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No hay refugio ante Hernández Hernández

No hay refugio ante Hernández Hernández. Siempre que nos pita tiemblo. Nos ha perjudicado claramente siempre y principalmente frente a Barça y Atlético de Madrid (aunque Gil Marín olvide estas circunstancias). Incluso ostenta la siniestra marca de ser el único en corregir al VAR, por el penalti por mano de Felipe (Gil Marín tampoco recuerda esto). En la primera mitad de ayer la cacería a Vinicius se saldó con amarilla para el brasileño en su primera falta. Fastuoso. Camino del vestuario Ceballos vio otra.

El infructuoso dominio en la primera parte del Real Madrid frente al Mallorca se saldó con unos pocos remates altos. De la media docena que contabilice ninguno fue entre los tres palos. Y el primero fue en el 34, cuando ya perdíamos 1-0. Los locales habían anotado en el 13. En principio lo que pareció ser su primer (y único) remate entre los tres palos, Muriqui de cabeza, resultó ser autogol de Nacho. Su intento de despeje de cabeza en el salto despistó a un despistado Lunin, a media salida. La pelota se envenenó y se acabó colando en nuestra portería.

Courtois lesionado durante el calentamiento fue sustituido por Lunin, quien salió desde el principio.

Los cinco córners botados (tres consecutivos) no encontraron rematador. La posesión del 70% no sirvió para nada. No nos funcionaba el juego por las bandas y tardamos en recurrir a los disparos desde fuera del área. Sucedió en el referido minuto 34 cuando Rodrygo lo intentó tras un saque de falta en corto.

Ninguno de los dos equipos efectuó cambios en el descanso. La pauta desde el inicio de la segunda mitad fue la misma que en los primeros 45 minutos: los de Aguirre bien cerrados y jugando al límite, con la bendición arbitral. Las faltas eran constantes. No encontrábamos huecos ni continuidad en el juego.

El Madrid presentaba dos caras: la de Camavinga, un todo terreno desde el lateral izquierdo, y la de Marcos Asensio, de espectador en el regreso a su tierra.

En el 56 como de claro tuvo que ser el penalti del meta local a Vini para que se pitase. En realidad hubo dos. Antes del de Vini hicieron uno sobre Rodrygo, impidiendo su control y la pelota llegó a Vini. Marco Asensio, coherente con su desastroso partido, falló el lanzamiento. Eso sí, era el primer remate entre los tres palos del Madrid. El meta local adivinó la dirección del balón y tampoco tuvo que esforzarse demasiado porque no iba pegado al palo.

Entramos en una fase curiosa: el Mallorca recibió dos amarillas. Fue un espejismo. La fiebre de Hernández Hernández remitió rapidamente: en el 63 Fede Valverde vio la amarilla por una falta. Ancelotti lo cambió inmediatamente por Modric (que llevaba un rato calentando en la banda).

En el 70 triple cambio: Alaba, Kroos y Mariano por Asensio, Tchouaméni y Ceballos. Alaba pasaba al lateral izquierdo, Camavinga subía al medio campo y Rodrygo se desplazaba a la banda derecha. Un minuto después a Vinicius le daban una patada en la tripa. La roja se convirtió en amarilla. Y el árbitro además se equivocaba de jugador. Rectificó a instancias del VAR.

Modric vio la amarilla en el 80. Clara. Era la séptima tarjeta del partido, cuarta en contra del Madrid. El Mallorca llevaba 26 faltas cometidas por 12 del Madrid. Eso da una media de una amarilla por cada tres faltas del Madrid.

En el 86 otro ataque febril de Hernández Hernández: amarilla a Maffeo. Imagino que para disimular las estadísticas. Tres minutos después Mariano recibió una amarilla. Mientras se recuperaba el «muerto» victima de Mariano se montó una tangana en la banda, cerca de los banquillos. Un jugador local fingió una agresión de Vinicius. No vio la amarilla. Y el partido se alargó ocho minutos.

Raillo vio amarilla. La décima (empatabamos a cinco).

En el 95 otra del árbitro: falta por (inexistente) juego peligroso de Vini ante un defensa que agachó la cabeza.

No me gustó el Madrid. Tan solo Camavinga y los incansables intentos de Vinicius. No nos funcionó el medio campo, bien atado por los locales. Y por la permisividad arbitral (29 faltas locales, 10 a Vinicius, por 14 blancas). Permisividad sobre todo ante la reiteración de faltas de los mismos jugadores. Este 1-0 es nuestra tercera derrota en esta Liga, que nos puede alejar en ocho puntos del líder si el Barça gana esta noche.

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Golazos en el Bernabéu

Javier Gandul AS

A la infame hora de las dos del mediodía arrancó el Real Madrid-Mallorca. El calor iba en aumento a medida que pasaba el tiempo. En la misma medida que se deterioraba el nuevo césped. Estrenado el fin de semana pasado, con un solo partido disputado, al cuarto de hora ya presentaba calvas. En la anterior reforma del estadio, también con Florentino Pérez en la presidencia, hubo problemas con el terreno de juego. Los listos de turno no calcularon que el sol es necesario para su cuidado. Así que lo del césped en esta nueva reforma entra dentro de lo previsible. No escucharan, verán leerán nada al respecto en los medios de (des)información. Eso sí, solo tendrán videos de la maravilla de ingeniería del nuevo césped retráctil del Bernabéu.

También entraba dentro de lo previsible que Javier Aguirre presentase una línea defensiva de cinco en un equipo pegajoso, duro y a veces rayando la violencia. Ancelotti siguió con su calendario de instrucciones, con una consigna clara. La de buscar remates desde la frontal si no se podía combinar. Ceballos, Kroos y Fede Valverde le hicieron caso. De hecho remataron más que los delanteros donde Hazard ni lo intentó. Rodrygo buscó portería una vez y Vinicius falló una ocasión.

Un despiste de Mendy propició la primera oportunidad del encuentro. Courtois detuvo el remate de Muriqi a los 35 segundos, tras un sombrero a Rüdiger. Mendy aún tuvo otro lunar, que luego contrarrestó con dos buenas incorporaciones en ataque (una de ellas fue la que marró Vini).

A los 34 minutos Muriqi cabeceó el 0-1, libre de marca, en un fallo coral de nuestra defensa. Kang-in Lee botó una falta lateral superando a los centrales y en el segundo palo Muriqi le sacó dos metros a Mendy.

A medida que corrían los minutos comentaba con mi hermano cuándo cambiarían a Hazard. No aportaba nada. Era totalmente irrelevante. Apostamos por el cambio en el descanso. Y en eso llegó el primer golazo. Estábamos en el descuento de la primera mitad. Courtois saca en corto para Ceballos, un metro delante del balcón de nuestra área. Se la alarga a Fede Valverde, posicionado en el centro de nuestro medio campo. E inicia una galopada imparable. (Mi hermano me dijo que en la radio dijeron que fue de 52 metros). En su avance se va escorando ligeramente hacia la derecha, de interior. A medida que atisba el área rival busca una posición más centrada para desbordar al lateral. Se enfrenta a dos centrales. Se mete entre ambos y desde el balcón del área lanza un zurdazo que se cuela por el segundo palo, cerca de la escuadra. El Bernabéu se volvió loco. La ovación fue histórica. A mi se me saltaron un par de lágrimas. En nuestro sector el entusiasmo dio rienda suelta a la frustración vivida unos minutos antes, cuando cantamos gol de Vinicius en un remate desde la derecha que se estrelló en la red por fuera.

El 1-1 fue el resultado al descanso. No hubo cambios. Estos no se produjeron hasta el 58 cuando entraron Nacho y Modric por Mendy (tenía una amarilla y Alaba pasó al lateral izquierdo) y el inoperante Hazard. Una vez más se cumplía la premisa: el Madrid te mata en los 15/20 minutos finales. La superioridad física unida al talento se impone al deterioro del oponente. Los siguientes goles confirman lo dicho: Vinicius en el 72, Rodrygo en el 88 y Rüdiger a los dos minutos del alargue de cuatro.

El segundo golazo fue el 2-1 obra de Vinicius tras un jugadón de Rodrygo por el centro. Se abrió paso entre líneas y cuando llegó al borde del área, en vez de rematar o intentar un nuevo regate, se la puso a Vini, quien, entrando por la izquierda, con un amague y un control largo se desembarazó del central de su banda y con el exterior de la zurda superó al meta. El tercer golazo fue el 3-1 de Rodrygo. Un eslalon en la que mostró toda su calidad individual y que remató con recorte y un disparo a media altura al segundo palo.

Antes de los goles hubo cambios (Camavinga por Ceballos en el 68 y Carvajal por el lesionado Lucas Vázquez en el 50, agotando las ventanas de cambios del Madrid), y una clara oportunidad de Antonio Sánchez recién incorporado en el 58 con 1-1 en el marcador. Estaba solo en las inmediaciones del punto de penalti.

No será un partido para el recuerdo, pero sí lo serán los golazos. Especialmente el de Fede Valverde.

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Tres goles y tres lesionados del Real Madrid en Mallorca

Javier Gandul AS

Le tenía miedo al Mallorca-Real Madrid. Por la excesiva euforia tras la victoria ante el PSG y las celebraciones de la plantilla. ¡No habíamos ganado la Champions! Era una eliminatoria de octavos de final. Y el partido en Palma nos pillaba entre el PSG y el Barça (el próximo domingo). Me daba la sensación de ser el gruñón aguafiestas. Ricardo Gallego en Real Madrid TV compartía mis razonamientos. Y el otro aspecto que me aterraba era el del árbitro, el lamentable Sánchez Martínez, cuyas actuaciones la temporada pasada nos costaron los puntos que imposibilitaron que ganáramos la Liga. Su nefasta actuación en nuestro partido contra el Villarreal estaba demasiado reciente en mi memoria. Mi consuelo era saber que para Ancelotti el objetivo principal es esta Liga. Y por supuesto, el buen momento del equipo.

Ancelotti se dejó a Militao en Madrid por un proceso gripal. Estaba a una tarjeta de la suspensión, como Mendy y Casemiro. Estos dos volvieron al once titular (contra el PSG no jugaron por sanción). Nacho jugó por el central brasileño. El mister presentó un par de novedades: Lucas Vázquez en el lateral derecho y Fede Valverde en la media junto a Kroos y Casemiro. A estos cambios añadan la confirmación de Rodrygo en la banda derecha. La idea de jugar abierto con dos extremos, Vinicius y Rodrygo, parecía muy buena.

A los cinco minutos el Madrid tuvo la primera (y casi la única de los primeros 45 minutos). El último control de Benzema se le fue un pelín largo y remató forzado desde el lateral del área chica ante la salida de Sergio Rico. El meta desviaba a córner. Al poco, en el 10, el Mallorca dispuso su primera ocasión de las dos que tuvo en esta mitad. Muriqi remató solo según le venía. Recibió un pase lateral desde la izquierda y pilló despistados a nuestros centrales. Tomó la mejor decisión. Pero se le fue fuera. La siguiente del Mallorca sucedió en el 34. Nacho salvó una situación comprometida pero un nuevo despiste defensivo propició una clara ocasión del lateral Maffeo. Aprovechó un rechace y su remate rozó el palo, dando en el exterior del mismo. El defensa resultó providencial para su equipo cuando se cruzó y tapó un remate de Vinicius tras una excelente combinación con Benzema. En esta media oportunidad yo ya estaba cantando el gol.

En medio asistimos a la tremenda dureza local y al irritante arbitraje. Había dos varas de medir. En el 16 señaló una amarilla sobre Valverde, en lo que para mi ni siquiera fue falta. El madridista despejó y chocó con Kubo. En cambio, a la media hora le perdonaron la roja a Maffeo por una brutal entrada sobre Vinicius. Con una pierna le mete los tacos de la bota a la altura de la rodilla. No pitó ni falta. Vean la foto.

Juan Medina Reuters AS

Cuando Vini consiguió levantarse Ángel le recriminó y se montó un rifirrafe que se saldó con amarillas para Vinicius y Ángel. Es decir, al jugador que le estaban machacando a patadas le sacaban una tarjeta. Al otro que acribillaban era a Rodrygo (de hecho abandonó el campo cojo en la segunda mitad).

Si una de mis preocupaciones era la concentración, la fuerza mental de los nuestros, visto lo visto en la primera parte se disiparon todas mis dudas. El equipo encaró todas las dificultades, las del rival y las del árbitro. No dieron un balón por perdido. Eso sí, la excesiva dureza de los locales presenta tres lesionados: Rodrygo, Mendy y Benzema. Todos en la segunda mitad.

La segunda parte fue claramente del Madrid. El partido quedó prácticamente sentenciado en el 54 con el 0-1 logrado por Vinicius. Fede Valverde le intenta robar la pelota a Baba, en la línea media local. El balón le llega a Benzema quien raudo se adentra en el balcón del área y la pone en la izquierda por donde entraba Vini. El brasileño bate a Sergio Rico con su zurda (se la metió entre las piernas).

Este árbitro le enseñó la amarilla a Ancelotti minutos antes por quejarse.

A la hora entraron Modric y Camavinga por Valverde y Casemiro. Ocho minutos después ocurrió la entrada de Raillo sobre Rodrygo que le sacó del campo. Este Raillo dijo después del partido que había sido falta del lesionado. ¡Será sinvergüenza! Entró Marco Asensio y también Carvajal por Lucas Vázquez.

El penalti sobre Vinicius debió ser muy claro para que se pitase. Benzema, protagonista de la jugada y del pase a Vini, transformó el 0-2 (min. 75).

Marcelo entró por Mendy en el 79. A los tres minutos de entrar un sensacional pase de Marcelo es cabeceado por Benzema a la red. El salto del francés fue impecable. Se adelantó a los defensas tomando la iniciativa. Sabía perfectamente donde iba la pelota. Y poco después saltaron todas las alarmas: Benzema cojeaba. Se retiró en el 86 y el Madrid se quedó en 10 al haber agotado los cambios. Parece que el origen de su mal estuvo en el salto.

Se añadieron cinco minutos de prolongación. El 0-3 no se movió del marcador.

Tres puntos, tres goles y tres lesionados. Un precio muy alto por el lamentable arbitraje que no supo controlar el juego duro de los locales.

AS

Ya son 10 puntos sobre el Sevilla y una jornada menos. Quedan 10 partidos, 30 puntos en juego. El calendario de los dos primeros es complicado, aunque me parece más difícil el del Madrid. Si bien somos el mejor equipo visitante de la Liga, de los 10 que quedan por jugarse seis son fuera de casa. Uno de ellos frente al Sevilla.

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España gana y Suecia pierde

AS grupo B

Se produjo la carambola perfecta: España ganó 0-2 en su visita a Kosovo, país no reconocido pero cuya Federación sí lo es por la FIFA, mientras Suecia perdía 2-1 en Grecia. Esta derrota sueca compensa la nuestra ante ellos. Y deja las espadas en alto ante la visita de Suecia a nuestro país. Si se fijan en la clasificación ellos cuentan con dos partidos menos.

Luis Enrique dio una de cal y otra de arena con la alineación. Prescindió de Eric García (jugó Iñigo Martínez), pero volvió a las andadas con Marcos Llorente. Tras su buen partido como interior nuevamente lo colocó de lateral derecho. No tuvo presencia en los 85 minutos que jugó. Tanto él como Reguilón, titular ayer en la izquierda, fueron reemplazados y La Roja pasa a jugar con tres centrales los minutos finales.

España salió dominando. Mas era ese dominio estéril, sin crear ocasiones ni rematando. Además de los consabidos problemas defensivos. La mejor prueba de esta debilidad es que el seleccionador estrenaba línea defensiva, otra vez. Muriqi fue un dolor de muelas todo el encuentro. Olió sangre y estuvo a punto de amargarnos la noche. Entre nuestros fallos (entre ellos dos centrales zurdos), sus fueras de juego y un mano a mano que falló en la segunda mitad, pudo haber marcado al menos un gol. Por algo son la selección 115 del mundo, porque no meten goles. Añadan un paradón de Unai Simón, que evitó el empate en la segunda parte. Y compensaba una salida catastrófica al medio campo que nos pudo costar un gol. El balón se lo llevó un kosovar que intentó marcar desde el círculo central.

El primer disparo de España fue gol, en el 31. Una buena combinación entre Morata y Carlos Soler y le llegó el balón a Fornals. Se revolvió bien y metió un golazo. Su primero con la selección absoluta. Un par de minutos después lo intentó Morata y a punto de llegar al descanso Morata nuevamente buscó la portería. Mejor la primera de nuestro delantero centro que la segunda.

El 0-2 fue otro golazo. Con suspense por el VAR. Corría el minuto 87 y Ferran Torres aprovechó un balón en profundidad. Se internó por la izquierda, entró en la media luna y cambió de dirección quebrando al defensor, buscando una posición más centrada. Según entró en el aire soltó un excepcional disparo. A la brasileña (folha seca). El meta rival se quedó paralizado.

No fue un buen partido de España. Lo importante es el resultado, la victoria en una jornada de seis puntos. Nuestros tres más los que perdió Suecia. Volvemos a depender de nosotros mismos.

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