El gol de Luka Modric (min. 80) decidió un partido espeso. Espeso por el VAR, un mal árbitro y una alineación del Real Madrid que nuevamente se presentó sin un delantero centro en el campo. En esta ocasión Ancelotti no tuvo más remedio que jugar sin un 9 porque el único de la plantilla, Joselu, se lesionó en un entrenamiento. Así que colocó a Rodrygo de falso nueve.
El problema con Rodrygo fue que más bien jugó de delantero estorbo. Estorbó a Vinicius en la banda izquierda. Se produjo un apelotonamiento entre los dos brasileños y Mendy. ¡Rodrygo acabó siendo el mejor defensa del Sevilla en el marcaje a Vini! Quien cada vez que se iba de Jesús Navas no tenía a quien ponerle el balón. Sin delantero centro volvíamos a tener enfrente una defensa de cinco. Así que solo podíamos marcar metiendonos con la pelota en la portería, a balón parado o con disparos de media o larga distancia. El golazo de Modric fue desde la frontal. Recogió un despeje de cabeza en la media luna. El control fue exquisito, medio gol. El control con un leve desplazamiento del balón eliminó al defensa y la rosca con el interior de su pie derecho se coló en la meta tras dar en el interior del palo. La importancia del gol y del jugador, a esas alturas del partido, condujo a Rüdiger a levantarlo sobre su hombro.
En referencia a los disparos desde fuera del área lo intentaron Fede Valverde (con un efecto que casi pilla a Nyland, quien reaccionó bien y despejó a córner), Vinicius varias veces y Rodrygo tras una jugada individual en los mejores minutos del Madrid (el primer cuarto de hora de la segunda mitad), pero su disparo en vez de bajar hacia la escuadra se elevó por encima. Poco bagaje, refrendado por las pobres estadísticas referidas a tiros entre los tres palos. Solo seis y en la primera mitad uno (o dos, si contamos el gol anulado a Lucas Vázquez). De hecho el primer remate llegó a los 10 minutos con Lucas Vázquez anotando como si fuese un delantero centro top. Incomprensiblemente el VAR llamó la atención del árbitro que lo había dado por válido. Digo incomprensiblemente porque el VAR no suele intervenir en acciones como la sucedida entre Nacho y En-Nesyri. El defensa roba el balón al delantero y se lo pasa a VInicius quien ve la subida del lateral por la otra banda y le filtra el pase. El VAR del avalista de Laporta incide en el pie de Nacho y el tobillo del delantero. Según me contaron emplearon un zoom nunca visto para detallar la jugada. Pero como son del avalista de Laporta no enseñan el codazo del delantero sobre Nacho. Qué es lo que más o menos vimos en el campo. De ahí nuestra estupefacción ante la anulación del golazo de Lucas Vázquez. El VAR que orgánicamente depende de Clos Gómez, a quien Mourinho ya desenmascaró en su día cuando era árbitro en activo, tampoco vio la agresión de Ocampos sobre Lucas Vázquez (min. 15). Hay fotos del golpe en el ojo del gallego. No señaló ni amarilla. Esta fue la primera de las dos rojas perdonadas al Sevilla. Además de un penalti no señalado a Rüdiger. La grada de animación cantaba eso de «Corrupción en la Federación».
El asunto arbitral tuvo una vertiente cómica aunque rompió el ritmo del Madrid cuando mejor estaba jugando (el primer cuarto de hora de la segunda mitad): el árbitro se lesionó. Y se empezó a cantar «¡Que salga Negreira!». Para darse una idea de lo malo que es el árbitro es que su sustituto, el cuarto árbitro, lo hizo mejor (pita en la Primera Federación, la antigua Tercera División).
No quisiera olvidar el disparo al palo de Valverde, dentro del área, en el 47. Coincidía con esa excelente salida del Madrid en la segunda mitad. En ese cuarto de hora se mascaba el gol y parecía que se encarrilaría el encuentro. Hasta que llegó la lesión del árbitro. El Madrid no recuperó su ritmo de juego hasta la aparición de Modric en el 74. Fue el primer cambio de Ancelotti y entró por Nacho. Tchouaméni bajó al centro de la defensa.
Del Sevilla destacar a su portero, Nyland, la lucha de Ocampos (incansable durante la primera mitad) y a Sergio Ramos. Del Madrid aparte del mencionado Modric hay que destacar a otro jugador decisivo: Lunin. Una intervención suya en un mano a mano salvó los tres puntos.
La Liga continúa. Quedan 12 jornadas y el Madrid sigue líder.