
El 5-0 al Leganés es la primera goleada del Real Madrid esta temporada. Se entiende que a favor, porque en contra padecimos un 7-3 del Atleti en pretemporada y un 3-0 del PSG en Champions. Finalizado el encuentro comentaba Zidane que no recordaba cuando fue la última vez que marcamos cinco goles en el Bernabéu.
Una de las claves fue marcar pronto. A los siete minutos ya ganábamos 2-0. Dos asistencias de Benzema sirvieron para que Rodrygo abriese el marcador en el min. 6 y Kroos, de tacón, anotase el segundo. Si a los tres jugadores mencionados en la frase anterior añadimos una paradón de Courtois, en la única ocasión del Leganés en esta mitad (tuvieron otra en la segunda parte que el meta belga, bien situado, atajó con solvencia), y la irrupción de Fede Valverde en la medular blanca, ya tenemos el panorama completo de una buena primera parte del Madrid.
Kroos vuela sabiendo que Casemiro y Valverde le cubren las espaldas. Y se permite el lujo de merodear por el área rival, llegar y rematar. Gracias a la presencia del uruguayo ha vuelto a encontrarse con el gol. Otro aspecto que el alemán seguro que tiene en cuenta es que a Valverde no lo va a sacar nadie del once. Y a Casemiro tampoco (como ya sabemos). De hecho la aparición de ambos guarda similitudes: Zizou les dio la alternativa a ambos, en distintas épocas, y ya nadie les movió del equipo. Es decir, Kroos sabe que tendrá que luchar con Modric por un puesto. De momento Kroos va en cabeza. Y cuando fue sustituido por el croata en el 61 fue despedido con una ovación. Merecida, porque estuvo imperial en la primera mitad. Modric fue recibido con cariño. Pudo haber hecho el 4-0 pero le frenaron con un penalti que transformó Benzema. Esta vez Sergio Ramos mostró la generosidad de la que careció en el anterior, el del 3-0.
A Hazard, estuvo mejor que otros días pero aún lejos de lo que se espera de él, le hicieron el penalti del 3-0. Tuvo suerte, porque controló mal y el balón se le fue largo y Soriano le atropelló. Pensé que con 2-0 el capitán debía ser generoso y ceder la pena máxima a Hazard, que necesita encontrarse, o a Benzema, que está en lo alto de la clasificación de los goleadores. No fue el caso. Y Soriano detuvo el lanzamiento de Ramos. Pero sorprendentemente mandaron repetirlo. Al pensamiento anterior sobre la generosidad añadí el de «Campeón tíralo fuera y se un deportista de los pies a la cabeza». Porque esta regla nueva de repetir el penalti es ridícula (y además se sanciona con amarilla). Tampoco sucedió. Y para rematar la faena Ramos lo celebró como si fuese el gol del triunfo en la final de la Champions.
Benzema estuvo soberbio. Resumen: dos asistencias, un tiro al palo y un gol. También salió ovacionado cuando Jovic le reemplazó en el 69. El serbio se estrenó. Suyo fue el tremendo cabezazo que cerró el 5-0 (unos minutos antes le habían anulado un tanto).
Isco salió por Valverde en el 74 y el uruguayo se llevó la correspondiente y merecida ovación del estadio. Al malagueño se le vio más motivado. Intentó jugadas de relieve, algunos pases fueron de gol.
Rodrygo se perdió estos aplausos porque jugó todo el partido. Pero ya se ha ganado al Bernabeú. Gran primera mitad mientras que en la segunda acusó un bajón físico y que el equipo levantó el pie del acelerador. El brasileño es un futbolista con criterio. No pierde el tiempo en florituras y adornos innecesarios. Toma las decisiones adecuadas. Está donde tiene que estar (en el 1-0, en el puesto del nueve mientras Benzema estaba en el puesto de Rodrygo). Si pierde la pelota no se queda mirando. Se revuelve e intenta recuperarla. Se desfondó bajando a ayudar al medio campo. Su ejemplo debería servir de acicate para Vinicius (y para Hazard).
El sábado nos visita el Betis.
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