
España pasa agónicamente a octavos de final, a pesar de perder contra Japón. La selección saltó al campo sabiendo que evitaban a Marruecos si se pasaba a octavos como primeros de grupo. Y no sucedió. De hecho nos vamos a un lado del cuadro con varios monstruos. Hubo momentos del partido en el que estábamos fuera (cuando Costa Rica iba delante en el marcador).
Los cinco cambios de Luis Enrique no fueron especulativos y respondían a diversos criterios. Salimos a por el partido. Japón a verlas venir. Con su 5-4-1 confiaban en sus contras (escasas) y en la calidad de Kubo, su jugador más peligroso en la primera mitad (junto a Kamada). Esas dos líneas de nueve jugadores fueron decisivas en la segunda mitad, cuando tuvieron el marcador a favor.
El control era de La Roja. Tras un susto de Kubo, al inicio, llegó un remate alto de Busquets y un cabezazo de Morata. Los balones por alto eran el camino, había que aprovechar la ventaja de la estatura. Y el 0-1 vino de un excelente pase de Azpilicueta a Morata, quien picó abajo de cabeza. Llevábamos 10 minutos de juego (mientras Alemania marcaba a Costa Rica en el otro encuentro).

A partir de este momento España anestesió el partido. Tan solo Nico WIlliams y Dani Olmo ponían chispa en el juego, bien respaldados por Azpilicueta y Balde. Mas no rematábamos. Mucho pasecito y ninguna terminación.
Lo mejor de España en esta fase era la recuperación tras la pérdida. Mordiamos e imposibilitábamos sus ataques. Los únicos sustos sufridos fueron errores nuestros, por ese empeño en sacar el balón jugado. Virus que también afectó a Unai Simón. ¿En qué Biblia está escrito que es pecado salir de la cueva con balones largos? Los otros sustos se debieron a la dureza japonesa, producto de su impotencia (se fueron al descanso con tres amarillas).
El solitario gol de Morata me parecía poca ventaja después de los primeros 45 minutos. España desaprovechó cerrar el partido y no originó ocasiones a continuación del tanto. No podía evitar pensar en el partido que Japón ganó a Alemania: también se fueron al descanso perdiendo por un gol (en aquel partido la primera mitad de Alemania fue de enmarcar, no así la de España).
Hubo tres cambios, dos de ellos (Kubo se quedó en el vestuario) y uno nuestro, Carvajal por Azpilicueta (asumo que por molestias). Y lo dicho en los párrafos anteriores se cumplió. Un balón atrás a Unai Simón, se la quita de en medio como puede, se la arrebatan a Balde (es su segundo error en este Mundial -en el anterior empató Alemania) y Doan empataba en el 48. Nuestro meta tampoco estuvo muy afortunado. A los dos minutos Tanaka hacía el segundo gol japonés, en otro fallo defensivo. Marcó prácticamente encima de la línea de gol. La revisión del VAR llevó su tiempo (tenían que decidir si el balón había salido fuera o no antes de que Tanaka la empujase a la red).
Luis Enrique reaccionó dando entrada a Ferran Torres y Marco Asensio por Nico Williams y Morata (asumo que tocado, porque otra razón es incomprensible).
Comentaba a La Mundana que Ansu Fati era nuestra gran baza. Me sorprendía que no se hubiese contado con él. Sucedió en el 67: se fueron Balde y Gavi y entraron Jordi Alba y Ansu Fati. Ellos también hicieron un cambio (se fue Kamada y entró un lateral para esa banda). Desafortunadamente mis esperanzas en Ansu Fati fueron en vano.
El segundo gol de Costa Rica nos dejaba fuera de octavos. Al rato empataba a dos Alemania y nos colocamos segundos del grupo. En el 85 Alemania marcaba el tercero. Seguiamos segundos a pesar de ir perdiendo. Y a todo esto no chutábamos (un par de tiros de Olmo, Alba y Asensio los obstaculizaron los defensas). Asensio a punto de cumplirse el 89 hizo uno de sus disparos desde la frontal que permitió al meta japonés lucirse. Luego Olmo, tras una pared con Ferran Torres, tuvo una buena oportunidad pero el portero bloqueó con facilidad. En estos pocos minutos y en los 10 primeros fueron los únicos en los que buscamos portería.
Se alargó el partido siete minutos. Alemania marcaba el cuarto.
La victoria de Japón (2-1) los colocaba de líderes de grupo y España pasaba como segunda. Ellos contra Croacia y nosotros contra Marruecos, en una parte del cuadro que no me gusta nada (un daño colateral de esta derrota). De esa posible final España-Alemania la selección japonesa ha ganado a ambas. Mejor no lo han podido hacer. Como me escribía mi compadre Raimundo Fagner, el gran Zico -arquitecto del fútbol japonés- estaba exultante. No era para menos: es la primera vez que Japón pasaba a octavos en un Mundial.
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