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Marruecos elimina a España

EFE Marca

Marruecos elimina a España a los penaltis y pasa a cuartos de final del Mundial. En su día vaticiné que Marruecos eliminaba a España, pero no suponía que fuese así (en la tanda de penaltis). Contaba con las excelencias defensivas de Los leones del Atlas y lo bien trabajada que está esta selección. Con un Amrabat que es el sustituto natural de Casemiro, o al menos debería serlo. Un dato elocuente: Marruecos solo ha encajado un gol en sus cuatro partidos y fue en propia puerta. En la portería tienen al portero menos goleado de la pasada Primera División española. Y dos laterales excelentes, además de buenos puntas como Ziyech

He de confesar que cuando mi hijo me cantó la alineación de España comenté que no me gustaba. La presencia de Busquets lastra al equipo porque ya no es el mismo maravilloso mediocentro de hasta hace un par de temporadas. Entiendo que adelantar a Rodri a su posición natural -en vez de Busquets- sería romper la armonía encontrada por Luis Enrique en el centro de la defensa. Mas teniendo en cuenta que enfrente estaría Amrabat nuestro seleccionador debería haber buscado alternativas. El mediocentro marroquí es un experimentado jugador, a pesar de su edad (26), con años de experiencia en el Calcio italiano y forjado en el fútbol neerlandés. Gran parte del éxito defensivo de Marruecos parte de este jugador. Tampoco me gustaba la presencia en el once del yerno de Luis Enrique, Ferran Torres. Suplente del Barça, que lo fichó siendo suplente del Manchester City. Jugar con falso nueve frente a una selección tan sólida como Marruecos es absurdo. Perdemos un referente en ataque, que puede finalizar nuestras largas y tediosas posesiones. No sería el primer partido en el que centrábamos al área buscando a nadie. En cambio sí me gustó la tercera novedad: la presencia de Marcos Llorente en el lateral derecho. Dada la baja forma de Carvajal y los problemas físicos de Azpilicueta la presencia del rojiblanco era una buena solución a priori. 

Las dos mejores ocasiones de los primeros 45 minutos las protagonizaron Marco Asensio, mediada la primera parte, y el cabezazo en el 41 de Aguerd, el central marroquí. Ambos estaban libres de marca en sus intentos. El resto fue un tira y afloja con Marruecos esperando para lanzar el juego por las bandas (donde destacó Boufal). Nuestro dominio de balón era infructuoso y como me temía Busquets estaba anulado por Amrabat. Gavi se multiplicaba.

No hubo cambios en el descanso. Pero sí en la disposición de nuestros centrales: Rodri y Laporte adelantaban su posición en nuestras posesiones. Suplían así el déficit de Busquets, ganando además superioridad númerica en el centro del campo.

El deseado Morata y Carlos Soler calentaban en la banda. No salieron hasta el 62 y medio por Marco Asensio y ¡Gavi! Lo del centrocampista culé es incomprensible. Estaba siendo nuestro mejor jugador junto a Rodri. La permanencia del yerno en el campo tampoco se entendía. 

Sobabamos y sobabamos la pelota pero no rematábamos. Ellos esperaban, aguardando su momento. El mareo de pases no afectaba para nada sus intenciones. 

En el 75 por fin el suegro retiró al yerno. Nico Williams entró por Ferran Torres. La Roja, hoy de celeste, seguro que ganaba profundidad y velocidad por banda derecha con este cambio. En la primera que tocó se internó por su costado y metió un excelente pase al área chica. Esta jugada es más de los que había hecho el yerno. En el 81 Nico Williams propició la segunda ocasión de España en el partido: se la puso a Morata, quizás demasiado escorado y remató a escasos centímetros de la línea de fondo. No entró y la pelota tampoco encontró a alguien que la empujara. Se paseó cerca de la línea de gol. La presencia del menor de los WIlliams daba otro aire al ataque de España. Morata también.

Dieron cinco minutos de descuento y a punto de cumplirse el tercero nos dieron un tremendo susto, con una falta lateral. Afortunadamente se señaló fuera de juego. Y a falta de medio minuto Dani Olmo bota una falta, Rodri amaga con cabecear y Bono en un alarde de reflejos despeja el balón que se colaba por el palo largo.

0-0 y nos íbamos a la prórroga. La segunda de este Catar 2022.

Balde y Ansu Fati entraron en el 97 por Jordi Alba y Dani Olmo. Me alegró mucho ver a Ansu Fati en el campo.

Unai Simón en el 103 salvó con su pierna derecha el remate de Chedirra que se colaba. Aprovechó muy el bien el pase filtrado de Ounahi. Chedirra tuvo otra poco después pero Rodri y Laporte cerraron muy bien.

El cuarto de hora final siguió la tónica de lo jugado anteriormente. Marruecos en ataque sufría el cansancio de Ziyech, cuya inteligencia como futbolista es remarcable. 

En el 118 otra frivolidad de Luis Enrique: retira a Nico Williams para que entre Sarabia. ¿Pensando en los penaltis? Se añadieron tres minutos. ¿No podía haber esperado? Williams era nuestro delantero más profundo.

Sarabia la tuvo en el último minuto. Mas falló y la pelota se fue rozando el palo. Nos íbamos a los penaltis. Con 0-0 en el marcador.

Marruecos comenzó lanzando. Marcaron el primero. Sarabia falló el suyo. ¿Para esto entró en el partido? Ziyech transformaba el segundo. Bono paró el de Carlos Soler. Unai Simón paró el tercero de ellos. Bono paró el de Busquets. Achraf tiraba el que podía ser decisivo. Y lo hizo a lo Panenka. Habíamos fallado tres penaltis. Los que lanzamos. Esto me recordó inmediatamente las palabras de Luis Enrique de hace un par de días en las que displicentemente, y provocando, dijo que no era necesario entrenar los penaltis. Unas horas antes Morata había comentado que el partido igual llegaba a la tanda de penaltis. 

P.D.: dudé en titular este post como El tremendo error de no ser primeros de grupo 2 como continuación del de ayer. Otra alternativa fue El que avisa no es traidor por el de Ojo con Marruecos del 1 de diciembre.

 

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España pasa agónicamente

Grupo E

España pasa agónicamente a octavos de final, a pesar de perder contra Japón. La selección saltó al campo sabiendo que evitaban a Marruecos si se pasaba a octavos como primeros de grupo. Y no sucedió. De hecho nos vamos a un lado del cuadro con varios monstruos. Hubo momentos del partido en el que estábamos fuera (cuando Costa Rica iba delante en el marcador).

Los cinco cambios de Luis Enrique no fueron especulativos y respondían a diversos criterios. Salimos a por el partido. Japón a verlas venir. Con su 5-4-1 confiaban en sus contras (escasas) y en la calidad de Kubo, su jugador más peligroso en la primera mitad (junto a Kamada). Esas dos líneas de nueve jugadores fueron decisivas en la segunda mitad, cuando tuvieron el marcador a favor.

El control era de La Roja. Tras un susto de Kubo, al inicio, llegó un remate alto de Busquets y un cabezazo de Morata. Los balones por alto eran el camino, había que aprovechar la ventaja de la estatura. Y el 0-1 vino de un excelente pase de Azpilicueta a Morata, quien picó abajo de cabeza. Llevábamos 10 minutos de juego (mientras Alemania marcaba a Costa Rica en el otro encuentro). 

JEWEL SAMAD AFP AS

A partir de este momento España anestesió el partido. Tan solo Nico WIlliams y Dani Olmo ponían chispa en el juego, bien respaldados por Azpilicueta y Balde. Mas no rematábamos. Mucho pasecito y ninguna terminación.

Lo mejor de España en esta fase era la recuperación tras la pérdida. Mordiamos e imposibilitábamos sus ataques. Los únicos sustos sufridos fueron errores nuestros, por ese empeño en sacar el balón jugado. Virus que también afectó a Unai Simón. ¿En qué Biblia está escrito que es pecado salir de la cueva con balones largos? Los otros sustos se debieron a la dureza japonesa, producto de su impotencia (se fueron al descanso con tres amarillas).

El solitario gol de Morata me parecía poca ventaja después de los primeros 45 minutos. España desaprovechó cerrar el partido y no originó ocasiones a continuación del tanto. No podía evitar pensar en el partido que Japón ganó a Alemania: también se fueron al descanso perdiendo por un gol (en aquel partido la primera mitad de Alemania fue de enmarcar, no así la de España).

Hubo tres cambios, dos de ellos (Kubo se quedó en el vestuario) y uno nuestro, Carvajal por Azpilicueta (asumo que por molestias). Y lo dicho en los párrafos anteriores se cumplió. Un balón atrás a Unai Simón, se la quita de en medio como puede, se la arrebatan a Balde (es su segundo error en este Mundial -en el anterior empató Alemania) y Doan empataba en el 48. Nuestro meta tampoco estuvo muy afortunado. A los dos minutos Tanaka hacía el segundo gol japonés, en otro fallo defensivo. Marcó prácticamente encima de la línea de gol. La revisión del VAR llevó su tiempo (tenían que decidir si el balón había salido fuera o no antes de que Tanaka la empujase a la red).

Luis Enrique reaccionó dando entrada a Ferran Torres y Marco Asensio por Nico Williams y Morata (asumo que tocado, porque otra razón es incomprensible).

Comentaba a La Mundana que Ansu Fati era nuestra gran baza. Me sorprendía que no se hubiese contado con él. Sucedió en el 67: se fueron Balde y Gavi y entraron Jordi Alba y Ansu Fati. Ellos también hicieron un cambio (se fue Kamada y entró un lateral para esa banda). Desafortunadamente mis esperanzas en Ansu Fati fueron en vano.

El segundo gol de Costa Rica nos dejaba fuera de octavos. Al rato empataba a dos Alemania y nos colocamos segundos del grupo. En el 85 Alemania marcaba el tercero. Seguiamos segundos a pesar de ir perdiendo. Y a todo esto no chutábamos (un par de tiros de Olmo, Alba y Asensio los obstaculizaron los defensas). Asensio a punto de cumplirse el 89 hizo uno de sus disparos desde la frontal que permitió al meta japonés lucirse. Luego Olmo, tras una pared con Ferran Torres, tuvo una buena oportunidad pero el portero bloqueó con facilidad. En estos pocos minutos y en los 10 primeros fueron los únicos en los que buscamos portería.

Se alargó el partido siete minutos. Alemania marcaba el cuarto. 

La victoria de Japón (2-1) los colocaba de líderes de grupo y España pasaba como segunda. Ellos contra Croacia y nosotros contra Marruecos, en una parte del cuadro que no me gusta nada (un daño colateral de esta derrota). De esa posible final España-Alemania la selección japonesa ha ganado a ambas. Mejor no lo han podido hacer. Como me escribía mi compadre Raimundo Fagner, el gran Zico -arquitecto del fútbol japonés- estaba exultante. No era para menos: es la primera vez que Japón pasaba a octavos en un Mundial.

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España y Alemania empatan en un gran partido

Catherine Ivill Getty Image AS

España y Alemania empatan (1-1) en un gran partido que permite un respiro a los alemanes. La victoria de Costa Rica sobre Japón (1-0), quienes a su vez habían derrotado a Alemania, ponía mucho más en valor el 7-0 que endosamos a los ticos. Ya apunté en la crónica de ese partido que esta avalancha de goles podría ser decisiva en caso de desempate. Mas no lo expliqué. En los Mundiales, que no en Eurocopas, prima la diferencia de goles y luego los resultados directos. Tener un +7 desde la primera jornada es un plus considerable. Prácticamente un punto más. Ahora España lidera el grupo con cuatro puntos mientras Alemania solo tiene uno. Japón y Costa Rica tiene tres cada una.

Luis Enrique tan solo presentó un cambio respecto al once del primer partido: Carvajal volvió a ser titular, en detrimento de Azpilicueta. Esto implicaba repetir con Rodri de inicio. Dio muy bien resultado frente a Costa Rica, pero tenía mis dudas sobre verle de central ante los alemanes. Aunque la lógica dicta no alterar lo que funciona. Por lo que la rotación en el lateral derecho se puede entender por la edad de ambos. De ser así lo confirmaremos en el tercer y último partido del grupo y en el siguiente de octavos (que le tocaría a Carvajal).

Alemania salió a la alemana intentando imponer su rodillo. Mucha intensidad. La Roja no parecía nerviosa, porque tocando nos íbamos. Una presión alta de Carvajal supuso la primera ocasión para Marco Asensio (no pudo afinar el tiro desde la frontal porque el pase llegó muy fuerte). Estaba a punto de cumplirse el minuto 4. Y dos después una buena combinación finalizó con disparo de Dani Olmo que Neuer desvió evitando el gol. El balón dio en el larguero y se fue a córner.

El juego se espesó. Ambos equipos presionaban y no dejaban jugar. Me preocupaba que Pedri estuviese eclipsado. Nuestra chispa surge de sus botas. Gundogan y Kimmich vivían pendientes del canario.

España no pasaba de la divisoria. Se jugó en nuestro mitad desde el 25 hasta una contra, fallada por Ferran Torres en el 33. La jugada se anuló por fuera de juego.

En el 40 Rüdiger cabeceó a la red una falta lateral. Se anuló por fuera de juego del central. El gol y su anulación me hizo pensar en la tensión doméstica de ida y vuelta en el hogar de mi amiga Mónica (su marido es alemán). Esta disparidad en los últimos años ha tenido un claro color español. Y si lo traducimos a nivel de clubes, nuestro Real Madrid ha ganado últimamente más Champions que su Bayern.

Al descanso se llegó con un justo 0-0.

En mi opinión para la segunda mitad debería entrar Morata por Ferran Torres (desacertado en el remate). No sucedió, Ocurrió en el 53.

Un error clamoroso en la salida de balón de Unai Simón a Pedri originó la ocasión más clara de Alemania. El trallazo de Kimmich, tras nuestra perdida, dio paso a una antológica intervención del meta, enmendando su error previo. Corría el minuto 56.

Y en el 62 Morata remató a gol un pase desde la banda de Jordi Alba. Hizo exactamente lo que pedía: rematar de primeras. No como Ferran que la tiene que controlar, dando tiempo al defensor para taponar. Golazo de Morata que nos ponía 1-0, ganando en carrera a su marca y protegiendo el golpeo con su cuerpo. Al poco llegaron dos cambios: se fueron Gavi y Asensio para dar entrada a Nico WIlliams y Koke.

El seleccionador alemán tardó en reaccionar al gol y a nuestros cambios. Su doble cambio no llegó hasta el 70.

Empezó una fase de asedio alemán, en parte propiciado por errores puntuales nuestros. Sobre todo en la salida de balón.

Entrabamos en los diez minutos finales justos de fuerza. Balde entró por Jordi Alba al filo del 82. El problema es que el asedio obtuvo su fruto y llegó por esa banda izquierda. Musiala, muy buen partido el suyo, recibe de Sané y se la pone a Fullkrug -uno de los cambios- quien fusila a Unai Simón en el 83. Disparó poco antes de pisar el vértice del área chica.

Se añadieron seis minutos. España controlaba el balón. Alemania ya no presionaba tanto. Pero nos ponían el corazón en un puño cuando tenían la posesión. Los últimos minutos se jugaron en nuestro campo salvo una arrancada de Nico WIlliams que tuvo respuesta en una contra de Sané (otro cambio).

Cazorla y otro comentaristas de TVE consideraban que habíamos visto el mejor partido del Mundial hasta el momento.Los «indiferentes» aún están a tiempo para subirse al carro de nuestra selección.

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España debuta goleando

Carl Recine Reuters AS

España debuta goleando en el Mundial. Justo tras la segunda sorpresa del campeonato, la derrota de Alemania ante a Japón. Nuestros otros rivales del grupo, aparte de Costa Rica.

Luis Enrique a priori acertó dejando a Carvajal en el banquillo y apostando por Azpilicueta. El madridista no está bien, como hemos comprobado en los últimos partidos de Liga. Para el acompañante de Laporte en el centro de la defensa se arriesgo con Rodri (para mi el sustituto natural de Busquets). No era la primera vez que el seleccionador lo colocaba ahí. Con Rodri primaba la salida de balón sobre la contundencia defensiva. Fue un acierto total. Y por la izquierda el indiscutible Jordi Alba. Si Busquets es insustituible para el seleccionador, también lo son Pedri y Gavi. No puedo estar más de acuerdo y Pedri es de los pocos jugadores que tenemos que pueden marcar diferencias. La titularidad de Marco Asensio no debería constituir ninguna sorpresa a raíz de las elogiosas palabras de Luis Enrique tras la pachanguita frente a Jordania. Lo de Ferran Torres y Dani Olmo tiene muchas lecturas y siembra dudas sobre el estado físico de Morata y Ansu Fati (otro que puede marcar diferencias).

La Roja salió enchufada. Dos oportunidades a las primeras de cambio. Y a la tercera fue la vencida, 1-0 a los 10 minutos. Gavi filtró un pase que tropezó en uno de los centrales ticos. El balón llegó a Dani Olmo quien controló y usó su cuerpo de pantalla para protegerse del defensor. Esta maniobra permitió que encarase a Keylor Navas. Al que batió. Y 10 minutos después el 2-0. Un balón largo a Jordi Alba quien la pone en el área donde Marco Asensio volea con el interior de su pie izquierdo. Tuve la sensación que Keylor pudo hacer algo más. En la repetición se ve que toca el balón y mi sensación la confirmó Iker Casillas. Nueve minutos más tarde Alba se interna en el área y recibe una patada por detrás. El penalti lo transformó Ferran Torres. 3-0 en solo media hora de juego. Costa Rica no nos había rematado todavía. Su primer acercamiento a nuestra área fue en el 33 (y terminó en fuera de juego).

España levantó el pie del acelerador. El repliegue era para buscar las espaldas del rival y lanzar las contras. Con posesión, nuestro juego era más pausado, asegurando el control. La velocidad y la profundidad era para los metros finales.

El 3-0 al descanso era fiel reflejo de la brillante primera media hora de España. De lo que he visto del Mundial hasta ahora, y sin haber jugado Bélgica, Brasil, Portugal y Uruguay, puedo afirmar que esta media hora es de lo mejor del campeonato. Junto a la solvencia de Inglaterra, la primera parte de Alemania (aunque acabaron perdiendo en la segunda mitad), el arranque de Arabia Saudita en la segunda parte (remontaron el partido ante Argentina en cinco minutos) y la primera parte del Senegal-Países Bajos (0-0). No vi la segunda en la que los de Van Gaal ganaron en los minutos finales. Fui a una de las presentaciones de esta semana (me pasó lo mismo con el encuentro de Francia que no vi, así que no puedo opinar sobre la vigente campeona).

Costa Rica hizo un cambio y España ninguno.

Asensio tuvo el cuatro gracias a una arrancada de Azpilicueta que le vio desmarcado en la frontal. El cuarto gol llegó en el 53 de las botas de Ferran con la inestimable colaboración de la defensa. La constancia de nuestro delantero es digna de elogio. Estuvo listo y marcó. Al poco Morata entró por el doble goleador. También Soler por Pedri.

Llegábamos a la hora de juego y Unai Simón seguía inédito.

En el 63 otro doble cambio español: salían Busquets y Alba, entraban Koke y debutaba Balde. CInco minutos después Nico Williams, en el quinto cambio, sustituía a Asensio.

El 5-0 de Gavi se origina con una veloz arrancada de Balde, que se la filtra a Morata. El delantero se encuentra con Keylor, intenta superar su salida, no puede regatear y se escora. No ceja en su empeño y se empeña en recuperar el balón. Lo consigue, levanta la cabeza y ve a Gavi entrando por el centro. Se la pone y el azulgrana la enchufa con el exterior desde la frontal. Minuto 75.

A un minuto del final (sin contar el descuento) Soler anotaba el 6-0, Se escapó Nico Williams por la banda derecha. Su intencionado centro fue despejado por Keylor Navas. El rechace lo recogió Soler para anotar. Y se añadieron ocho minutos de juego. Minutos de pesadilla para Costa Rica y qué mejor prueba que el 7-0 de Morata, en el segundo minuto del alargue.

El 7-0 probablemente sea la goleada de este Mundial. Pero ojo que esta deslumbrante España no ha ganado nada. Lo digo por aquello de no echar las campanas al vuelo. Hay que mantener los pies en la tierra. Pero podemos, y debemos, disfrutar de la alegría por este partido. Nuestro triunfo más claro en un Mundial.

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Exhibición blanca en Londres (con otros tres goles de Benzema)

Adrian Dennis AFP AS

La presencia de Fede Valverde como titular era un clamor. Y Ancelotti, ya negativo y ocupando el banquillo, no dudó en alienarlo. A priori, sin haber visto al Chelsea esta temporada, no tenía ninguna opinión sobre lo que podría suceder. Del Real Madrid me gustaba el once y de ellos me sorprendía la suplencia de Lukaku. Parece que el delantero anda peleado con su entrenador, Tuchel. Se gastan un pastizal para traerlo de vuelta y…

El Chelsea salió intentando imponer su juego físico. El Madrid mostró su cara más sudamericana, ralentizando el juego y tocando. Dos balones largos de ambos equipos rompieron la tendencia. Kanté a los cinco minutos lanzó a Havertz. Alaba no estuvo muy acertado en la marca y fue superado en velocidad. Afortunadamente el delantero, que pisó el área, disparó mal. Cuatro minutos después en una contra de Benzema, por la derecha, combina con Valverde, en la posición de Benzema. El uruguayo avanza y se la pone a Vinicius. El brasileño hace de las suyas y entre dos defensas remata… al larguero.

En los siguientes minutos se produjo una amarilla a Militao en el 13, al que tuvieron que atender en el 17, Courtois despejó una falta bien lanzada por James, Rüdiger vio tarjeta en el 18 y tenía la sensación que podía ser la noche de Vini. Arrancó el partido dejando en evidencia a Christensen (a quien le perdonaron la amarilla). Siguió con el disparo al travesaño. Y se confirmó en el 20 cuando se fue por su banda y se la puso en la cabeza a Benzema. El testarazo del francés fue tremendo, un obús. 0-1 y estábamos en 10  (a Militao le atendían en la banda).

De momento la noche, aparte de Vinicius, era de Benzema y de Valverde. El 0-2, en el 23, también de Benzema de cabeza, vino de un sensacional pase de Modric. El pajarito ya convertido en El halcón intervino en las jugadas de los dos goles, recuperando el balón.

En el 32 Carvajal, ¡de falso nueve! en el área pequeña, pudo hacer el tercero. Para frotarse los ojos.

A Kroos se le veía muy cómodo, mandando en el medio campo. En este aspecto tanto Kanté como Jorginho no estuvieron acertados. ¿O fue cosa de su entrenador y del nuestro? El caso es que el Madrid aprovechó esta circunstancia para controlar el juego. Las oleadas del Chelsea eran frenadas con Casemiro y Modric jugando muy juntos más Valverde y Vinicius comprometidos en defensa. Sus tres centrales subían para apoyar las jugadas de ataque.

Havertz no desaprovechó su segunda ocasión y cabeceó el 1-2 al filo del 40. Un gran balón de Jorginho al centro del área donde el alemán se impuso a Carvajal, llegando antes para cabecear. ¿Dónde estaban nuestros centrales? Al minuto pudo llegar el 1-3: Modric lanza a Vini por la banda izquierda y el brasileño cruza un pase a la derecha para Benzema. La pelota la frena un defensa y el nueve la remata. Se va fuera por poco, besando la base del poste.

Al descanso se llegó con el 1-2. Los tres goles de cabeza. Habíamos disfrutado de una muy buena primera parte, en la que además nos favorecía el resultado.

Tuchel presentó dos cambios para la segunda mitad: entraban un ex, Kovacic y Ziyech por Christensen y Kanté. Pasaban a una defensa de cuatro. No dio tiempo para averiguar el acierto o no de la modificación. Al minuto Benzema hizo el 1-3. Un despeje de nuestra defensa manda el balón a campo contrario y provoca que su portero, Edouard Mendy, tenga que salir de su área. Se encamina hacia el círculo central. Se hace con la pelota, tras pararla con el pecho y se arriesga al pasarla en corto a Rüdiger. Benzema atento presiona y el central en vez de despejar intenta jugar con su portero. No es la primera vez, ni será la última, que Benzema roba y le monta un lío al rival. Tras hacerse con la pelota la mete a puerta vacía desde la zona en la que se hizo con ella. Para seguir frotándose los ojos.

Courtois se lució en el 49 a un excelente disparo de Azpilicueta desde la frontal.

A la hora de juego Militao volvió a salir fuera del campo para ser atendido. Y veíamos a Lukaku presto para salir.

Militao volvió y se tiró al césped en el 63. Entró Nacho. Ellos hicieron varios cambios: entró Lukaku por Pulisic y también se retiró Jorginho. Que Tuchel cambiase a sus dos medios, Kanté y Jorginho, dice mucho y bueno de nuestros centrocampistas y del planteamiento de Ancelotti.

Lukaku solo, en el 68, falló de cabeza. La entrada del fornido delantero belga surtió efecto. Su presencia siempre intimida. El Chelsea no le volvía la cara al partido. No bajaban los brazos.

Camavinga entraba por Kroos en el 74. Al minuto Azpilicueta se llevó por delante a Carvajal. Solo se pitó falta.

Entrabamos en los 10 minutos finales y el Chelsea seguía apretando. El Madrid buscaba contras y sorprendía con subidas de defensas, como una de Nacho mal finalizada.

James probó a Courtois en el 83. No tan acertadamente como en la falta de la primera mitad. Pero estaba bien situado para intentar el disparo.

Bale y Ceballos entraron en el 85 por Benzema, autor de los tres goles, y Fede Valverde (acababa de sufrir una subida del gemelo).

En el primer minuto de los cinco de descuento le abrieron la cabeza a Nacho. Chocó en un salto con Havertz.

Este 1-3 rompe dos estadísticas, o más bien dos rachas. Es la primera vez que ganamos al Chelsea. Y también es la primera vez que nos imponemos a un equipo entrenado por Tuchel. Hemos caído con su Borussia Dortmund, PSG y Chelsea, en las semifinales de la temporada pasada. Por otra parte es el segundo hat-trick consecutivo de Benzema en Champions, tras los tres frente al PSG.

La vuelta es el martes de la semana que viene.

¡Qué pena que los goles fuera ya no tengan plus!

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Las incongruencias de Luis Enrique tienen premio: España a Catar 2022 (el Mundial que deberíamos boicotear)

Marca

Raúl de Tomás es el mejor ejemplo de las incongruencias de Luis Enrique. Ha pasado de ser ignorado y no ir convocado a ser llamado gracias a un rosario de lesiones y ha terminado siendo titular en los dos encuentros decisivos para la clasificación a Catar 2022. ¡De traca! Me alegro por el delantero. Y respecto al seleccionador ya sabemos que tiene sus manías. Debemos respetarlas y dejarle hacer. Aunque algunas clamen al cielo, como ésta de RdT o la de los dos centrales zurdos o poner de titulares en La Roja a reservas en sus equipos o Marcos Llorente de lateral derecho. El balance se debe hacer al final de las competiciones. De momento va cumpliendo etapas y objetivos. Algunos con nota, como ser semifinalista de la Eurocopa o finalista de la Liga de Naciones. Ahora acaba de lograr la clasificación para el Mundial de Catar 2022 (ese mismo que deberíamos boicotear). 

El partido ante Suecia tenía miga. Mucha. Eso de que con el empate vale siempre es un arma de doble filo. Luis Enrique, consciente del tema, pidió tras la victoria en Grecia el apoyo del público sevillano. Y estos respondieron llenando La Cartuja y animando sin cesar. El culé Gavi, natural de Los Palacios (Sevilla), fue el más ovacionado. Es el nuevo ídolo local. Es de destacar el crecimiento de este joven jugador (17 años).

España salió a por el partido. Con ganas. Tocando. Pero sin crear peligro ni ocasiones. Fallaba la jugada final, el último pase. Apenas se remataba. Tanto es así que la primera oportunidad fue sueca. De Forsberg en el 15. El compañero de Dani Olmo en el Leipzig arrancó desde la izquierda y superó a varios de los nuestros. Chutó desde la frontal y se fue fuera por milímetros. De España tan solo un buen disparo de Sarabia que se fue alto por encima de la escuadra. A partir del minuto 30 Suecia volvió a acercarse a nuestra portería. A partir de un error de Unai Simón que intentó regatear a Kulusevski a un metro de la línea de gol. En el 36 Pau Torres despejó in extremis cuando Isak estaba a punto de empujar la pelota a la red. Y en 38 Forsberg de nuevo, esta vez desde la derecha, empalmó de volea y se fue rozando el poste con Unai Simón superado. Antes el sueco había protagonizado otra arrancada, esta vez desde el círculo central que terminó con un remate peligroso desde la frontal.

No hubo cambios en ninguno de los dos combinados. A Ibra le vimos calentar desde finales de la primera mitad.

La primera ocasión de la segunda mitad fue de Suecia. La tuvo Isak, que aprovechó un error de Azpilicueta en un pase horizontal en el que robaron el balón y se la pasaron a Isak.

En el 51 España botaba su tercer córner, tras otra buena internada de Jordi Alba. El remate de cabeza de Raúl de Tomás al palo largo pudo ser el 1-0. Se fue fuera por muy poco, con el meta superado.

Nos acercábamos a la hora de juego y la tónica era la misma; nuestra banda izquierda funcionaba (Alba y Sarabia) pero los centros no eran buenos o eran interceptados por la defensa sueca. Cuando volcamos el juego por la derecha (Azpilicueta y Olmo) sucedía lo mismo. 

Los cambios de Sarabia y Raúl de Tomás en el 59 me sorprendieron. Suponía que los sustituidos serían Carlos Soler y Olmo. Entraron Morata y Rodrigo Moreno. Lo de Rodrigo no lo entiendo. Teniendo a Brahim en el banquillo, que se está saliendo en Italia

La presencia de Morata aportó movilidad al frente del ataque (como en Grecia). Buenos movimientos que presagiaban logros mayores (que no logró en Atenas).

La mejor noticia para España nos la dio el seleccionador sueco, Andersson: en el 63 retiró a su mejor jugador (Forsberg) y a Kulusevski (que nos había dado algún susto).

Ibrahimovic entró por Isak (otro peligro) en el 72 y Mikel Merino sustituyó a Soler. 

Entrábamos en los 10 minutos finales con el partido roto. Ellos nos buscaban las costuras con velocidad y balones largos. Nosotros intentábamos pausar el ritmo. Algunas acciones de Morata (un remate alto, una contra) ponían picante. 

Y de repente un trallazo de Olmo desde fuera del área, desde la banda izquierda, se estrella en el larguero. Era nuestro primer remate que no iba a fuera. Morata, el más listo de la clase, se hace con el rechace. Controla y la empuja a la red por encima de Olsen, que se estaba levantando del suelo tras la estirada al disparo de Olmo. Era el minuto 87.

En el 89 se retiraban Dani Olmo y Gavi, entrando Brais Méndez (otra incongruencia) y Rodri.

Se añadieron cuatro minutos. Y en el primer minuto pudieron empatarnos. Dos córners consecutivos en ese minuto fue lo más señalado del ataque sueco. 

El 1-0 final nos clasifica directamente para ese Mundial de Catar 2022 que deberíamos boicotear. Se tiene más fuerza llamando al boicot estando clasificado. ¡Que se juegue pero en otra sede! Todo lo que rodea a este próximo campeonato apesta. Y ya le ha costado la cabeza a un presidente de la UEFA (el francés Platini) y al de la FIFA (Blatter). 

 

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Tanti auguri (para jugar bien al fútbol hay que venir al sur): Italia finalista

Arrizabalaga AFP AS

Perdida la inocencia,
en el sur se pasa mejor

Parafraseando a la gran Raffaella Carrá, o en realidad a Manolo Díaz autor de la letra en español de «Hay que venir al sur» (adaptación del original italiano «Tanti auguri» que no decía lo que Manolo escribió, pero al referirse al sur de Trieste le sirvió de inspiración y buscó la rima exacta para el pegajoso estribillo de este inmortal éxito): para jugar bien al fútbol hay que venir al sur. Y lo digo tanto por Italia, finalista, como por España, que jugó su mejor partido del torneo.

Luis Enrique, que perdió la inocencia (futbolística) hace tiempo, sorprendió con un once sin delantero centro. La idea, atrevida, en principio parecía buena. Quedaba a expensas del desempeño de nuestros jugadores. Los tres elegidos en ataque fueron Ferran Torres, Dani Olmo y Oyarzabal. Los extremos jugaron a banda cambiada (algo que perjudicó al vasco en la primera ocasión que tuvo, al tener que revolverse para acomodar el disparo y se le echaron encima; en la segunda, en cambio, le vino bien al poder disparar con la zurda según le venía).

Los de Mancini salieron a por todas. Se mascaba la tragedia. Eran un enjambre que se nos echaba encima. No pasamos del círculo central. Estábamos acorralados. A los tres minutos Chiesa ya había estrellado un remate en el poste. La mencionada primera oportunidad de Oyarzabal (min. 12) supuso un respiro. A partir de ahí tranquilizamos nuestro juego y empezamos a controlar un poco el juego. Con nuestra parsimonia habitual. Nuestros tres puntas sí buscaban jugar rápido. Olmo, solo cinco goles en la pasada Bundesliga, puso los uys y Donnarumma en la parada del partido salvó un gol que ya cantábamos. A mi me pilló a medio levantar del sofá.

Perdonen la insistencia, pero a mi la ausencia de Marcos Llorente me parece un lujo, una ventaja para el rival. Y si se pretende que nuestros tres puntas ayudan a los centrocampistas, Llorente es el más indicado para esa labor.

Con España asentada, Italia defendía con dos líneas de cuatro (4-4-2). Y surgió una picardía, porque ellos hace décadas que perdieron la inocencia: balones largos buscando una contra por sorpresa o un error nuestro (de Unai Simón o de un central), pero sobre todo provocar que España saliese desde muy atrás y así adelantar ellos su línea de presión.

La diferencia básica entre ambas selecciones era la velocidad. Ellos juegan rápido. Nosotros sobamos y sobamos la pelota.

El arranque de la segunda mitad mostró a La Roja más veloz e incisiva. Terminábamos las jugadas. Unai Simón nos provocó dos sustos que acabaron en sendos saques de esquina.

Chiesa en el 53 dio el primer aviso, desde la derecha del ataque azzurro. Unai Simón se lució parando abajo un balón que buscaba el palo contrario. Y siete minutos después, a la hora de juego, nos clavó el 1-0. No voy a hacer sangre de los centrales, pero Laporte está en la génesis del gol. En esa contra falló y el rechace le llegó al excelente delantero. Chiesa, esta vez, desde la izquierda controla y marca.

Luis Enrique tenía jugadores calentando. Morata entró en el 61 por Ferran Torres (no muy acertado anoche y flojo en la segunda parte). Mancini, al mismo tiempo, retiraba a Immobile. Entraba Berardi. Tres minutos después Oyarzabal fallaba a puerta vacía. No llegó a tiempo. ¡La que se hubiese liado de haber sido Morata!

En el 69 entraban Gerard Moreno y Rodri por Oyarzabal y Koke (su partido más flojo del torneo y miras que lo estaba haciendo bien hasta hoy). Luis Enrique buscaba ideas y confiaba en un doble pivote. No se le puede reprochar que lo intentase (sin nueve o con doble pivote). Cuatro minutos más tarde se iban Verratti y Emerson y entraban Pessina y Tolói.

En el 77 show de Unai Simone: despeja y rebota en Laporte.

La reivindicación de Morata llegó en el 80. Una buena combinación con Olmo y se planta frente al portero. Con una sangre fría impresionante ajusta al palo corto mientras Donnarumma se vencía al lado opuesto. 1-1.

Morata lleva tres goles en cinco partidos. Y ha fallado menos que Gerard Moreno, Olmo, Oyarzabal o Koke. De estos solo ha marcado Oyarzabal, un gol. Ninguno de nuestros jugadores ha anotado tres.

Entre el 84 y el 85 varios cambios en ambos combinados: Locatelli y Belotti sustituian a Barella y Insigne mientras Marcos Llorente entraba por Azpilicueta. ¡Qué obsesión de poner a Llorente de lateral derecho!

Con 1-1 alcanzamos el final del partido. Fueron 90 minutos intensos de buen fútbol y en varias fases de muy buen fútbol. La segunda parte mejor que la primera, por los goles y por La Roja, que mejoró sus prestaciones, de salida y luego obligada por el marcador en contra.

España afrontaba su tercera prórroga consecutiva. Un esfuerzo tremendo en un espacio tan corto de tiempo.

Ambas selecciones siguieron a lo suyo, fieles a los planteamientos de sus técnicos. Curiosamente, España parecía más fresca. A veces Italia nos recordaba a la vieja Italia. Pero era por méritos de España.

Tuvimos dos oportunidades: la primera en un barullo tras un remate de Morata rechazado y en el 101 de nuevo con Morata de protagonista, cuyo medio remate llegó a Llorente que no pudo consumar.

El resultado no se movió en los primeros 15 minutos de la prórroga. Y nosotros físicamente parecíamos más enteros.

Thiago reemplazó a Busquets para la segunda parte de la prórroga y Bernardeschi a Chiesa en el 106. Dos minutos después se rompía Eric García en una contra italiana. Entró Pau Torres. En el 109 anulaban un gol de Italia por fuera de juego. Era claro y no hubo protestas.

Nuestro problema a partir de ese momento es el que señaló Kiko en TV: habíamos perdido fluidez. Nos pesaban las piernas. Ahora eran ellos los que estaban más frescos.

En el 114 un providencial tacón de Pau Torres nos libró de un gol seguro. Despejó en última instancia cuando el pase llegaba al delantero rival, que se plantaba solo frente a Unai SImón.

No se movió el marcador. Y a los penaltis. España volvía a jugarse el pase desde el punto de penalti. Nos fue bien contra Suiza. Unai Simón paró dos.

Unai Simón paró el primero a Locatelli. Dani Olmo la mandó alta.

Belotti marcó. 1-0. Gerard Moreno también. 1-1.

Bonucci anotó engañando a nuestro portero. 2-1. Thiago, con mucha clase, hizo lo mismo. 2-2.

Bernardeschi la metió por la escuadra. 3-2.  Donnarumma se la paró a Morata. Si marcaban ellos estábamos fuera de la final. Como nosotros ante Suiza.

Jorginho no falló. Se lució!!!

Italia es el primer finalista de la Eurocopa 2020. En unas horas conoceremos su rival.

Para España llegar a semifinales ha sido un éxito. Aunque nos vayamos con el amargo sabor de caer en los penaltis, después de haber jugado nuestro mejor partido. Enfrente teníamos a los mejores del campeonato y hemos estado a un paso de la proeza.

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La Roja a semifinales de penaltis

AFP AS

La previa del Suiza-España estuvo marcada por las bromas y memes sobre a qué selección apoyarían los patriotas de bien y de bienes. ¿Seguirían los impulsos del corazón o los de sus ahorros?

La Roja, de nuevo de blanco, salió dominando. Las intenciones suizas quedaron claras desde el principio: esperar atrás, con un 4-2-3-1, para salir al contrataque. La mala suerte se cebó con ellos. A la baja de su capitán -por acumulación de tarjetas- se unió un gol tempranero en contra y la lesión mediada la primera parte de Embolo, que forzó su primer cambio.

A los siete minutos España botó su primer saque de esquina. El balón llegó a Jordi Alba quien desde fuera del área disparó a puerta. La pelota dio en Zakaria, se desvió y se coló en la portería de Sommer. 0-1. Si el lateral no lo hubiese intentado no estaríamos celebrando ponernos delante en el marcador. Si no se intenta no se consigue.

España siguió a lo suyo: dominar y buscar la meta rival. Sorprendentemente Suiza también siguió a lo suyo. No parecía haberles afectado el gol. Mantenían su guión.

Mi preocupación era la presencia de dos centrales zurdos (Laporte y Pau Torres), porque Eric García (afortunadamente) tras dos apariciones en el once titular, en los que fue sustituido, volvió al banquillo. Este hecho sacrificaba a Busquets, muy pendiente de su labor defensiva, ayudando a ambos centrales. A todo esto, Dani Olmo empezaba a calentar, porque parecía que Sarabia tenía molestias.

El cambio de Vargas por Embolo mejoró las prestaciones del combinado suizo. Elaboraban más. Ya no estaban tan cerrados. Nosotros, sólidos y seguros. El mayor peligro rival llegaba de jugadas en fuera de juego que no se señalaban hasta su finalización.

A medida que transcurría la primera parte ellos se estiraban y presionaban arriba nuestra salida de balón. Nuestro dominio se diluía.

Alcanzamos el descanso con 0-1 a nuestro favor.

Sarabia se quedó en la caseta (entró Olmo). Es lo que tienen los suplentes. La teoría de la supuesta frescura de piernas, por la falta de minutos de juego, salta por los aires porque les falta ritmo de competición. Esa tensión física y mental que dan los partidos, uno tras otro. No están acostumbrados.

A los dos minutos de la reanudación Suiza botó su primer saque de esquina. No pasó nada. Dos minutos después Azpilicueta se jugó la amarilla. No la vio y cortó la contra suiza.

Dani Olmo en sus primeros cinco minutos creó dos peligros, aunque el primero venía precedido de un fuera de juego de Morata.

En el 54 Gerard Moreno sustituyó a Morata. Este cambió me extrañó. Al minuto Zakaria estuvo a punto de empatar tras un córner. El mediocentro suizo cabeceó fuera, pegado al palo. Suiza comenzaba a creérselo. Y nosotros pasábamos por un bache.

Ferran Torres en el 58 se fabricó una ocasión al saque de falta de Koke, Era muy complicado lo que intentó. La jugada terminó en saque de esquina.

Pedri que arrancó muy bien el partido, no aparecía en esta segunda mitad. Y lo notábamos. A pesar de la presencia activa de Dani Olmo.

Unas manos milagrosas de Unai Simón en el 63 evitaron el empate, tras una contra vertiginosa de los suizos. No salíamos del bache, a pesar de un par de acciones puntuales.

Al filo del 68 Shaqiri nos empató. Una falta de entendimiento en nuestro medio campo, entre Busquets, Pedri y Alba, provoca la pérdida del balón. Suiza se lanza arriba por nuestra banda izquierda y también aprovechan la descoordinación de nuestros centrales. Shaquiri remata prácticamente a placer el pase de Freuler. Koke y Azpilicueta, desde la banda contraria, llegan a la desesperada pero tarde.

Al gol suizo llegaron unos minutos de desconcierto español. Los suizos estaban crecidos. Y nosotros hundidos en nuestro bache. Empezamos a sacar la cabeza del hoyo en el 74: una buena internada de Azpilicueta que no encontró rematador y al minuto una ocasión de Olmo que acabó en córner. Y en el 76 roja a Freuler, por una entrada durísima sobre Gerard Moreno. Esta acción nos daba un respiro (y algo más en caso de prórroga).

El doble cambio de Suiza (min. 80) también fue chocante: quitó a dos delanteros, incluido Shaqiri (tocado),

La superioridad numérica de La Roja se traducía en la posesión. La pelota ya no era de ellos. Mas no creábamos peligro ni finalizábamos las jugadas. Salvo un remate de Moreno en el 84.

Daba la impresión que el primer objetivo suizo era la prórroga. Y asumo que el segundo sería jugarse el pase en los penaltis.

Suiza en 10 defendía con ocho y fiaba su ataque a aislados intentos individuales.

Se añadían cuatro minutos.

Mi deseado Marcos Llorente entraba en el primer minuto del descuento. Sustituía a Koke. ¡Menos mal! Lo digo por jugar de centrocampista y no de lateral derecho.

El encuentro terminó 1-1. Suiza y España afrontaban su segunda prórroga consecutiva. Ellos con uno menos.

A Ferran y Pedri nos los veía frescos. Luis Enrique dio entrada a Oyarzabal por Ferran. Buen cambio en mi opinión.

Los primeros minutos fueron un monólogo español. Busquets dominaba la situación. Estaba muy cómodo. Y Gerard Moreno pudo marcar en el 92, cuando remató desde la frontal del área chica. Suiza no salía de su campo. No podían. Nuestra defensa estaba en su campo, delante del círculo central.

Sommer metía una buena mano a un disparo de Alba desde fuera del área (min. 95). Rechazó un remate de Olmo, un minuto después, que pudo ser gol.

Ricardo Rodríguez, el lateral zurdo suizo reconvertido a central tras la expulsión, se multiplicaba. En la misma medida que las ofensivas de La Roja. Y cuando superábamos a Rodríguez nos encontrábamos a Sommer. Como le pasó a Gerard Moreno en el 100. El meta achicó su portería y salvó el gol. En el 102 le sacó un excelente disparo a Oyarzabal, desde el vértice del área, tras una pugna por el balón que se llevó Llorente. Sommer volvía ser el héroe de su selección.

El marcador no cambió en el primer cuarto de hora de la prórroga. ¿Sería la hora de Adama Traoré?

Pedri reapareció en el 108, peleando un balón en las inmediaciones del banderín de córner. Recuperamos la posesión gracias a esa acción y Marcos Llorente dispuso de una ocasión al lado del punto de penalti. Rodríguez desbarató el intento. Olmo lo intentó en el 111, gracias a una subida de Jordi Alba. El propio Olmo, en el corazón del área, la tuvo al minuto a pase de Llorente.

Thiago entró en el 112 por Pau Torres.

Varios barullos en el área suiza sobre el 114 acabaron en un saque de esquina que Busquets cabeceó suave y abajo. Ahí estaba Sommer.

Gerard Moreno pudo hacer algo más en el 117. Le pudo la ansiedad y el egoísmo del delantero.

Rodri entraba por Pedri en el 118 y medio. ¿Pensando en los penaltis?

Alargaron un minuto. La última jugada fue una falta que llegó a la banda derecha. Llorente puso el pase y Rodri cabeceó alto, muy alto.

Nos íbamos a los penaltis. Suiza había eliminado así a Francia (tras remontar un 3-1 en contra).

El primero en lanzar fue Busquets. Al poste. Al palo contrario al que se lanzó Sommer. Suiza marcó el suyo.

Dani Olmo anotó. Ellos no: lo paró Unai Simón.

Sommer se lo paró a Rodri. Unai Simón volvió a pararlo, por el mismo lado que el anterior. ¡Qué mejor reivindicación que ésta! 1-1 tras tres lanzamientos para cada selección.

Gerard Moreno fusiló el suyo. Vargas la mandó arriba. Si Oyarzabal marcaba ¡a semifinales!

Oyarzabal no falló!!!

Comentaba con La Mundana que Suiza había metido los cinco penaltis contra Francia y que hoy solo uno (de los cuatro lanzados).

Si consideraba llegar a cuartos un objetivo cumplido para España, este pase a semifinales es todo un éxito. Se mire como se mire. Y ya ni les cuento a partir de ahí…

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La selección de suplentes a cuartos

Fredemann Vogel Getty AS

Se me hace raro ver a La Roja vestida de blanco. Pero no tanto como algunas decisiones de Luis Enrique. Por ejemplo sustituir a Jordi Alba por Gayá en el equipo titular (en el 77 Gayá se retiró tocado y salió Alba). O insistir con suplentes en el once (los centrales y dos de los tres delanteros). También me parece raro prescindir de Marcos Llorente, cuya temporada en el medio campo del campeón de Liga ha sido sobresaliente. Finamente jugó Morata y Gerard Moreno se quedó en el banquillo. Tiene su lógica. A pesar de todos los pesares Morata ha metido un gol y Moreno no. Ambos han fallado un penalti. Morata (y Koke) ha errado ocasiones, mientras Moreno ni siquiera las ha tenido para pifiarlas (o acertar). 

España salió arrolladora. Croacia estaba desbordada. Busquets era el hombre del partido. Pedri y Koke se movían al ritmo que marcaba el azulgrana. Morata presionaba arriba, como ha hecho desde el inicio del campeonato. En este aspecto su labor es encomiable. Sarabia y Ferran Torres le acompañaban en la  delantera. Y creaban peligro desde las bandas. En los primeros 20 minutos tuvimos dos ocasiones, la más clara de Koke (y por partida doble). Pero cuando nos la prometiamos tan felices surgió el error garrafal de Unai Simón. Un pase atrás de Pedri, desde el medio campo, no lo controla (era fácil y debió confiarse) y el balón entra en nuestra portería. Un inmerecido 1-0 para Croacia en el minuto 20. Y recordaba lo escrito esta mañana en la previa: 

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Afortunadamente Simón enmendó ese fallo con dos paradas decisivas. En la primera evitó el empate a dos croata, en la primera gran jugada de Modric. Y en la prórroga salvó con un paradón el 4-3 para Croacia.

Tras el 1-0 nos vinimos abajo. Estábamos a merced de Croacia. Tardamos un cuarto de hora largo en recuperar nuestro juego, Y cuando lo logramos llegó el empate. En el 38 empató Sarabia. El portero croata rechazó un tremendo disparo de Gayá y la pelota la recogió Sarabia. 1-1. Resultado con el que se alcanzó el descanso.

A Modric prácticamente no le habíamos visto en la primera mitad. Adelantó su posición de salida tras el descanso. Pero España volvía a parecerse al de la primera mitad antes del gol croata.

Un pase de Pedri a Ferran Torres, en la banda izquierda. Torres corre la banda y centra al área. Azpilcueta, de nueve, se impone en el salto y cabecea con poderío a la red. Minuto 56 y 1-2. Se le había dado la vuelta al marcador. 20 minutos después Ferran Torres ponía el 1-3. Un balón largo – de unos 40 metros- de Pau Torres (que había entrado por Eric García) lo gana el extremo por velocidad y picardía. Encara al meta y lo bate por bajo. El resultado era para frotarse los ojos.

Mas Luis Enrique no puede dejar de ser Luis Enrique. Y sus cambios debilitaron el equipo. Y así del 1-3 pasamos al 3-3. Algo inexplicable. ¿Falta de experiencia? ¿Desajustes por los cambios? El caso es que nos fuimos a la prórroga.

Después de la intervención salvadora de Unai Simón anotaron Morata y Oyarzabal. 3-5 en la primera parte de la prórroga. No daba la impresión que fuesen capaces de volver a remontarnos. Y de paso era nuestro segundo partido consecutivo marcando cinco goles. Que pudieron seis si un remate de Dani Olmo no se hubiese estrellado en el poste.

Los suplentes Sarabia y Ferran Torres habían cumplido con creces. Y con goles. Morata se reivindicaba con un golazo, de nueve puro (parando la pelota con el pecho y desembarazándose del defensa para fusilar al portero). Tanto importante, el del 3-4.

Desde nuestra racha triunfal (Eurocopa 2008, Mundial 2010 y Eurocopa 2012) no alcanzábamos unos cuartos de final. Y como decía esta mañana, en la previa, cumpliamos nuestro objetivo llegando a los cuartos de esta Eurocopa. Preguntaba en el título del post «¿España de menos a más?«. Ahora parece claro que sí vamos a más. Nos queda por conocer nuestro rival de cuartos, Francia o Suiza. Hemos recuperado la moral y el gol.

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¿España de menos a más?

Stuart Franklin Getty AS

¿Irá España de menos a más en esta Eurocopa? Hay signos esperanzadores, como la vuelta de Busquets que además mejora el rendimiento de Pedri, el estado de forma de Koke y Jordi Alba o el afianzamiento de Azpilicueta en el lateral derecho (esto último es un deseo, pero no creo que Luis Enrique vuelva a las andadas tras el rendimiento del último partido). Nuestros puntos débiles siguen siendo la portería, la pareja de centrales, encontrar hueco a Marcos Llorente en el once y Morata. Igual la solución pasa por sentar al delantero centro y dar entrada a Llorente por la derecha con Gerard Moreno en la punta de ataque. El estado anímico de Morata parece bajo. ¿Es mejor sentarle o seguir apoyándolo de titular? La fase de los experimentos ya pasó. A partir de hoy ya todo son finales. Un tropiezo y a casa. 

Esta selección de suplentes ha logrado el primer objetivo: clasificarse para octavos. Pero no ha conseguido ser primera de grupo, que nos llevaría a enfrentarnos a Ucrania. Un rival más asequible que el de hoy, Croacia. Subcampeona del mundo. Conseguir una plaza en cuartos de final sería un logro para estar satisfechos. Y a partir de ahí todo lo que venga sería un éxito. No llegar a cuartos es un pinchazo. Atribuible a nuestros deméritos en la fase de grupos.

En este tipo de torneos las selecciones triunfadoras van de menos a más. Lo contrario es como la gaseosa. Miren a Países Bajos o a la misma Italia, cuyo fútbol fue el más vistoso hasta que se toparon con Austria en octavos y se clasificaron por los pelos, tras una prórroga (y un penalti no señalado, que de haberlo materializado los austriacos les hubiera mandado a casa). 

A partir de octavos el rol de los guardametas es clave. Donnarumma fue un bastión para Italia, como lo fueron Courtois para Bélgica y el meta checo. Hoy toca confiar en Unai Simón.

 

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