30 de noviembre de 2008
Agradezco el aluvión
de correos recibidos.
Veo que me han entendido
y me da satisfacción
comprobar que hay un montón
de amigos por todo el mundo
animándome. Profundos
sentimientos me invadieron.
Mucho más fuerza me dieron
y por eso no me hundo.
Las pruebas preliminares
ya se acaban, compañeros,
estoy listo (eso espero)
a navegar por los mares
del bisturí, si los zares
del quirófano se fían
de escáners, ecografías
ensayos, experimentos,
tomografías y cientos
de estudios, radiologías.
En pinchazos estoy ducho
(así lo exige el programa)
y en electrocardiogramas
y en contrastes, porque mucho
me estudian en un cuartucho (*)
Me han hecho citologías,
miran venas y otras vías.
De los tejidos, biopsia.
¡Esperemos que la autopsia,
tarde un poco todavía!
Me he convertido en experto
en pasillos de hospital
y en plantones, menos mal,
de que soy un tipo abierto
y no me ofusco. Acierto
a llevar literatura
así se hace menos dura
la espera y la expectación.
Hermanos: resignación
ya tengo más que los curas.
Treinta tubitos llenaron
con sangre de este oriental (**)
¡Ay, amigos, menos mal
que vi que los separaron!
pues con lo que me sacaron
seguro que hacen morcillas.
Y me tiemblan las rodillas
con las espirometrías,
Me cuesta mucho, ¡a fe mía!
soplar por esas boquillas.
¡Por fin estoy bien de algo!
La doctora me decía
que la densitometría
evidenciaba que salgo
bien parado, como un galgo
corriendo tras de su presa,
que mis huesos, ¡oh sorpresa!
están sanos (de momento)
y no son impedimento
para operarme en su mesa.
Eso sí: sigo cantando
¡que a burro nadie me gana!
La causa republicana
estuvimos celebrando
porque el mes de abril es cuando
me llaman para cantar
de muchos sitios y estar
denunciando a los Borbones.
Me da más satisfacciones
que peces tiene la mar.
También he grabado un disco.
como siempre, con amigos.
A pesar de todo, sigo
componiendo, aunque arisco.
Si bien uno ya está bizco
de observar tanto dolor
siempre lo mueve el amor
por los suyos, por la lucha
y su canto desembucha
de su pecho, lo mejor.
Además, juntos cantamos
con mi admirado Luís Barros
y destapamos el tarro
de esencias. Los dos estamos
convencidos que a los amos
del capital duro y cruel
se les pone mal la piel
si cantamos solidarios
sones revolucionarios
con la Cuba de Fidel
Así, con medio pulmón,
yo aquí sigo, dando guerra,
que el que a la vida se aferra
siempre tiene la ilusión
que con determinación,
con mucho amor y alegría
pasa el mal trago. Y el día
que me den el alta haremos
fiesta. Te invitaremos.
Y a toda la cofradía.
No ocupo más la atención.
Por hoy me despido. pero
el próximo parte, espero,
no sea el de defunción.
Y si pasan por Luzón
(tiene buena carretera)
no olviden que los espera,
con fibrosis pulmonar,
muy jodido, a su pesar,
su amigo Quintín Cabrera.
(*) Lo de “cuartucho” no está escrito para rimar. Es real. Me atienden en un despachito de tres metros por dos que un día, cuando las horas de esplendor de Puerta de Hierro, guardaban las escobas. Tengo que consignar la buena voluntad de todo el personal del Hospital que, pese a las pésimas condiciones en las que trabajan (pacientes en camillas y sillas de ruedas atorando pasillos, miles de personas deambulando, falta de espacio, zozobra ante un futuro incierto de privatizaciones e inseguridad y un largo etcétera), siempre atienden eficientemente, con una sonrisa, dando ánimos…
(**) Oriental es el gentilicio de los nacidos en la República Oriental del Uruguay.
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