Hemos tenido varias entradas cubriendo a los grandes compositores de Motown, pero el gran Stevie Wonder todavía no había aparecido. Así que hoy esta serie se pone al día con un músicazo, quien durante muchas fases de su carrera -sobre todo en los 70- flirteó con la genialidad.
Hay muchas canciones suyas para elegir. Pero me he inclinado por «Superstition» por dos motivos principales, uno personal y otro por el paso adelante que representó en su carrera.
Editada como single en Noviembre de 1972 cuando Esteban Maravilla contaba con sólo 22 años y ya era una estrella (fue niño prodigio como su compañero de sello Michael Jackson). Supuso la confirmación de su autonomía artística. «Music Of My Mind» su álbum anterior, también del 72, fue el primer paso. Y el espaldarazo llegó ese mismo año con «Talking Book«, donde se incluía nuestra canción de hoy.
Entre ambos LPs Wonder estuvo de gira con los Rolling Stones (la del «Exile On Main Street«). Su reputación ya estaba cimentada entre la aristocracia del rock británico. Y Jeff Beck era alguien con quien colaboraba frecuentemente. De hecho «Superstition» fue una composición para el brillantísimo guitarrista ingles. Basada en unas partes de batería desarrolladas por el propio Beck (en el estudio durante la grabación del disco). Pero el manager de SW sugirió que mejor se la guardaba para su «Talking Book«. A cambio le compuso «Cause We’ve Ended As Lovers» que Jeff Beck grabó en «Blow By Blow«. Años después versionaría «Superstition» con Beck, Bogert y Appice.
Compuesta, producida e interpretada por Stevie Wonder -salvo el saxo y la trompeta tocó y cantó todo- «Superstition» alcanzó el nº 1 en las listas estadounidenses en enero del 73. Desbancó al «You’re So Vain» de Carly Simon. Y fue Elton John con su «Crocodile Rock» quien a su vez le arrebató la cabecera del Hit Parade.
En la época en que aparecieron «Superstition» y «Talking Book» estaba en 99.5 (Radio Popular FM) y algunos frecuentábamos el 42. Era una discoteca donde ponían (y poníamos) muy buena música: Allman Brothers Band, Humble Pie, Leon Russell, Joe Cocker, Motown, Deep Purple, etc. Y «Superstition» fue un clásico instantáneo…
Mi primer programa diario en 99.5 fue Pentagrama, media hora a las diez de la noche (o quizás era a las diez y media). Tan entusiasmado estaba con la canción, que aparte de ponerla casi todos los días, una noche me dio un aire y solamente pinché «Superstition«. La media hora del programa estuvo dedicada a la joya de hoy.
Este fin de semana empezó la Liga de los Campeones del Mundo. 19 campeones juegan en nuestra Liga. Los restantes componentes de la selección española están en la Premier inglesa.
Se ha escrito y dicho que va a ser un torneo de dos: Barcelona y Real Madrid. No lo sé. Ni me atrevo a pronosticar. Pero está claro que son los dos grandes favoritos. Uno aspira a su tercer título consecutivo y el otro a romper la racha del actual campeón.
El Barça ganó con solvencia en Santander (0-3), con un golazo de Iniesta para enseñar en las escuelas. Mientras el Madrid no marcaba en su visita a Mallorca y empataba a cero, en un partido que no despeja ninguna duda. Y añade un par más: el excesivo individualismo de Higuaín y Cristiano Ronaldo (el portugués no está a su nivel, al igual que sucedió en el Mundial).
El Sevilla es el primer líder por los cuatro goles al Levante en Valencia.
Lo curioso son los calendarios. Algunos campeonatos europeos ya llevan dos e incluso tres jornadas. Nosotros acabamos de comenzar y la semana que viene no se juega. Es una fecha para las selecciones (España como la mayoría de las selecciones juega dos partidos). Así que parón hasta el segundo fin de semana de septiembre.
P.D.: cada vez soporto menos las retrasmisiones en Canal + de Carlos Martínez. Ayer se superó. Si normalmente se equivoca, en una falta a Ronaldo -al principio del partido- fue de traca: el árbitro la señaló y él le corrigió. No sólo era falta sino que además CR7 puede estar lesionado: la entrada fue en el mismo tobillo que le tuvo apartado el año pasado dos meses (en Champions contra el Olympique de Marsella). Pero lo que más me irritó fue que cada vez que los míos la pasaban mal, Martínez los elogiaba. El colmo fe un pase nefasto de Di María con el exterior del pie izquierdo desde la banda derecha. Lo calificó de genialidad. El balón salió fuera, por la otra banda, en tierra de nadie, sin que nadie lo tocase. Un incómodo Robinson -conocido por su poco aprecio hacia los de la casa blanca- intentaba corregirle diplomáticamente.
Les imagino conocedores de la movida SER/COPE: el desembarco de gran parte del equipo de Carrusel Deportivo en el Tiempo de Juego de la COPE.
Hay dos asuntos que llaman mi atención y también hay un aspecto más personal: por motivos profesionales solía frecuentar la Cadena SER. Y ver a Pepe Domingo Castaño siempre era motivo de alegría. No se puede ser más buena gente. Empezó en la radio musical. Incluso grabó discos (con éxito). Su paso de disc-jockey a locutor fue todo un acierto. Y en el Carrusel alcanzó nuevas cotas. Además reinventó las formulas publicitarias: era un nuevo estilo, una nueva forma de anunciar. Si ahora fuese a Gran Vía 32 se me haría raro, muy raro, no verle ahí.
Los 2 puntos a los que me refería eran:
1: La gestión de Daniel Anido ha sido pésima. Como Director General no ha sabido templar. Es todo lo contrario del estilo de Del Bosque. No supo comprender a sus profesionales ni supo medir las consecuencias del enfrentamiento. Y está el aspecto publicitario (muchos de los anunciantes eran gestionados por el propio Pepe Domingo). A fin de cuentas los ingresos por publicidad son el pan suyo de cada día.
2: La unión y lealtad que ha demostrado gran parte del equipo del programa con su director, Paco González, es digna de elogio. La primera señal la dio el Sr. Castaño cuando anunció que el estaba con su jefe a muerte y ligaba su suerte a la de Nostrapacus.
Para finalizar una reflexión final: si yo fuese trabajador de la SER me preocuparía ver como se trata a instituciones de la casa como Pepe Domingo Castaño…lo mismo podríamos decir de El País. Ambos medios son del mismo grupo (PRISA).
El Vaticano quiere que el Sacramento del Bautismo sea recibido en un adelanto de la edad establecida, los primeros meses de la vida del bebé, para que así el futuro niño, que ya tiene alma, crezca en un ambiente cristiano.
“No cerremos los oídos a la palabra de Jesús quien dijo: Dejad que los niños se acerquen a mí”.
Monseñor Giuseppe Emanuelle Rodriguetti, estudioso y relator de la Congregación del Culto Divino, encargado por tanto de los Sacramentos, aboga por adelantar el Sacramento del Bautismo a los primeros meses de la gestación.
Podría ser precioso-dice Monseñor Rodrighetti– que las promesas del Bautismo dichas por el oficiante y los padrinos en la pila bautismal fueran hechas en una clínica con el sacerdote, los padrinos, los padres, el ecografista y personal de enfermería.
Renunciar a Satanás, a todas sus obras y pompas y prometer seguir fielmente a Jesucristo, ante la pantalla donde, gracias, a la ecografía, veríamos al niño, o niña, en el líquido amniótico que en ese momento se convertiría en agua del Jordán, sería realizar las promesas del Bautismo. Y todos los presentes serían testigos del Primer Sacramento.
No podemos negar a los niños, si retrasamos el Bautismo, ni a su alma ni a su espíritu, el alimento que permite que maduren la plenitud cristiana. Rodrighetti, «nuevo» Prefecto de la Disciplina de los Sacramentos, pretende que pueda llegar el momento de un bautizo tras la noche de bodas para exteriorizar la fe del nuevo cristiano que vendrá al mundo a los nueve meses.
Es difícil darse cuenta del paso del tiempo. Envejeces y te haces el distraído al respecto. Y eso que hay un par de señales de alarma al respecto.
La primera es cuando las chavalas te empiezan a llamar de usted. En el ascensor. O en la calle para pedirte fuego, la hora o preguntarte por una dirección…
La segunda es doble. Porque primero empiezas por dejar de mirarte al espejo (salvo para afeitarte y porque no te queda otra). Y después, un día te descuidas, y te ves de verdad. El impacto es grande. No es que no te reconozcas, pero casi. Porque guardas una imagen de ti muy distinta de la actual. Es un efecto parecido a cuando escuchas tu voz por primera vez. Te oyes distinto.
Y luego están las circunstancias. Como ayer.
– ¿Te has fijado lo joven que es el personal? Mira, mira, si parecen niños.
Estábamos en Urgencias con El Mundanito (tranquilos no era nada grave). Y La Mundana respondió a mi comentario:
– No son ellos. Somos nosotros. Acaban de terminar la carrera. Son médicos residentes. Pero es que incluso sus jefes, que tendrán a partir de treinta y muchos, son más jóvenes que nosotros. Esos que cuando estudiábamos nos parecían mayores, ahora les sacamos unos años.
–O sea que dentro de poco nuestro rol aquí será el de los ancianos en cama de hospital o silla de ruedas. Como la señora del ascensor, que sacaron esos jovencitos.
En estas estábamos cuando apareció el radiólogo con nuestro hijo. Era un joven Lobezno, por la edad y por su parecido capilar con el líder de los X-Men. Ya perderá pelo. Como todos.
“…I read the news today, oh boy! Four thousand holes in Blackburn, Lancashire…”
(The Beatles, “A Day In The Life”)
Con el título “Fringe Freak” (o «Friki Fringe» si así lo preferís) -sugerido por El Mundano, quede reconocida su autoría- aparte de no dejar dudas acerca de lo que voy a hablar, resumo la relación que desde hace más de un año vengo manteniendo con esta serie televisiva, uno de los últimos experimentos de la factoría J.J. Abrams responsable de productos como “Perdidos”, entre otros. Un experimento, por cierto, de incierta trayectoria en el mercado USA, mercado que manda en esto de las series de TV por razones económicas inevitables.
Desde el propio nombre de la serie, su temática no deja dudas, como la de este post. Desde hace algunos años se ha venido internacionalmente calificando como “fringe” a aquellos sucesos que carecen de una explicación a partir de la ciencia conocida. Son esas ocurrencias que ocupan pequeños espacios en las páginas pares de los periódicos, esos agujeros misteriosos en los campos de Lancashire, esas desapariciones de personas, combustiones espontáneas, avistamientos de animales fantásticos, observaciones de objetos desplazándose inertes (sin inercia) por los cielos, visitas de seres de aspecto vaga o inmoderadamente inquietante, y así hasta lo incontable. De unas décadas para acá, este tipo de acontecimientos bizarros ha dado lugar a todo un género literario y periodístico. Si encendemos nuestro transistor cualquier fin de semana a altas horas de la noche, conectaremos con toda una comunidad de semejantes nuestros que expresan su afición al “fringe” siguiendo programas dedicados a ese mundo, unos más serios que otros, pero todos entregados a informar de lo inexplicable, resignados a plantear preguntas sin obtener respuesta. Permitidme, llegado a este punto, recomendar sin una sola duda entre todos ellos el programa de las madrugadas del fin de semana en Onda Cero “La rosa de los vientos”, que conduce mi admirado compañero Bruno Cardeñosa, y que incluye, junto con una amplio análisis de sucesos “fringe” de impecable tratamiento, temas tanto históricos como de actualidad de innegable interés, abordados desde ópticas enormemente originales y renovadoras.
Por más que a la productora de la serie «Fringe» le guste adjudicarle como antecedente su anterior éxito televisivo “Perdidos”, lo cierto es que todo en aquélla remite inevitablemente a “Expediente X” –actualmente en emisión desde su primera temporada en el nuevo canal Nitro, todo un viaje en el tiempo-, desde su careta llena de referencias a sucesos inexplicables hasta el tenebrismo postmoderno de su fotografía, sin olvidar la tensión sexual no resuelta –al menos hasta ahora- entre su pareja protagonista. La diferencia fundamental entre ambas, sin embargo, constituye la mayor innovación y atractivo de «Fringe». Mientras que en “Expediente X” el hilo conector de los sucesos narrados consistía precisamente en eso, en la inexplicabilidad que les hacía acreedores a la calificación que constituía el título de la serie y a ser archivados en la oficina especial del FBI correspondiente, en «Fringe» la técnica narrativa va un paso más allá. Así, «Fringe» va desde el primer capítulo facilitando un paciente esquema de pistas que configuran como piezas de un puzzle un eje explicativo para todas o la mayoría de ellas que en la serie se denomina “el patrón”. Y ese patrón va descubriendo la dualidad del título “Fringe”, pues remite a la sutil cortina o límite –traducción literal de “fringe”- entre dos realidades.
¿Y en qué consiste ese patrón? Hacia 1960 el reputado físico teórico y matemático Hugh Everett -padre de Mr. E, lider de los Eels– propuso una teoría según la cual los principios de la física cuántica determinarían que las sucesivas interacciones cotidianas con nuestro entorno desdoblan inevitablemente una y otra vez lo que llamamos “la realidad” creando en conjunto infinitas “realidades” paralelas, hasta el punto de que el universo debería ya ser llamado “Multiverso”. Puede que lo que digo resulte un poco friki, pero gente nada sospechosa de frikismo como Stephen Hawking ha manifestado compartir a grandes rasgos ese pensamiento. Y si uno lee cuidadosamente lo que la wiki dice acerca de los universos paralelos comprobará que los razonamientos que lo descartan, rudimentariamente descritos por este humilde profano, se basan en las siguientes actitudes:
a) No hay que tenerlo en cuenta porque toda la física funciona razonablemente bien tal cual está.
b) Existe algo parecido y lo vamos a llamar “conciencia”, y así no nos entorpecerá para seguir trabajando. Es en otro terreno, lo mismo que en el periodismo aquello de la realidad contrapuesta a un buen titular.
c) Por el contrario la alternativa sería la que aceptan Everett, Hawking y otros, es decir, considerarlo y trabajar sobre ello o, al menos, tenerlo en cuenta. Si a la teoría de los «Multiversos» le añadimos la conexión entre ellos a través de puentes de Einstein-Rosen, más conocidos como “agujeros de gusano”, ya tenemos “el patrón” explicativo perfecto para los sucesos “fringe”. Perfecto porque los explica, y perfecto porque se basa en sólidas hipótesis de física teórica que, aunque avaladas por científicos de primera fila internacional y valía incuestionable, son sin embargo de momento, y quizá para siempre, irreproducibles en un laboratorio y completamente indemostrables en la vida real. No cabe mayor paraíso, pues, para la ciencia-ficción.
Aviso para quienes no hayan visto los dos capítulos finales de la 2ª temporada: en el siguiente párrafo se desvela su desenlace.
De momento, tras la finalización de la segunda temporada, hemos dejado a la heroína de la serie, la agente especial del FBI Olivia Dunham -eficazmente encarnada en la atractiva actriz Anna Torv– prisionera en una celda de seguridad de un Nueva York alternativo situado en un universo contiguo al nuestro, un Nueva York en el que el Empire State sigue cumpliendo su función original de boya de amarre para unos zeppelines que pueblan todo su cielo y en cuyo horizonte lucen, devenidas en nada improbable catedral, las torres del proyectado y –en nuestro universo- nunca realizado Grand Hotel de Antonio Gaudí; un Nueva York, en fin, en el que perviven las torres gemelas del World Trade Center. Mientras tanto, una Olivia Dunham alternativa procedente del otro universo ha logrado penetrar en el nuestro, usurpando la vida de la original y con intenciones más que previsibles de provocar una acción cósmica de destrucción para nuestro mundo. En septiembre se podrán seguir en USA sus peripecias en la inminente tercera temporada, que desde aquí deseo comercialmente exitosas. No en vano depende de ello que numerosos Fringe-frikis del resto del mundo disfrutemos con delectación sus nuevas aventuras.
“… Where have you gone, Joe DiMaggio? A nation turns its lonely eyes to you…”
Anoche fui a ver el España-Estados Unidos a la Caja Mágica. Se impusieron los norteamericanos por 85-86 y la última posesión fue nuestra. Una mala selección de jugada -se pudo entrar a canasta y forzar tiros libres o lanzar de dos- supuso que Ricky y Rudy intentaran triples imposibles. Y se llevaron una chapa cada uno. Ellos dominaron todo el partido. Sólo estuvimos por delante una vez en el marcador: al final del partido con una gran jugada de Navarro. Y Reyes puso el 85-84 en el marcador.
Pagamos una mala primera parte. Solamente destacaron la chispa de Ricky Rubio -tardó en salir a pista y para mi gusto dispuso de poco tiempo- y el poderío anotador de Felipe Reyes. Estos dos también lucieron en la segunda parte. Se añadieron Navarro y Marc Gasol. Y la diferencia en el marcador se fue estrechando (llegamos a estar 14 abajo). Hubo momentos, sobre todo en la segunda mitad del tercer periodo y principios del cuarto, que parecía que les alcanzábamos y de repente nos metían un arreón y volvían a distanciarse. Durant fue clave en su acierto ante nuestra canasta: el máximo encestador de la NBA también lo fue ayer (25 puntos).
Pero me estoy desviando del asunto, porque no pretendía entrar a hablar del partido. El cual por otra parte era un test magnífico para ambas selecciones (la nuestra es la vigente campeona del mundo y la de USA campeona olímpica, tras habernos ganado la final). Mi intención era compartir con ustedes mi primera experiencia en la Caja Mágica. La considerada «joya de la corona» del frustrado proyecto olímpico del megalómano de nuestro alcalde, Don Alberto Ruiz-Gallardón. Y les anticipo el resumen de mi impresión: menos mal que no nos concedieron los JJ.OO. porque si este era el mejor proyecto ¿cómo demonios serán los demás?
De entrada en Madrid hay un run run sobre el peligro de ir a la Caja Mágica en coche. Todo el mundo recomienda ir en transporte público (metro o autobús). La cosa llega hasta tal punto que para unas representaciones de ópera se ponían autobuses a disposición de los asistentes, desde el Teatro Real (ida y vuelta). No sé si las lunas rotas, robos de vehículos y demás son leyenda urbana o forman parte del paisaje habitual. Y tampoco quise comprobarlo (El Mundanito y yo fuimos en metro). Sí me di cuenta que no había donde aparcar. Los residentes del barrio copan la zona, que no está preparada para recibir aluviones de miles de personas. Y la alternativa de un descampado no parece la opción más segura. Si se molestan en darse una vuelta por su Web comprobarán que mencionan que hay 100 plazas de aparcamiento en el recinto. Supongo que, entre los involucrados en los eventos y los VIPs, se cubrirán rápidamente. Una simple cuenta -y un vistazo al área- nos enseña que para eventos como el de ayer, en un local con capacidad para 12.000 espectadores (según algunos medios ayer éramos quince mil personas), no tenían previsto que la peña pueda desplazarse por su cuenta a este lugar, situado en las afueras de la ciudad.
Me contaron que EE.UU. no quiso jugar al aire libre. Así que no pude comprobar el famoso techo corredizo. En cambio tuve la desgracia de enfrentarme a la falta de aire acondicionado. O de haberlo era claramente insuficiente. El calor era tremendo. 36 grados en el exterior, poco antes de comenzar el partido. Dentro, durante el transcurso del encuentro, no sabría decirles. Solamente un detalle: sudé tanto que el color de mi camisa oscureció al empaparse totalmente.
La falta de previsión no acaba: sólo hay dos bares. Lo cual en pleno mes de agosto es dantesco. Además hay que añadir que se quedaron sin agua, sin vasos y sin hielo (debieron perder la receta). No lo entiendo: las entradas estaban prácticamente agotadas desde hace semanas. El verano no ha aparecido de repente.
Y el colmo, para rematar la faena de los «ingenieros» responsables del funcionamiento y organización de la Caja Mágica, fue la salida. Hay una. Nada más que una. Y estaba entreabierta. No habían abierto la verja del todo. De tal forma que salíamos tres o cuatro a la vez, creando un cuello de botella. Más de doce mil personas teniendo que formar cuatro filas para poder abandonar el recinto. Intervino la Policía Municipal: fueron a avisar al personal para que abriesen la valla, que ya había finalizado el evento. Así que 45 minutos después de terminado el España 85 Estados Unidos 86 abrieron la verja entre los vítores del público.
Supongo que ahora me entenderán cuando decía que menos mal que no nos habían concedido los JJ.OO, porque si esta era «la joya de la corona» ¿cómo demonios serán las demás instalaciones?
Los antitaurinos, coincidiendo con el inicio de la Semana Grande de Bilbao, han montado este «toro humano» donde la Guggenheim. Lo han formado 125 activistas, pintados de negro o rojo.
He dejado pasar unas horas para enfriar mi ánimo, y recuperarme del estupor que me produjo el Sr. Blanco, en su arremetida contra Aznar por haber viajado a Melilla sin su permiso.
De entrada sus palabras estaban fuera de lugar: si se fijan -en el video- en el rotulo que hay detrás suyo se lee Ministerio de Economía y Hacienda. Era la rueda de prensa conjunta que ofreció con la vicepresidenta Elena Salgado, tras la reunión mantenida para aclarar conceptos. Porque Blanco, como Ministro de Fomento, un día anuncia una cosa y al siguiente la contraria. Ha pasado con los recortes de su Ministerio y más recientemente con una «anunciada» subida de impuestos (aún no suficientemente aclarada a pesar del encuentro mantenido con Salgado, la responsable del negociado fiscal). Es lo que tiene el deZgobierno. Pero lo que ya no tiene ninguna justificación es que para tapar sus carencias arremeta contra José María Aznar,desde un ministerio (que ni siquiera es el suyo). Si lo quiere hacer, que está en su legítimo derecho, que vaya a la sede del PSOE y hable como lo que es ahí: vicesecretario general del partido. Es sintomático que en la Web del PSOE no muestran la foto original y colocan una con su logotipo.
¿Cómo se atreve Blanco a hablar de lealtad? El mismo que le está moviendo la silla a Tomás Gómez, cuando anteriormente se aguantó la deslealtad de Montilla (desobedeció al jefe ignorando el pacto entre Más y Z). Y fue él quien nos incluyó a dos «leales» como Tamayo y Sáez en las listas por Madrid, dando origen al «tamayazo». Si alguien conocía bien a estos dos ese era José Blanco, porque para eso les «compró» su apoyo en las primarias que ganó José Luis Rodríguez Zapatero.
De paso se entromete en las funciones de varios compañeros de gobierno, asumiendo de paso ser el portavoz del mismo.
Y además Blanco miente: Aznar estuvo dos veces en Melilla. Y que no vengan con zarandajas tipo «no fue en calidad de Presidente de Gobierno«. Se es jefe del ejecutivo desde que se jura el cargo hasta que se entrega el mando al sucesor electo. Y es un trabajo de 24 horas los siete días de la semana. Hace un par de años Alfredo Pérez Rubalcaba se expresaba en estos mismos términos. Fue precisamente Rubalcaba quien dijo aquello de que no nos merecíamos un gobierno que nos mintiese. Pues eso…
Lo más sorprendente de este asunto es que El País niega la mayor y titulaba El ex presidente evitó las visitas en sus años de mandato. Aznar fue Presidente del Gobierno desde abril de 1996 hasta abril del 2004. Y estuvo en Melilla en el año 2000, cumpliendo una antigua promesa electoral, y a principios de marzo del 2004. Curiosamente en esa primera visita estuvo acompañado por uno de sus hijos, como hace un par de días. Este hombre cuida los detalles de sus puestas en escena…
De todos es sabido que Aznar es rencoroso y por tanto vengativo. Su vanidad le ha llevado a desarrollar una tremenda inquina contra Zapatero, el político que desbarató todos sus planes sucesorios. En alguno de sus cuadernos debe tener anotados todos los desplantes (en su opinión), «enfrentamientos» y malos ratos que le debió hacer pasar el entonces líder de la oposición. Y uno de ellos ocurrió en el 2001, en plena tormenta diplomática con Marruecos. La llamada «crisis de los embajadores». Zapatero se presentó en Rabat, se reunió con Mohammed VI y volvió a Madrid.
Al gobierno del PP no le hizo ninguna gracia esa «interferencia» (la cual además originó una polémica sobre el mapa de Marruecos, que ya venía de antes, y que llegó a ser portada de La Vanguardia). Piqué, Ministro de Exteriores, declaró en su día que no entendía la razón por la que Zapatero, que en un principio decidió aplazar su viaje tras la llamada a consultas del embajador, diese marcha atrás en su decisión y continuase con su plan original.
A todo esto hay que añadir un episodio en el cual su bigote salió trasquilado: la falsa noticia sobre unas gestiones diplomáticas de Felipe González en el país vecino. El sevillano, desde que dejó la presidencia, visita con frecuencia Tánger (cuentan que se ha construido una casa en una de sus playas). Y recibe muchas visitas. De ahí al bulo sólo hay un paso. Y los fontaneros monclovitas airearon un rumor sin verificar. En ese momento el ex Presidente desleal era González. Y el ridículo fue el del líder popular. Seguro que también se la guardó…esperando su momento.
Blanco habla de interferencias de Aznar en su visita a Melilla. El problema es que cuando aterriza -según varias fuentes- el problema ya estaba resuelto (o al menos bien encaminado). Por tanto ¿en qué se interfiere? ¿Nadie informa a Don José Blanco? Porque tampoco parecía conocer de antemano el viaje a la ciudad autónoma. La normativa de seguridad, para quienes han ocupado la presidencia de gobierno, implica la puesta en marcha de un dispositivo. Así que al menos Don Alfredo, o alguien de su equipo, conocía los movimientos de José María Aznar.
Lo mejor que leído sobre este chusco episodio ha sido en la Web de RTVE. Y ya puestos a recomendar les sugiero que lean Marruecos, nuestro amigo del surdel maestro Enrique Meneses. Aporta claves y datos -desconocidos por mi- muy reveladores. Les transcribo un par de párrafos para picar su curiosidad:
[…] El antiguo protectorado español, dentro del actual Marruecos, es una región bien definida por sus características étnicas y lingüísticas.El elemento bereber es, en todo el Magreb, un factor no bien asimilado por el poder árabe. Conservan sus costumbres y su idioma. En Árgel, donde sucede lo mismo, un taxista me confesó que iba a perder su licencia por no conseguir aprender el árabe. La presión de los gobiernos magrebíes para asimilar a bereberes y tuareg (singular: targuí), ha sido constante. En 1983, realizando la serie “Robinson en África” para TV2, el gobierno argelino nos precintó las cámaras para que no pudiésemos filmar a los tuareg. Al ser nómadas, los filmamos en la región de Agadéz (Niger) después de haber soportado varias visitas de la policía en nuestras acampadas en el desierto.
So pretexto de que Ceuta y Melilla deben sumarse al Gran Marruecos alaouita, se manifiestan unos bereberes cuyo ideal sepultado es restablecer la República del Rif que estableciera Abdel-Krim en 1923 y que cayó en 1926 tras el desembarco español en Alhucemas, a 10 km de Axdir, ciudad natal de Abdel Krim. Las guerras del Rif marcaron con luto muchas familias españolas durante los años veinte. Mi padre, como voluntario en un tabor de Regulares, recibió un balazo en la cabeza en el combate de Sbu-Sba, en marzo de 1922, del que se salvó de milagro. El desastre de Annual costó a España cerca de 11.000 muertos en 1921. Cuando la alianza franco-española, tras el desembarco de Alhucemas, derrotó a sus fuerzas, el líder rifeño prefirió rendirse a los franceses tal era el cúmulo de muertes que España le iba a imputar. Francia lo desterró a la isla de la Reunión, al este de Madagascar. […]
Y para finalizar un deseo muy simple: esperemos que este espíritu «soviético» que promueve Blanco se limite a su partido. No creo que la sociedad española esté por la labor de recibir sus órdenes y aceptar vivir bajo su vigilancia. A pesar de que algunos orinen fuera del tiesto, como en Melilla por ejemplo…