El naufragio blanco en Manchester es una tragedia. Uno puede perder, pero no así. Sin comparecer. El 4-0 que nos endosó el Manchester City no admite réplica.
Creo que el partido y planteamiento del City de Guardiola no suponía sorpresa alguna. No era ninguna novedad que apoyados por su público saldrían a morder y la presión arriba sería constante. Así arrancaron la semana pasada en el Bernabéu. Solo que ahí no crearon ocasiones. Y en su casa a los 20 minutos Courtois ya había salvado dos ocasiones que se cantaban como gol. El meta belga fue el mejor jugador del Real Madrid. El único que estuvo a la altura del partido. Los demás suspenso absoluto.
¿Admirado Ancelotti qué plan de partido pensaste? No puede ser que un servidor en Madrid o en Ámsterdam supiese la idea del rival. ¿No se tomaron medidas para sortear su presión alta? No logramos salir con la pelota jugada, ni cruzar la divisoria de los dos campos. Los pases horizontales o retrasados facilitaban la labor del City. El primer gol, en el 22, fue de traca. Bernardo Silva estaba solo, libre de marca.
Hubo un momento clave, entre el 1-0 y el 2-0 (en el 36 también de Bernardo Silva, nuevamente solo): Kroos disparó desde fuera del área y su trallazo se estrelló en el larguero. Fue el único remate del Madrid en la primera mitad. Del posible empate en el 34 pasamos al 2-0 del 36. Son este tipo de detalles los que deciden un partido. Y suelen favorecer a quien más lo merece o más lo busca. Con ese marcador adverso de dos dos goles en contra se llegó al descanso. Otra sorpresa a añadir: no hubo cambios al descanso.
Llevo varios partidos diciendo que nuestra media no funciona. No llegan balones arriba y se conceden oportunidades al rival. No creamos juego ni lo destruimos. Ante un Manchester City esto se paga. Sobre todo cuando ellos te ganan en superioridad númerica la lucha del centro del campo (reforzado por la presencia de un central como Stones). Anoche asistimos probablemente al peor partido de Modric con el Madrid. Fede Valverde estaba desbordado. Kroos salvo el disparo de la primera mitad tampoco estuvo. Aunque los mejores momentos del Madrid en la segunda mitad fue cuando tomó el mando.
Si Courtois salvó los muebles en dos ocasiones, en la primera parte, Ederson hizo lo mismo tres veces (dos en la misma jugada), en la segunda mitad. A eso se redujo el ataque blanco. A Rodrygo y Vinicius nos les llegaban balones. Vini solo pudo hacer una carrera en la primera mitad (un balón largo). Cuando en la segunda parte lo encontraron se topó con Walker, quien estuvo soberbio. Benzema tampoco marcó las diferencias. No le surtían de balones y cuando bajaba tampoco acertaba.
Jugadores que tenían la posibilidad de alcanzar el récord de seis Copas de Europa/Champions de Paco Gento han dilapidado esta oportunidad en esta noche aciaga. Que ya forma parte de la historia negra del club blanco.
P.D.: Akanji, defensa, y Julián Álvarez, en el primer balón que tocó, completaron la goleada.