Archivo mensual: mayo 2009

Diana Krall en Madrid

31 de mayo de 2009

DK

Diana Krall ha estado en Madrid promoviendo su ultimo álbum “Quiet Nights“, dedicado a la bossa nova brasileña y donde alterna las composiciones de Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes con clásicos de Rodgers/Hart y Bacharach/David. Su presencia se dejó sentir en sus apariciones en “La Ventana” de la Cadena SER y en el “Cara a Cara” de Antonio San José de CNN +. El broche de oro lo puso la noche del viernes en el auditorio de la sede de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (dentro del jardín Isabel Clara Eugenia de la calle Mar Caspio). Ofreció un recital en directo para un selecto y reducido grupo de invitados. El Mundano estuvo ahí y por eso podemos contárselo. Al repertorio mencionado añadió obras del inolvidable Nat King Cole. La clase y maestría de Diana Krall, más su simpatía y sencillez, cautivaron a los asistentes, embriagados por la cercanía e intimidad de su actuación.

Publicado en Yo, Periodista

Decía lo de embriagados, en la nota enviada a El País, por el aroma que desprende la Krall. Su música y su forma de ser. El año pasado tuve la fortuna de verla en directo por primera vez. Me invitó Seju Monzón al patio del Conde Duque, donde actuaba como parte de la programación de Los Veranos de la Villa. Una preciosa noche de verano al aire libre con su música. Y te transportaba a un pequeño club de jazz. Una velada maravillosa.

Así que no desaproveché la oportunidad de poder volver a disfrutar de sus excelentes dotes como pianista y cantante, en un espacio más íntimo y reducido. Otra maravilla. 

Me contaba Antonio San José con entusiasmo su paso por el “Cara a Cara”. Se nota a la legua que esta mujer despierta complicidades y simpatía por donde va. Como suele ocurrir con los grandes.

Qué maja es. Y se nota que le encanta España de verdad. La gente, el vino, y a su marido nuestro futbol. Se lo pasó fenomenal el verano pasado cuando estuvo de gira.

Y además le tocó el triunfo de la Eurocopa, lo cual quizás contribuyó a ese buen rollito que percibió entre nosotros. Y nos contó entre tema y tema que como Elvis Costello era de Liverpool, era seguidor del equipo de Benítez y por tanto en la Eurocopa iba con la selección. “la roja”.

Estaba con los bebes, que debían tener año, año y medio. Y desde el escenario del Conde Duque se le caía la baba. Los mencionaba cada vez que podía.

– Si, es una madraza. Y una gran persona, un encanto. Sencilla. Inteligente. La entrevista fue una delicia. La emitimos el viernes por la noche.

– Vaya, pues me la pierdo, porque estaré viéndola.

– Se repite durante el fin de semana.

– Menos mal

Despedida DK

Entrada relacionada:

Esta noche toca Diana Krall

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Aún colea la teoría de la Larga Cola (Efe Eme)

30 de mayo de 2009

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Un periodista desinformado es un arma de destrucción masiva. Y lo es mucho más aún si colabora en un medio de gran difusión, de los que crean opinión. Viene esto a cuento porque de repente unas líneas de López Palacios resucitan la teoría de la Larga Cola de Chris Anderson, editor de Wired: “Demanda, haberla, hayla. Pero en pequeño. Es la teoría de la larga cola: en vez de vender un millón de copias de un único disco es rentable vender 1.000 copias de 1.000 álbumes distintos.” De entrada la interpretación que hace de la teoría es errónea porque la aplica al mundo “físico” y Anderson, cuando desarrolló el concepto en 2004, se refería a las pautas de los modelos de negocios digitales. Y ya de paso también se carga las economías de escala: una empresa reduce sus costes de producción por unidad cuantas más unidades vende de un producto. Y esto tiene un reflejo en el margen. Imagino que el reportero ha confundido el mercado de nichos con la teoría de la Larga Cola.

He de confesar que nunca fui un devoto de lo que afirmaba el responsable de la revista tecnológica más influyente del planeta. Me parecía bastante utópico y no estaba fundamentado con demasiados datos. Pero cualquiera se atrevía a poner en duda a la Biblia de las nuevas tecnologías. La teoría se propagó. Era la buena nueva del nuevo mundo. El futuro del negocio digital pasaba por poder almacenar y tener existencias de productos de pocas ventas.

Lo primero que no me convencía era que el mundo digital y sus hábitos de consumo fuesen distintos a los del mundo “real”. A fin de cuentas los compradores somos humanos, sea en una tienda o en un entorno virtual (a veces tan similar a la venta por correo o catalogo).

Mencionar un clásico como el ‘Statistical Forecasting for Inventory Control’ de Robert Goodell Brown (1956, MacGraw Hill) no era nada “cool”. Básicamente el libro describe la importancia de la distribución logarítmica-normal como método de análisis. Sus planteamientos resultan más realistas que los de Anderson.

A principios del año pasado empezaron a conocerse los primeros indicios de que algo fallaba. Quino Fernández recogió en su blog que la teoría de la Larga Cola no funcionaba en youtube. Preguntado al respecto el Sr. Anderson contestaba (en actitud que le honra) que podría ser por la gratuidad del servicio que ofrece el gigante de los videos en Internet y añadía que al estudio le faltaban datos para ser validado. Mmm…

A principios de noviembre del 2008 en la Telco 2.0 la Larga Cola daba sus últimos coletazos. Un grupo, liderado por el economista Will Page (responsable financiero de la MCPS-RPS Alliance), daban a conocer un estudio basado en las ventas digitales de música. Y los resultados demostraban que todo funcionaba como en las tiendas. Sólo un 20% de las canciones venden al menos una copia. El 80% restante no vende nada. Son 10.4 millones de obras sobre un total de 13. El 3% de los temas “activos” (los del veinte por ciento que mueven al menos una descarga) representan el ochenta por ciento de los ingresos. Este tres por ciento son aprox. 52.000 canciones. Lo sorprendente es que equivalen a 4.000 CDs, exactamente la media de discos que se encuentran en una tienda inglesa (país donde se ha realizado el estudio). Y solamente 40 temas vendieron más de 100 mil unidades, representando el 8% del negocio. Esto en cuanto al mercado del “single”. Los datos para los álbumes son similares. Sobre un total de 1.23 millones sólo se vendieron 173 mil. El 85% no vendió nada en un año.

El propio Chris Anderson tuvo que reconocer –con reparos- un mes después en The Times que quizás su Larga Cola no tenia ya tan larga vida.

Medio año después, esta semana, me vuelvo a encontrar con el asunto. Un amigo, músico por más señas, me rebate unos argumentos con la teoría de Wired. Es obvio que había leído El País. Y como él miles más.

No quisiera terminar sin una reflexión, fruto de la conversación mencionada (en la que también participó Antonio Cambronero). Y es sobre cuando “compartir es egoísta”. Es obvio que si la grabación es de tu propiedad puedes hacer con ella lo que quieras. Regalarla en Internet, por ejemplo. Pero conviene hacer números para no perjudicar a terceros. Porque existe el lucro cesante por las ventas no realizadas, los derechos conexos, etc. El ejemplo es fácil: si vendes 400 CDs a digamos 10 € facturas 4.000. A repartir entre los que forman la cadena de valor. Si regalas las descargas y consigues 8.000: podríamos establecer la equivalencia de 12 pistas por CD. El resultado serían 666 discos. Poco más de un 65% de los 400 que has vendido. Pero sin ingresos. Sin que circule dinero. No se crea “riqueza”. Es a lo que me refiero que a veces “compartir es egoísta”.

Publicado en Efe Eme

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Y Melchor Miralles qué tiene que decir

29 de mayo de 2009

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Melchor Miralles, y Raúl del Pozo, fueron los responsables de la campaña de medios de Ramón Calderón en las últimas elecciones para la Presidencia del Real Madrid. Colaboraron también otros periodistas como Gaspar Rossetti. Seguro que el Sr. Miralles tiene algo que decir sobre todo lo ocurrido recientemente en la Casa Blanca. ¿Por qué? Sigan leyendo.

Melchor Miralles es uno de los paradigmas del periodismo de investigación. Se apuntó todas las medallas (compartía el trabajo con otro compañero) en las revelaciones del caso GAL. Hoy es el máximo responsable de El Mundo TV.

Con la “victoria” de Calderón pasó a ser miembro de su Directiva, de la que dimitió el otoño pasado. Gran aficionado al baloncesto, era co responsable de la sección.

Calderón y Miralles siguieron siendo amigos. De hecho hace unos meses en un episodio confuso, donde hubo golpes e insultos, fue el propio Miralles quien en la SER explicó lo sucedido. Aclaró que estaba con su amigo Ramón Calderón y que no tenía nada que ver con los incidentes. Era estar en el sitio equivocado en el momento equivocado. Da igual, lo traigo a colación porque demuestra que a pesar de la dimisión, seguían manteniendo una relación cercana.

De lo que no sabemos nada es de lo que opina sobre:

–         Calderón doblemente imputado.

–         La tristemente famosa Asamblea, que acabó provocando la salida de RC de la presidencia.

–         La falsificación del voto por correo “presuntamente” efectuada por Calderón. Quien además acusó a los demás de estar haciéndolo, provocando su anulación y facilitando su triunfo.

–         La incertidumbre sobre las cuentas.

–         Las dudosas indemnizaciones.

–         La policía registrando el Bernabéu hace un par de días.

Como amigo ha estado presente en cada uno de los puntos mencionados anteriormente. Y en otros también. Como parte del equipo de campaña y miembro de la Junta Directiva, ha participado en varios de los asuntos descritos. Por eso pregunto: ¿Y Melchor Miralles qué tiene que decir?

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Zero

28 de mayo de 2009

Zero

Me trae loco esta canción: “Zero” fue el primer single del nuevo álbum “It’s Blitz!” de los neoyorquinos Yeah Yeah Yeahs. Ahora editan un EP con cuatro remezclas del tema. De momento me quedo con la versión original (y no sé por qué pero me recuerda a los disueltos Garbage).

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La mejor final posible de la Champions

27 de mayo de 2009

Pep

Mal que me pese esta es la mejor final posible. Claro que me gustaría que mi Real Madrid estuviese en Roma. Pero no hay tu tía, no tenemos nivel. Nos eliminan en octavos desde hace cinco temporadas (con Florentino Pérez de Presidente). Y hoy se enfrentan los dos mejores equipos de la temporada. Con el aliciente añadido de ver al mejor equipo de la temporada pasada, Manchester United, contra el aspirante a destronarle, el Barça. Quienes además han hecho el mejor futbol y esta noche cierran una resurrección asombrosa. De terceros en la Liga pasada, a 18 puntos del Madrid, a ganar Liga, Copa del Rey y ser finalistas de la Champions. Pase lo que pase hoy el merito es enorme. No pasa nada si pierden, porque para perder la final hay que jugarla. Y si llegas después del doblete nacional todos los elogios son pocos. Y ya si ganas ni os cuento…

Mi admirado Relaño escribe hoy “El mayor espectáculo del mundo”. Creo que este titular resume perfectamente lo que es indudablemente el partido más importante del planeta Fútbol. Sólo la final del Mundial está a la altura.

Pep Guardiola ha sido el triunfador del año. Aparte de los títulos, ha recuperado a Henry, ha sabido manejar una potencial situación explosiva con “el rechazado” Eto’o, ha dado oportunidades a los canteranos –aunque Bojan parece haberse estancado- y ha suplido con maestría las ausencias de Iniesta por lesión. Jugador que me parece fundamental para la final de hoy. Se ha mimado su recuperación para asegurar su participación. ¿Pero estará al 100%?

Las dudas sobre Iniesta, un Henry tocado desde el Bernabéu más las bajas ya conocidas –en defensa- parecen demasiadas ventajas para los ingleses (sus tres finales se saldan con victoria). Aunque Fletcher su defensa revelación no será de la partida…Veremos que pasa. Un gran partido sin duda. Sin pronostico claro. Con grandes peloteros sobre el campo. No solamente Ronaldo y Messi

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Los anti Sinde del domingo pasado

26 de mayo de 2009

libertad de expresión

La foto que encabeza esta entrada no tiene nada que ver con los abertzales. Aunque lo parezca dado el sesgo demagógico y oportunista. Está tomada el domingo pasado en Madrid durante la manifestación anti Sinde (y anti canon, anti derechos de autor, etc.). No llegaron a trescientas personas y en mi opinión fue un rotundo fracaso. Es más, diría que hicieron un ridículo tan sólo comparable al de los presuntos aspirantes a la Presidencia del Real Madrid, quienes han acabado convirtiéndose en “no candidatos”.

Señores la Libertad de Expresión es algo bastante más serio. No jueguen con ella. Y menos en este país donde tanto dolor y sangre se ha vertido en su defensa. No se apropien de ella (como han hecho con otros símbolos). El derecho a la Libertad de Expresión viene recogido en la Constitución de 1978 en su artículo 20, siendo uno de los derechos que dispone de más garantías jurídicas (recurso de amparo, recurso de inconstitucionalidad, reserva de ley y aplicabilidad directa, procedimientos sumarios en la jurisdicción competente, difícil reforma del articulado en la Constitución). Este derecho puede ser suspendido si se declara el estado de excepción según el artículo 55 de la Constitución española.

Comentaba la jugada ayer por la tarde con Antonio Cambronero, cuando apareció J M aka doctorprofessormun, y la conversación derivó (será el post del sábado para Efe Eme, unido a algo que he leído en El País de ayer y que seguramente influyó en JM). Tanto Antonio como yo mencionábamos el post de César Calderón, del que extraigo varios párrafos que resumen perfectamente la situación:

Hoy es un día triste para los derechos de los internautas, un día muy triste.

Los organizadores de la manifestación, con su estrechez de criterio se han convertido en los mejores aliados de la SGAE, dejándonos a los pies de los caballos tras una gestión partidista e interesada de algo que debería haber sido de todos y ha terminado convirtiéndose en un acto minoritario en el que muchos, muchísimos, no hemos podido participar dado el cariz fundamentalista y excluyente que tomaba la convocatoria.

Enrique de Diego ex-subdirector del diario ultra “Época”, colaborador de las ultramontanas Intereconomía o La Nación y presidente de la curiosa plataforma de las clases medias, una organización que entre otras lindezas propone:

– La supresión de las Comunidades autónomas

– Prohibir constititucionalmente el déficit

– Endurecer el código penal

– Acabar con las subvenciones a los sindicatos

Antonio está más cerca de los planteamientos de Calderón que un servidor: no comparto sus puntos de vista sobre los copyrights. Del software libre no tengo ni idea así que no opino y escucho lo que me cuentan “los sabios”. El problema es que muchos de ellos –y no lo digo por Cambronero– si lo hacen sobre la propiedad intelectual de cine, libros y música sin dominar el tema (confunden los términos de Autores con los de Artistas, Interpretes o Músicos y también organizaciones y sociedades de gestión como AIE, AGEDI, Promusicae, CEDRO, VEGAP, UFI, SGAE, etc.). Y qué decir de muchos comentarios “profesionales” que se leen en blogs y artículos de medios online. Lo cual me lleva al principio de esta nota: la Libertad de Expresión. Y añado el mundo de las opiniones. Porque uno es muy libre de expresar lo que quiera, pero, sintiéndolo mucho, no todas las opiniones son respetables. A mi me puede gustar la física quántica o tener interés en aprender sobre el Open Source. Pero de ahí a atreverme a emitir una opinión va un trecho. Y desde luego mi opinión no será digna de respeto, porque parte de mi ignorancia en esos asuntos.

Evidentemente, no todo el mundo actúa como yo (ni yo mismo a veces). Y desde luego los De Diego, Dans o Domingo, cabecillas del esperpento del domingo pasado no siguen mi norma.

Sobre Dans y Domingo ya he expresado mi opinión aquí y aquí. Y le comentaba al amigo Antonio que lo de esta peña no me sorprende en absoluto. Ya vengo diciendo desde hace años que manejan una agenda oculta donde se mezclan intereses personales, económicos y aspiraciones políticas. Afortunadamente se les va viendo la goma de la careta…

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Un siglo de canciones 19: “Cómo Fue” (por Om Ulloa)

25 de mayo de 2009

Beny More

En el Madrid de finales de la década de 1960 y principios de los 70 que a mi familia cubana le tocó vivir, muy pocos sabían quién era Beny Moré.  Yo lo conocía, confieso, de sólo escuchar a mi padre hablar de él. Era el comienzo de un exilio, primero español y franquista, luego estadounidense nixoniano, carteriano, etc., que ha durado toda mi vida. En aquel entonces me interesaban más los Beatles, Serrat, los Rolling Stones y hasta Raphael y su “Digan lo que digan” que el Beny, como le llamaba mi padre con los ojos entornados, como si hablara acerca de su amigo más íntimo. Eran tiempos difíciles para nuestra familia, de reajuste total, y comprar un disco de 45 rpm era un lujo inalcanzable para una casi adolescente como yo. Con decir que en el piso que alquilábamos no había agua caliente, mucho menos televisor ni tocadiscos.

Desde siempre la música fue y es la clave de mi existencia. En aquel madrileño piso de Ayala, y luego en el de La Elipa, vivíamos con el radio siempre puesto. Era un radio viejísimo que no tenía onda FM. Por eso, la cadena SER y sus hits parades a todo dar eran la bulla que hacía a mi madre olvidar lo que atrás habían dejado, mientras se ocupaba de los quehaceres domésticos. Massiel, Julio Iglesias, Los Brincos, Los Bravos, Nino Bravo y toda la invasión inglesa, italiana, francesa y estadounidense de la época, y hasta de vez en cuando Machín y sus boleros españolizados.

A mi madre le daba igual Juana que la hermana en lo musical, pero no así a mi padre, que siempre fue devoto amante de la música cubana de la época de oro de las grandes orquestas, los melosos boleristas, los guapachosos soneros y conjuntos charangueros que hicieron bailar al mundo durante la primera mitad del siglo 20. Por eso, cada vez que mi padre chocaba con un cubano en Madrid, lo primero que le preguntaba era que si tenía un disco del Beny. Con la misma ansiedad que él lo preguntaba siempre le contestaban que “no, chico, cosa más grande… en este país ni saben quién es El Bárbaro”.

Así pasaron casi dos años. Un domingo, caminando conmigo y mi madre por el Rastro madrileño, mi padre se detuvo en medio de la gente que nos apretaba y zarandeaba. Mi madre lo miró confusa, mientras él movía la cabeza como un ventilador, buscando algo con ansiedad. El gentío nos empujaba y el ruido apenas me dejaba escuchar. Entonces de pronto lo oí, una voz melodiosa y el estribillo que se alzaba sobre la bulla…

Fue una luz que iluminó todo mi ser… tu risa como un manantiaaaal…” Mi padre ya caminaba a grandes zancadas en dirección al eco musical que lo atraía como un imán, empujando a todo el que se le cruzaba por delante. Se detuvo frente a una mesa donde un señor mayor vendía discos usados, que tocaba en un tocadiscos antiquísimo. Tan viejo era que la aguja, enorme, en vez de tocar el disco mas bien lo arañaba. Mi padre puso sus manos enormes sobre la mesa, como para aguantarse, bajó la cabeza y cerró los ojos y le habló al hombre: “Súbalo, por favor, súbalo”. El viejo subió el volumen y lo oí por primera vez: “Fueron tus manos, fue tu voz… fue a lo mejor la impaciencia de tanto esperaaar… tu llegada… no sé, no sé decirte cómo fue…”.  Quise tocar a mi padre, pero mi madre se interpuso. Despacio, le puso un brazo a él por la cintura. Así, me eché a un lado y escuché el bolero más bello de todo el siglo 20, “Cómo Fue”, la obra maestra compuesta por el Maestro Ernesto Duarte, en la voz de Beny Moré, el mejor cantante cubano de todos los tiempos, el “Bárbaro del Ritmo”.

Cuando la canción terminó, mi padre le preguntó al hombre cuánto valía el disco. Las cuarenta pesetas eran demasiado para su ligero bolsillo y la derrota se volvió a apoderar del rostro de mi padre. “Además”, dijo sonriendo con una mueca, “ni tenemos tocadiscos”.  Antes de seguir caminando mi padre le volvió a pedir al viejo que le pusiera la canción, pero éste se negó haciendo un gesto impaciente con la mano, ya sabiendo que no había compra. Nos alejamos, mis viejos cogidos del brazo. En mi cabeza retumbaba la melodía… “fue a lo mejor la impaciencia de tanto esperaaar… tu llegada… no sé, no sé decirte cómo fue…”  para nunca olvidarla. Es mi canción del siglo 20, la melodía perpetua de una interrogante.

Entradas anteriores en:

Un siglo de canciones (todos los posts)

Pare

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U-ru-gua-yo!!!! (por Julio R. Llorente)

24 de mayo de 2009

Forlan

No lo he acordado con Adrian como cuando meses atrás he escrito en El Mundano sobre los míos y su camino por la Champions, que se acaba el miércoles con la gran final en Roma, o cuando he publicado mi aportación a canciones decisivas de la época «heroica» o al salir de paseo las batallitas de los viejos colegas de Popular FM, casi cuatro décadas después.

Pero es que tengo que decirlo y escribirlo. ¡Qué pedazo de jugador viste de rojiblanco desde hace dos años! ¡Qué calidad y que profesionalidad! ¡Qué orgullosos tienen que estar los uruguayos de tener un compatriota que está a la altura de los grandes futbolistas mundiales del momento! Si eres sudamericano, si no eres argentino o brasileño… mala cosa para que te reconozcan méritos. Será porque los viejos logros de la celeste uruguaya quedan tan lejos y amarillentos…

Diego Forlán es el mejor jugador del Atlético de esta campaña y desde hace muchas (no, que no me olvido de ese Niño que se echó el equipo a cuestas quizás cuando había menos calidad en el plantel que ahora y que tiene bien merecido el hueco en nuestra historia en rojiblanco).

Ayer, en esa jornada (ufff… que congoja) que nos obligó la estúpida guerra de los derechos televisivos a seguirla por la radio, como en los viejos tiempos («Gol en Bilbao, gol del -la h no se pronuncia y alarga el suspense- Atleti… ¡co de Madrid!”), aunque uno tuviera comprado su partido por PPV, Forlán volvió a demostrar su talla.

Hace años, en otras épocas -ahora, quieras que no, son tiempos mejores, aunque sólo sea porque somos europeos- uno salía del Calderón reconfortado porque había visto un buen manejo del mago Kiko, de espaldas a puerta o un slalom de Futre a velocidad de vértigo o un protagonismo de Torres en lucha casi solitaria contra el mundo…

Ahora -y mira que tiene peso el nombre del Kun– todos los focos apuntan a Forlán. Ha metido goles de todos los colores. Con la izquierda, con la derecha, desde lejos -una de las especialidades de la casa y que ha sido punto de apoyo para levantar resultados que parecían irremontables- o desde cerca. Y ha jugado de punta, de enganche, pasando balones e incluso de lateral achicando y despejando a córner. Nada rara esa imagen de algún partido de verle con el gesto desencajado y exhausto tras completar una maratón de kilómetros corridos sobre el césped.

Con los de ayer -tres, aunque el último fuera de regalo, porque se resbala, no «piscinea» y no tiene la culpa de que los árbitros sean tan malos- llega a los 31 goles que le van a dar el Pichichi porque Eto’o se retira entre deberes a la patria y rendido a la evidencia (y van dos que el rubio le rebasa en la recta final de la pelea por ser el máximo realizador) y quizás también la «bota de oro«.

La jornada próxima hay que poner el broche. Un punto ante los de Hugo Sánchez – mira, casualidad, otro goleador de la casa rojiblanca de la historia más reciente, aunque al manito se le suele «olvidar» ese pasado- y estará conseguido el pasaporte para jugar la Champions 09-10. ¿Y algún gol más de Diego Forlán? No sería de extrañar.

Esa despedida de curso tendrá que recordarse como el día en que el habitual grito de reverencia y de caer rendidos a sus exhibiciones -¡¡U-ru-gua-yo -u-ru-gua-yo!!- atruene más que nunca.

PD.-No quiero ni pensar que, por la incompetencia de quien corresponda en las alturas directivas, ese partido que viene sea sinónimo de despedida del 7 del Atleti que, a fuerza de trabajo y calidad, se ha reivindicado como un inmenso y completo futbolista. Juega a nuestro favor para echar para atrás, precio aparte, a los posibles pretendientes, que tiene ya 30 años recién cumplidos. Aunque, bien pensado, como es un atleta, le queda fútbol y gasolina para tres o cuatro temporadas más. Vamos, que sí, que tiemblo. Como nos le birlen….

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Por qué, cielos, un moderno como Tarantino me fascina (by Julio Valdeón Blanco)

24 de mayo de 2009

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Ya está, lo he leído. Me refiero al guión de “Inglourious Basterds”, esqueleto de la película que Quentin Tarantino presentó en Cannes. No ignoro, faltaría, que esto es un adelanto. El cine, a diferencia de la literatura, respira sustancialmente por la cámara. Raro es el libreto que resiste la lectura despojado de fotogramas. Por eso, imagino, la mayoría del teatro se me hace insoportable encuadernado, con la inevitable excepción de Shakespeare, Valle y poco más. Será por esto, también, que el deslumbramiento que sientes hacia este sofisticado, espídico, hiperactivo y egomaníaco director se multiplica al constatar, enfrentado a un guión lirondo, despojado de las exhuberantes bandas sonoras con las que suele aderezar a sus criaturas, sin las vitaminas que aportan los actores, por eso, decía, la admiración crece exponencial al constatar que el muy cabrón es capaz de volarte los sesos con apenas un guión canino. Su escritura agarra del escroto y no da tregua. Sigue en posesión del don, ese shining que Jack Nicholson reclamaba para los grandes. Ni dios le hace sombra cuando se aplica a facturar una obra con pretensiones de figurar junto a “Reservoir Dogs”, “Pulp Fiction” y “Jackie Brown”.

Y no, no me encontrarán entre sus más entregados palmeros. Me jode su rollito autorreferencial, esa banalización de las escabechinas con las que a veces adorna sus pasotes, los continuos guiños para cinéfilos. Tampoco comparto muchas de sus filias. El cine de serie B, las pelis de artes marciales, los superhéroes, el cómic o los westerns de Sergio Leone me la soplan. “Kill Bill”, descontado, o no, su indudable poderío visual, sus esplendorosos y grotescos chistes, duró muy poco en mi disco duro. “Death Proof” me resulta patética, endeble, infantil y tontoide. Soy así de carca. No orgasmo con el imaginario que veneran sus feligreses, con las criaturas de Paul Naschy o las aventuras cósmicas de Star Trek, rara vez me intereso por el Festival de Sitges, por la música de vanguardia y avanzadilla ligera que reclama el Sonar, ni me hallarán de bruces frente a las prestigiosas chorradas del penúltimo David Lynch, alias Sor Meditaciones. Siento visceral y subjetivo asco por todo aquello que lleve marchamo cool, por el uniforme de camiseta, zapatillas Adidas y bolsito en bandolera que distingue a los oficiantes de la modernidad, por los que están a la última, por quienes tuercen el morrito cuando explicas que prefieres a Van Morrison sobre TV On The Radio, a Bambino en lugar de Balago, a John Ford en vez de a Von Trier. Rezo cada mañana la oración de Yeats (“Me levantaré, e iré a Innisfree/y una pequeña choza me construiré/de arcilla y espinos será:/nueve hileras de judías tendré, una colmena para las abejas de miel/y viviré solo en el arrullo de los zumbidos”) y entre Scorsese, Woody Allen y Nicholas Ray, de un lado, y el Almodóvar más grave o el último Coppola, ese que reniega de “El Padrino”, lo tengo clarísimo. 

Dicho esto me pregunto cómo es posible que un tío tan imantado de autobombo, tan adorado por la parroquia más detestable, ensoberbecida, narcisista e in, Tarantino, o sea, me subyugue. Será, lo admito, que más allá de sus juglares, acólitos, santeros, epígonos y doctorandos, por encima o debajo de la nefasta influencia que haya ejercido y de castañas paridas por imitadores como Guy Ritchie, será, sí, que hablamos de alguien que derrocha estilo, personalidad, marchamo intransferible, curiosidad, reflejos, sabiduría, de alguien infinitamente dotado para la escritura, fílmica y de la otra, capaz de sobreponerse al hype y facturar obras perdurables. Así las cosas, los prejuicios, la caricaturización del enemigo, mis ancestrales y personalísimos cabreos, toca descubrirse ante un artista bendecido por el duende. Toca perdonarle (casi) todo, incluidos los aplausos del más recalcitrante sector fashion y sus listísimos doctores. Por algo “Pulp Fiction” es la película favorita de mi amado Raúl del Pozo, y yo con/por Raúl, qué quieren, cabalgaría hasta la muerte.

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Rayos de optimismo (Efe Eme)

23 de mayo de 2009

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En la semana que se conmemora el centenario de la muerte del genial Isaac Albéniz se celebran varios actos para recordar la efeméride: dentro de Las Noches del Español se estrenó en el madrileño teatro la “Suite Española”, que congregaba a una pléyade de estrellas de las artes nacionales. El súpergrupo, bajo la direccion de Pepa Gamboa, estaba formado por la pianista Rosa Torres-Pardo, el actor José Luis Gómez, el poeta Luis García Montero y el artista plástico Eduardo Arroyo. El homenaje al insigne compositor era un recorrido por su música para piano al que han incorporado la palabra y una simple escenografía. Asimismo en el Auditorio Nacional (23 de mayo) tiene lugar el ciclo Albéniz.

Contrasta este tributo a uno de los grandes de nuestro pasado musical con el presente y futuro del negocio musical, simbolizado en el juicio de las multinacionales discográficas contra Pablo Soto. Ayer quedó visto para sentencia, tras dos días de vista oral. Mientras, los Estados Unidos nos tienen en su punto de mira. Por segundo año consecutivo su Departamento de Comercio nos incluía –a finales de abril- en la lista de países que vulneran los derechos de propiedad intelectual. Y somos los que nos llevamos una de las más duras reconvenciones.

Coincidiendo con el inicio del juicio contra Pablo Soto, creador de un sistema P2P, el Congreso estadounidense advirtió que la piratería por Internet en España ha alcanzado «un nivel epidémico» y nos colocó en un grupo de cinco naciones donde este delito informático es especialmente preocupante. En un informe publicado en su página Web, el Caucus contra la Piratería Internacional de la Cámara norteamericana advirtió que este año vigilará de forma especial la situación en China, Rusia, Canadá, España y México. La noticia recogida de El País añadía que en el caso español, los congresistas afirmaron que los autores «carecen de las herramientas necesarias para hacer valer sus derechos en Internet, lo que socava el desarrollo del comercio legítimo por Internet y daña el sector tanto en Estados Unidos como en España».

USA ha sido de siempre un celoso guardián del copyright, conocedores de la importancia económica que representa para sus empresas y sus creadores. Sean del sector que sean (música, cine, literatura, informática, etc.).

Con la salvedad de Diego A. Manrique (casi) nunca se ha señalado el equilibrio ecológico que se producía en las grandes discográficas: eran los recursos generados por los grandes vendedores los que proporcionaban la capacidad de riesgo para invertir en nuevos artistas. Hoy en dia este concepto ha saltado por los aires. Se apuesta sobre seguro y el riesgo actualmente sólo es asumido por las independientes (como siempre ha sucedido, y además no les queda más remedio).

Desde esta columna semanal he mostrado en numerosas ocasiones mi preocupación por la aparición de nuevos talentos. Por su desarrollo y consolidación. Si bien es cierto que Internet ha aumentado globalmente las ventanas de exposición, no es menos cierto que los grandes medios de radio y TV han restringido las suyas. Desde la fiebre por los “oldies” a la paradoja que la MTV –Music Televisión- en Estados Unidos prácticamente ya no emite videos, las oportunidades mediáticas escasean. La crisis del mercado discográfico, que ha conducido a la desaparición de tiendas y puntos de venta, tampoco ayuda. Por no mencionar lo obvio: las compañías que cierran o se fusionan, con el impacto negativo que esto tiene sobre las posibilidades de grabar. Y los más afectados son quienes se supone tienen que tomar el relevo de los veteranos.

Claro que hay excepciones y sorpresas. Y aparecen rayos de optimismo. En nuestro país destacaría a Russian Red. Una cantautora apoyada desde el principio por Julio Ruiz (desde su “Disco Grande” de Radio 3). Cimentó su fama y reputación a base de actuaciones por el circuito madrileño de locales de música en vivo y su myspace (con más de un millón de visitas). Con todo lo que más me llama la atención es que ¡canta en inglés! Toda una rara avis en el panorama nacional de la canción de autor.

La noche madrileña bulle con nuevos cantautores venidos de todas partes. Que poco a poco y con mucho esfuerzo se van haciendo un hueco. Algunos como el catalán Rafa Pons ha pasado de pequeños locales como El Búho Real o Libertad 8 a otros de mayor aforo como Galileo Galilei o la Caracol. No os perdáis el video anunciando su actuación del pasado jueves. Youtube ha sido su aliado. Una de sus canciones más conocidas –no incluida en sus discos- es todo un éxito en el afamado canal y refleja el contagioso fervor que provoca en directo. Rafa Pons recientemente ha rodado un clip de “No Hay Sexo Seguro”, de su segundo álbum  «Insisto«, con Carlos, el de «Contigo no bicho».

Alejandro Martínez –catalán afincado en Madrid- es una mente inquieta. Excelente pianista, no es raro encontrarle tocando con otros compañeros, tiene una rara habilidad para componer canciones originales y frescas. Diría que están más cerca del Pop que de los cantautores al uso. Recogen muchas influencias, como no podía ser menos teniendo en cuenta su formación musical. “Orgasmos Modernos” es su última grabación. Alterna sus actuaciones con presentaciones de este disco y un nuevo proyecto basado en los poemas de Gil de Biedma.

Luis Ramiro ha contado para “Dramas y Caballeros”, su segundo disco, con la producción de Pancho Varona, José Romero y Antonio García de Diego. Todo un aval. Y se ha colocado entre los cinco discos más vendidos de FNAC, entrando en el Top 75 de la lista oficial de ventas. Le queda un largo camino por delante, tan arduo como el recorrido hasta ahora. Porque Luis Ramiro no ha surgido de la nada…

Al igual que los anteriores Zahara se ha pateado los garitos de Barcelona -donde vive- y alrededores, además de los de la capital. Y también ha encontrado dos aliados fenomenales en myspace (más de 700 mil visitas) y youtube. Estamos hablando de una generación que domina lo audiovisual como herramienta de expresión artística y de comunicación. Asimismo la podemos encontrar en Facebook y Flickr. Una artista de hoy.

Nacida en Úbeda (Jaén) su segundo CD “La Fabulosa Historia De…” está grabado bajo la supervisión de Carlos Jean y Ricky Falkner. Rescata dos temazos de su autoeditado primer lanzamiento, “Chico Fabuloso” y “La Canción Más Fea Del Mundo”.

Tuve la ocasión de verla en directo –ella sola- hace un mes y todavía estoy bajo los efectos de su hechizo. Sus canciones, pequeños artefactos hipnóticos, te atrapan y te sumergen en el mundo de esta mujer que puede revolucionar el panorama. Comprobarlo por vosotros mismos. Podéis empezar con este video de “La Canción Más Fea Del Mundo”:

Publicado en Efe Eme

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