El fútbol de seda del Real Madrid transformó la noche del Camp Nou en una de blanco satén y hundió al Barça en un agujero negro del que no pudieron ni supieron salir. La jugada clave fue doble, sin solución de continuidad. Se produjo al final de la primera mitad: un paradón de Courtois origina una contra vertiginosa. La combinación entre Vinicius y Benzema resultó mortal. Con los roles cambiados, condujo Vini por el centro y se la pasó a la banda al francés. Cuando parecía que el Balón de Oro culminaría su internada por la banda derecha rematando se la devolvió a Vini. El remate del brasileño superaba a Ter Stegen y Koundé en su intento de despejar para evitar que entrase en la portería sólo consigue ralentizar el recorrido del balón. Benzema atento sigue la jugada y remacha cuando la pelota ya había traspasado la línea de gol. Hubo dudas sobre la autoría del tanto. Yo no tuve ninguna: marcó Vinicius. Este tanto rompía el equilibrio de la primera mitad. Ya en la segunda vendría el hat-trick de Benzema.
Ver a Carvajal de titular me preocupaba muchísimo. Ya le han tomado la matrícula todos los equipos. Balde irrumpía como un cuchillo por esa banda donde encontraba los apoyos de Gavi y Sergi Roberto. Ambos equipos presionaban arriba. El Madrid se libraba de la presión con balones largos buscando a Rodrygo y sobre todo a Vinicius. El primer remate blanco entre los tres palos no llegó hasta el minuto 32. El disparo, centrado, fue de Benzema. Antes hubo dos uys.
Si el 0-1 sucedió en un momento psicológico se puede decir lo mismo del 0-2. Corría el minuto 49. Benzema, entrando por el centro del balcón del área, empalma el pase de Modric. El croata se había internado desde la banda derecha y enfilando el vértice corrió en paralelo a la frontal. Con este gol se acabó el Barça y el Madrid despegó camino de la final. El tercero de penalti, sobre Vinicius, lo transformó Benzema (min. 57). En el cuarto de nuevo los mismos protagonistas: jugada y asistencia gloriosa de Vini para que Benzema anotase un nuevo hat-trick tras el del domingo pasado.
El 0-4 incluso se me antoja corto. Rodrygo tuvo dos. Benzema pudo hacer el 0-4 antes de marcarlo. Ter Stegen salvó el 0-4 a Marco Asensio.
Aparte de los jugadores blancos ya mencionados me gustaría destacar también a Militao y Camavinga. El central secó a Lewandowski y el francés, ayer lateral izquierdo, es un jugador cuántico. Está en todas partes todas las veces. Impresionante despliegue.
La final de Copa será el 6 de mayo contra el Osasuna.
Lo que no entiendo es la cara de circunstancias de Ancelotti finalizado el partido. ¿Pasa algo? Me temo que sí…
P.D.: Afortunadamente el arbitraje y el VAR no influyeron para nada. Imaginen que claro sería el penalti a Vini para que lo señalasen.