28 de febrero de 2011
Todo empezó por un post del señor propietario, máximo accionista, director y jefe de redacción de El Mundano. Hablaba sobre “el poderío de los churros” en Nueva York, creo recordar. Había pasado una Nochebuena en la ciudad de los rascacielos (así se decía cuando yo era pequeño; como a Barcelona, “la ciudad condal”, a Gento, “la galerna del Cantábrico, a Cádiz, “la tacita de plata”).
Por la fecha de publicación de ese Mundano había comenzado una serie en Digital + “Boardwalk Empire” que sigo viendo porque me gusta el actor Steve Buscemi, porque está metido Scorsese y porque me sigue atrayendo todo lo que está relacionado con los gánsteres, el FBI, la “Ley Seca”. Influencia, sin duda, de las novelas de Alf Manz, y otros muchos mas, de la colección FBI que leía de forma contumaz (está puesto a propósito, ya sé que es perseverar en el error), novelas que, publicadas por Editorial Rollan empezaron a salir a comienzos de los cincuenta.
Yo, a mis añitos, que son muchos, no he pasado jamás una Nochebuena fuera de España. Y cuando escuché por vez primera “En Tierra Extraña” en el pasillo de mi casa en la Glorieta de Bilbao, con la luz del sol entrando por los cristales de las ventanas cerradas para que no molestara el ruido que hacían los de la limpieza del Café Comercial, me entró como una “basurita por dentro” que decía Mafalda, o sea, me emocioné.
“En Tierra Extraña” es un pasodoble que hace, musicalmente, homenaje a otro pasodoble. Su autor es el valenciano Manuel Penella que nació en 1880, siendo hijo del director del Conservatorio de la ciudad del Turia (¡joé, es que no escarmiento!). A lo veintipocos años ya estaba en América, en Chile, haciendo de todo, como un auténtico aventurero. Tras una estancia en España, vuelve a embarcarse y se va a Argentina en 1912. En el 16, estrena “El Gato Montés”, su obra más brillante hasta ese momento. Y en 1922, emprende otra gira para representar “El Gato Montés” que le llevará desde Estados Unidos a Argentina.
Pero cuando sale de España para esta “tourné” se lleva una jovencísima cantante que ha descubierto en el teatro Kursal valenciano. Esa joven se llama Concha Piquer López y había nacido el 8 de diciembre de 1908. Cuando se embarca con el maestro Penella, que será su Pigmalión, no había cumplido los 14 años.
Cuatro años estará la Piquer en América. Vuelve a finales de 1926 y aquí, en el 27, graba “En Tierra Extraña” en la versión con que acompaño este “Siglo de canciones”
Piquer y Penella
¿Qué me emocionó de la letra de Penella? Todo. La descripción primera, la situación histórica: como estaba la Ley Seca, tuvieron que pagar a peso de oro una receta y comprar en una farmacia (drugstore) vino español. Abren el vino, brindan, lo beben y cuando está disfrutando con toda la alegría, se escucha una música que sale de un gramófono. Ella manda callar y un pasodoble suena que hace suspirar y llorar a todos los españoles. Ese pasodoble que suena en el gramófono es el homenaje que Manuel Penella hizo a Antonio Álvarez Alonso, nacido en Martos, Jaén, en 1867 y muerto en Cartagena en 1903. Vivió los últimos años de su vida en Cartagena y aquí tenemos varias leyendas urbanas sobre la composición del pasodoble “Suspiros De España”. Mariano Sanz de Pedre, profesor de la Banda Municipal de Madrid, en su libro “El pasodoble español” afirma que lo compuso por una apuesta en el Café España de Cartagena en 1902 y el titulo sale de unos bartolillos de crema, especialidad de la casa, que tenían en el escaparate de una confitería próxima. Otros, aseguran que el maestro Álvarez Alonso estaba en el Café La Palma Valenciana de la calle Mayor de Cartagena. Y la pastelería de enfrente era Pastelería España. ¡Qué más da! El pasodoble fue estrenado sin letra por la Banda de Música del 3º Regimiento de Marina, que dirigía el maestro Roig, (autor del pasodoble “La Gracia De Dios”) el día del Corpus de 1902.
¿Por qué el maestro Penella elegiría “Suspiros De España” para rematar su pasodoble lleno de nostalgia? Es más que probable que los dos músicos no se llegaran a conocer. Sin embargo ahí está la prueba. Desde el momento en que Conchita Piquer dice «y un pasodoble sonó que nos hizo suspirar« empieza la línea melódica de “Suspiros De España” que quedará en segundo plano. Lo que sigue recitando y entonando la Piquer es “En Tierra Extraña” con el fondo de “Suspiros”.
De la misma manera que un sobrino del maestro Álvarez Alonso puso una letra a “Suspiros” y, luego, se han hecho otras. Algo parecido ha ocurrido con “En Tierra Extraña”. La primera letra, la que conocí desde niño es la que se escucha en el youtube y la que interpreta Manolo Escobar está cambiada.
De 1920 a 1933, en que fue derogada, funcionó en los Estados Unidos la Ley Seca. Cuatro añitos de esa Ley Seca vivió nuestra Concha Piquer en USA y, aunque aquí, cantó couplet y copla, allí fue una de las adelantadas de la época (estas fotos son de ahí).
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