Las frivozidanes (traducción: frivolidades de Zidane) no auguraban nada bueno. Porque cuatro cambios, uno por línea (incluyendo la portería) no pueden ser calificados de otra forma. La ausencia de Fede Valverde tampoco invitaba al optimismo. En el recuerdo dos datos: la última vez que Zizou se puso caprichoso y le dio un ataque de entrenador fue en Mallorca, a mediados de octubre, y perdimos; la temporada pasada Lopetegui empezó a cavar su tumba frente al Alavés, cuando perdimos con un gol en el último minuto (mal precedente para hacer hoy tantos cambios).
El arranque del encuentro, a la intempestiva hora de las 13:00, dejó claro en los primeros tres minutos que el Real Madrid iba a buscar a Bale con balones largos (como hicieron Isco y Kroos); que los vitorianos iban a buscar la espalda de nuestros defensas, especialmente la de Marcelo (hablando de cambios me sorprendió que no jugase Mendy, más apropiado para un duelo que se presumía bastante físico); y que Isco iba a disponer de absoluta libertad como frente al PSG.
La únicas emociones del primer cuarto de hora fueron una amarilla a Aleix Vidal, por fingir un penalti frente a Militao, y un autoposte de un defensa local frente a Bale.
En el 17 Isco dispuso de la mejor ocasión del partido hasta ese momento (y de la primera mitad). Su defectuoso remate se fue alto. Estaba solo en una inmejorable posición.
Pasaban los minutos y el dominio del Madrid era artificial porque no se traducía. Sin ocasiones ni goles. Ellos se cerraban con todos sus jugadores de campo. Rondando la media hora Isco volvió a tener otra, en una jugada originada por un saque lateral de Bale a Benzema. Veníamos de una buena aproximación del Alavés, fruto de la doble falta de concentración de Marcelo (por una falta que le señalaron en ataque) y de Sergio Ramos (que se las estaba teniendo tiesas con Joselu, un excanterano, por un encontronazo que dio lugar a la mencionada jugada protagonizada por Marcelo). Los balones largos a Bale habían pasado a la historia. La banda izquierda del ataque blanco era de Marcelo.
A 10 minutos del descanso un buen remate de Casemiro es despejado a córner por Pacheco, en una muy buena intervención. La lluvia era más protagonista que el juego y nos encaminábamos al descanso con 0-0, sin más incidencias que la meteorológica.
El Madrid sin Valverde pierde empuje y frescura. Sobre esto último, la ausencia de Rodrygo también supone un deficit. No hay chispa en ataque.
El arranque de la segunda mitad fue más de lo mismo: mucha lluvia y poco fútbol. Hasta que en el 51 una falta botada por Kroos fue cabeceada a la red por Sergio Ramos. 0-1. Y la lluvia se hizo más fuerte. El Alavés se estiró para buscar el empate. ¿Ganaría espacios ahora el Madrid? De momento se imponía el empuje de los locales, mientras arreciaba el agua que caía. No estaba el partido para florituras. 10 minutos después del gol y el Madrid era incapaz de pasar la divisoria del campo. Y en el 62 entre Marcelo y Sergio Ramos le hacen penalti a Joselu. Pitaron el de Ramos. Lucas Pérez empató, engañando a Areola. Zidane reaccionó dando entrada a Rodrygo por Bale (desaparecido desde la primera mitad).
El empate a uno activó nuevamente al Madrid. ¿O fueron los locales quienes de nuevo se echaron atrás?
Un remate de Isco cabeceado al palo, tras una parada milagrosa de Pacheco, es recogido por Carvajal para hacer el 1-2. Estábamos en el 69. La jugada, por la derecha, se inició en un pase de Rodrygo a Modric, que se la puso a Isco. Tanto Isco como Carvajal ocupaban la posición del 9.
Desde casa los madridistas pedíamos (por WhatsApp) a Valverde!!!
Pasaban los minutos y el Alavés no reaccionó igual que tras el 0-1. En el 77, para nuestra alegría, Valverde salió del banquillo para calentar (y empaparse). En el 79 sustituyó a Modric (que tenía amarilla). Zidane rectificaba así su primer gran error del once titular, dando entrada al uruguayo. Segundos después Rodrygo le montó un lío al meta local y a uno de los centrales.
Los cinco minutos finales (más el descuento) la presencia de Valverde fue tan constante como desde que salió. Isco siguió bregando. No solo de clase y talento tiró el malagueño.
Cinco córners consecutivos del Alavés (entre el 86 y 89) estuvieron a punto de provocar el empate (especialmente en el tercero y el último). Después de estos saques de esquina Mendy entró por Isco en vez de por Marcelo. ¡Otra extravagancia de Zidane! Y nos anunciaban ocho minutos de descuento.
Mendy se puso de lateral izquierdo y Marcelo adelantó su posición al medio campo. ¡Incomprensible! Otra frivozidan.
En el minuto seis del descuento, en un mal saque de Pacheco Valverde se encontró el balón y falló el tercer gol blanco.
Finalmente el partido acabó 1-2 a favor del Real Madrid, líder de la Liga a expensas del Atletico de Madrid-Barça de mañana. Los tres puntos de Vitoria eran muy importantes de cara a ese choque…