
El Real Madrid se impuso 2-1 al Barcelona en el partido de la vuelta, y se lleva la Supercopa. La primera media hora blanca ha sido de lo mejor que hemos visto en el Bernabéu desde la llegada de Mourinho. En treinta minutos el marcador reflejaba un 2-0, nos habían anulado un gol de Pepe, y Víctor Valdés era el mejor de su equipo (acabó siendo el mejor del campo).
Higuaín había marcado el primer gol en el minuto 9, después de haber tenido antes una clara ocasión. Y tuvo unas cuantas más después. Cuando no fue Valdés quien impidió los tantos del Pipita fue el palo (en la segunda parte). De haber acertado la mitad de los mano a mano que dispuso, el argentino habría conseguido un hat-trick. Y el marcador hubiese sido más amplio.

Cristiano Ronaldo de un taconazo prodigioso efectuó una vaselina -larga- y se embaló hacía la portería. Rectificó un control defectuoso al entrar al área, cuando recogía su autopase de talón, y fusiló a la red.
Ambos tantos fueron consecuencia de dos pases largos, de unos 50 metros. Pepe en el primero, y Khedira en el segundo (gran partido el suyo: contuvo la linea de creación blaugrana y además dispuso de dos ocasiones de marcar, la segunda de ellas en una prodigiosa jugada individual).
Pero de repente surgió lo impensable: la reacción culé. Al filo del minuto 30 fue expulsado Adriano, por placar a CR7 que encaraba la meta. El brasileño había entrado en la alineación titular por lesión de última hora de Dani Alves. Jordi Alba ocupó el lateral izquierdo y se desplazó al exsevillista a la derecha. En mi opinión esto desajustó la defensa de los de Vilanova. Mesut Özil y Ángel Di María, bien por indicación de Mourinho o por iniciativa propia, aprovecharon esta debilidad. Y el Madrid cargó el juego por esa banda. La salida de Adriano arregló la situación. Montoya entró por Alexis el piscinero (nada más empezar ya se había lanzado).
Al filo del descanso Leo Messi, desparecido hasta ese momento, marcó de falta. Era el 2-1 que a la postre fue el definitivo.
En la segunda parte el Madrid jugó con fuego. Le dejó la iniciativa al Barça. Se replegó buscando la contra. Pero Di María y Özil ya no eran los de la primera parte. El Fideo ya no se iba de nadie, y el alemán tuvo una racha de seis pases fallados de forma consecutiva.
El dominio visitante no se traducía en ocasiones claras. Apenas recuerdo una de Pedro (muy bien resuelta por Iker Casillas) y otra de Montoya. Messi solo chutó una vez. Al final del encuentro y se fue fuera.
Modric y Song debutaron. El croata entró por Özil y el camerunés sustituyó a un desacertado Busquets (pienso que su mala actuación fue un lastre para su equipo).
El nuevo fichaje madridista dejó destellos de su calidad, y se ganó a la afición. Jugó poco más de 15 minutos, acabó agotado, y ganó su primer titulo con el Real Madrid.
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