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Rodrygo decide en Sevilla

Rodrygo con sus dos goles puso la chispa del Real Madrid frente al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. Fue lo único destacado de los de Ancelotti en la tarde de ayer. El técnico dispuso un once raro, con cinco medios y un solo punta, Rodrygo. Fede Valverde por la derecha y Dani Ceballos por la izquierda, con Modric de media punta. Era una especie de 4-2-3-1 con Kroos y Tchouaméni ocupando el doble pivote. No funcionó. La primera mitad fue del Sevilla. El tempranero 1-0 debió de tener su peso. 

El Madrid salió indolente. Son ya demasiados los partidos en lo que esto sucede. A punto de cumplirse los tres minutos ya perdíamos 1-0. Rafa Mir aprovechó un despiste defensivo y la falta de contundencia en dos despejes. El delantero tuvo otra ocasión. Rodrygo pudo empatar, a centro de Lucas Vázquez. En boca del gol no acertó y la mandó fuera. Esto pareció despertar al Madrid.

A medida que el equipo se desperezaba Tchouaméni adelantó su posición buscando el área y el disparo desde la frontal. Lamela lo paró en falta. Había tres candidatos para lanzarla. Se impuso la opción de Rodrygo, quizás por lo centrada que estaba la posición. El brasileño la ejecutó y logró el gol del empate en nuestro primer remate entre los tres palos (min.28). Posteriormente Lamela estrelló un disparo en el palo y falló una ocasión parecida a la que erró Rodrygo.

La segunda mitad ya fue otra cosa. La iniciativa era del Madrid. El cambio en el 53 del renqueante Fede Valverde (que está teniendo un flojo final de temporada) por Camavinga nos proporcionó ese necesario plus de energía.

En el 68 el 1-2 de Rodrygo. Una obra maestra, que justifica todo el partido. Espero que no haya problemas con el clip del encabezado y se pueda ver. El Sevilla bota una falta lateral. El balón acaba en las botas de Modric, a pase de Rodrygo, en la frontal de nuestra área. La cruza rápido a Kroos, que estaba de volante en la izquierda. El alemán lanza a Rodrygo que en carrera se planta en el otro área. Dos recortes al defensa y un pase a la red, pegado al palo derecho, definen el resultado final. 

Acuña en el 82 vio la roja confirmando su impresentable actuación. Su recital de patadas fue considerable. Cada una de ellas señalada como falta eran protestadas. ¿Cómo no había lesionado a nadie no eran falta? Tenía que haber visto el camino del vestuario mucho antes. Sus protestas tras la roja y su negativa a abandonar el campo son infumables. 

La actitud de la afición sevillista también fue lamentable. Menos mal que el técnico local, Mendilibar, puso cordura en sus declaraciones al acabar el partido. Algunas de sus frases: «Cada partido terminamos con uno menos. Es algo que tenemos que rectificar y tenemos que mirarlo» o » A veces nos comportamos como macarras».

El partido a priori se esperaba rollete. El Sevilla pensando en su final del miércoles y nosotros, con varias bajas, deshojando el calendario para cerrar la temporada. Ya solo queda un partido.

 

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Argentina logra su tercer Mundial

Marca

La final de Catar 2022 arrancó de forma sorprendente, con Francia en plan camaleón. De entrada parecieron Argentina: dos faltas en el primer minuto. Y a partir de ahí se asemejaron a la peor versión del Real Madrid. Ese Madrid que sale apático al campo de juego, que no se encuentra y deja la iniciativa al rival sin oponer resistencia. El mejor ejemplo lo escenifica Dembélé que no dio una a derechas. El primer balón que recibió no lo supo controlar y se fue fuera de banda: intentó pisar la pelota y pasó por debajo de su pie. El segundo balón que recibió lo tocó atrás para ¡un rival! Organizó la contra argentina… Cuando cometió el absurdo penalti sobre Di María -falta de delantero- se le vino el mundo encima. En casa pedía la sustitución inmediata del extremo. El azulgrana cuando está bien es mortal. Y cuando está mal… pues ya lo vimos en la final. Tampoco estuvo fino en la semifinal. El caso es que mediada la primera parte Messi transformó el penalti  y puso 1-0 arriba a Argentina. Otra duda surge en la jugada del penalti: ¿dónde estaba Koundé? Era su banda y Dembélé intentó cubrir su ausencia. 

Francia no reaccionó al gol en contra. Siguió como tal cosa. Argentina siguió dominando el encuentro. Olieron la sangre y buscaban rematar a su presa. Scaloni ordenó presionar la salida de Upamecano. Argentina había salido presionando arriba mas esta era una orden específica. Y surtió efecto en la jugada del segundo gol. Un pase defectuoso del central y Messi se hace con la pelota. La descarga en profundidad sobre Mac Allister quien avanza y se la pone a Di María en la banda contraria. Jugadón y golazo. 2-0 (min. 36). Di María estaba siendo el jugador del partido. Recuerden, el penalti se lo hicieron a él.

Di María Marca

Deschamps reaccionó con un doble cambio. Retiró a Dembélé (aplaudí hasta con las orejas) y a Giroud (no lo entendí). 

Con 2-0 al descanso todo parecía sentenciado, sobre todo porque Francia no había rematado ni lo había intentado. En el descanso leí que era la primera vez en una final de Mundial que una selección no chutaba durante la primera parte. Este dato se contabiliza desde Inglaterra 1966. El primer intento sucedió en el 67 con un cabezazo defectuoso que se fue fuera por mucho. Tres minutos después Mbappé lo intentaba. Se fue ligeramente alta. El tercer y cuarto disparo fueron goles. Increible. 

Antes de los tantos franceses hubo cambios en ambas selecciones. Scaloni sorprendió retirando a Di María, su mejor jugador. ¿Para que Messi fuese el MVP? ¿O por problemas físicos de El Fideo? Tácticamente fue una sustitución amarrategui: entró un defensa lateral, el sevillista Acuña. Deschamps por su parte quitó a Griezmann (muy bien anulado por los albicelestes) y a Theo Hernández. Entraron Coman y Camavinga. Al madridista volvió a colocarle de lateral izquierdo. Luego reforzó el medio campo.

Otamendi pecó de pardillo, como Dembélé, en el 79. Su penalti sobre Muani fue idéntico al del francés sobre Di María. Sorprende porque Otamendi es un central veterano. Mbappé batió a Emiliano Dibu Martínez, quien adivinó la dirección del lanzamiento. Era como ya comenté el tercer disparo de Francia en la final y el primero entre los tres palos. El cuarto intento, el segundo entre los tres palos, también vio la red. Y también lo marcó Mbappé. El fenómeno galo recibió un excelente pase de Thuram hijo y anotó un golazo. En un par de minutos Francia había empatado a dos la final. Ahora parecían la mejor versión del Madrid, el de las remontadas.

Los minutos finales (los nueve para llegar a los 90 y los ocho de alargue) fueron un carrusel de emociones. El partido estaba roto y el gol podía llegar en cualquier contra. Para el espectador imparcial fue una delicia. Para los aficionados de unos y otros una taquicardia. 

El 2-2 nos llevó a la prórroga. En este Mundial tenemos el precedente de Países Bajos remontando dos goles en contra a Argentina (en cuartos). Finalmente se impusieron los argentos a los penaltis.

El cambio de Fofana por Rabiot en el 95 reforzó la fortaleza física del centro del campo galo. Seis minutos después Lautaro Martínez entraba por Julián Álvarez y Paredes por un exhausto y castigado De Paul (partidazo el suyo). 

Lautaro la tuvo al final de la primera mitad de la prórroga. Era su segunda intervención (la primera la salvó milagrosamente Upamecano). 

En el 108 un despiste colectivo del en esos momentos inexistente centro del campo francés y de sus defensas, lo aprovechó Messi marcando el 3-2. Recogió un rechace de Lloris a un potente disparo de Lautaro. Lloris se lució desviando pero no había compañeros para proteger su despeje. 3-2. Y la Copa del Mundo volvía a volar hacia Argentina. 

Argentina tras el gol siguió jugando como después del 1.0. Y Francia nos recordaba a la de la primera mitad. 

En el 115 otro penalti absurdo. Montiel evitó un remate de Mbappé con los brazos extendidos. Empató Mbappé. Su tercer gol de la final y el segundo de penalti. Estos tres goles igualaba los tres de Hurst en una final, la de Inglaterra 1966.

Se añadieron tres minutos. No podíamos pedir más emoción. Tres minutos de infarto y yo ya había perdido la cuenta de los cambios. Y en el último minuto del descuento Muani desaprovechó un mano a mano frente al Dibu. En la contra Lautaro cabeceó mal y la respuesta la dio Mbappé que se quitó de en medio a varios pero estaba demasiado escorado para rematar. Dybala fue el último obstáculo a su intento de encontrar puerta.

Nos íbamos a los penaltis. ¿Quién dijo que no podíamos pedir más emoción? 

Mbappé marcaba el primero para Francia, su tercer penalti de la tarde. Messi hizo lo propio en su turno. Dibu paró el de Coman. Dybala marcó por el centro. 2-1 para Argentina. Tchouaméni mandó fuera el suyo. Paredes ponía el 3-1. Parecía insalvable. Muani anotó. Si Montiel acertaba ganaban su tercer Mundial. Y así fue. Se repetía el guión de la eliminatoria contra Países Bajos.

Argentina buscó durante más tiempo el triunfo. No pudo administrar sus ventajas en el marcador porque enfrente estaba Mbappé. Supieron sobreponerse a las adversidades de pasar de un 2-0 a un 2-2 y de un 3-2en la segunda mitad de la prórroga  a un 3-3. Y no olvidemos la de perder su primer partido contra Arabia Saudita. De ahí surgió el armazón que los ha conducido a este Mundial, con la presencia en el once de jugadores fundamentales como Mac Allister, Enzo Fernández (elegido mejor joven del torneo) y Julián Álvarez.

El Dibu Martínez fue Guante de Oro, Mbappé Bota de Oro y Messi el mejor jugador del Mundial. Añadiría que Mac Allister, De Paul y Fernández han sido el mejor centro del campo del Mundial.

Estad Marca

 

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El Real Madrid se impone al Sevilla y al árbitro

Jesús Álvarez Orihuela AS

El triunfo del Real Madrid 2-3 es medio título. Esta era una de las salidas donde se podía pensar que nos dejariamos puntos. Nadie había ganado en el Sánchez Pizjuán. El Madrid se impuso a dos rivales: al Sevilla y al árbitro, Cuadra Fernández, que tuvo la desfachatez de rectificar al video arbitraje y ver algo que nadie más vio. Se equivocó en todas las jugadas polémicas o discutibles. Pero vayamos por partes y empecemos por el principio.

Ancelotti sorprendió con su elección para suplir las bajas en el lateral izquierdo al no contar con Nacho. Eligió a Lucas Vázquez. Aunque Lucas se colocó en la derecha y Carvajal en la izquierda. La decisión era arriesgada, mas el desempeño de Nacho últimamente ha presentado lagunas. No así el de Lucas V.

El Sevilla-Real Madrid enfrentaba al equipo menos goleado contra el más goleador, con los dos mejores porteros de esta Liga: Bono y Courtois. Con el añadido que el Sevilla estaba imbatido en su campo esta temporada.

El partido arrancó con buen ritmo por parte de ambos. Los dos presionaban arriba. En los dos primeros minutos vimos una incursión de Vinicius y un pase del Papu Gómez que no encontró rematador. Y en el 9 una buena maniobra de Martial nos puso el corazón en vilo. Su remate desde la frontal salió rozando el palo.

A medida que pasaban los minutos el Sevilla se adueñó del partido. La presión sevillista era eficaz. Incomodaban nuestra salida de balón. Lo perdíamos rápidamente. Y los saques largos de Courtois eran siempre para ellos. Hasta que en el 17 Vini provoca un saque de esquina. Se bota y Bono se choca con DIego Carlos, que toca la pelota con la mano. Penalti. No señalado. A este árbitro y al del VAR ya les hemos sufrido. Siempre nos han perjudicado. Acto seguido una falta a favor del Sevilla, desde el balcón del área, es lanzada por Rakitic. Gol. 1-0. La metió justo por el hueco que Militao abrió en la barrera. DIcen los expertos que se debería haber repetido la falta por la presencia inadecuada de dos sevillistas en la barrera.

El Sevilla con el tanto creció aún más. El Madrid, con un inoperante Kroos, estaba superado.

En el 24 llegó el 2-0. Lamela aprovecha un balón suelto para anotar. Tecatito superó en carrera a Militao, quien llegó tarde y encaró a Courtois. El balón rebota o lo pasa el mexicano y le llega a Lamela, solo en el punto de penalti. El Sevilla parecía la mejor versión del Chelsea del Bernabéu.

El Madrid estaba en la lona. No conectábamos con Benzema. Y en los pocos balones que le llegaban a Vini este pecaba de individualista.

Camavinga intercambió su posición con Kroos. Pareció surtir efecto, unido al repliegue local.

A Camavinga le perdonaron una posible segunda amarilla en el 37. ¿Complejo de culpa por el penalti no señalado? Martial se lesionó en la jugada y fue sustituido por Rafa Mir. Dio la impresión de ser un tirón.

Benzema se fabricó una oportunidad por la izquierda en el 43. Se fue de dos y buscó la escuadra corta para sorprender a Bono. Se le fue arriba por poco. En el último minuto de los cuatro de descuento Benzema falló una clara ocasión, mano a mano contra Bono. El pase en diagonal de Alaba fue inmenso. Pero ni marcó y además señalaron fuera de juego del francés.

Visto lo visto pensé en una modificación: Rodrygo por Camavinga. El ímpetu de Camavinga, con una amarilla, nos podía dejar en 10 (como de hecho pudo suceder en la primera mitad). Me preocupaba también el poco fútbol de Kroos.

Rodrygo estuvo calentando en el descanso. Señal que mi propuesta era la idea del mister. Y efectivamente el sustituido fue Camavinga. Lopetegui por su parte retiró a Papu Gómez y entró Óliver Torres.

Benzema falló el 1-2 en el 47. El pase filtrado de Modric habilitó al francés en la frontal que avanzó y se metió en el área. Busco colocar y Bono respondió. En nuestro siguiente ataque una combinación por la izquierda entre Carvajal y Vinicius termina en un pase del lateral a Rodrygo. Que marcaba en su primer balón. El pase atrás de Carva lo remató Rodrygo con el interior de su pie derecho, desde la frontal del área chica.

Un zapatazo de Militao en el 52 lo desvió a córner Bono. Dos minutos después Rodrygo no llegó para rematar el empate a dos. Se habían cambiado las tornas. El Sevilla no cruzaba la divisoria de ambos campos. Hasta la hora de juego no lo lograron.

En el 61 doble cambio del Sevilla: se fueron Acuña y Tecatito. Entraron Gudelj y Augustinsson. Al minuto Rodrygo montó un lío por la derecha y se la puso a Benzema. Su disparo raso y cruzado se fue fuera por poco.

A mi me daba la impresión, desde la primera mitad, que Benzema estaba fundido. Esta sensación se acrecentaba a medida que transcurrían los minutos. En el descuento me calló la boca. O más bien el pensamiento.

En el 71 se iba Lamela y entraba Ocampos. Al minuto Rafa Mir, solo, cabeceaba muy alto. Pudo haber sentenciado.

A Vinicius le anularon un gol en el 74 por una inexistente mano. El pase de Lucas Vázquez, desde la otra banda, lo peinó Modric y Vini controló con la zona de la clavícula. Y batió a Bono con su derecha. El árbitro fue al VAR y se empeñó en ver algo que no existió. Para ratificar su errónea decisión. ¡Un escándalo!

En el 81 se retiraban Modric y Lucas Vázquez, entrando Marco Asensio y Nacho. Alaba pasaba al lateral izquierdo y Carvajal volvía a su posición. Y desde ahí Carvajal, tras un córner, ponía un balón al área desde la derecha y Nacho, en su primer balón, marcaba el gol del empate. Era la segunda asistencia de Carvajal. Minuto 82. Un minuto después Benzema tuvo el tercero.

Se añadieron siete minutos. El Madrid de esta segunda mitad fue a por el partido. Y lo siguió intentando en el alargue.

El 2-3 en el primer minuto del descuento fue una obra maestra coral. Vini por la derecha caracolea y se la da de tacón a Rodrygo, quien busca la línea de fondo. Su cambio de ritmo es impresionante y rebasa al defensa. Su pase atrás, el de la muerte, lo controla Benzema con una tranquilidad pasmosa. Y desde la frontal del área pequeña marca un golazo.

En el 94 y medio Mariano entró por Benzema. Y en su primer balón estuvo a punto de hacer el cuarto. Estaba en fuera de juego. Una pena porque la vaselina que intentó era una delicatessen.

El show arbitral no paró y alargó el partido más de los siete minutos señalados. Nos fuimos al 99 y medio!!!

¡Este equipo y sus remontadas son leyenda viva!

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Sevilla, antepenúltimo escollo del Madrid

Marca

El Sevilla, en el Sánchez Pizjuán, es el antepenúltimo escollo del Real Madrid en su camino para ganar la Liga. Los otros dos ochomiles son las visitas a Pamplona (Osasuna), a mediados de la semana que viene, y al Wanda (Atlético de Madrid). A nuestro favor está la solvencia que el equipo está demostrando como visitante. En contra, lo recargado del calendario y lo que ello acarrea en forma de bajas, por lesiones o acumulaciones de tarjetas.

El Madrid presentan bajas importantes: Casemiro y Mendy, además de Marcelo y el canterano Miguel Gutiérrez (lo cual deja la posición de lateral izquierdo sin un especialista nato). Todo apunta a Nacho como recambio para esa banda en defensa. Acuña, excelente lateral, es duda en el Sevilla. Si no juega será una baja sensible para los de Lopetegui.

El partido también tiene el aliciente de ver a los dos mejores porteros del campeonato, Bono y Courtois.

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Partidazo: Real Madrid 2 Sevilla 1

Anoche en el Bernabéu asistimos a un partidazo, el Real Madrid 2 Sevilla 1. Un partido grande. Muy bien jugado por ambos. Con fases alternas de dominio de ambos equipos. Donde el talento individual decidió el resultado. Como sucede en las finales. Y esa es exactamente la sensación que tuve presenciando el encuentro. Así se lo expresé a mi hermano y a uno de sus dos hijos: «Es como haber visto una final. Los dos querían ganar». Todos los jugadores se vaciaron sobre el campo. Lo dieron todo.

El Madrid salió a tope. A los 10 minutos nos habían secado. Impusieron su ritmo. Dificultaban nuestro juego. Su centro del campo se imponía al nuestro. Sus dos laterales, magníficos Montiel y Acuña, anularon nuestro juego por las bandas y subían con peligro al ataque. En este sentido la presencia de Marcos Asensio era un lastre para el Madrid. No ayudaba en los repliegues y dejaba vendido a Carvajal. Tanto que Modric tuvo que suplir esa deficiencia. Lo cual restaba potencial a nuestra creación de juego. Porque esos primeros minutos de salida fueron bajo la batuta del croata. En ataque Asensio tuvo un par de buenas aportaciones, mas estorbaba. Se metía en la banda izquierda, obstaculizando a Vinicius, al que desplazaba al centro a la derecha.

El 0-1 fue un fiel reflejo del momento ascendente del Sevilla. Nos encerraron en nuestro campo. En un segundo saque de esquina consecutivo Rafa Mir, desde el punto de penalti, cabeceó bombeando la pelota la fondo de la portería local. Corría el minuto 11. El saque de Acuña fue impecable. Rafa Mir pudo hacer el 0-2. Entre Alaba primero sobre la línea de gol y Courtois después (en la primera de sus dos grandes intervenciones del partido) solventaron una clara oportunidad que fue doble. Añadan un gran remate de Ocampos (excelente partido del argentino) que se estrelló en el larguero. El Madrid estaba grogui. Y aquí se vislumbra la pequeña gran diferencia entre un equipo y el otro: el talento individual que de un plumazo decide. Así llegó el empate blanco. En uno de los escaso ataques tras el 0-1 Militao soltó un trallazo desde bastante lejos. Dobló las manos de Bono y la pelota no entró porque se encontró con el poste. El más listo de la clase, Benzema, gana en velocidad a la defensa y alcanza el rechace para empatar. Minuto 31.

El Sevilla encajó el golpe. Las fuerzas se igualaron. El Sevilla siguió atrapando a Kroos y Modric en sus redes. Y Asensio seguía lastrando. Carvajal no se atrevía a subir. Por el otro costado Mendy parecía Vini.

Con 1-1 se produjo la primera jugada polémica del encuentro: la entrada de Alaba sobre Ocampos. Penalti para muchos. Menos para el árbitro. Para mi Ocampos se tira. El VAR no intervino. De haberse señalado, y de haber marcado el Sevilla, habría sido 1-2. ¿Si el Madrid remontó un 0-1 para ganar por qué no lo mismo para un 1-2? La segunda polémica fue un penalti sobre Vinicius al final del partido. De haberse anotado hubiese supuesto el 3-1, resultado excesivo para el desempeño de ambos equipos. Estoy convencido que no se pitó para compensar la primera jugada. Entre ambas jugadas el Madrid reclamó penalti en otras dos ocasiones. No creo que fuesen ninguna de las dos.

Ancelotti cambió el rumbo del partido con sus dos cambios del 72. Fue un efecto doble, por la entrada de Fede Valverde y Camavinga y por la salida de Marco Asensio. Carvajal vio la luz. Comenzó a subir, contrarrestando la labor de Acuña. Incluso se le vio por el círculo central. La entrada de los dos centrocampistas por Asensio y Modric oxigenó al Madrid. Casemiro adelantó su posición y Kroos retrasó la suya, para buscar a Vinicius o trazar diagonales desde la izquierd. A medida que los blancos cogían aire los sevillistas empezaban a acusar el esfuerzo. Era la fase decisiva del partido.

En el 86 Vinicius controla una diagonal desde la derecha con el pecho. Con ese gesto adelanta el balón y supera al marcador. Desde la izquierda busca el área. Corre en paralelo a la frontal y lanza un derechazo que se cuela como una exhalación por la escuadra contraria. 2-1. ¡Un golazo! De nuevo el talento decidía. Esto es exactamente lo que le faltó al Sevilla: jugadores decisivos.

En el minuto final de los cuatro de prolongación vimos la segunda gran parada de Courtois. Un cabezazo a bocajarro en un saque de esquina. Se llevó la felicitación de sus compañeros. Con la misma intensidad que obtuvo Vini (pero sin la piña que se formó en la celebración del gol). Al acabar el partido algunos de los jugadores blancos dieron una vuelta al campo felicitando al público. Alaba señalaba a Courtois (Vinicius no estaba porque había sido sustituido en el 92 tras una dura entrada).

El Real Madrid se afianza en el liderato (logrado en la jornada anterior).

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Copa América: Argentina 1 Brasil 0

Wagrner Meier Getty AS

La final de la Copa América fue una guerra abierta. Patadas a diestro y siniestro. En este apartado también ganaron los argentinos. Y eso que los brasileños tampoco son unas monjas.

En la primera parte hubo más patadas que remates entre los tres palos. De hecho solo hubo uno, el del golazo de Di María. Los protagonistas de las patadas, los que más recibieron, fueron Messi y Neymar. No cuento los piscinazos del brasileño. Las dos amarillas (Paredes y Fred) fueron por entradas sobre los dos capitanes. El festival de tarjetas llegó en la segunda mitad.

Brasil no inquietó a Emiliano Martínez, el grosero meta argentino (que obvio no ganó ningún premio a la deportividad). En realidad, ninguno de los dos porteros tuvo que intervenir. Ni siquiera en el 1-0 de Di María en el 21. Un pase largo de De Paul, pretendido por el Atlético de Madrid, se lo tragó Lodi, el lateral brasileño del Atleti. Di María le superó en carrera tras fallar Lodi en el despeje. Controló con el exterior trasero de su bota izquierda y superó al meta con una impecable vaselina con la zurda. Bellisimo.

La tensión se palpaba en ambos equipos. Brasil jugaba más agarrotada, mientras la albiceleste imprimía velocidad en sus conatos de ataque.

Se llegó al descanso con 1-0.

Para la segunda mitad Firmino entró por Fred.

En el 50 amarilla a Lo Celso por entrada sobre Neymar. Dos minutos después anulaban, por fuera de gol, el tanto del empate obra de Richarlison. Quien estuvo a punto de anotar en el 55, pero Martínez se lució. Entre medias Guido Rodríguez entró por Paredes.

Argentina lo estaba pasando mal en este arranque del segundo tiempo. El primer cuarto de hora fue totalmente de Brasil.

En el 62 Tite daba entrada a Vinicius por Everton, flojo todo el tiempo que estuvo en el campo. Scaloni hizo un cambio defensivo: Tagliafico entró por Lo Celso. Acuña subió a reforzar el centro del campo y quien entró pasaba al lateral.

En el 67 amarilla para De Paul por falta sobre Neymar. Lodi la vio por una entrada sobre De Paul.

El último cambio de Argentina asentó al equipo. Y se fue desembarazando del dominio de la canarinha.

En el 72 otra amarilla, esta vez para Paquetá. Y un par de entradas que merecieron serlo y no lo fueron.

De María, el mejor de los suyos, crecía en la misma medida que a Messi se le veía fatigado.

En el 75 entraban Gabigol Emerson por Lodi y Paquetá. Tres minutos después la reacción argentina llegaba con un triple cambio: Romero se marchaba  e ingresaba PezzellaLautaro Martínez era sustituido por González y Di María por Palacios.

Amarilla para Otamendi por falta sobre Neymar en el 80. Y a Marquinhos por empujar al central argentino cuando se retiraba del lugar de los hechos.

Martínez despejó a córner el gol del empate de Gabigol en el 87. AL minuto Messi pudo hacer el 2-0. Estuvo a punto de regatear al portero. Y en 89 otra amarilla, Montiel.

Se añadieron cinco minutos de añadido. Aparte de las patadas, no pasó nada.

Argentina como equipo sufrió más. Y eso les unió. Fueron una piña. Brasil, en cambio, eran destellos, sobre todo a cargo de Neymar. Muy pocas finalizaciones para la posesión que tuvieron.

Messi lograba su primer título con su selección. Y como madridista me preocupó el mal partido de Casemiro. Desubicado y sin controlar el ritmo de juego de su selección.

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Marcelo y el arbitraje nos condenan (Real Madrid 2 Sevilla 2)

Pierre Philippe Marcou AFP

Me entraron todos los males cuando supe de la presencia de Marcelo como titular. Eso significaba nuevamente un esfuerzo extra en defensa para Vinicius, quien volvía a su posición habitual de extremo por la izquierda. A los dos minutos hizo su primera escapada. En el 11 desde el círculo central Vini le pasó un balón a Odriozola. El pase del lateral lo cabeceó Benzema a la red. El gol fue anulado por fuera de juego de Odriozola (un pie). Hay mucho que debatir sobre quién y cómo se trazan las líneas del vídeo arbitraje. Si parte de mis males se evaporaron a raíz del gol, volvieron con la anulación. A los 14 otra internada de Odriozola provoca un error de Koundé (el tercero en lo que llevábamos de encuentro). Benzema se hizo con la pelota en el área pero no pudo culminar marcando.

Lopetegui presentó un once sin delantero centro. Sancionado, le imagino preocupado en la grada viendo al Sevilla dominar sin crear peligro. Todo lo contrario que el Real Madrid. Ambos equipos salieron presionando por todo el campo. A medida que avanzaban los minutos el Sevilla miraba hacia la banda de Marcelo. En una cobertura de Casemiro, en el 20, vimos la primera amarilla del partido (para Case). Nuestro jugador ni toca al sevillista (no es falta ni amarilla). Sacaron la falta en lateral para Jesús Navas. Aun estamos buscando a Marcelo en esta acción. El pase de Navas desde la banda lo cabeceaba Rakitic para Fernando, quien después de controlar regateaba a Casemiro y marcaba el 0-1. A medida que desaparecía la preocupación de Lopetegui a mi me llevaban todos los demonios.

Una internada de Vinicius terminó con un buen disparo de Casemiro en el 25. Atajó bien abajo Bounou.

En el 28 Vini lo hace bien todo, menos el remate. Se la va alta, cuando se había buscado una buena posición para el disparo.

Benzema en el 31 se giró y puso en dificultades al meta sevillista. Despejó a córner como pudo. En el 33 y el 34 dos malos pases de Benzema imposibilitaron aprovechar dos jugadas que pintaban bien. Y el francés entró en una fase melancólica, sin aportar nada. Dos minutos después Vinicius robaba un balón en la frontal de nuestra área. Salió disparado. Combinó con Benzema en el círculo central. El balón le llegó a Kroos, quien lanzó la pelota para que Vinicius corriese. Llegando al área rival el portero se adelantó al delantero y atrapó el esférico sobre la misma línea. El brasileño se había corrido el campo de área a área.

Al filo del 40 vimos a Marcelo cojear. Excusa perfecta para cambiarle en el descanso.

El 0-1 al intermedio hay que agradecérselo a Marcelo, más que al arbitraje. Tendría guasa que se nos escapase el liderato por una mala decisión en la alineación. En la previa escribí: «Si su reemplazo hoy va a ser Marcelo podemos despedirnos ya de esta Liga. Y más contra el Sevilla de Lopetegui, conocedor de los puntos flacos del brasileño».

El primer susto al iniciarse la segunda mitad fue volver a ver a Marcelo en el campo. Y el segundo fue al minuto de juego: una ruleta de Acuña, en la frontal, la culminó con un remate que nos puso el corazón en un puño.

El Madrid salió más agresivo, adelantando las líneas. Pero seguiamos jugando estáticos. La velocidad solo la ponía Vinicius. Y algún balón largo de Kroos. Poca cosa si aspiras a lograr el liderato.

En el 51 reclamamos dobles manos en el área del Sevilla, sobre todo una de Jordán. El VAR echó por tierra nuestras reclamaciones.

Suso vio la amarilla en el 55 por pisar a Vinicius. Se aprovechó el momento para el primer cambio sevillista: se retiraba Papu Gómez y entraba En Nesyri, el máximo goleador de su equipo.

El primer cuarto de hora de esta segunda mitad se jugó prácticamente en campo del Sevilla. Pero este dominio aparente no se traducía en el marcador. Tan solo se creaba algo de peligro con disparos desde fuera del área.

Benzema seguía melancólico. No encontraba sitio. Tampoco le encontraban los compañeros.

Suso le hizo un roto a Marcelo en el 63 sobre la línea de fondo. Courtois estuvo atento para atajar el llamado pase de la muerte.

En el 64 Modric de cuchara se la pone a Kroos, en el callejón del 10. El alemán se la regala a Vinicius, quien falla la mejor ocasión del partido, solo en el área pequeña. Se hace un lío: el balón le da en el muslo derecho, tropieza en su pierna izquierda y acaba en el palo.

Marco Asensio y Miguel Gutiérrez entran en el 66 por Modric y Marcelo.

En la primera jugada de ataque en la que interviene Asensio empató. Cedió atrás a Case quien vio a Kroos reclamando la pelota en la frontal de la media luna. Se la puso al primer toque. Y el alemán puso su segundo balón de gol. Esta vez sí lo fue porque Marco Asensio acertó con un remate espléndido, de volea con el interior. 1-1 en el 67.

La salida de Modric más la entrada de Asensio supuso la reubicación de Fede Valverde. Abandonó el ostracismo en la banda derecha y adquirió más protagonismo en el juego.

En el 74 una vertiginosa contra del Madrid, iniciada con un pase largo de Vinicius, acaba en penalti sobre Benzema, después de encarar y regatear a Bounou. Me subí por las paredes cuando fueron al VAR. ¡Revisaban un posible penalti en nuestra área! El rebobinado resultó en penalti en contra del Madrid!!! Por mano de Militao. ¿Y la falta que le hacen a Militao en el salto? ¿No es juego peligroso esa pierna tan alta del jugador sevillista? Rakitic transformó el 1-2. El reloj marcaba el minuto 77.

Zidane retiraba a Vinicius y metía a Hazard.

Con Fernando tumbado en el césped, retorcido de dolor, Lopetegui efectuaba un doble cambio. Lo de Fernando sonaba a cuento. Siguió en el campo. En el 87 otro doble cambio del Sevilla. Fernando siguió en el campo.

En el 90 Hazard no supo parar un balón. Anteriormente se la pasó al contrario.

Los seis minutos de descuento eran un hilo de esperanza. Pero con pases atrás era imposible.

En el 91 y medio arrollaron a Casemiro en el área. No pitaron penalti y tampoco hubo revisión del VAR.

Al filo del 94 un remate de Kroos desde la frontal de la media luna acabó en la red. Tras tropezar en un defensa. ¿O en Hazard? El caso es que era el empate a dos. Al minuto Casemiro, también desde fuera del área, disparó muy bien. Se le fue fuera por poco.

Es la primera vez que veo a Zidane acercarse al árbitro al finalizar el partido, visiblemente molesto pero con educación. De mis males y mi irritación no hace falta ni que les comente.

El 2-2 deja todo como estaba, pero con una jornada menos. No supimos aprovechar el regalo del 1-1 del Barça-Atlético de Madrid. Un matiz: nosotros al empatar hemos perdido la ventaja de depender de nosotros mismos.

Los cuatro primeros hemos empatado. Quedan tres jornadas, nueve puntos, El Atleti sigue líder con dos puntos de ventaja. Estamos de nuevo a expensas de los rojiblancos. Y el jueves a Granada y el fin de semana que viene a Bilbao. ¡Está crudo!

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