31 de agosto de 2009
(Un tributo a Larry Knechtel)
Rebuscaba yo en el desván de viejas músicas en que poco a poco se ha convertido mi cerebro para decidirme por una que incluir en esta serie de Un Siglo de Canciones, cuando la actualidad ha irrumpido cruelmente en tal proceso al llegarme la noticia del fallecimiento el pasado 20 de agosto en California de Larry Knechtel. Aunque pianista en innumerables sesiones de grabación, líder del grupo Bread y músico polimorfo, multiinstrumentista y superdotado, curiosamente Knechtel debía gran parte de su relativo reconocimiento popular a un solo trabajo: su colosal arreglo y acompañamiento al piano del tema de Paul Simon “Bridge Over Troubled Water” que daba nombre al último álbum de Simon y Garfunkel.
Si el jefe Vogel no se opone (y si estas leyendo esto es que no se ha opuesto), hablar de ello servirá tanto para glosar la historia una canción merecedora a mi juicio de figurar en esta antología, cuanto para recordar el nombre de Larry Knechtel, precisamente el nombre que, al escuchar la fuerza de su piano, buscábamos todos en la carpeta de ese LP, imprescindible para varias generaciones de aficionados. Aquel arreglo de Knechtel para piano, en el que trabajó durante días en compañía de Garfunkel, merece una consideración diferenciada y paralela al de la extraordinaria canción a la que envuelve. Y no sólo por la dolorosa circunstancia de la desaparición del artista en estos días, sino por la fuerza y la calidad de ese teclado que juega con la dinámica de la melodía como si, en efecto, se debatiera por debajo de ella una corriente turbulenta que sus notas se afanan en aplacar.
Se podría decir que el piano de Knechtel fue durante aquel 1969 el puente que superó las aguas turbulentas que discurrían desde hacía años entre Simon y Garfunkel. Cualquier biografía que se consulte de este dúo tiene por fuerza que emplear más tiempo en explicar sus sucesivos y numerosos alejamientos entre sí que su obra conjunta. Si bien 1955 – tenían dieciséis años- puede ser el año inicial de la historia del dúo en el instituto de Forest Hills del Queens neoyorkino, y 1970 el final de la misma con el lanzamiento de “Bridge Over Troubled Water”, la verdad es que su decurso es un guadiana de separaciones y reconciliaciones de las que, menos mal, surgieron algunos de los himnos más emblemáticos de la juventud de los últimos años sesenta y primeros setenta. Pero a pesar de esa calidad, en absoluto encontramos la cantidad de producción que cabría esperar para un periodo de quince años de mentes musicales tan brillantes.
La primera separación se produce ya en el instituto por un quítame allá esa autoría de una maqueta. Tengo entendido que tras la bronca, Paul anduvo trabajando con una pecosa de su edad, compañera también del “insti”, que se llamaba Carole Klein y que años después triunfaría en la música tras cambiar su apellido y presentarse al mundo como Carole King. ¡Vaya con el instituto de Forest Hills, lo que hubiera dado yo por hacer ‘pellas’ en su patio! En 1963, Art y Paul se unen de nuevo para grabar “Wednesday Morning 3:00 AM” un disco hoy archiconocido pero que entonces fue poco menos que un fracaso. Total: otra vez cada uno por su lado. Tiempo después, el éxito de su tema principal “Sounds of Silence” en una versión no autorizada por Simon, hizo a éste volver de un periplo de aprendizaje por Europa y recuperar junto con su compañero tanto esa como otras de sus viejas canciones. El resultado fue el álbum “Parsley, Sage, Rosemary and Thyme”. El director cinematográfico Mike Nichols recuperó también por entonces –1966- algunas canciones viejas para incluirlas en su exitoso film “El graduado” y aquí empezaron de verdad los reconocimientos al dúo neoyorkino, grammies, oscars y conciertos masivos incluidos. Todavía anduvieron juntos para grabar el intimista y –para mí- grandioso álbum “Bookends”.
Pero en 1969 sus relaciones ya empezaban otra vez a agriarse. La grabación de “Bridge Over Troubled Water” apareció sólo con once de las doce canciones previstas al no ponerse de acuerdo las dos estrellas en cuál debería ser la duodécima, y después del lanzamiento del álbum en 1970, tras un par de conciertos el dúo dejó definitivamente de grabar.
Algún amigo ‘caritativo’ de Arthur Garfunkel hizo circular la especie de que de las tres estrofas que componen la canción “Bridge Over Troubled Water”, el cantante grabó primero la tercera, pues temía los exigentes agudos finales a los que en los ensayos no solía llegar. No me lo creo. Y si esto es así, me quito el sombrero ante la honestidad del cantante, pues he podido comprobar en diferentes grabaciones de sus conciertos en vivo que circulan por la red que en ningún caso cede a la tentación de trasponer sus notas desde la tonalidad –endemoniada, por cierto- de Mi bemol en que suena el disco a otras más accesibles. Pero sí parece ser cierto que Garfunkel no se sentía muy cómodo cantando aquella canción, aunque no por su tesitura vocal, sino porque él la consideraba un producto demasiado personal de Simon y, por tanto, ajeno a sí. Nunca creyó del todo a Simon cuando le aseguraba que la había escrito expresamente para él, y durante mucho tiempo Garfunkel insistió en que debería ser su autor quien la cantara, aunque fuera a base de falsete. Una vez más, pues, emergían los problemas de autoría que atormentaban las relaciones del dúo desde el instituto de Forests Hills.
Dicen que la versión inicial de Simon sólo tenía los dos primeros párrafos de los tres que conocemos, y que desde el primer momento la había concebido para ser acompañada por piano solo. Garfunkel y los productores le habrían convencido para añadir una tercera estrofa y enriquecer el arreglo. Soy de los que piensan que, en efecto, Simon tenía razón. La última estrofa me parece inconexa en su texto con las dos primeras, y su arreglo, que incorpora una orquesta a diferencia de las dos estrofas anteriores con piano solo, me resulta ampuloso. Pero reconozco que la voz de Garfunkel está imponente y merece tal envoltorio. Y no seré yo quien le ponga pegas a una obra maestra.
El caso es que entre todos estos personajes nos legaron para disfrutarlo este himno de varias generaciones. Y que hoy puede servir, además, para recordar la figura de Larry Knechtel, el músico que aplacó con un arreglo inmortal las turbulentas aguas que se debatían bajo las notas de una canción sencilla y genial.
BRIDGE OVER TROUBLED WATER
When you’re weary, feeling small
When tears are in your eyes,
I will dry them all
I’m on your side.
Oh, when times get rough
And friends just can’t be found
Like a bridge over troubled water
I will lay me down
Like a bridge over troubled water
I will lay me down
When you’re down and out
When you’re on the street
When evening falls so hard
I will comfort you
I’ll take your part
When darkness comes
And pain is all around
Like a bridge over troubled water
I will lay me down
Like a bridge over troubled water
I will lay me down
Sail on Silver Girl,
Sail on by
Your time has come to shine
All your dreams are on their way
See how they shine
Oh, if you need a friend
I’m sailing right behind
Like a bridge over troubled water
I will ease your mind
Like a bridge over troubled water
I will ease your mind
PUENTE SOBRE AGUAS TURBULENTAS
Cuando estés abrumada
y te sientas pequeña,
cuando haya lágrimas en tus ojos,
yo las secaré todas,
estoy de tu lado.
Cuando los tiempos se pongan feos
y los amigos no aparezcan,
como un puente sobre aguas turbulentas
yo me tenderé.
Como un puente sobre aguas turbulentas
Yo me tenderé
Cuando te sientas deprimida y olvidada,
cuando deambules errática,
cuando el ocaso caiga con dureza,
yo te confortaré.
Estaré de tu lado
cuando llegue la oscuridad
y el dolor te envuelva.
Como un puente sobre aguas turbulentas
yo me tenderé.
Como un puente sobre aguas turbulentas
yo me tenderé.
Navega, Chica de Plata,
sigue navegando.
Tu estrella está aquí para brillar.
Todos tus sueños van por buen camino,
mira cómo resplandecen.
Si necesitas un amigo,
yo navego justo detrás de ti.
Como un puente sobre aguas turbulentas
aliviaré tu mente.
Como un puente sobre aguas turbulentas
aliviaré tu mente.
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