Ayer por la tarde ¡por fin! me acerqué a la exposición sobre el «Underground y Contracultura en la Cataluña de los 70«. Comisariada por el gran Pepe Ribas, fundador de la mítica revista Ajoblanco, llegaba a Madrid el pasado 20 de octubre, tras su exitoso paso por Barcelona. Inicialmente prevista hasta el 12 de febrero en CentroCentro se ha prolongado su permanencia hasta el 5 de marzo, dada la gran afluencia de público.
La labor de documentación y acopio de material ha sido exhaustiva. Y refleja claramente una época vital que irradió a toda España desde Barcelona (y también desde Sevilla). Era los tiempos en los que desde Madrid mirabamos a Barcelona con envidia. Era donde se cocía el bacalao. Al menos para los jóvenes con inquietudes.
He usado para el encabezado la imagen que cierra el recorrido de la exposición. El mensaje es desalentador y quizás ese pesimismo, ese aire de derrota, es la única pega que puedo poner. Porque indudablemente no se ganó. Algunos incluso podrían decir que afortunadamente (porque algunos planteamientos eran inviables). Pero no se pueden obviar los cambios producidos. En términos culturales, políticos y sociales (ecología y sexo principalmente). A continuación pongo algunas fotos; la impactante entrada con esas pintadas sobre un muro de ladrillos, la amplia reproducción de la portada del primer LP de King Crimson y la portada del primer ejemplar de Ajoblanco.
Mi semana arranca con tres presentaciones. Dos hoy y una mañana.
La primera de hoy es la del catálogo de la magnífica exposición «Underground y contracultura en la Cataluña de los 70«, comisariada por el legendario Pepe Ribas, fundador de la imprescindible Ajoblanco (revista bandera de esa época). Ribas estará muy bien acompañado. La segunda del día es la presentación del nuevo libro de Esteban Hernández «El rencor de clase media alta y el fin de una era«. El título del libro es suficientemente esclarecedor y más aún conociendo los escritos de Esteban Hernández.
Iré a ambas si el tiempo no lo impide. La media hora de diferencia entre una y otra y la cercanía entre Blanquerna y el Ateneo me da margen, aunque me pierda el final de una y el comienzo de la otra.
Mañana en El Argonauta Fran G. Matute presenta su imprescindible «Esta vez venimos a golpear«. Recoge los orígenes de la contracultura en España, iniciada en Sevilla. El periodo investigado por Matute es el de 1965-1968.
Bien podríamos decir sin temor a equivocarnos que la música de los 80 nació con esta actuación de David Bowie y sus Spiders of Mars, interpretando «Starman«, en el Top Of The Pops (BBC). El 6 de julio de 1972 enfrente del televisor estaban viendo el programa gente tan dispar como Bono (U2), Mick Jones (The Clash), Gary Kemp (Spandau Ballet), Boy George, Adam Ant, Robert Smith (The Cure), Siouxsie Sioux, Morrissey y Johnny Marr (The Smiths), Dave Gahan (Depeche Mode), los de Bauhaus y un par de miembros de Duran Duran. Todos ellos han hablado de esta aparición televisiva como un factor determinante en sus vidas siendo adolescentes.
«Starman» fue el primer sencillo del sensacional álbum de «…Ziggy Stardust…«, y supuso su segundo gran éxito tras el «Space Oddity» de tres años antes. La primera aparición televisiva con «Starman» sucedió en un programa infantil, coincidiendo con el fin de curso. Esto propulsó al single a las puertas del Top 40, facilitando la aparición en el TOTP. Después de la emisión del programa de la BBC «Starman» se disparó al Top 10 y el álbum llegó al n.º 5 de los más vendidos en Inglaterra. Y el camino al estrellato de Bowie fue imparable.
Elton John edita «The Lockdown Sessions» (Las grabaciones del confinamiento). En este álbum se recogen colaboraciones con viejos conocidos y algunos nuevos. Como Dua Lipa que protagoniza el primer sencillo «Cold Heart«.
«Cold Heart» tiene el acierto de retrotraernos al Elton John de su época de más éxito. Es un tema nuevo que incluye fragmentos de cuatro canciones anteriores, siendo «Sacrifica» y «Rocket Man» las más conocidas entre nosotros. “Kiss The Bride” y “Where’s The Shoorah?” son las otras dos. Un par son de los 70 y el otro de los 80. El origen de todo proviene del trío electrónico australiano PNAU (ya habían trabajado anteriormente con Elton John). Realizaron un mash-up mezclando los cuatro temas. A Sir Elton le hizo gracia y la cantó junto a Dua Lipa.
La impresionante lista de duetos y artistas invitados la pueden ver a continuación:
Out on the road for forty days Last night in Little Rock put me in a haze Sweet, sweet Connie, doin’ her act She had the whole show and that’s a natural fact Up all night with Freddie King I got to tell you, poker’s his thing Booze and ladies, keep me right As long as we can make it to the show tonight
Esta semana fallecía Connie Hamzy, la legendaria groupie de Little Rock (Arkansas), inmortalizada en el «We’re An American Band» de Grand Funk en 1973 (se habían desecho del Railroad de su nombre original). Ella es la «Sweet, sweet Connie» del principio de la letra. Posteriormente otras bandas también la cantaron (Guess Who y Cheap Trick).
Acompañante de las giras de los primeros Allman Brothers Band, luego pasó a hacérselo con Alice Cooper. Su salto a la fama entre los músicos (y el personal de gira) fue inmediata. Imprimió unas pegatinas rosas con su nombre, ubicación y número de telefóno que pegaba en todos los camerinos. Los 70 fueron su década. El primer escándalo de Bill Clinton, siendo gobernador de Arkansas, la tuvo a ella como protagonista femenina.
Maestra de escuela de profesión fue despedida por su estilo de vida. Recurrió la decisión en los tribunales y ganó el pleito.
Quienes la conocieron (y disfrutaron de sus habilidades) hablan de una persona muy conocedora de la música popular de su época. Su conversación y las anécdotas sobre otros artistas atraían a los músicos (además de lo obvio). Entre los británicos Ringo Starr y The Who fueron sus mejores amigos.
Jimmy Iovine se apunta a la tendencia de vender y se desprende de todas sus regalías como productor, tanto de los 259 discos como de las dos películas que financió (una con Eminem, «8 Mile High«, y la otra era de 50 Cent, «Get Rich Or Die Tryin’«) y el documental sobre LeBron James. La de Eminem recaudó 240 millones de dólares y su banda sonora vendió 15 millones (cuatro de ellos en Estados Unidos). La de 50 Cent vendió tres millones de copias y la taquilla de la cinta alcanzó los 46,5 millones de dólares (30,9 en EEUU).
Iovine (Brooklyn, NY, 1953) se inició en el mundo de la música en los estudios de grabación. Desde el chico de los recados hasta ingeniero de sonido. Su labor tanto de ingeniero como de mezclador viene avalado por una larga lista de nombres y éxitos de primera fila de los 70: «Bat Out Of Hell» de Meatloaf (producido por Todd Rundgren), John Lennon («Walls & Bridges» y «Rock & Roll«), Bruce Springsteen («Born To Run» y «Darkness On The Edge Of Town«) como más destacados. En los trabajos de Meatloaf y Springsteen era ya fijo del plantel de ingenieros del estudio The Record Plant de Nueva York. Su primer impacto como productor fue en 1978 con Patti Smith, el álbum «Easter» y el pelotazo «Because The Night«, compuesta por el Boss (en la foto al final del post les vemos a los tres). A continuación produjo en 1979 el «Damn The Torpedoes» de Tom Petty and The Heartbreakers, Dire Straits («Making Movies«), el debut en solitario de Stevie Nicks, U2 («Under a Blood Red Sky» y «Rattle And Hum«), The Pretenders («Get Close«, donde estaba «Don’t Get Me Wrong«), Simple Minds («Once Upon A Time» con el hit «Alive And Kicking«), etc.
En 1990 junto a Ted Field fundó en Los Ángeles Interscope Records, donde además de fichar a Tupac Shakur y a Enrique Iglesias (varias veces n.º 1 en EEUU), lanzó Death Row Records, el sello de Suge Knight, Dr. Dre, D.O.C. y Dick Griffey, que se convirtió en el sello de rap más importante del mercado (con Dr. Dre, Snoop Dogg y luego Tupac Shakur como los raperos más destacados). En 2008 con Dr. Dre fundaron Beats By Dr. Dre, para vender auriculares (llegaron a tener el 20% del mercado), que luego se transformó en Beats Electronics, al expandir su catalogo de productos al ambito digital. En 2014 vendieron la compañía a Apple for tres mil millones de dólares e Iovine entró en Apple para montar Apple Music, desvinculándose de Interscope/Geffen/A&M, la division de Universal que presidia.
Hipgnosis Song Fund es la compradora de todas las regalias de Jimmy Iovine. Hasta ahora Hipgnosis y su líder, Merck Mercuriadis, se habían distinguido por sus adquisiciones de copyrights. Es decir, operaban en el mercado de los derechos de autor. ¿Esto representa un cambio de dirección o es profundizar en la misma vía? Se puede entender como más de lo mismo, gestionar y adquirir derechos, pero conlleva un riesgo. Similar al de comprar masters de grabaciones. ¿Por que? Porque la venta física está en franca decadencia. Los masters al menos tienen salida en el planeta del streaming. ¿Pero los royalties de los productores, cuyos porcentajes son menores que los de los artistas y autores, que atractivo pueden tener?
Iovine comentó respecto a esta operación que iba a usar los fondos de la venta para construir un instituto en South LA, que será parte de la Iovine Young Academy de la Universidad del Sur de California (USC). Mercuriadis por su parte agregó que era un honor poder formar parte de esta iniciativa y haber encontrado la formula económica para hacerla posible.
Se cumplen 50 años de «Why?«, el debut discográfico de la banda catalana Màquina!, puntales de la entonces emergente escena de la música progresiva española. Mario Escribano escribía al respecto ayer un excelente artículo en El Confidencial.
Escribano ha publicado un texto lleno de pasión. La de alguien que acaba de descubrir una obra que le ha deslumbrado. Hace unos meses escribió que acababa de leer de mi libro «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll» y que no solo le había encantado, también había descubierto la escena musical española de los 70. El «Why?» de Maquina! le había maravillado. Hace unas semanas me llamó para decirme que preparaba una pieza sobre los 50 años del álbum.
El artículo cuenta con los testimonios de Jordi Batiste (voz y bajo) y Enric Herrera (teclados), los fundadores del grupo. ¡Un 10 para Mario Escribano! Y le agradezco mucho la cita que hace a «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll«.
Una reflexión en forma de pregunta: ¿Dónde está la prensa musical de este país? Su ausencia en la celebración de los discos importantes de nuestra música popular es notoria, especialmente en lo referido al rock.
Quiero agradecer a Silvia Cruz Lapeña por citar de nuevo mi «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll» en Vanity Fair. Pero sobre todo la quiero agradecer por su excelente artículo sobre la bailaora Lucía «La Piñona« y su nueva obra «Abril«, reivindicando a Juan Manuel Flores, el excelente letrista de Lole y Manuel. También le cantaron, entre otros, Camarón y Remedios Amaya (en su debut discográfico en Epic, siendo un servidor el director artístico del sello). El texto de Cruz Lapeña me ha enseñado varias cosas:
La existencia de Lucía Álvarez «La Piñona«, bailaora gaditana de Jimena de la Frontera, con madre inglesa, que ha estrenado en la Bienal de Flamenco de Sevilla su espectáculo centrado en la figura de Juan Manuel Flores. Sucedió en el Teatro Central.
La bailaora de 35 años aparece en el anuncio de My way, la última fragancia de Giorgio Armani. En el spot, protagonizado por la actriz puertorriqueña Adria Arjona, La Piñona puso el baile y Andalucía, el paisaje. El anuncio «se rodó a finales de 2019 en la localidad sevillana de Marchena«.
Tampoco conocía la existencia de la italiana Marianna Maierú, que llegó a Sevilla en 2012: [..] “Yo estudiaba Filología española y rusa pero también bailaba flamenco y un compañero me animó a adentrarme en ‘ese poeta’ que le escribía letras a Lole y Manuel”. Así fue como la genovesa empezó su tesina de final de carrera, titulada Siguiendo los pasos del poeta Juan Manuel Flores entre Sevilla y Triana. […]
José Miguel Évora, excelente músico, definió a Juan Manuel Flores como «el poeta de la luz». Versos que escribía en los bares del Tardón, barriada de Triana. A veces usando las tizas del bar que usaban los camareros para apuntar las consumiciones. Decía Pive Amador, para un artículo del ABC de Sevilla, que nadie como él antes había escrito así para el flamenco. Y Ricardo Pachón contaba que «las fotocopias que le hacia en la Diputación de los poemas que llevaba escritos en servilletas, recetas médicas y sobre soportes inauditos, las regalaba al primer beso con ojos negros que se le cruzara por la calle».
El espectáculo «Abril» cuenta con el cantaor Pepe de Pura y ha participado Ana Morales en la coreografía de una pieza (el resto son de la propia Lucía). Asimismo La Piñoña ha contado en la dirección artística y musical con la ayuda de Pedro G. Romero, en el proceso de documentación y creación, y con la del guitarrista Alfredo Lagos, para reconstruir el espíritu de la época de Juanma (como le llama el gran Gualberto), principalmente la década de los 70. Precisamente en el muro de Gualberto, el guitarrista y sitarista nos regalaba unos versos inéditos del poeta: «Nunca me comprenderás, porque yo soy un soñador y tu no sabes soñar».
Hoy se cumplen 50 años de la edición del «After The Gold Rush» de Neil Young. Era su tercer álbum en solitario y en mi opinión el mejor de su carrera. Es mi favorito y el único suyo que aún sigo escuchando. Luego vendría «Harvest«, que lo catapultó al estrellato mundial absoluto, con ese «Heart Of Gold«, n.º 1 en Estados Unidos y Top 10 en los principales mercados.
Generalmente cuando se habla del country-rock (hoy conocido como Americana) siempre surgen dos nombres pioneros: Gram Parsons y The Byrds. Y solemos olvidar el tercer pilar: «After The Gold Rush» de Neil Young.
El ambiente campero del LP rezumaba desde los primeros compases de la maravillosa «Tell Me Why«, que abría la cara A. Y continuaba con tres joyas más: «After The Gold Rush«, «Only Love Can Break Your Heart» y «Southern Man«. Esta última sirvió para que Lynyrd Skynyrd respondiesen a Neil Young con otra obra maestra, «Sweet Home Alabama«. La cara A, al igual que la B, cerraba con un pequeño divertimento.
La cara B arrancaba con la versión de un clásico de Don Gibson (un grande del country, conocido como The Sad Poet). El resto de los temas estaban al nivel de los de la cara A, sobre todo «Don’t Let It Bring You Down» y «When You Dance I Can Really Love«.
Una característica de este LP, y de la nueva época discográfica, era el foco puesto en los álbumes. El primer sencillo no se editó hasta un mes después del LP. Y solo hubo uno mas, en marzo del 71. Se trataba de resaltar la obra conjunta.
1970 fue el año de la explosión de Crosby, Stills, Nash & Young en Estados Unidos. Su disco «Dèjá Vu» se había editado en marzo de ese año. Era la primera colaboración con Neil Young tras el LP de debut de Crosby, Stills & Nash del año anterior. El éxito del álbum les convirtió en el grupo más taquillero del país. Esa gira del 70 fue recogida en el excelente doble «4 Way Street«, editado en 1971. En ese 1970, además del «Dèjá Vu» de CSN&Y y el «After The Gold Rush» de Neil Young, tuvimos el primer LP en solitario de Stephen Stills, en noviembre, con el hit «Love The One You’re With«. Y en el 71 llegaron los debuts en solitario de Graham Nash y David Crosby.
En los años que viví en Nueva York descubrí, hablando con compañeros y colegas, que la edición de «After The Gold Rush» coincidió con el comienzo del curso universitario. Esto quería decir que los adolescentes que crecieron con la revolución de los Beatles y Bob Dylan y/o luego con la del rock, la contracultura y los hippies, estaban predispuestos a los nuevos sonidos del conglomerado CSN&Y. «After The Gold Rush» nació de pie entre los jóvenes universitarios y se convirtió en una obra que formó parte del dormitorio de todas las residencias universitarias y colegios mayores. Las incipientes radios universitarias también tuvieron mucho que ver. Se convirtió en un disco generacional.
Les dejo con esta versión en directo con Paul McCartney de «Only Love Can Break Your Heart«, la canción que Young compuso a raíz de la separación de Nash y Joni Mitchell.
La canadiense Cathy Smith no es un nombre reconocible. Pero si damos pistas, de Gordon Lightfoot a John Belushi pasando por Levon Helm (The Band), tendremos más claro quien era. Hablo en pasado porque ha fallecido hace un mes. Tenía 73 años.
Catherine Evelyn Smith (1947-2020) nació en Burlington (en el extremo oeste del lago Ontario). A los 16 años dejó los estudios y se fue a vivir a la cercana Toronto. Rápidamente se integró en la emergente escena bohemia de la ciudad. A los 17 tuvo un hijo al que dio en adopción. Siempre sostuvo que Levon Helm era el padre, pero él nunca aceptó serlo.
A mediados de los 70 mantuvo, durante cuatro años, una relación volátil con Gordon Lightfoot. «Sundown«, el único n.º 1 de Lightfoot, está dedicado a ella. Lightfoot llevaba un año divorciado, mas la canción no refleja esa situación. El tema está inspirado por su relación con Cathy Smith. La letra refleja un oscuro sentimiento de posesión. En un documental sobre el cantautor canadiense él mismo confesaba los celos que le atormentaban. Sobre «Sundown» escribió Julio Ruiz una de las primeras entradas de la serie Un siglo de canciones.
Tras romper definitivamente con Lightfoot se mudó a Los Ángeles en 1978. Se enroló como corista en la banda de Hoyt Axton. Y se amigó con Keith Richards y otros Rolling Stones. Se aficionó a las drogas duras. Para costearse el consumo comenzó a traficar. Se la empezó a conocer como Cathy Silverbag, por su bolso metálico lleno de drogas.
El titular «Yo maté a John Belushi» en la portada del sensacionalista The National Enquirer la hizo saltar a la palestra en Estados Unidos y Canadá.
Esta portada y el artículo correspondiente la llevaron a juicio. Lo que en principio se había certificado, tres meses antes, como una sobredosis adquiría otra dimensión tras esta revelación.
El Blues Brother Belushi estaba en la cima de su fama, tanto en el cine como en la TV (Saturday Night Live). Esa aciaga noche del 5 de marzo de 1982 todo se fue al traste. El speedball, la explosiva mezcla de cocaina y heroína, que le suministro e inyectó Cathy Smith acabó con su vida.
El Enquirer la pagó 15.000$ por la exclusiva. En 1983 se abrió la vía judicial. Fue condenada en 1986 a tres años de cárcel por homicidio involuntario y diversas faltas relacionadas con la posesión de narcóticos. A los 15 meses la dejaron en libertad condicional y fue deportada a Canadá.
En 1984, cuando aún no había sido sentenciada, publicó sus memorias «Chasing the Dragon» en las que intentaba huir del titular periodístico. «Yo no maté a John Belushi» escribió. Y confesaba sus sentimientos de culpa sobre lo acontecido. Ni el libro tuvo repercusión ni ella logró su objetivo.
Cathy Smith: musa, groupie y camello.
En la foto la vemos, de blanco, con su abogado en 1986, el día que se conoció la sentencia.