Raúl de Tomás es el mejor ejemplo de las incongruencias de Luis Enrique. Ha pasado de ser ignorado y no ir convocado a ser llamado gracias a un rosario de lesiones y ha terminado siendo titular en los dos encuentros decisivos para la clasificación a Catar 2022. ¡De traca! Me alegro por el delantero. Y respecto al seleccionador ya sabemos que tiene sus manías. Debemos respetarlas y dejarle hacer. Aunque algunas clamen al cielo, como ésta de RdT o la de los dos centrales zurdos o poner de titulares en La Roja a reservas en sus equipos o Marcos Llorente de lateral derecho. El balance se debe hacer al final de las competiciones. De momento va cumpliendo etapas y objetivos. Algunos con nota, como ser semifinalista de la Eurocopa o finalista de la Liga de Naciones. Ahora acaba de lograr la clasificación para el Mundial de Catar 2022 (ese mismo que deberíamos boicotear).
El partido ante Suecia tenía miga. Mucha. Eso de que con el empate vale siempre es un arma de doble filo. Luis Enrique, consciente del tema, pidió tras la victoria en Grecia el apoyo del público sevillano. Y estos respondieron llenando La Cartuja y animando sin cesar. El culé Gavi, natural de Los Palacios (Sevilla), fue el más ovacionado. Es el nuevo ídolo local. Es de destacar el crecimiento de este joven jugador (17 años).
España salió a por el partido. Con ganas. Tocando. Pero sin crear peligro ni ocasiones. Fallaba la jugada final, el último pase. Apenas se remataba. Tanto es así que la primera oportunidad fue sueca. De Forsberg en el 15. El compañero de Dani Olmo en el Leipzig arrancó desde la izquierda y superó a varios de los nuestros. Chutó desde la frontal y se fue fuera por milímetros. De España tan solo un buen disparo de Sarabia que se fue alto por encima de la escuadra. A partir del minuto 30 Suecia volvió a acercarse a nuestra portería. A partir de un error de Unai Simón que intentó regatear a Kulusevski a un metro de la línea de gol. En el 36 Pau Torres despejó in extremis cuando Isak estaba a punto de empujar la pelota a la red. Y en 38 Forsberg de nuevo, esta vez desde la derecha, empalmó de volea y se fue rozando el poste con Unai Simón superado. Antes el sueco había protagonizado otra arrancada, esta vez desde el círculo central que terminó con un remate peligroso desde la frontal.
No hubo cambios en ninguno de los dos combinados. A Ibra le vimos calentar desde finales de la primera mitad.
La primera ocasión de la segunda mitad fue de Suecia. La tuvo Isak, que aprovechó un error de Azpilicueta en un pase horizontal en el que robaron el balón y se la pasaron a Isak.
En el 51 España botaba su tercer córner, tras otra buena internada de Jordi Alba. El remate de cabeza de Raúl de Tomás al palo largo pudo ser el 1-0. Se fue fuera por muy poco, con el meta superado.
Nos acercábamos a la hora de juego y la tónica era la misma; nuestra banda izquierda funcionaba (Alba y Sarabia) pero los centros no eran buenos o eran interceptados por la defensa sueca. Cuando volcamos el juego por la derecha (Azpilicueta y Olmo) sucedía lo mismo.
Los cambios de Sarabia y Raúl de Tomás en el 59 me sorprendieron. Suponía que los sustituidos serían Carlos Soler y Olmo. Entraron Morata y Rodrigo Moreno. Lo de Rodrigo no lo entiendo. Teniendo a Brahim en el banquillo, que se está saliendo en Italia.
La presencia de Morata aportó movilidad al frente del ataque (como en Grecia). Buenos movimientos que presagiaban logros mayores (que no logró en Atenas).
La mejor noticia para España nos la dio el seleccionador sueco, Andersson: en el 63 retiró a su mejor jugador (Forsberg) y a Kulusevski (que nos había dado algún susto).
Ibrahimovic entró por Isak (otro peligro) en el 72 y Mikel Merino sustituyó a Soler.
Entrábamos en los 10 minutos finales con el partido roto. Ellos nos buscaban las costuras con velocidad y balones largos. Nosotros intentábamos pausar el ritmo. Algunas acciones de Morata (un remate alto, una contra) ponían picante.
Y de repente un trallazo de Olmo desde fuera del área, desde la banda izquierda, se estrella en el larguero. Era nuestro primer remate que no iba a fuera. Morata, el más listo de la clase, se hace con el rechace. Controla y la empuja a la red por encima de Olsen, que se estaba levantando del suelo tras la estirada al disparo de Olmo. Era el minuto 87.
En el 89 se retiraban Dani Olmo y Gavi, entrando Brais Méndez (otra incongruencia) y Rodri.
Se añadieron cuatro minutos. Y en el primer minuto pudieron empatarnos. Dos córners consecutivos en ese minuto fue lo más señalado del ataque sueco.
El 1-0 final nos clasifica directamente para ese Mundial de Catar 2022 que deberíamos boicotear. Se tiene más fuerza llamando al boicot estando clasificado. ¡Que se juegue pero en otra sede! Todo lo que rodea a este próximo campeonato apesta. Y ya le ha costado la cabeza a un presidente de la UEFA (el francés Platini) y al de la FIFA (Blatter).