Entre película y película de Hitchcock visité la Web de la Universidad Johns Hopkins, que sí es una fuente fiable de datos, especializada en asuntos médicos y líder en el campo de investigación (no como lo del ridículo contable australiano o los de la OCDE, que se dedican a otras cosas y no se entiende porque sacan los pies del tiesto en un tema que desconocen). 15 Premios Nobel de Medicina y uno de Fisiología avalan a la JHU (además de otros Nobel en otras áreas).
Dentro de las continuas malas noticias ver un dato positivo se valora mucho más. Que seamos el país del mundo con más altas, es para sentirnos muy orgullosos de nuestro personal médico y sanitario. Si tenemos en cuenta que nuestros casos totalizan 212.917 y los de Estados Unidos 1.012.583 es para congratularnos y flagelarnos un poquito menos. Porque significa que en España hemos recuperado al 62,43% de los contagiados por el coronavirus, mientras el primer país del mundo occidental solo el 11,56% (cifra que seguro que se incrementará con el paso de los días).
Fue en la Johns Hopkins donde aprendí que había que considerar zonas o regiones y no países al hablar de casos de contagios y muertes. Porque se tenía que poner el foco en los brotes (de ahí mi insistencia en lo de las Comunidades Autónomas). Por eso para EEUU en el número de víctimas mortales usan información local. Para fuera de su país se remiten a lo que los países informan y no se meten en más complicaciones (responsabilidad de cada estado soberano). Por eso en la relación de fallecidos no aparecen como país y sí lo hace la ciudad de Nueva York. Si EEUU figurase, con sus poco más de 60 mil fallecidos, estaría encabezando esta funesta clasificación (y España bajaría un puesto).