En el cuarto partido de pretemporada el Real Madrid volvió a perder. Esta vez fue un 0-1, en Munich, frente al Tottenham. Disputaremos el partido por el tercer puesto contra el Fenerbahçe (perdieron 6-1 contra el Bayern).
Las sensaciones del equipo blanco son muy preocupantes. Y se pueden resumir en los siguientes cuatro puntos:
- Siempre es muy mala señal que el mejor de tu equipo sea el portero. Ayer Keylor Navas salvó al Madrid de una derrota más abultada.
- El sistema defensivo del equipo hace aguas. Tanto a nivel colectivo (medio campo y defensas) como individual. Si en los partidos anteriores señalaba los errores de Sergio Ramos, contra el Tottenham la marcelada de turno nos costó el gol. Marcelo, a la desesperada, salvó una pelota que salía fuera de banda (en una zona intrascendente del campo) y se la cedió con una vaselina a Ramos. La bola pasó más de un metro por encima del capitán y llegó limpia a Kane. El pase perfecto para el delantero. Se plantó solo frente a Navas y marcó. En estos cuatro encuentros hemos encajado 13 goles (3 del Bayern, 2 del Arsenal, 7 del Atlético de Madrid y el de ayer). La media es poco más de tres tantos por partido. Me dirán que el promedio sube por los siete del Atleti, pero les contestaré que también baja por la actuación de Keylor Navas frente al Tottenham.
- Seguimos con los mismos problemas de marcar goles. Ayer acabamos en blanco. Y solo podemos destacar dos buenas ocasiones de Benzema, una de Hazard y un tanto bien anulado a Rodrygo. Muy poco bagaje. Eso sí, en la segunda parte mucho sobar el balón, pero sin remate. Como la temporada pasada.
- Insistir en Kroos como medio centro defensivo es un error. Y un coladero, además de sacarle de las posiciones de donde mejor rinde. La ausencia de Casemiro sigue siendo un problema. Y el brasileño tiene un año más porque no rejuvenece… Por otra parte el medio campo sin Case no tiene garra. Ni defendiendo ni atacando.
Decía Zidane que la situación daría la vuelta en cuanto llegase la primera victoria. No lo dudo. Pero también espero soluciones desde el banquillo. Con decir obviedades no basta.