
España pasa a su tercera final consecutiva, tras eliminar a Portugal en la tanda de penaltis. El partido y la prórroga acabaron 0-0. Los primeros 90 minutos fueron igualados: la posesión se inclinó ligeramente a nuestro favor; ellos remataron más (sin peligro); y nuestra defensa -o mejor dicho nuestro sistema defensivo- estuvo impecable: otro partido en el que no nos meten gol (en este campeonato solo nos ha marcado Italia).
Los discutidos -e indiscutibrles- Sergio Busquets y Xabi Alonso más Sergio Ramos, Gerard Piqué, Jordi Alba y Álvaro Arbeola parecen infranqueables. Iker Casillas, el mejor portero del mundo -y próximo Balón de Oro– es el último obstaculo a batir.
Si Alba se consagró en el partido anterior, contra Francia, hoy le ha tocado el turno a Arbeloa. Ha anulado al temido Cristiano Ronaldo, quien además tuvo el partido en sus botas a dos minutos del final (en una contra, cuatro contra dos, que envió donde Ramos lanzó el penalti contra el Bayern).
Cuando parecía que España acusaría el esfuerzo físico, los dos días menos de descanso, los viajes, la prórroga supuso toda una sorpresa. La Roja dominó de cabo a rabo, realizó su mejor fútbol, y tuvo un punto de frescura y velocidad insospechado. Los cambios de Del Bosque volvieron a ser claves. Las aportaciones de Jesús Navas y Pedro desequilibraron a los portugueses. Y otro aspecto que me llamó la atención fue la salida del campo de Xavi: supuso oxigeno para nuestro medio campo. Iniesta bajó a ocupar la posición de su compañero, y se liberó del marcaje asfixiante al que estaba siendo sometido. Y la selección despegó…
Físicamente acabamos siendo superiores. Pero no marcamos. Tampoco encajamos. Y esa la gran clave de nuestros éxitos. Es muy difícil que recibamos tantos. Sucedió en la pasada Eurocopa, en el Mundial y está ocurriendo ahora.
Alonso falló la primera pena máxima (o la paró el guardameta); Casillas detuvo el primero que le lanzaron; y lo más grande sucedió con el panenkazo de Don Sergio Ramos.
Nuestra tercera final seguida iguala la marca de Alemania. Ellos perdieron contra Checoslovaquia, en la final que decidió Panenka con aquel lanzamiento que ahora lleva su nombre. Y que en esta Eurocopa han repetido Pirlo (en el Alemania-Inglaterra) y Ramos anoche contra Portugal. El de Camas fue además un coloso, el mejor del partido.
Ahora a esperar rival para la final… para luchar contra la historia.
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