Ante todo mil disculpas por este tercer post del día. No es habitual, pero merece la pena por el debut del provisional Solari en el banquillo del Real Madrid. En Melilla en el estreno blanco en esta Copa 2018/19.
Partamos de la base que este duelo a priori no sirve para sacar conclusiones. Aunque si para calibrar estados de animo. Y el número de bajas blancas no solo motiva al rival, U.D. Melilla, también sirve de termómetro para quienes no han tenido demasiadas oportunidades (o ninguna) en la etapa de Lopetegui.
El primer once de Solari fue: Keylor Navas, Odriozola, Javi Sánchez, Sergio Ramos, Reguilón, Ceballos, Llorente, Marco Asensio, Lucas Vázquez, Benzema y Vinicius. Si no me equivoco Javi Sánchez, central del Castilla, debutaba con el primer equipo.
A los ocho minutos los locales tuvieron su mejor ocasión. Era la segunda de la que disponían. El Madrid aun no había chutado. Dos minutos después una fea y dura entrada del debutante Sánchez significó la primera amarilla del encuentro. No eran buenos augurios ni se apreciaban signos de mejoría en el enfermo.
El entusiasmos local se fue apaciguando y el primer remate madridista se produjo en el 23: Lucas Vázquez lanzó un buen disparo que se envenenó al tropezar en un defensa. La mano de Dani Barrios evitó que el balón entrase por la escuadra. Cinco minutos después llegó el 0-1: una excelente subida de Odriozola por su banda derecha puso la pelota en los pies de Benzema, quien en el área pequeña marcó en la posición de ariete. Esta jugada me hizo reflexionar sobre los errores de Lopetegui con dos laterales como Reguilón del Castilla y Odriozola, fichado de la Real Sociedad y a quien llevó al Mundial. No confió en ninguno de los dos e improvisó soluciones de emergencia con Nacho en ambos laterales cuando faltaron Carvajal y Marcelo. O colocando a Lucas de 2 (me gusta como recurso a lo largo del partido, pero no de salida y teniendo en cuenta al rival).
Vinicius apareció en dos contras en las que Dani Barrios eclipsó a Lucas Vázquez. En la primera el brasileño combinó perfectamente con Asensio, al que liberó de su marca con el pase, y este se la cedió a Lucas. En la segunda el pase fue directamente al ayer extremo diestro quien no supo picar la bola y disparó al muñeco (Barrios había tapado muy bien con su salida). En cambio en el 0-2 el excelente pase con el exterior, en horizontal, de Vinicius a Asensio, en el área grande, acabó en la meta local. El zurdazo del mallorquín según le llegó la pelota fue inapelable. No dio tiempo a sacar de centro y los jugadores se retiraron al vestuario bajo la fuerte lluvia que dominó está primera mitad.
El mister provisional realizó dos cambios en el descanso: Nacho por Sergio Ramos y Fede Valverde por Benzema. Este último supuso que Asensio, quien había jugado muy libre de media punta, pasase al centro del ataque. En el 80 debutó Cristo, un buen delantero del Castilla (aunque le falte regularidad en mi opinión), entrando por Asensio.
Esta segunda mitad comenzó como la primera, con los locales derrochando entusiasmo que se fue apagando. Cabe destacar a Vinicius (aparte de a Odriozola). Incisivo, profundo, buscando el gol, que tuvo muy cerca. Primero con un excelente remate al larguero y luego en la jugada del 0-3. Una acción por la izquierda en el área entre él y Reguilón, a quien pasó de tacón, remató el defensa, rechazó Barrios (el mejor de los suyos) y estuvo a punto de ser gol por la trayectoria que cogió el balón. Vinicius había seguido la jugada y se lanzó al suelo, por el centro de la portería, para empujar la pelota. Pero no fue suficiente y Odriozola remachó el tanto. Al vasco aún le quedaba una jugada para ser el mejor madridista del partido. Una buena rabona de Vinicius pudo haber sido gol pero Cristo no controló bien.
Si la segunda parte empezó como la primera lo mismo puede decirse de su finalización: un pase, en esta ocasión de Odriozola, fue rematado a gol. En este caso por Cristo de un potente cabezazo. Era el 0-4. Y tampoco dio tiempo para sacar de centro.
Solo una conclusión: Solari confirma su esquema del Castilla. Es decir un 4-2-3-1.