El Real Madrid está a un punto del alirón tras el 3-0 al Cádiz. Empiezo a escribir estas líneas al llegar a casa y en Gerona el Barça gana 1-2 al Girona al descanso. En el Bernabéu ya en los últimos minutos ya cantábamos el «¡Campeones, campeones!», «¡Qué bote el Bernabéu!» y el clásico «Así, así, así gana el Madrid!». La cosa fue a más con el último gol, de Joselu en el descuento (a mi se me humedecieron los ojos). Ese 3-0, obra de un jugador muy querido por la afición, desató la pasión de todos. Apenas se sacó de centro se pitó el final y los jugadores celebraron el título de Liga con las gradas, especialmente con la del fondo sur, la de la grada de animación. Nos faltaba un punto y daba igual que el partido del Barça no hubiese comenzado. Los jugadores del Cádiz también felicitaron a los blancos. Mucho, pero mucho, tendría que torcerse el asunto para que el Madrid no lograse ese punto en los cuatro partidos que le quedan por disputar. Y que además el Barça ganase todos.
Ancelotti rotó pensando en la vuelta de semifinales de Champions del miércoles. Brindó la titularidad a Courtois, que reaparecía, a Militao (que aún no esta; su punta de velocidad no es la de antes y se vio superado en dos carreras que pudieron ser sendos goles: la primera, en la primera mitad, la salvó Nacho en un cruce milagrosos y la segunda, en la segunda mitad, el milagro fue de Courtois en un mano a mano con Chris Ramos), y a Arda Güler, su primera en casa ante su público.
La hora del partido, 16:15, y el poco fútbol invitaban al sueño. Mi hermano y yo bostezábamos. El equipo sesteaba. Tan solo salimos del letargo con un par de chispazos de Brahim y de Arda. Como sería la cosa que el primer remate del Madrid fue a la media hora. Se fue fuera, a la grada. Por el poste derecho según miras a portería. El segundo fue cinco minutos después y resultó peor que el primero. Esta vez el poste elegido fue el izquierdo y el efecto fue el contrario, en vez de buscar portería se alejó. El tercero fue la primera ocasión fallada por Joselu; fallaría dos más antes de marcar (aunque el tercer fallo lo veo más como acierto del portero). El 0-0 al descanso dejaba dos obviedades: no vimos a Ledesma, el portero argentino del Cádiz; las escasas sensaciones de peligro surgieron de las botas de los jugadores visitantes.
En los primeros 10 minutos de la segunda mitad vimos más fútbol que en toda la primera mitad. Hubo unas secuencias vertiginosas que desembocaron en el golazo de Brahim (min. 50). El Madrid reclamó dos penaltis. De la mano protagonista de la segunda reclamación surgió la gran oportunidad en un falló de Militao, que tampoco pudo rectificar en carrera y Chris Ramos le robó la cartera. Courtois se agrandó en su salida y evitó un gol cantado con su pecho. La siguiente jugada fue el tanto de Brahim. Modric al primer toque buscó y encontró a Brahim en nuestra banda izquierda, en el vértice del área. El despreciado por el seleccionador De La Fuente, a pesar de jugar con ambas piernas, controló, se giró entre cuatro rivales y vio el hueco para colocarla por la escuadra contraria. Ningún defensa pudo pararlo ni obstaculizar su remate. Era el primer disparo del Madrid a portería.
El 1-0 dotó al Madrid del aplomo necesario y nos despertó. El equipo ya jugaba a otro ritmo, contagiado de la energía que aportaba Camavinga. Mientras, en la banda calentaban Bellingham (entró en el 65 por Güler, que fue de más a menos) y Vinicius (entró en el 72 por Brahim). En estos cambios, como en el de Fede Valverde por Camavinga en el 79, despedimos a los sustituidos con fuertes ovaciones así como a quienes entraron.
El 2-0, de Bellingham sucedió a los dos minutos de saltar al estropeado césped del renovado estadio. Su entrada al campo fue majestuosa. Una estampa impecable. Lejana de la dolorida que hemos visto en las últimas semanas. Su primera carrera, hacia nuestro sector en el lateral oeste, dio la impresión de estar ante un pura sangre, vencedor de los derbis más importantes. El gol, fruto de una jugada en la que también tuvo como protagonistas a Modric y a Brahim en la derecha (el croata filtró al fichaje de la selección de Marruecos) y este ya en el área vio a Bellingham. Lo del inglés es para destacar: la jugada se inicia con un robo suyo en la línea media rival y la finaliza anotando en el área chica cadista. Nos deja muy buenas sensaciones de cara al miércoles. También para el ánimo del futbolista.
Del 3-0, a la contra, destacar el carrerón de Nacho tras combinación con Vini y su generosidad al regalarle el tanto a Joselu. En el mano a mano con Ledesma se la puso al delantero que fusiló a placer.
La diferencia entre ambas partes se ve reflejada en la estadística de remates del Madrid. De los 19 en total 16 son de la segunda mitad. Y de los nueve entre los tres palos, incluidos los tres goles, todos son de los segundos 45 minutos.
Termino de escribir estas líneas y el Real Madrid está a siete minutos de su Liga número 36. El Barça pierde 4-2… ya perdieron 2-4 en la primera vuelta… Se acabó el partido de Gerona.
¡Así, así, así gana el Madrid!