El Barça perdonó y perdió. Tuvo el partido a tiro y no supo rematar la faena. Se adelantó dos veces, 0-1 (min. 5) y 1-2 (min. 68). El Real Madrid empató las dos veces y terminó ganando 3-2 con un golazo en el descuento.
No tenía buenos presagios para este Clásico. No poder ir era una mala pata, nunca mejor dicho. Era la primera vez que recuerde que viviendo en Madrid no asistía al partido (al menos en este siglo). La tarde se me hizo larguísima. Normalmente entre que te preparas, te desplazas, tomas algo, etc. vas acortando el tiempo de espera hasta la hora del encuentro. Ayer no hubo nada de esto. En casa y además inmovilizado.
Ancelotti presentó novedades: Lucas Vázquez y Camavinga de laterales, Tchouaméni de central y Modric titular.
El arranque del Madrid me puso de los nervios. Facilitamos la presión alta del Barça con nuestra salida de balón en corto. El primer susto fue una frivolidad de Lunin que pretendió regatear a Lewandowski. La siguiente fue peor. Perdimos la pelota en las inmediaciones de nuestra área. Esta acción originó el primer córner en contra. Que fue el 0-1 de Christensen. Lunin salió a por uvas y Kroos marcaba al azulgrana con el control remoto. El danés en las inmediaciones del segundo palo cabeceó a placer. A partir de este córner casi todos los saques de esquina azulgranas eran una pesadilla. En el segundo que sacaron Araújo cabeceó arriba y también estaba libre de marca. En el tercero hubo el gol fantasma de Lamine Yamal. En nuestra Liga no hay tecnología como en la inglesa para determinar si la pelota entró o no en su totalidad. En medio Vinicius tuvo su primera oportunidad a pase filtrado de Modric. La segunda fue el penalti que transformó en el 18 para empatar. Se había ido Lucas Vázquez por la derecha superando a Cancelo, que le encaró de manera desabrida. Cubarsí salió al paso y en un error infantil dejó la pierna extendida y frenó la incursión de Lucas Vázquez. Es el primer penalti que pitan en contra del Barça en esta Liga (y es el primero en 11 meses).
Lewandowsky en otro córner tuvo el 1-2. Camavinga no podía con Yamal (que también pudo anotar). Estaba desbordado. Tanto que en el 33 vio la amarilla.
Al Barça solo le valía ganar. El Madrid parecía conformarse con el empate. Algunos mensajes de amigos iban en esa dirección. No estaba de acuerdo. Si puedes tumbar al rival noquealo. No son lo mismo 11 puntos de ventaja que mantener los ocho.
Si en el descuento de la primera mitad Xavi tuvo que retirar a De Jong por lesión (entró Pedri), en el descanso Fermín reemplazaba a Christensen para la segunda mitad. Cambió que salió redondo porque Fermín marcaba el 1-2 en el 68. En otra intervención discutible de Lunin: despeja flojo y al centro. La pasividad de la defensa y la habilidad de Fermín sentenciaron.
Lamal seguía siendo un dolor de muelas para Camavinga. Y el único peligro del Madrid era el protagonizado por Vinicius. Lucas Vázquez merece capítulo aparte. Provocó el penalti (1-1), metió un golazo a pase de Vini (el del 2-2) y suyo es el pase en el 3-2 del gol de Bellingham.
Hubo un par de cambios que ambas aficiones discutimos. Los de Lewandowski (min. 63)y Vinicius (min. 81). En mi criterio el polaco no estaba fino (tampoco está siendo su temporada y sus registros goleadores están lejos de los habituales). En cambio Vini era nuestro único jugador que generaba peligro. Ter Stegen, antes del cambio, salvó un mano a mano con 2-2 en el marcador. Despejó el remate de Vini como si fuese un portero de balonmano. Ancelotti explicó el cambio debido al cansancio de Vinicius. Pienso que la amarilla que vio un poco antes del cambio tuvo más que ver (en un altercado con Koundé que también vio la tarjeta).
Si a Xavi le salió bien el cambio dando entrada a Fermín lo mismo puede decirse de Ancelotti cuando en el 70 entró Brahim Díaz por Kroos (flojo ayer, mérito indudable del Barça). Tuvo dos jugadas individuales de quitarse el sombrero. En la primera pecó de individualista y se desperdició una clara ocasión al no haber pasado a Fede Valverde. En la segunda ya con la lección aprendida abrió a Lucas Vázquez, una bala por la banda derecha. El centro al área del gallego lo dejó pasar Joselu (el reemplazo de Vini) y por la izquierda llegaba embalado Bellingham para fusilar el 3-2. El delirio se apoderó de todos los madridistas que estábamos viendo el partido, ya fuese en el estadio o por la tele. Era algo más que el gol de la victoria. Despejaba el camino hacia el título.
Quedan seis partidos, 18 puntos en juego. La ventaja de 11 sobre el Barça debería ser suficiente. Ganando los de casa (nueve puntos) está hecho. Y no olvidemos las semifinales de Champions…