Ayuso no estaba callada respecto a ETA, estaba agazapada esperando su momento. Parece que algo dijo, rompiendo su silencio, en el debate electoral del martes en Telemadrid (no lo vi porque estaba gozando de Vermeer). Mas ese momento de alcance regional, y de poca repercusión a tenor de la baja audiencia, no era el suyo. La ocasión fue ayer y cumplía un triple propósito. Primero asumir el discurso de Vox para arañar votos de la derecha extrema en su objetivo de lograr la ansiada mayoría en la Asamblea de Madrid. El segundo propósito era enmendar la plana a Feijóo y marcar su discurso (ya lo ha logrado con anterioridad). El día y la ocasión eran inmejorables: comparecencia de la presidenta en uno de los Desayunos Informativos de Europa Press, coincidiendo con el anuncio de Feijóo afirmando que no se contemplaba la ilegalización de Bildu. Fue portada de los informativos y de El País, (como pueden ver en la foto de abajo junto al pantallazo de la noticia).
Ella aprovechó para negar la mayor y enseñar a su líder el camino a seguir. Que no es otro que una calle empinada llena de obstáculos y dificultades. Justo lo que desean Ayuso y MAR para desgastar al jefe de filas del PP y posicionarse como alternativas.
El tercer propósito era tapar que que tanto la Fiscalía de la Audiencia Nacional y la Fiscalía General ya han dicho que Bildu no incumple la ley con sus candidaturas. Recordemos que el pronunciamiento de la Fiscalía de la Audiencia Nacional parte de una denuncia de un diputado de Ayuso.
El «ETA está viva» de Ayuso ha levantado ampollas entre algunas víctimas de ETA y de COVITE, la principal asociación de víctimas del terrorismo en el País Vasco. Y lo han expresado abiertamente. Su idea de ilegalizar a Bildu es un lema distinto al de Feijóo que es el de asociar a Bildu con Pedro Sánchez.
En plena campaña autonómica IDA y MAR se adentran en temas de política nacional. También pisan el charco de la política municipal. El de Almeida concretamente. ¿Cómo podemos entender lo de la maceta en cada balcón de la ciudad? ¿Por qué margina a Buitrago, Navacerrada, Aranjuez, Navalcarnero, Alpedrete, Lozoya, San Fernando, etc.? ¿Sus balcones visten menos que los de Madrid capital? ¿Los votantes de los pueblos de la Comunidad de Madrid son conscientes del elitismo de nuestra presidenta y por tanto de su discriminación? El día 28 de mayo lo comprobaremos. Mucho me temo la (triste) realidad.