
El ciclo de canciones de Laura Tunbridge, profesora de la Facultad de Música en la Universidad de Oxford, es una joya de libro. Tan revelador como deslumbrante. Un viaje apasionante por uno de los géneros más importantes de la música del siglo XIX. Y llega hasta nuestros días, desde Phil Spector hasta los discos conceptuales de Beatles, Beach Boys, Who, Pink Floyd, Jethro Tull, etc. Es decir, sin complejos ni ataduras. Superando esos tópicos anacrónicos de alta y baja cultura.
La autora investiga otros tipos de música que han influido en el ciclo de canciones, de la ópera y las sinfonías a la canción popular. Una guía completa y sugerente que perfila cómo las prácticas interpretativas, de los conciertos a las nuevas tecnologías de grabación, han cambiado el modo en que las escuchamos. Hay ejemplos célebres, como las obras de Schubert, Schumann o Mahler, que han sido objeto de particular atención y estudio. Sin embargo, otros muchos ciclos –de compositores igualmente famosos tanto del XIX como del XX– no lo han sido. Con el fin de conocerlos en toda su amplitud, este libro introduce una serie de conceptos clave y un repertorio amplio con los que perfilar una historia del género desde Beethoven hasta el presente. En sus capítulos se explora cómo estos ciclos reflejan el mundo que los rodea, y cómo las tradiciones nacionales y las relaciones sociales están presentes en la elección de textos y estilos musicales que lleva a cabo el compositor.
Tunbridge tiene en cuenta dos factores sociales:
«Primero, el lied surgió a la vez que un nuevo tipo de público musical y fue a éste al que sirvió; las clases medias con educación, que suplantaban poco a poco a la aristocracia como principales mecenas. Este cambio necesitaba una mayor sensibilidad comercial de los compositores y sus editores, que ahora tenían que anunciar sus mercancías en un mercado competitivo. La conversión de la música en artículo de comercio afectó directamente a la evolución del ciclo de canciones. Como los lieder, al igual que los poemas en que se basaban, eran de escala relativamente reducida, tendían a publicarse en colecciones… El segundo factor a tener en cuenta es la estrecha relación, hasta en los ejemplos más tempranos, entre los lieder y las expresiones de identidad nacional, en particular el aspecto popular o folclórico de estas sencillas canciones estróficas con textos en alemán, que gustaban y atraían como expresión y definición del espíritu nacional.»
Cuando Laura Tunbridge escribe «se disparó la ambición de los compositores» me siento totalmente identificado. No como autor musical -que no lo soy- pero sí como estudioso y amante de la música cuando hablo de lo que denomino como mercado de canciones. Ella lo aplica a «cuando los lieder empezaron ya a ser cantados por profesionales» siendo uno de los puntos de arranque de lo que hoy conocemos como música popular.
El ciclo de canciones es un libro muy recomendable para todos los amantes de la buena música. Un relato tan erudito como apasionante.
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