La Premier League es otra cosa. Las semifinales de Champions entre dos equipos ingleses y dos españoles han dejado claro que la intensidad y el ritmo al que juegan los de la Premier es asombroso. No me refiero solo a los dos equipos de semis, Manchester City y Liverpool. A quienes siguen los partidos de la competición inglesa esta entrada les parecerá obvia. Salen a ganar y a por todas. El City, por el sello de Guardiola, es el menos ingles de los ingleses. Como lo fuera en su día el Arsenal de Wenger (nunca ganaron la Champions y perdieron una final ante el Barça).
En estas semifinales nos hemos encontrado a los que con toda certeza son los tres mejores equipos del mundo. A los dos ya mencionados sumo al Real Madrid. Es indudable el mérito del Villarreal de sumarse a esta élite.
Los tres tienen una característica común: su excelente preparación física. City y Madrid desgastan al rival. Por caminos distintos. Los de Guardiola, como todos sus equipos, lo hacen mediante la posesión y la circulación del balón. En este aspecto la inclusión de Thiago (ex del Barça) en el Liverpool es importante. Y su aportación está siendo decisiva. A sus 31 años está viviendo probablemente uno de los mejores momentos de su carrera (ha ganado Ligas y dos Champions con Barça y Bayern). Los de Klopp te asfixian, no te dan respiro. Te persiguen y agobian por todo el campo. Es ahí donde la sapiencia y talento de Thiago sobresale. Es el nexo de unión entre el juego defensivo, de recuperación, y el de ataque. El que lanza a Mané o Salah. El metrónomo del juego de su equipo. Rodri, otro jugador español, es pieza importante del medio campo del City. Esta presencia española en las medias de los dos mejores equipos ingleses es sintomática.
El Madrid está a mitad de camino. Su labor de equipo, a veces puesta en entredicho por decisiones erróneas de Ancelotti, está supeditada a la calidad de sus individualidades. Entre los que destaca Benzema, probablemente el mejor jugador del mundo hoy en día (con permiso de De Bruyne del City). SIn olvidar a Modric, Casemiro o Vinicius. El excelente tono físico de los blancos se nota en sus segundas partes y en la resolución en los tramos finales de los partidos. Y por supuesto en las remontadas, cuando peor pintan las cosas.
Entre los errores de Ancelotti está el empeño de recolocar a Kroos de 5. No lo es ni lo será. El equipo acusa este déficit en el aspecto defensivo. Esto arrastra a otra mala decisión: buscar reemplazo a Kroos. ¿Por qué usar a otros para hacer de Kroos cuando tienes a Kroos? No tiene sentido. El mejor para hacer de Kroos es el propio Kroos. Es de cajón.
De cara a la final de Champions lo lógico sería pensar en una final entre los dos ingleses, como la temporada pasada (el Chelsea le ganó al City). No creo que el Liverpool se venga abajo ante el VIllarreal y dilapide el 2-0 a favor. La vuelta del Madrid ante el City es una incógnita, en la que ellos parten con la ventaja de un gol. Es posible que ellos repitan su excelente partido de la ida, a pesar de los tres goles encajados. Es complicado pensar que el Madrid vuelva a hacerlo mal, a pesar de los tres goles marcados. ¿Y entonces por qué veo favorito al City? Porque son muy peligrosos fuera de casa. Y en el Wanda vimos que también saben cerrar filas y atrincherarse. Además es previsible que recuperen efectivos (en la ida acusaron sus bajas en defensa). No tengo claro que el Madrid recupere bien las nuestras a las que hay que añadir las sufridas en Manchester. Como la de Alaba, cuya reaparición fue precipitada y no salió bien. A favor del Madrid está el aspecto psicológico: el ambiente del Bernabéu en las noches de Champions. ¿Siempre va a salir bien? Alguna vez se romperá el cántaro de tanto ir a la fuente. Como madridista espero que no sea el próximo miércoles. Pero… ya saben, soy un madridista pesimista.