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Tablas en Cádiz

Jesús Álvarez Orihuela AS

Ancelotti siguió con el plan trazado y anunciado: rotó y dejó fuera del once a los cuatro pilares del equipo (Courtois, Modric -aunque estuviese sancionado-, Benzema, VInicius). El equipo que dispuso fue el formado por Lunin, Lucas Vázquez, Vallejo, Militao, Nacho, Valverde, Casemiro, Kroos, Marco Asensio, Mariano y Rodrygo. La sorpresa vino al ver a Vallejo de lateral derecho y Lucas Vázquez en la izquierda de la defensa.

Nacho, hoy capitán merengue, volvía a enfrentarse a su hermano Álex, capitán del Cádiz. El madridista jugaba como campeón de Liga y su hermano se jugaba la permanencia.

Los locales también le hicieron el pasillo a los campeones. Ya son dos los equipos que se han desmarcado de la actitud del Atlético de Madrid.

La primera incursión del Cádiz fue por la banda de Vallejo y terminó con un buen disparo de Akapo desde la banda opuesta. A esta jugada siguieron otras dos que llevaron peligro a la meta de Lunin. Hasta que a segundos de cumplirse los primeros cinco minutos una arrancada de Rodrygo por la izquierda siembra el pánico en la defensa cadista. Dentro del área supera a tres rivales, escondiendo la pelota, para regalarle el gol a Mariano ante la salida de Ledesma. El delantero centro la empujaba a puerta vacía.

El Cádiz no pareció inmutarse y continuó acechando el área madridista. Mas en el 11 Valverde se fue solo en carrera desde la frontal de nuestra área, enmendando un fallo de Vallejo. Abrió a la derecha para Asensio quien no pudo o no supo rematar como era debido. Al poco, dos minutos después, Nacho salva el gol que ya cantaba medio Cádiz. Negredo superó a Militao en carrera y Nacho interceptó el pase de la  muerte a Lucas Pérez. Idrissi (la pesadilla de Vallejo) y Lucas Pérez estaban en todas las jugadas de ataque del Cádiz.

Mediada la primera parte Nacho resolvió otro fallo de Militao. Negredo no se espero que el central pifiase y Nacho estuvo más atento. En el 35 fue Lunin quien desvió un remate de Idrissi tras un excelente pase filtrado de Fali. Y al tercer fallo de Militao llegó el empate. En el 36 Sobrino, otro canterano nuestro, se hizo con el despeje defectuoso del central. Avanzó hacía el balcón del área, entró y soltó un cañonazo que se coló por la escuadra, tras dar en el larguero por dentro. Los dos minutos siguientes fueron de ocasiones claras para el Cádiz que estaba enfurecido.

Cuando marcaban tres minutos de prolongación Militao se resbaló y propició otra ocasión clara, que no supieron aprovechar.

1-1 al descanso.

A Militao no le cambiaron. Se lo merecía pero sustituirle era matarle. Tampoco se rectificó la posición de los laterales, que no pareció ser una buena idea visto lo visto en la primera parte.

Nacho volvió a salvar una ocasión rival en el 48. Se adelantó a Sobrino cuando se disponía a empujar la pelota a la red.

En el 57 fue Fali quien hizo de Nacho, anticipándose a Rodrygo en la boca de gol. Un minuto después en otro error de Militao (salta y no la da) Negredo se planta delante de Lunin. El meta derriba al delantero. Penalti. Lo lanza el propio Negredo y Lunin se tira a la base del palo y la salva. También llegó al rechace. A la jugada siguiente es Ledesma quien salva un remate de Asensio.

Ancelotti tenía preparado un triple cambio. Se fueron en el 64 Vallejo, Fede Valverde y Rodrygo. Entraron Carvajal, Ceballos y Hazard.

Hubo un intercambio de golpes y ocasiones por parte de ambos equipos. La más clara fue local en el 69. Primero salvó Lunin, falló otra vez Militao en el despeje y no supieron aprovechar la ocasión. ¡Increible! Como el dato que daban en la tele: el Cádiz había disparado 21 veces.

La amarilla a Hazard por falta a Akapo en el 73 dio lugar a su sustitución. Se retiró sobre una pierna, apoyado en un enfermero.

Latasa entró por Mariano en el 81.

El partido se prolongó seis minutos. La última jugada en el 97 sirvió para que Mateu Lahoz chupase cámara.

El Cádiz no mereció perder y el Madrid no mereció ganar. El empate, por tanto, parecería razonable.

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El Real Madrid no supo abrir el muro del Cádiz

Javier Gandul AS

El Real Madrid no supo abrir el muro del Cádiz y empató a cero. Es el tercer 0-0 en casa en esta Liga. Los anteriores fueron contra Villarreal y Osasuna. Al descanso bromeaba con mi hermano que habíamos mejorado respecto a la temporada pasada (perdimos en Valdebebas). Ambos éramos conscientes de lo difícil que se presentaba la segunda mitad. Porque en este tipo de partidos cuanto antes abras la lata antes sentencias. Con 0-0 el tiempo juega en tu contra.

Ancelotti resolvió las bajas de Carvajal (lesión), Modric y Marco Asensio/Rodrygo (los tres por el virus) con Lucas Vázquez, Fede Valverde y Hazard.

El Madrid salió con ganas de encarrilar pronto el partido. Vinicius fue el protagonista de las dos primeras jugadas de peligro (min. 5 y 6). En la primera de las dos Kroos intercepta un balón y lanza a Vini. Combina con Benzema quien le filtra el balón. Mendy acompaña en la carrera al brasileño y acaba estorbando a Vini. En la siguiente un defensa, Cala, desvió in extremis el remate del extremo.

Las oleadas del Madrid, como las del virus, presentaban variantes. La banda izquierda con VIni generaba peligro. Otras variantes eran los remates desde fuera del área. En la primera mitad de la primera parte contabilizamos remates de Kroos (2), Valverde (2) y Mendy. El segundo disparo de Valverde (min. 22) produjo la parada de la noche: Ledesma voló y despejó el misil del uruguayo, que se colaba por la escuadra. Nuestra banda derecha era inoperante. Hazard estaba desaparecido (mejoró en la segunda mitad) y Lucas Vázquez ejercía de extremo supliendo las carencias del belga. Pero no acertaba en los pases. Competía con el meta rival, Ledesma, a ver quien lo hacía peor (todos sus saques eran para nosotros o se iban fuera de banda). Valverde se desdoblaba, en su posición de centrocampista y cubriendo las espaldas de Lucas Vázquez. Los intentos de colgar balones al área gaditana inevitablemente eran abortados por Ledesma.

El Cádiz hizo su partido. Y creyó en sus posibilidades. Tras superar la primera avalancha blanca se fue creciendo. El 0-0 al descanso fue su mejor aval. En la segunda mitad el técnico gaditano acentuó su propuesta. Dejó un punta arriba (Lozano y luego Negredo) y se atrincheró con nueve jugadores en dos líneas. Una en la frontal con seis y otra con tres jugadores delante de los seis. Cerraban todos los espacios. Y el Madrid no supo ni pudo abrir la muralla reforzada.

Hazard tuvo más presencia en el ataque en esta segunda mitad. Pudo marcar cuando peinó con la cabeza un balón, al que Ledesma respondió con agilidad y reflejos. Pero se empeñó en exceso en entrar por el centro con pases cortos y paredes.

Benzema, duda hasta ayer, protagonizó su peor partido de la temporada. Y pudo decidir dos veces. En un saque de falta y en un balón, que en vez de rematar según le venía, se entretuvo intentando controlarlo.

Los tímidos intentos de Ancelotti de buscar soluciones no dieron resultado y solo efectuó dos sustituciones: Jovic por ¡Valverde! y ¡Nacho por Mendy! El uruguayo estaba empujando y parecía el único capaz de romper las líneas rivales. La entrada de Jovic dejó algunas gotas, sobre todo un remate raso que se fue fuera por poco. Em cambio la sustitución en defensa cuando necesitas marcar es incomprensible. Alaba pasó al lateral izquierdo y Nacho cubrió su posición en el centro de la defensa. Ambos cambios me parecieron dos recursos muy pobres tácticamente.

Solo nos queda felicitar al Cádiz. Hizo su trabajo y lo hizo muy bien. El Madrid debe reflexionar sobre los 36 remates de los que únicamente nueve fueron entre los tres palos. Quizás algunos ahora entiendan mejor por qué prefiero al PSG en vez de al Benfica. Los portugueses además de cerrarse muy bien son letales a la contra… algo en lo que el Cádiz falla.

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España 1 Argentina 1: a cuartos como primeros de grupo y ellos eliminados

AS

Una pena que el decisivo Argentina-España de fútbol coincidiese con el penúltimo partido del grupo de las guerreras del agua (España perdió por un gol ante Paíse Bajos, que complica el cruce de cuartos de final). En el once de De la Fuente dos novedades: entraban Mikel Merino y Marco Asensio.

Temía la dureza argentina. Uno de sus centrales, Neuhén Pérez, se descaró muy pronto. Le perdonaron la amarilla al poco de iniciarse el encuentro. A los nueve minutos vio la tarjeta. Oyarzabal, nuestro delantero más incisivo, sufrió varias tarascadas del otro central, Facundo Medina

Cucurella, en sociedad con Pedri, subía bien la banda izquierda. Pero una vez más careciamos de pegada. Oyarzabal era el único que buscaba el disparo de puerta. Sin fortuna. Es como si esta crónica fuese una copia de las dos anteriores: mucha posesión (72% en la primera mitad) y poca chicha. Finalizado el partido el porcentaje bajó al 66%.

En el 26 dos jugadas polémicas en la misma acción: un brazo en el área argentina y el rechace llega a Oyarzabal que es trabado cuando se disponía a rematar. No se pitó nada y se botó el saque de esquina. 

Al descanso se llegó con el 0-0. A los tres minutos de la reanudación Dani Olmo falló la ocasión más clara del partido hasta ese momento. Estaba solo. Oyarzabal le había dado el llamado pase de la muerte. Al poco el propio Oyarzabal la tuvo, en una jugada que se fabricó el mismo. Su remate desde el vértice del área se le fue alto.

En el 52 el medio Fausto Vera vio la amarilla. 

Las ganas y el ritmo que imprimían algunos de nuestros jugadores, en el arranque de esta segunda mitad, contrastaba con la apatía de Asensio.

El empate aseguraba el primer puesto a España (enfrentándose a Costa de Marfil) y momentáneamente el segundo a Argentina (con Brasil como rival del cruce de cuartos). 

En el 57 otra amarilla para el combinado argentino (Colombatto, apenas llevaba dos minutos en el campo). Dos minutos después una nueva tarjeta (Payero quien había ingresado junto a Colombatto).

España empezó a contemporizar y Argentina empezó a dominar. Quizás no estaban conformes con tener a Brasil como los próximos rivales. 

El 4-3-2-1 argentino en defensa restaba eficacia a los nuestros. Cucurella y Oyarzabal acusaban el calor y el paso de los minutos. Aunque la presencia del vasco seguí siendo el referente de nuestro ataque.

Y de repente en el 65 un zarpazo de Merino inauguraba el marcador. Oyarzabal, por el centro, avanza y abre a la derecha para Óscar Gil. El lateral derecho cruza a la otra banda, donde Dani Olmo, en el lateral del área chica, controla cediendo a Merino. Un precioso gol, bien elaborado y mejor rematado.

Olmo buscó el gol olímpico desde el córner en el 69.

En el 73 entraban Rafa Mir por Oyarzabal y Carlos Soler por Pedri.

La mejor noticia de cara al cuarto de hora final era que Unai Simón permanecía inédito. Algo sorprendente porque la derrota eliminaba a Argentina del torneo (dos derrotas en el grupo).

El primer remate de Asensio vino en el 76. Pudo ser el 2-0. Ledesma despejó a saque de esquina el buena disparo desde la frontal.

Argentina reclamó un penalti en el 79 por mano de Merino. No se tuvo en cuenta. 

El lateral Claudio Bravo vio la quinta amarilla de su selección en el 80.

Una tarjeta a Óscar Gil (min. 81) le dejaba fuera del partido de cuartos.

El seleccionador de la albiceleste retiraba a Bravo y pasaba a defender con tres centrales. De la Fuente reaccionaba retirando a Olmo y dando entrada a Bryan GIl. Buscaba rapidez y chispa en las contras ante el adelantamiento de líneas del rival. 

Gaich tuvo el empate desde las inmediaciones del punto de penalti. Afortunadamente no pegó a la pelota. Inmediatamente después Unai Simón despejaba a córner un remate que se colaba. Fue de nuestro Zubimendi. Se botó el saque de esquina y Tomás Belmonte se adelantó a nuestros centrales y empató. La pelota le dio en la pierna a Unai Simón antes de entrar. Era el primer remate entre los tres palos de Argentina (descontando el de Zubimendi). Corría el minuto 87. 

Vallejo y Moncayola habían entrado por Merino y Óscar Gil justo después del 1-1.

El encuentro se alargó cuatro minutos. Creamos dos ocasiones, pero no se alteró el marcador.

En esos momentos el empate a puntos entre Argentina y Egipto favorecía a los norteafricanos. 

En el tiempo de descuento nueva amarilla para los argentinos. 

El encuentro terminó 1-1 y España era primera de grupo. Eso sí, con solo un triunfo y dos empates. No es para tirar cohetes, pero…

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El Real Madrid se lo ganó en el campo (0-3 en Cádiz)

Román Ríos EFE AS

De cara al Cádiz-Real Madrid de esta jornada 31 a mitad de semana, después de la jornada 33 del pasado fin de semana, Zidane presentó un once en el que se blindaba con tres centrales (Nacho tras cumplir su sanción, Militao y el recuperado Varane) y dos pivotes defensivos (Casemiro y el canterano Antonio Blanco). Los carrileros eran Odriozola y Marcelo. Arriba repetían Rodrygo, Benzema y Vinicius. Marco Asensio se quedaba en el banquillo (Carvajal también, en su regreso al primer equipo)..

Las buenas noticias de las incorporaciones de Carvajal, Varane, Nacho y Case se resentían por las bajas de Modric, Kroos y Fede Valverde (positivo por coronavirus).

El Madrid salió presionando arriba, con Blanco cubriendo las espaldas de Casemiro. El primer remate del partido fue del canterano (min. 2) y supuso el primer saque de esquina.

Las dos primeras incursiones de Vinicius y Rodrygo fueron contrarrestadas por una de Negredo.

La primera amarilla fue en el minuto 7 a Salvi por una falta sobre Vini, quien se escapaba a la contra.

Un buen balón de Negredo a Espino fue bien rematado por este. Courtois atajó bien, abajo. Tras esta jugada observamos que Blanco y Casemiro intercambiaron sus posiciones. El canterano se incorporaba a la presión alta.

Durante el primer cuarto de hora vimos a un Marcelo muy suelto. Alegre en su juego. Combinaba bien con Vinicius, en su banda, o cambiaba al costado opuesto.

A medida que avanzaba el reloj los locales se asentaban y el Madrid aflojaba.

Varane vio la amarilla en el 21 por interrumpir el saque de Ledesma.

Rodrygo se escapaba por la derecha en el 24. Le agarraron, dentro del área. No pitaron falta (era penalti) ni mostraron la tarjeta.

En el 27 comprobaron con el VAR una caída de Vinicius. Penalti y amarilla a Iza, autor del pisotón sobre el talón del brasileño. Benzema transformó la pena máxima. Ledesma rozó el balón. 0-1.

Al filo del 33 Nacho recuperó un balón en un intento de salida gaditano. La dio atrás a Benzema, en el vértice del área. Se interna y le regala un pase a Odriozola. El lateral cabecea el 0-2.

El Madrid, con el marcador a favor, era dueño y señor del partido. La movilidad de los jugadores blancos nos llevó a ver a Marcelo, Rodrygo y Vinicius arriba en la banda izquierda, con Nacho detrás de ellos atento.

En el 37 Rodrygo se la adelanta a Benzema quien se vuelve a lucir. Se la pone de cabeza a Casemiro que llegaba por el centro. Obstaculizado por un defensa supera al meta pero se le va alta. Dos minutos después la jugada es a la inversa: Casemiro se la pone a Benzema, quien cabecea el 0-3. Observen que en estas jugadas Case volvía arriba con Blanco por detrás.

Jonsson vio la amarilla en el 41 por una entrada a Vinicius. Fue una falta producto de la frustración. De rabia.

El Madrid no se conformaba. Buscaba más goles. ¿Espoleados por el antideportivo recibimiento de la afición cadista al paso del autobús camino del hotel o del estadio? Asumo que el numerito de las camisetas con el mensaje de la LFP respecto a la Superliga también tendría su peso. «Gánatelo» era el lema. ¿Qué culpa o responsabilidad tienen los futbolistas blancos en las decisiones de su presidente? Queda por ver si la imbecilidad del mensaje de la camiseta también se la hacen al Barça y al Atlético de Madrid. El pinchazo en Valdebebas de la primera vuelta también pesaría lo suyo.

Fran Santiago Getty AS

En el descanso (0-3) pensaba en estas cosas. Y en la fuerza mental de este colectivo que está superando todo tipo de dificultades y sigue batallando por los dos títulos más importantes de la temporada. Tiene mucho mérito, independientemente de que se gane algo o no.

Álvaro Cervera hizo cuatro cambios al descanso. Y salieron más motivados.

Nacho vio la amarilla nada más arrancar la segunda mitad. Y Zidane mandaba calentar a Asensio, Isco y Carvajal. Mientras, Rodrygo se quejaba de un rodillazo en el muslo.

La chispa del Cádiz duró seis minutos. Un resbalón de Jonsson en la salida de balón pudo generar una ocasión madridista, cortada en falta. Blanco taponaba todo. Y Rodrygo aguijoneaba arriba y bajaba a ayudar en defensa.

En el 58 Lozano cabeceó mal y desperdició la mejor ocasión local, en realidad la única que tuvieron hasta ese momento.

A la hora de juego Zidane efectuó un triple cambio: salían Odriozola (tocado), Varane y Vinicius. Entraron Carvajal, Isco y Asensio. Pasábamos a defensa de cuatro.

En el 64 una buen combinación de Asensio y Benzema propició la oportunidad de Marcelo. Ledesma se agrandó y evitó el 0-4.

Carvajal se atrevió a subir su banda en el 66. ¡Muy buena noticia!

Mariano entró por Benzema al filo del 74. Se retiraba el mejor del partido. Había que dosificar esfuerzos de cara al Betis y al Chelsea. Pudo marcar pero entre que estaba en fuera de juego y la salida de Ledesma… También entró Miguel Gutiérrez, otro canterano, por Marcelo.

Entrabamos en los 10 minutos finales con el Madrid replegado, dosificando esfuerzos. Pero sin perderle la cara al trabajo colectivo (coberturas, ayudas, presión).

En un córner en el 83 un pequeño despiste defensivo nuestro pudo ser un problema.

Rodrygo pudo marcar en el 86. Le estorbó Mariano en su intento.

Se añadieron dos minutos de prolongación. Un choque sobre Miguel Gutiérrez alargó un poco más el encuentro. Militao pudo marcar en el saque de la falta sobre Gutiérrez, mas no llegó. Un remate flojo de Sobrino, en inmejorable posición, cerró el encuentro.

El Real Madrid se lo ganó en el campo. Una pena no haber marcado más goles.

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El “Fuck Vox” de Rosalía

Fuck Vox

Fuck Vox” el tweet de Rosalía y la respuesta del partido abre varias interrogantes. La primera es el posicionamiento político de la popular artista. El primero que expresa públicamente. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no antes? Si se fijan en la fecha de su comunicado es un día después de la jornada electoral. ¿Pretendía con su mensaje político mantenerse virginal y no influir en el resultado electoral? Si es así, resulta de lo más pretencioso por su parte. Es obvio que Rosalía tiene mucho poder de influencia sobre sus numerosas/os seguidoras/es. Por eso desde un punto de vista de eficacia política hubiese sido mucho mejor haberlo lanzado antes del 10-N. Y la previsible polémica con el partido de marras hubiera resultado más productiva para desenmascararles. ¿Es esto pedirle peras al olmo? Hasta donde sé el único que ha compartido este planteamiento ha sido Víctor Lenore en un espléndido artículo en Voz Pópuli. ¿Rosalía si no sabes torear pa’ qué te metes?

VOX

La respuesta del partido de la derecha extrema no tiene desperdicio. Y da para varios niveles de lectura. El primero, el obvio, es el recurso de nuevo a una frase de Ramiro Ledesma, admirador de Hitler y fundador de la JONS (acrónimo de un nombre que aterra: Juntas de Ofensiva Nacional–Sindicalista). Digo de nuevo porque Abascal,  el líder de Vox, ya la usó en el debate de candidatos, sin que ninguno de los participantes le tosiese. Otra lectura es la confusión que maneja Vox a la hora de lanzar mensajes: su ignorancia es manifiesta. Falta por saber si es natural o impostada. De cualquier manera, su objetivo es tirarse a la yugular. En este caso concreto es lo del “avión privado” y el imaginario que conlleva su posesión. Rosalía no tienen ningún avión privado. Distinto es que viaje en ellos, alquilándolos. La mala baba de Vox es evidente. Una vez más falsean la realidad. Es una anécdota, otra más. Son demasiadas.

El tweet de Vox también refleja su falta de respeto a la libertad de expresión y su rechazo a las criticas. Una muesca más, tras bloquear en la pasada campaña electoral a medios no afines y críticos con sus posicionamientos. Es el “o conmigo o contra mi” totalitario. Recuerda al cuasi centenario «cada hombre debe elegir entre nuestro lado o el otro lado» de Lenin de noviembre de 1920. Y también trae a la memoria un episodio similar entre Juan Carlos Monedero y Joaquín Sabina. El cofundador de Podemos arremetió en 2014 contra el cantautor ante sus criticas a la formación morada. Le descalificó por sus ideas políticas y le mandó “a fregar” (metafóricamente, porque textualmente le recomendó que se dedicase a lo suyo). Serrat comentó sobre este ataque de Monedero a su amigo contestando: “Una respuesta así es la que daba Franco”.  O Vox estos días.

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