en La Roja no es obra de Luis Enrique. El seleccionador lidia con lo que tiene y elige acorde a su cualificado criterio. Improvisar una defensa si es responsabilidad suya. Es muy atrevido debutar en esta Eurocopa con jugadores que solo han jugado juntos una vez y además uno de ellos, Marcos Llorente, fuera de su posición habitual. Añadan que uno de los dos centrales, Laporte, es suplente en su club (Manchester City). Solo ha disputado 16 partidos en la Premier esta temporada pasada. Y ningún minuto en la final de Champions que el City perdió ante el Chelsea (Azpilicueta titular del campeón de Europa es suplente con España). Aún hay más: otro suplente del City, Ferran Torres, es titular con la selección en su debut en la Eurocopa.

En los primeros cinco minutos me tranquilizó ver a Marcos Llorente adelantado. Sin estorbarse con Ferran Torres. Aunque el peligro llegó por la banda contraria, con un par de incursiones de Jordi Alba.

España salió con ganas. Y Suecia se descaró replegándose.

Presionamos arriba, con Morata liderando y dando ejemplo. Cuando teníamos la posesión los dos centrales zurdos formaban nuestra última línea. Por delante de ellos Rodri escoltado por los dos laterales. Koke y Pedri de interiores. El rojiblanco de director de operaciones y el azulgrana a su libre albedrío.

Al cuarto de hora un cabezazo de Dani Olmo, a pase de Koke, pudo subir al marcador. Lo impidió el meta sueco. Olsen se lució con una mano abajo ante el cabezazo a bocajarro del delantero español.

A medida que nuestra presión era cada vez más asfixiante, Rodri adelantaba su posición.

Mediada la primera mitad Suecia llegaba por primera vez a nuestra área. Fue de un saque de banda largo. El remate, tras el rechace defensivo, se fue bastante desviado. En la jugada siguiente la tuvo Koke, tras una buena combinación con Alba. Su remate raso al palo contrario se fue rozando el poste.

Camacho, en la tele, resaltaba la labor de Morata. Servidor añadiría las de Jordi Alba y de Koke, quien a los 28 volvió a tener una muy buena ocasión. Irrumpió solo en el área y reventó la pelota a pase de Alba. Se le fue alta. En esos momentos me acordaba de otra excentricidad de Luis Enrique, cuando vetó a Jordi Alba en la selección. Afortunadamente rectificó. Ayer fue el capitán.

Morata solo ante Olsen falló una oportunidad de oro al filo del 38. No pudimos aprovechar su fallo defensivo. Dos minutos después el error en defensa fue nuestro. El dubitativo Unai Simón se quedó a media salida. Isak pudo inaugurar el marcador. Llorente, bajo palos, y el poste impidieron el gol. Estas son las cosas de nuestro portero que me descomponen. Su falta de seguridad en las salidas va camino de ser legendaria.

Olsen volvió a lucirse en el 44 a disparo de Dani Olmo.

0-0 al descanso.

Una buena primera parte de España en la que ni Pedri ni Ferran Torres me convencieron. Dar entrada a Azpilicueta y subir a Marcos Llorente donde Ferran me parecía una buena solución. Fabián por Pedri era otra alternativa. Aunque sospechaba que saldría Thiago, otro suplente.

No hubo cambios.

La Roja salió con otro ritmo, más pausado. Hasta el 49 no llegó nuestra primera finalización: un buen remate de Morata desde fuera del área.

Este aire, como cansino, convenía a los suecos. Se sacrificaba la chispa y la velocidad por la posesión, aburrida.

A la hora de juego la chispa y la velocidad la pusieron ellos en una contra. Fallaron una clara ocasión. Berg se atragantó con el balón.

Luis Enrique preparaba dos cambios, dos suplentes: Sarabia y Thiago. Entraron en el 65 por Morata y Rodri (Rodrigo en la camiseta). ¿Sarabia es mejor que Gerard Moreno, el máximo goleador nacional de nuestra Liga? ¿Qué pintaba Ferran Torres en el campo? Su segunda parte era claramente inferior a la primera (que ya despertó mis dudas).

Suecia realizaba su doble cambio en el 68. Quitaban a sus dos delanteros (Isak y Berg).

Un buen balón de Koke a Llorente, con pase atrás desde la línea de fondo, propició un buen disparo de Olmo en el 72. Una pena que un defensor rechazase el remate. Acto seguido entraron Oyarzabal y Gerard Moreno por Ferran y Olmo. El realista y Sarabia se colocaron en las bandas. Ellos también hicieron un cambio, por lesión de Lustig.

Marcos Llorente ya vivía arriba en la banda derecha. Se había convertido en un falso lateral derecho. En la otra banda Jordi Alba, incansable, buscaba el centro que definiese el encuentro.

A medida que avanzaba el reloj Suecia cada vez perdía más tiempo. Se jugaba al ritmo que marcaban ellos.

Oyarzabal dio un pase de gol en el 81. No encontró rematador.

Un doble cambio sueco en el 83 paraba el juego de nuevo.

Fabián entraba por Koke en el 86. ¿Pedri se quedaba en el campo? Vale que el Koke de la segunda mitad no fue el de la primera. ¿Pero qué hizo Pedri en todo el partido? Por otra parte, para mi gusto Fabián entró tarde, muy tarde.

Olsen en el 90 volvió a salvar a su selección. Con el pie despejó el cabezazo abajo de Gerard Moreno.

El partido se alargó seis minutos.

Un balón en profundidad de Pedri a Alba propició un pase de gol en el 93. La pelota dio en Sarabia, solo en la frontal del área pequeña. No se podía tener más mala suerte. La suerte se busca, como en la primera mitad. Que no en la plomiza segunda parte.

Depender de jugadores suplentes en sus clubes e inventar posiciones para Marcos Llorente, uno de los jugadores estrella del campeón de Liga, es para hacérselo mirar. Pero es lo que hay y con lo que tenemos que arar. No hay marcha atrás.

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La selección de suplentes empata a cero con Portugal

David Ramos Getty AS

La selección de suplentes del Manchester City (4), PSG (1), Liverpool (1) y Juventus (aunque la situación de Morata en su club no está muy clara) . Ayer fueron titulares cinco de los siete (es decir, la mitad de los jugadores de campo). A las excentricidades de Luis Enrique añadimos una más: ayer alineó a Marcos Llorente de lateral derecho. Llorente puede con todo, pero es una lástima que nuestro seleccionador desaproveche la innovación de Simeone respecto a la posición ofensiva del jugador. Sin restar a sus labores de contención, herencia de su puesto original de pivote defensivo. 

El primer remate de Portugal fue gol. Mediada la primera parte Fonte cabeceó a la base del poste contrario tras un saque de esquina. El tanto fue anulado por falta del central portugués en el salto. Un cuarto de hora después un pase atrás a Unai Simón creó dificultades al meta. Despejó como pudo y el balón tropezaba en Cristiano Ronaldo. Nuevo susto. La reacción de Simón evitó el tanto.

Portugal se defendía bien y sus contras tenían el punto de velocidad necesario. España sobaba la pelota y no creaba ocasiones. La presencia de Thiago y Sergio Busquets ralentizaba el ritmo de juego. Alguna incursión de Ferran Torres ponía algo de chispa. Poca cosa.

0-0 al descanso. España enfilaba el camino del vestuario con tan solo un remate (fuera).

Luis Enrique obcecado en lo suyo no efectuó ningún cambio. Los vigentes campeones de Europa hicieron un cambio: un desdibujado Joao Félix se quedó en el vestuario.

En el 49 Morata disparó entre los tres palos. Fue la primera vez que lo hizo España, aunque fuese flojo y al centro. Cuatro minutos después Morata tuvo una doble oportunidad. Su primer remate lo rechazó un defensor. Se hizo con el rebote y chutó fuera. Tres minutos más tarde falló Sarabia, cerca del punto de penalti. La internada de Marcos Llorente por la banda derecha rompió la defensa y el del PSG no pudo aprovechar la ocasión. La más clara de España. Acto seguido Portugal efectuó un doble cambio.

A la hora de juego CR7 se escapó por su banda derecha. Su pase lo intentó cabecear Diogo Jota. Mas su remate fue desviado por un defensa a córner.

Luis Enrique hizo un triple cambio (min. 62): se iban Busquets, Pau Torres y Thiago para que entrasen Rodri, Eric García y Pedri. Es decir, salía un suplente del Liverpool y saltaban al campo dos del City. ¡Fastuoso!

Unai Simón puso el corazón en vilo a aficionados y compañeros cuando regateó a Jota en el área (min. 66). 

Al filo del 75 doble cambio español: Koke y Gerard Moreno por Fabián y Sarabia. Los tres centrocampistas que iniciaron el encuentro no lo acabaron. Fueron sustituidos. Tres minutos después Diego Llorente reemplaza al debutante Laporte (los dos centrales de inicio tampoco terminaron). El francés parece que se retiró por molestias al llevar tiempo de inactividad… Esta es la explicación que se dio. ¡Es alucinante! Su falta de partidos es producto de su suplencia!!!

Rui Patricio se lució en el 87. Un paradón, sacando una mano abajo, a una peinada de Ferrán, al saque de una falta lateral de Koke. Fue la única intervención resaltable de ambos guardametas. 

Morata la tuvo en el 90. Un despeje largo de Gayá lo corrió el delantero. Se plantó en el área y su remate se estrelló en el larguero. 

Mejor España en la segunda mitad que en la primera. Las ocasiones llegaron en los segundos 45 minutos. Cuando se jugó más rápido, con más ritmo. Sin tanto sobeteo. A 10 días del debut en la Eurocopa la falta de gol española es un hándicap muy grande. Como lo es la debilidad en nuestra portería. Veremos lo que damos de si en el próximo envite, el martes que viene ante Lituania.

Tengo mis dudas: muchos de los once titulares de ayer no lo serán en el primer partido de la Eurocopa. Da la sensación que algunos fueron alineados ante Portugal para cubrir el expediente y justificar su presencia, porque van a ser carne de banquillo y de descartes.

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Zidane, con San Courtois, unos pocos titulares, varios suplentes e incluso suplentes de suplentes, a semis de Champions

Michale Regan Getty AS

Una vez más, forzado por las circunstancias, Zidane estrenaba defensa. La novedad esta vez era la presencia de Fede Valverde en el lateral derecho. Cuando Miguel Ríos me mandaba la alineación madridista le comentaba que esto de inventar líneas defensivas estaba siendo nuestro sino de esta temporada. En la víspera el mister había despejado las dudas sobre el estado físico del uruguayo, lo que presagiaba su titularidad. Otra cosa era qué posición ocuparía. 

Anteriormente, al mediodía, Paco Martín me transmitía su habitual optimismo que compensaba mi habitual preocupación y un cierto aire pesimista. Pero cuando Humberto Ríos se adelantó en nuestro pequeño ritual supersticioso volví a preocuparme. Ver en Real Madrid TV a Roberto Carlos preocupado, un optimista eterno como Paco, me dio mala espina.

Este Liverpool-Real Madrid, vuelta de cuartos de Champions, enfrentaba a los dos equipos europeos que más bajas han sufrido. El mérito del que pasase a semifinales es enorme. La ventaja blanca de la ida, 3-1, tenía el inconveniente de ese gol en contra encajado en casa. Nos obligaba a marcar sí o sí (para nuestra tranquilidad).

Escuché hace un par de días a Álvaro Benito, el mejor comentarista de fútbol del país, decir que nuestro 4-3-3 era la mejor arma contra el Liverpool. Descartaba por completo una defensa de tres marcadores y dos carrileros. Acertó de pleno. Esta reflexión rondaba mi cabeza desde que la escuché. Porque ni confianza  en la mejor línea media del mundo, Kroos-Casemiro-Modric, es total.

De ellos me preocupaba la vuelta de Firmino (suplente en el Alfredo di Stéfano, donde disputó los minutos finales). Recuperaban así a su delantera titular, con Salah y Mané. A Valverde se le presentaba una papeleta complicada en su estreno como lateral. 

Al minuto Milner fue a por Benzema. Le rompió la bota con su entrada. No vio la roja. Ni la amarilla. Un minuto después Salah encaró a Courtois, quien milagrosamente salvó el gol. El balón que le metió Mané fue magistral. Al minuto Mané, de nuevo, se fue de Valverde y nos montó otro lío. 

No conseguíamos salir de nuestro campo. Nos tenían embotellados. A los siete minutos ya habían botado tres saques de esquina. El par de veces que pasamos de la divisoria perdíamos el balón nada más pasar el círculo central. Hasta el ocho y medio que provocamos nuestro primer córner a favor. Y cuando parecía que nos asentábamos volvió a salvarnos Courtois: sacó un certero disparo lejano de Milner que se colaba por la escuadra. Una carrera de Vinicius al filo del 14 les asustó. Cogimos confianza tras un arranque angustioso de partido.

La confianza se tradujo en un par de posesiones largas y un balón al palo de Benzema, en el 19, seguido de un buen disparo de Vinicius al que Alisson respondió con una palomita. 

Mediada la primera parte perdonaron la amarilla a Fabinho por una falta sobre Casemiro. Case sí la vio en el 24 por una entrada sobre Milner. Sonó a tomarse la justicia por su cuenta. Robertson también vio la tarjeta en esta jugada, pero por protestar. 

El ímpetu red ya se limitaba a buscar el contrataque, aprovechando nuestros malos pases. La presión del inicio había aflojado. En sus posesiones veíamos a Benzema solo en punta y a Vinicius y a Marco Asensio bajando a la media. La movilidad de Mané la controlaban Asensio y Valverde. En la otra banda era Nacho quien cubría a Mendy en la vigilancia de Salah.

En el 40, en otra perdida nuestra, Salah dispuso de una ocasión. Se le fue alta. Un minuto más tarde fue Wijnaldum quien la tuvo.

La mejor noticia para  el Madrid fue llegar al descanso con 0-0 en el marcador. Creo que todos (jugadores, técnicos y aficionados)) éramos conscientes que un gol del Liverpool podría haber sido dramático. Como apuntaba que lo fuese la segunda parte. 

Salieron los mismos onces para la segunda mitad. A Casemiro no se le veía bien en el túnel del vestuario. Saltó al campo renqueante. Su segunda parte desmintió estas sombras. Su aporte, como siempre, fue decisivo. Con balón y sin balón. 

Sacamos de centro, perdimos la posesión a los 20 segundos y al minuto Courtois volvió a lucirse a remate de Firmino. Se empezaba a repetir el guion de la primera mitad. 

Tardamos cuatro minutos en rondar su área. Y acabamos cediendo la pelota a Courtois en esa posesión.

En el 53 una internada de Mendy levantó los ánimos (antes hubo otra de Valverde que corrió toda la banda desde la defensa). 

Seguíamos imprecisos en el control y en el pase. Klopp preparaba un doble cambio. Thiago por Milner y Diogo Jota por Kabak. Con esta última sustitución, un nueve por un central, echaba el resto. Entre tanto Phillips vio una amarilla. 

Vinicius cada vez bajaba más a defensa. Cortó varios balones mas perdía fuelle en ataque. De todas formas es de alabar su esfuerzo defensivo. Esta presencia de Vini coincidió con el cambio de banda de Mané (uno de los robos del brasileño fue a Mané).

Un despeje largo en diagonal de Valverde, en el 65, le llegó a Vinicius. Se plantó frente a Alisson pero no pudo superarlo. El rechace favoreció a Benzema pero el portero con una rapidez inverosímil se le echó encima y salvó a su equipo. Dos minutos después Salah, en una acción similar a la de su gol en la ida, desaprovechó la ocasión más clara del Liverpool.

Diogo Jota se fabricó una oportunidad en el 69.

Militao, mientras tanto, nos daba otra clase de despejar balones.

Zidane, en el 71, retiraba a Kroos y Vinicius por Odriozola y Rodrygo. Como supondrán Valverde cambió su posición. La nota positiva inmediata fue que Asensio comenzó a aparecer en el frente de ataque. Y Rodrygo era más eficaz presionando arriba que Vini.

El reloj corría a favor de nuestros intereses. 

Una mala decisión de Odriozola nos puso en aprietos y los salvó Asensio forzando córner. Nada más sacarlo Klopp preparó un nuevo cambio, al tiempo que la contra del Madrid terminó en saque de esquina a nuestro favor. Al filo del 81 un pase lateral de Militao la cabeceó abajo Benzema. Muy buena ocasión que se fue arriba. Después, Isco entraba por Asensio, Shaqiri por Firmino y Oxlade-Chamberlain por ¡Mané! Cierto que ya andaba desdibujado.

Los cinco minutos finales más lo que se alargase podrían ser de infarto. Un gol de ellos y a la UCI.

Militao seguía siendo un frontón y despejaba todo lo que pillaba. 

Los últimos cinco minutos, antes del descuento, nos volvieron a embotellar. Se añadieron cuatro minutos.

Afortunadamente ellos ya no creaban peligro. Tenían la pelota pero Nacho y Militao eran infranqueables. Salvo por errores puntuales nuestros no había mayores problemas… errores como el de Mendy en el segundo minuto del descuento, que salvó San Courtois ante Salah.

El partido terminó con un córner a favor de ellos. No pasó nada. 0-0 y a semifinales!!!

El único equipo español en cuartos de final de Champions también lo será en semifinales. Pese a quien le pese. Y a pesar de las bajas. En Liverpool jugaron unos  pocos titulares, varios suplentes e incluso suplentes de suplentes. ¡Gran semana de Zinedine Zidane!

P.D.: Casemiro fue elegido el mejor jugador del partido.

P.D. bis: estas serán las novenas semifinales del Madrid de las ultimas 11 Champions. En total son 30 de 51 entre Copa de Europa y Champions.

 

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Sin Ramos ni Varane: Real Madrid 3 Liverpool 1

Varane

Sin Ramos ni Varane, tampoco estaba Carvajal, la posible alineación entretuvo a aficionados madridistas y medios. El galimatías era importante. Finalmente Zidane, hombre sensato, optó por la solución sencilla: sustituir a un central por otro y dejar los experimentos según se desarrollase el partido. Por tanto, Militao entró por Varane. Entre las distintas posibilidades le apunté a Antonio Perea que igual habría que empezar el equipo por arriba: Marco Asensio, Benzema y Vinicius. Porque ellos también vienen lastrados por bajas en defensa, tienen un ritmo alto de juego y ocupan las bandas. Nuestros tres puntas servirían para contenerles. Y podíamos buscarles la espalda.

A la vista del once blanco sospechaba que jugaríamos un 4-1-4-1 con Casemiro entre los centrales y los cuatro detrás de Benzema (o quien fuese). A no ser que Case fuese el tercer central, con Kroos y Modric de doble pivote. Son posibilidades que incluso podrían surgir al lo largo del partido. Zidane, de nuevo, no se complicó la vida: 4-3-3.

Los dos mejores centrales del mundo, uno del Real Madrid y otro del Liverpool, eran claramente las grandes ausencias del choque. Zidane y Klopp han improvisado soluciones. El francés no ha parado, dada la plaga de bajas. El alemán ha podido probar en varios partidos a su nueva pareja de centrales. Además de las defensas teníamos la batalla del centro del campo, siempre clave. Esta presentaba dos características contrapuestas: el toque blanco vs. la velocidad red. Ellos optaban por el músculo (Thiago era suplente), dando prioridad a las transiciones rápidas. Nosotros nos encomendábamos al control del juego y a la celeridad de nuestros puntas.

Sacó el Madrid de centro y tardamos 20 segundos en perder el balón. Mas al minuto y medio Benzema disparó por primera vez entre los tres palos. A continuación una internada de Mendy y otra de Lucas Vázquez sembraron la confusión en sus filas. Marco Asensio forzó el primer saque de esquina a los cuatro minutos y poco. Nuestra presión alta daba frutos a la hora de imposibilitar su juego y buscar su portería. Cuando Modric subía a ayudar a Benzema en la presión ellos recurrían al despeje o al balón largo (generalmente salía fuera). Así transcurrieron los primeros 15 minutos.

Dos internadas de Vinicius causaron el pánico en la defensa rival. El brasileño pudo marcar de cabeza en el 13. Se le fue fuera de poco. Salah parecía el único capaz de crearnos problemas.

Tras ese primer cuarto de hora el Liverpool se asentó mejor. El Madrid había levantado el pie del acelerador. La mala noticia para nosotros era que Mané empezaba a aparecer.

Dos errores, uno por equipo entre el 19 y el 24, nos puso el corazón en la boca. Y dos minutos después el éxtasis. Un balón largo de Kroos, 40 metros en diagonal, busca a Vinicius. El brasileño la controla con el pecho, gana en velocidad a dos defensores y según entra en el área chuta con la derecha y marca. 1-0. ¡Golazo!

La primera media hora se jugo a un ritmo endiablado. Ganábamos 1-0 y ellos sacaban su primer córner al filo del minuto 30. Firmaba este resultado!!! Y eso que al poco Vini pudo hacer el 2-0 (y justo antes reclamamos un penalti sobre Benzema). Asensio la tuvo en el saque de esquina tras la ocasión de Vinicius. A la siguiente marcó el 2-0 (min. 36). Otro balón largo de Kroos buscando a Vini fue mal despejado por Alexander-Arnold hacia atrás. Y ahí estaba Asensio atento, de nueve. Con una vaselina supera al portero, que palmea levemente, para acabar empujándola a la portería. Cuarto partido consecutivo en el que Asensio anotaba. 2-0 y menos mal que no había firmado nada…

Buscar la espalda a la defensa red estaba funcionando. Al menos Kroos lo había entendido perfectamente y tenía en Vinicius a su pareja de baile.

Klopp cambiaba a Keita en el 42 para dar entrada a Thiago. Y Asensio tuvo el 3-0 acto seguido.

2-0 al descanso en una vibrante primera mitad en la que el Madrid impuso sus virtudes y el Liverpool no pudo rematar a puerta. El guion de antes del partido se escribió acorde al dictado de Zidane. Por eso Klopp dio entrada a Thiago, para intentar controlar el juego. Su plan había sido desbaratado por el del mister madridista.

El objetivo para la segunda parte era inevitablemente no encajar ningún gol.

El Liverpool salió obligado. Nosotros en la misma línea, pero más atentos en defender que en atacar. Más esperar atrás que presionar arriba. No me gustaba esta idea. Los primeros minutos fueron suyos. Lucas Vázquez vio la amarilla en el 48 (Mané la vio en la primera mitad). Se jugaba en nuestra mitad del campo. No cruzamos la divisoria hasta el 50. Y al filo del 51 nos amargaron: Salah, solo, marcaba. 2-1 en el primer remate a puerta del Liverpool. Se iba al garete todo lo logrado en la primera mitad.

Fue el primero y el único del encuentro.

Thiago vio la amarilla en el 55 por una entrada a Asensio.

El gol del empate estaba más cerca que el 3-1.

En el 57 dos remates (Benzema y Casemiro) no llegaron a su destino. Fueron rechazados por los defensas.

Nuestras bandas habían perdido chispa. Vini ya no se iba de su lateral. Y ellos estaban más encima nuestra. No jugábamos cómodo.

A la hora Casemiro cortó un balón. La jugada terminó en un buen disparo alto de Kroos desde fuera del área. Dos minutos después Mendy salvaba un gol, despejando un instante antes del remate de Mané. A continuación en una contra Asensio peca de generosidad. Se la pasa mal a Vinicius en vez de buscar puerta (estaba en una posición inmejorable). El despeje va fuera. Se saca de banda. Benzema se la da a Modric y este a Vinicius, en las inmediaciones del punto de penalti. El brasileño marcaba su segundo tanto de la noche. ¡3-1!

Dos minutos después Asensio tuvo el 4-1. Excelente pase de Vini. El balear intentó el recorte en vez de chutar. Ocasión al limbo.

Fede Valverde entraba por Asensio en el 69 y medio. Objetivo: tapar esa banda y oxigenar nuestro medio campo. Un minuto después la dupla Kroos/Vinicius volvió a entrar en acción. Terminó con un remate de Benzema que Alisson paró abajo con seguridad.

Vinicius resucitado tras su segundo tanto llegaba extenuado al cuarto de hora final. Mientras, su mejor socio de la noche, Kroos, aparecía por todas partes. Si en la primera mitad el alemán fue el dueño del balón, en esta segunda se creció en labores de contención. Además de ser el indiscutible metrónomo del equipo.

Klopp echaba el resto en el 80 y efectuaba un doble cambio. Shaqiri y Firmino entraban por Kabak y Diogo Jota. Cuatro minutos después Rodrygo sustituía al extenuado Vinicius.

En el 86 en el único error de Kroos, un mal pase atrás, Mané nos pudo hacer el roto definitivo.

En estos últimos minutos nos tenían encerrados.

Lucas Vázquez se dejó media vida peleando un balón en nuestra línea media (min. 89).

Se añadieron cuatro minutos de añadido. De las palpitaciones ni les comento.

El Liverpool buscaba su gol salvador. Solo veía camisetas rojas. La pelota era suya. Menos en el último minuto, donde tuvimos tres jugadas: una contra de Rodrygo, un corte de Modric y un ataque de Rodrygo.

3-1 parece un buen resultado. Mas es engañoso por ese gol en contra.

Durante la tarde Paco Martín decía que me notaba pesimista. Y yo a él excesivamente optimista. Me hablaba de las noches mágicas de Champions. El desarrollo del encuentro justifica sus sensaciones previas. Pero el resultado, ay… Menos mal que en Liverpool no habrá público. Aunque ellos serán los de la segunda parte de anoche.

AS

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España gana por los pelos en Georgia

KIRILL KUDRYAVTSEV AFP AS

España ganó por los pelos en Georgia. El gol de la victoria, el del 1-2, se anotó en el descuento. En el segundo minuto de los cuatro de prolongación. La desesperación final de la selección local se reflejó al poco de sacar de centro con la tarjeta roja por una entrada a Pedri. Acabaron perdiendo y con uno menos en el último minuto.

La primera parte de España fue mala. En la misma tónica del partido anterior: mucha posesión y poco remate.

A los 13 minutos ya llevábamos dos amarillas: Diego Llorente (titular ayer junto a Eric García en el centro de la defensa de cuatro) y Pedro Porro (quien debutó con la A). Esta nueva línea defensiva, en la que Jordi Alba volvió al once, ya daba pistas de las nuevas frivolidades de Luis Enrique. Suecia sufrió para ganar en casa a Georgia (1-0) y nuestro seleccionador seguía experimentando, como si fuese un amistoso de preparación y no un partido de clasificación para un Mundial, el de Qatar. Algunos de los futbolistas alineados no son titulares indiscutibles en sus clubes. Aunque varios lo fuesen la temporada pasada. Quizás quien mejor representa la irregularidad de nuestra selección sea Morata. Su partido ante Grecia fue flojo y ayer estuvo mal.

A poco más de dos meses de la Eurocopa el seleccionador sigue con las probaturas y no tiene un equipo fijo (me refiero a una base de 14 o 15 jugadores). Ayer por ejemplo introdujo siete cambios respecto al encuentro frente a los griegos.

Nuestro portero, Unai Simón, salvó un gol en el 18 con una gran mano, pero a dos minutos del descanso nos pillaron en una contra y marcaron el 1-0 (Khvicha Kvaratskhelia, el mismo al que pararon con las faltas que nos castigaron con amarillas). Este resultado al descanso nos complicaba mucho la clasificación. De hecho nos alejaba del primer puesto, el que da derecho al acceso directo.

Afortunadamente España salió con otro aire en la segunda mitad. Los cambios funcionaron (Thiago, Dani Olmo, Oyarzabal, Marcos Llorente) y dieron empaque al equipo, lanzado a por el partido. Lo mejor fue empatar pronto, en el 55. Ferran Torres aprovechó un balón al área, colgado por Jordi Alba, al que no llegó Morata (¡por intentar darla de tacón!). 

El 1-2 marcado por Dani Olmo fue todo un alivio para nuestras aspiraciones. ¡Un golazo! Su disparo desde fuera del área se coló por la escuadra. El meta local no pudo desviar la pelota. 

Luis Enrique admitía tras el partido que de nuevo no habíamos estado lúcidos. También mostró su preocupación de cara al próximo compromiso del miércoles (contra Kosovo). 

El triunfo sueco en Kosovo (0-3) les mantiene en cabeza con seis puntos, por los cuatro nuestros. Veremos como se da la tercera jornada.

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