Con este pisotón, seguido de un rodillazo, de Papu Gómez (del Sevilla) a Fede Valverde empezó todo (esta temporada). Desde entonces los madridistas vivimos un estado de estupefacción continuo. Como en los tiempos del Villarato, que coinciden con Enríquez Negreira, n.º 2 del arbitraje español, facturando servicios al Barça. Las casi dos décadas del asesoramiento de Enríquez Negreira dejan resaca. Vaya si dejan. Lo estamos sufriendo. El AS publica hoy un reportaje con los ocho errores que nos han perjudicado gravemente. Lo resumen en el siguiente cuadro:
A la vista de que Medina Cantalejo, presidente de los árbitros, es seguidor del Sevilla se entiende mejor la impunidad de Papu Gómez, que lesionó a Valverde y solo vio la amarilla. La participación de Valverde en el Mundial estuvo en el aire (no jugó a su mejor nivel).
Añadan las decisiones favorables al Barça o la omisión de las que son desfavorables al actual líder de la Liga. En una noticia paralela AS analiza las actuaciones en torno al VAR y concluye que «el Real Madrid es el equipo más castigado (diez correcciones en su contra y cuatro puntos menos) y el Barcelona, de los que menos (solo tres llamadas y dos puntos más)».
Modric es baja para el partido de mañana en Sevilla frente al Betis. Lo es por acumulación de tarjetas amarillas. Siendo ingenuos podríamos decir que este descanso forzado puede venirle hasta bien. Mas quiero llamar la atención sobre un hecho sorprendente. Porque Modric, ejemplo de deportividad y así se lo reconocen muchas aficiones rivales, ha cometido apenas 16 faltas. Viene a ser una media, más o menos, de una tarjeta cada tres faltas. Por otra parte el azulgrana Gavi, que reparte más que Amazon, también se perderá el encuentro de mañana, frente al Valencia, por haber visto su quinta amarilla. Lo que canta es que Gavi ha cometido 53 faltas. Modric solo 16.
Luego ya si quieren seguimos mirando al dedo que señala la Luna y nos creemos las pantomimas de Medina Cantalejo respecto a los penaltis no señalados al Barça durante tantos partidos, las declaraciones de Sánchez Arminio sobre su íntimo amigo Enríquez Negreira, el Villarato, el atropello arbitral sufrido ante el Sevilla en el Bernabéu que desembocó en la Liga 2020/2021 para el Atlético de Madrid (algo que el hijo del varias veces encarcelado omitió en sus dos ridículas notas), los negocios entre un capitán culé y el presidente de la Federación Española de Fútbol y un largo etcétera, en el que esta comparativa de tarjetas amarillas entre Modric y Gavi es tan solo una muesca más.
Ayer por la tarde ¡por fin! me acerqué a la exposición sobre el «Underground y Contracultura en la Cataluña de los 70«. Comisariada por el gran Pepe Ribas, fundador de la mítica revista Ajoblanco, llegaba a Madrid el pasado 20 de octubre, tras su exitoso paso por Barcelona. Inicialmente prevista hasta el 12 de febrero en CentroCentro se ha prolongado su permanencia hasta el 5 de marzo, dada la gran afluencia de público.
La labor de documentación y acopio de material ha sido exhaustiva. Y refleja claramente una época vital que irradió a toda España desde Barcelona (y también desde Sevilla). Era los tiempos en los que desde Madrid mirabamos a Barcelona con envidia. Era donde se cocía el bacalao. Al menos para los jóvenes con inquietudes.
He usado para el encabezado la imagen que cierra el recorrido de la exposición. El mensaje es desalentador y quizás ese pesimismo, ese aire de derrota, es la única pega que puedo poner. Porque indudablemente no se ganó. Algunos incluso podrían decir que afortunadamente (porque algunos planteamientos eran inviables). Pero no se pueden obviar los cambios producidos. En términos culturales, políticos y sociales (ecología y sexo principalmente). A continuación pongo algunas fotos; la impactante entrada con esas pintadas sobre un muro de ladrillos, la amplia reproducción de la portada del primer LP de King Crimson y la portada del primer ejemplar de Ajoblanco.
El diario ABC redobla su apuesta por los toros porque según ellos lo hacen en nombre de la defensa de la cultura y la libertad. Es impresionante los tropelías que se cometen en nombre de la cultura y la libertad. No recuerdo ninguna época en que se haya tomado más en vano ambos conceptos.
Me irritan profundamente los abusos en nombre de la libertad. ¿Qué libertad? La que reivindican franquistas y neofranquistas, nostálgicos del Régimen (que era una dictadura y no una dieta). Esos mismo que ayer se manifestaban libremente en Madrid contra el gobierno, porque estamos en democracia. En ese franquismo que añoran las manifestaciones estaban prohibidas y las policía cargaba para disolverlas. Se saldaban con heridos, detenidos y a veces muertos. Que unos defensores de la dictadura franquista llamen dictador al actual presidente de un gobierno que autoriza su manifestación es pura esquizofrenia. Y además ondean la bandera preconstitucional, la del aguilucho, sin que pase nada. En Alemania no podrían hacer lo mismo con la nzai, por ejemplo.
Esquizofrénico es también el editorial del ABC respecto a los toros. Podemos leer en su primer párrafo: «La tauromaquia es una de las más cimeras expresiones de libertad y la gran seña identitaria de la España honda, que es a su vez la España universal. La España de las artes. Por eso el cerco que se le ha puesto a la Fiesta desde determinados flancos ideológicos es, en un análisis profundo, un síntoma de atraso.». Todo bastante joseantoniano… Y más adelante el editorialista se atreve a afirmar que «Y por eso ABC es desde su fundación una plaza de toros de las letras, porque siempre ha estado del lado de la libertad». Vaya, ahora los 40 años de dictadura fueron un espacio en el que se respetaron las libertades. Señoras y señores del ABC: de los 120 años de su diario se dedicaron durante 40 a defender a Franco. Es un tercio de su existencia. Y durante los tres años de guerra civil, provocados por el levantamiento militar, hubo dos ABC: el golpista de Sevilla y el defensor de la II República de Madrid. Terminada la guerra se impuso la edición de Sevilla, aliada con los triunfadores. No nos cuenten monsergas!!!
Tenía ganas de hincarle el diente a este «Gipsy Power«, el recopilatorio dirigido por David el Indio de Vetusta Morla con excelentes textos de José Manuel Gómez Gufi. Es el segundo proyecto conceptual de ambos tras el estupendo «Gipsy Rhumba – El Ritmo Original de la Rumba Gitana en España 1965-74» (editado por el sello inglés Soul Jazz Records). Afortunadamente este «Gipsy Power» lo publica Sony España. Y digo lo de afortunadamente porque Sony tiene las grabaciones originales de CBS, Epic, RCA, Zafiro y Columbia.
«Gipsy Power«, que como subtítulo lleva el lema de «la banda sonora del cine quinqui», nos muestra los caminos de la fusión de la rumba flamenca con otros estilos, preferentemente el soul y también la salsa. Y en este sentido es un emocionante homenaje a la figura del fallecido productor José Luis de Carlos, artífice de estas mezclas sonoras. También a otros como Gonzalo García-Pelayo y Julio Palacios, Ricardo Pachón, etc. Personalmente me siento muy identificado con esta colección de canciones y artistas. Tanto de manera indirecta (por amistad o compañerismo) como directa (El Luis y Zingaro).
«Gipsy Power» es el sonido de los barrios del extrarradio de Madrid (y también de Barcelona y Sevilla), que en muchos casos viajó con éxito al resto de España. Es la música de los coches de choque de las ferias, de las casetes de gasolinera o de las piratas en ferias y mercadillos. ¡Un puntazo de disco!
Fran G. Matute ha venido a Madrid a presentar su libro “Esta vez venimos a golpear”. Versa sobre el inicio de la contracultura en Sevilla, cuna del movimiento en España.
Mi semana arranca con tres presentaciones. Dos hoy y una mañana.
La primera de hoy es la del catálogo de la magnífica exposición «Underground y contracultura en la Cataluña de los 70«, comisariada por el legendario Pepe Ribas, fundador de la imprescindible Ajoblanco (revista bandera de esa época). Ribas estará muy bien acompañado. La segunda del día es la presentación del nuevo libro de Esteban Hernández «El rencor de clase media alta y el fin de una era«. El título del libro es suficientemente esclarecedor y más aún conociendo los escritos de Esteban Hernández.
Iré a ambas si el tiempo no lo impide. La media hora de diferencia entre una y otra y la cercanía entre Blanquerna y el Ateneo me da margen, aunque me pierda el final de una y el comienzo de la otra.
Mañana en El Argonauta Fran G. Matute presenta su imprescindible «Esta vez venimos a golpear«. Recoge los orígenes de la contracultura en España, iniciada en Sevilla. El periodo investigado por Matute es el de 1965-1968.
El Real Madrid sufrió para ganar 2-1 al Cádiz, penúltimo de la clasificación. Recordaba a los de mi alrededor que la temporada pasada nos empataron en el Bernabéu. El botín de los tres puntos son el mejor bálsamo para afrontar el parón por el Mundial. Porque es evidente que algo pasa: tras catorce partidos de Liga el Barça es líder dos puntos por encima nuestra y después de haber perdido contra nosotros. Es decir, en trece partidos (39 puntos) los azulgranas nos han metido cinco puntos de ventaja.
El Real Madrid sufrió su tercera agresión y el agresor se fue sin ver la roja y sin que el VAR interviniera. Primero fue la entrada de Papu Gómez (Sevilla) sobre Fede Valverde que le dejó dos partidos sin jugar; luego tuvimos la agresión sobre Vinicius en Vallecas (de Balliu) y ayer la de Fali sobre Rodrygo sin balón y que ni siquiera fue señalada como falta.
El Real Madrid sufrió para ganar porque el equipo se complicó la vida sin venir a cuento. En la primera mitada no disparó a puerta. ¿Cómo queremos meter gol sin intentarlo? En los primeros 10 minutos hubo dos remates, ambos muy desviados. No hubo otro intento hasta la jugada en la que se produjo la agresión de Fali sobre Rodrygo. Remató Fede Valverde raso y ajustado a la base del poste. El gol de Militao (min. 39) fue el primero entre los tres palos. Un pase de Kroos desde el costado lo cabeceó el central a la red. En la segunda mitad cambió el guión y finalizamos las jugadas. El 2-0 de Kroos, a lo Valverde, fue un trallazo desde la frontal. Era el 69 y parecía sentenciar el encuentro. Pero no fue así.
El Real Madrid sufrió para ganar porque Modric falló el 3-0 a puerta vacía. Vinicius se fue por la banda en velocidad, prácticamente desde el centro del campo. Su pase de la muerte incomprensiblemente lo mandó fuera el croata, quien se quedó desconsolado tumbado sobre el césped.
El Real Madrid sufrió para ganar porque Modric perdió un balón en el círculo central. Su pase fue interceptado y no persiguió al rival. La contra gaditana terminó con el gol de Lucas Pérez en el 81. 2-1. Bongonda finalizó la contra rematando y Courtois falló y no pudo controlar el balón. Negredo recogió el rechace ante la pasividad de la defensa y su disparo a gol lo rechaza el meta con la cara. Nuevamente el rebote es para un rival. En esta ocasión es Lucas Pérez que acierta a marcar.
El Real Madrid sufrió para ganar porque Courtois tuvo que lucirse con un paradón y posteriormente falló en el gol. Y también sufrió porque en el descuento Pacha Espino pudo empatar. Cabeceó intentando una vaselina para superar por alto a Courtois. Debería haberla picado abajo. Hay que comprender que es defensa y no delantero.
El Real Madrid sufrió porque nuestro mejor jugador fue el lateral derecho, ayer Lucas Vázquez. Gran partido del gallego, tanto en defensa como en ataque. Pero deja a las claras las deficiencias de sus compañeros.
El Real Madrid sufrió para ganar porque el equipo ha perdido frescura. La chispa se apagó. Coincidiendo con la ausencia de Benzema.
El Real Madrid sufrió para ganar porque nos falta el Balón de Oro 20022, el mejor jugador del mundo y máximo goleador del equipo.
El fracaso español en esta Champions, tres clubes no pasan a octavos de final, llena las arcas del Real Madrid, los únicos en clasificarse. Primero cayó el Sevilla, ayer por la tarde el Barça antes de jugar con el Bayern por el triunfo del Inter y ya por la noche el Atlético de Madrid (que no parece haber aprendido aún a tirar penaltis).
Hoy la prensa deportiva madrileña, AS y Marca, publicaban notas explicando las implicaciones económicas para el Real Madrid. El denominado market pool referido al fútbol español. Ahora este fondo es todo para el Madrid. Y el montante total variará según avance el Madrid en la competición. De alcanzar la final la bolsa ascenderá a 11,7 millones de euro. No veo que lleguemos. Tampoco lo creía la temporada pasada y ya saben lo que sucedió. Así que me mantengo fiel a mis creencias…
El cálculo para octavos supone que el Madrid eleva sus ingresos a 8,6 millones por su participación en esta Champions. ¡Gracias antimadridistas! Son encomiables vuestros esfuerzos a favor de nuestra causa.
El Real Madrid destrozó al Sevilla en la zona Pintus. Ya saben, esos momentos finales del partido, cuando las fuerzas flaquean y el poderío físico del Madrid se impone. Los dos goles del triunfo (el del 2-1 a la carrera y el del 3-1) se anotaron en los minutos 78 y 80.
Antes del comienzo del partido Iker Casillas, bajo un chaparrón, entregó la copa del Trofeo Yashin a Courtois. Zidane y Modric, ambos Balones de Oro, hicieron lo mismo con Benzema y su Balón de Oro 2022. L os dos galardonados ofrecieron sus trofeos a la afición.
Para el partido en el que Modric cumplía su partido 450 con el MadridAncelotti recuperaba a Courtois en la portería mas perdía a Benzema.
De entrada se vio que el Madrid presionaba la salida del Sevilla arriba con Modric y Rodrygo por el centro con Fede Valverde y Vinicius por los costados. A los tres minutos Bono se equivocó y regaló el balón a Vini. La ocasión no se pudo aprovechar porque el pase a Rodrygo no fue bueno. Pero el camino ya estaba marcado. Un minuto después Gudelj desbarataba una internada de Vini, tras superar a dos rivales. Y a los cinco minutos llegaba el 1-0. Montiel intenta driblar a Vinicius. El brasileño roba la pelota y corre hacia el área. Divisa a Modric al otro costado y le mete un pase sensacional al segundo palo. El croata anotó a puerta vacía (Bono no pudo interceptar el pase).
A partir de ese gol el Madrid sesteo, a dosificar esfuerzos. En cristiano, a mamonear. Dispuso de algunas ocasiones en las botas de Vinicius (2), Rodrygo y Modric. El primer remate del Sevilla no se produjo hasta el final de esta primera mitad. Montiel se atrevió a subir su banda y combinó con Jesús Navas. El canterano se metió en el área y disparó al palo corto, donde Courtois bien situado atrapó el balón en dos tiempos.
La segunda mitad pareció más de lo mismo. Hasta el minuto 53 cuando un error de Vinicius propició el empate del Sevilla. Intentó regatear en una zona donde no debe hacerse. En nuestra línea de tres cuartos. Montiel no picó y se llevó la pelota. Vini se quedó mirando y no persiguió a su lateral. Montiel avanzó y se la puso a Lamela, quien superó a Courtois que salió a la desesperada y creo que tocó el balón. Era el empate a uno. Lamela seis minutos después pudo haber hecho el 1-2. Disparó con su pierna mala y se le fue fuera.
Ancelotti buscó revitalizar el medio campo. Dio entrada a Camavinga por un gris Tchouaméni. Rodrygo empezó a ser más incisivo. La clave no llegó hasta el 76 cuando Ancelotti efectuó un triple cambio (Sampaoli ya había hecho varios): entraban Rüdiger, Lucas Vázquez y Marcos Asensio por Mendy, Carvajal y Modric (posteriormente entró Nacho por Alaba y se colocó de lateral izquierdo). Lucas Vázquez hizo el 2-1 en el primer balón que tocó. Corría el minuto 77 cuando Asensio filtró un pase por el centro a Vinicius. El brasileño corre veloz hacia el área. Bono sale a achicar espacio. Y cuando todos pensábamos en un regate o un remate Vini, desde el balcón del área, se la pone a Lucas Vázquez que corría por la banda derecha. El gallego remataba a puerta vacía. Era la segunda asistencia de Vinicius y dos de los tres cambios fueron protagonistas: Asensio en el origen y Lucas Vázquez en la finalización. El Sevilla acusó el golpe. Todos sus esfuerzos de contención, su gol del empate, se venían abajo. Y dos minutos después el golazo de Fede Valverde. El del 3-1. Un zapatazo, marca de la casa, desde fuera del área, con un efecto increíble.
Se añadieron cinco minutos más y el Madrid tuvo compasión del rival.