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Mi texto sobre Pelé

Pelé VP

Estoy encantado con la reacción recibida a mi texto sobre Pelé para Voz Pópuli. Recomiendo que lo lean ahí, porque va con video y en redacción arreglaron estupendamente mi artículo, incluyendo encabezados a los párrafos de cada hito de Pelé (creo que se llaman «ladillos»). A continuación hago un copia y pega del Word para facilitar la lectura a quien no quiera pinchar en el enlace:

Los hitos de Pelé que cambiaron para siempre la historia del fútbol

O Rei ha muerto, larga vida al rey. Pelé, el futbolista, la persona, el símbolo, nos ha dejado. Su legado permanece.

Es difícil escribir sobre Pelé desde España y por extensión desde Europa. En sus tiempos de gloria, poco más de dos décadas, la televisión no tenía el peso de hoy en día. Primaban las retransmisiones por radio de los partidos y las crónicas en prensa. Tan solo en su tercer Mundial, México 1970, pudimos admirarlo en todo su esplendor. Y los privilegiados lo disfrutamos en color. Porque fue el primero en emitirse integro en directo y en color (en Suiza 1954 se televisaron siete partidos y supuso la creación de Eurovisión entre un puñado de países para cubrir a sus combinados nacionales). Hemos visto a Pelé en filmaciones (tanto en blanco y negro como color), pero pocos partidos completos. A España vino tres veces de gira con su club, el Santos, y jugó un partido con la selección brasileña. Un total de 16 partidos amistosos (que no oficiales), entre 1959 y 1974, con un balance de ocho victorias, seis derrotas y dos empates. En esos 16 encuentros anotó 17 goles. Un aspecto para destacar era que por contrato el Santos recibía una cantidad si jugaba sin Pelé y el doble si lo alineaban. En esto también fue precursor.

Cuando en el párrafo anterior mencionaba “su tercer Mundial” me refería al tercero que ganó Pelé (de los cuatro que disputó) y en este caso levantó la copa como capitán de la selección de Brasil. Este es uno de los hitos por los que se recordará a Pelé: es el único jugador en haber ganado tres Copas del Mundo.

No solo es el único con tres Mundiales a sus espaldas, con participaciones decisivas, también tenemos otras aportaciones relevantes. Algunas que tuvieron influencia directa en el juego y su reglamentación. Entre las primeras esta la paradinha. Fue el primero en lanzar así los penaltis. Y se extendió hasta nuestros días hasta que cambiaron la norma. Ahora solo se puede hacer antes de iniciar la carrera. De hacerla en carrera se castiga con tarjeta amarilla y tiro libre en contra.

La cacería a Pelé era una constante de las defensas de la época. El cénit se alcanzó durante el Mundial de Inglaterra en 1966. En el primer partido la defensa búlgara le machacó y en el tercero la Portugal del gran Eusebio lo retiró del campo. Brasil, la entonces vigente campeona, quedaba eliminada y Pelé, lesionado, anunció su retirada de la selección. A raíz de esto los dirigentes del fútbol mundial implementaron el sistema de tarjetas para proteger a los grandes jugadores de las patadas sin ton ni son. Las figuras lesionadas perjudicaban el espectáculo y por tanto al negocio. Se iniciaba así una nueva época del fútbol. Las tarjetas, amarillas y rojas, se estrenaron en el Mundial de México 70, en el que Pelé retornó a su selección. La de Brasil en ese Mundial de 1970 es considerada la mejor de todos los tiempos. Curiosamente esta cacería a Pelé se originó en su país en un partido amistoso (ni más ni menos). Su convocatoria para la selección para la disputa del Suecia 1958 levantó ampollas. Por su corta edad y por dejar fuera de la lista a la estrella del Corinthians. La afición se dividió y para crear un buen clima, sin haber superado aun el trauma del Maracanazo del Brasil 1950, se decidió organizar un partido de confraternización entre la canarinha y el Corinthians. Los defensas del Timao fueron a por Pelé. Quisieron lesionarlo para sacarle de la selección y forzar así la llamada de su compañero, estrella del equipo. Consiguieron en parte su objetivo: se cargaron a Pelé, pero no lo sacaron del combinado dirigido por El gordo Feola. El astro en ciernes viajó tocado y no debutó hasta el tercer partido. Dicen que fueron los veteranos quienes convencieron a Feola para que alinease al joven Pelé. Debutó anotando y se convirtió en el jugador más joven en marcar un gol en un Mundial, con 17 años, 7 meses y 8 días. Un hito que se mantiene vigente. A este primer gol siguió un hat-trick en el siguiente y dos en la final que ganaron al equipo anfitrión. En Chile 1962, donde Brasil revalidó su título, también se cargaron a Pelé que solamente disputó los dos primeros partidos. Recuerden que FIFA no creó las reglas de sustitución hasta la Copa del Mundo de 1970. Ese México 70 vivió las novedades de las tarjetas y los cambios, reflejo de la influencia de Pelé en el juego y sus reglas.

El peso de la camiseta con el número 10 también corresponde a Pelé. Y nació fruto de la casualidad. Cuando Feola, a través de la federación brasileña, mandó a los organizadores del Suecia 1958 su lista de jugadores por el Mundial lo hizo sin especificar la numeración de los dorsales. Los suecos asignaron los números por el orden según aparecían en la carta. De arriba abajo. Y Pelé ocupaba el décimo puesto. Hoy en día llevar el 10 a la espalda es sinónimo de figura.

Pelé fue hábil en popularizar sus logros. Empezó la cuenta atrás hasta su gol 1.000. Cuando se alcanzaron esos mil goles la noticia dio la vuelta al mundo. Recuerdo a Puskás comentar que Pelé contaba cada tanto marcado en partidos oficiales y amistosos, y él nunca lo hizo. La leyenda húngara del Real Madrid llevaba razón. En 1995 IFFHS (International Federation of Football History and Statistics) y FIFA hicieron justicia y nombraron a Cañoncito Puskás como el máximo goleador del siglo (se sobreentiende que del siglo XX). Sirva este ejemplo de cómo la maquinaria de Pelé también funcionaba con maestría en el ámbito de la promoción publicitaria. En esto también fue precursor. La foto de Pelé con Puskás me maravilla. Se tomó en Madrid en junio de 1959 (durante la primera gira del Santos, en las que el Madrid vistió de azul por deferencia con el equipo visitante; se impuso 5-3 el Madrid en lo que fue el partido homenaje a Miguel Muñoz que se retiraba).

Pelé y Puskas

La marca Pelé fue decisiva para la implantación del fútbol en Estados Unidos. En 1974 jugaba su última temporada en su club de siempre, el Santos. Nacido en 1940 ingresó en las categorías inferiores del club debutando con el primer equipo en septiembre de 1956 frente al Corinthians, en un amistoso, en el que anotó su primer gol. Con Santos ganó seis de los ocho Brasileiraos del club, cinco de ellos consecutivos. A esta media docena de campeonatos nacionales hay que añadir 10 torneos paulistas (solo compiten los equipos del estado de Sao Paulo) y cuatro copas Rio-Sao Paulo (disputadas por los mejores clubes cariocas y paulistas). Sumen dos Libertadores y dos Intercontinentales. Además de numerosos galardones individuales como mejor jugador, máximo goleador, etc. Su trayectoria en el Santos se puede resumir en este dato: 643 goles en 659 partidos oficiales (con la selección fueron 77 tantos en 92 encuentros). Su idea original era abandonar el fútbol profesional de alta competición. Una suculenta oferta para fichar por el Cosmos de Nueva York (1975-1977) lo devolvió a los campos de juego. En su momento representó el contrato más elevado de la historia para un futbolista.

El Cosmos fue fundado por los hermanos Ertegun, a la sazón responsables de la discográfica Atlantic Records que acababan de vender al grupo Warner. Ahmet, el hermano pequeño, socio fundador que permanecía en Atlantic, había incorporado a su hermano mayor Nesuhi a Atlantic después de la marcha de uno de los fundadores. Cuenta la leyenda que Steve Ross, presidente de Warner, insistió en que los Ertegun permaneciesen en la estructura de Warner tras la adquisición. Ahmet continuaría presidiendo Atlantic y Nesuhi se haría carga de la recién creada división internacional de WEA (Warner, Elektra y Atlantic, las tres compañías que formaban el grupo discográfico). La cuestión se zanjó cuando Ross preguntó que querían para quedarse. La respuesta recibida fue que querían montar un club de fútbol. Así nació el Cosmos. La pasión por el fútbol de los hermanos Ertegun, como la de la música, surgió en Londres, en su juventud, donde su padre ejerció de embajador de Turquía. A Estados Unidos llegaron cuando su progenitor se hizo cargo de la embajada en Washington. El Cosmos, fundado en 1970, no arrancaba en ventas. Sus taquillas eran escasas. Y eso que en 1972 se impusieron en la liga estadounidense. La media de espectadores era de 4.000 por partido. La llegada de Pelé dio un vuelco a la situación. La cifra media se multiplicó por 10 y hubo partidos en los que se superaron los 70.000 espectadores. Lo sorprendente es que este impacto no se tradujo al mercado televisivo. Los ratings apenas superaban el 2,5%, dato muy bajo de audiencia especialmente para el primer mercado televisivo del país (junto a Los Ángeles). Esto auguraba problemas económicos (como así sucedió y se acentuarían tras la retirada de Pelé al descender los ingresos por taquilla). El alto salario de Pelé se distribuyó entre todas las divisiones del grupo Warner. Mientras tanto la marca Pelé funcionaba a pleno rendimiento con patrocinadores, merchandising y anuncios. Cuando conocí a Pelé, a mediados de los 80 en su ático de Manhattan, se sorprendió al conocer el rechazo de Santiago Bernabéu a la televisión y a que los jugadores hiciesen anuncios. Se tronchó con la historia del anuncio de las medias de mujer y las piernas de Di Stéfano. Cierto es que el provocador concepto era avanzado para la época. Nos había invitado a comer a su casa para agasajar a su amigo Raimundo Fagner, cantautor brasileño, quien estaba grabando en la ciudad. Fagner además de amigo mío era artista de CBS, la discográfica para la que yo trabajaba en Nueva York. Era de las primeras veces, si no fue la primera, que mi esposa y yo comimos sushi. Nos aficionamos. Pelé en esos momentos era vicepresidente de Comunicación del Cosmos. Un par de días después nos invitó a un cóctel corporativo del grupo Warner. Y me presentó a los Ertegun. Un inciso: CBS y WEA eran las grandes rivales en el mercado discográfico. A los hermanos Ertegun, especialmente a Ahmet, solo les interesaba conocer historias y anécdotas de Di Stéfano. Sabían a través de Pelé que mis padres eran compadres de los Di Stéfano (y también de los Santamaría, a quien Pelé tenía un gran respeto como defensa central).

Para llegar al Cosmos hubo que superar obstáculos políticos. La dictadura brasileña (1964-1985) llevaba 10 años en el poder. No querían que Pelé saliese del país y pretendían que volviese a la selección para el Mundial de 1974 en Alemania. Steve Ross recurrió a los servicios del ministro de Asuntos Exteriores de Estados Unidos, su amigo Henry Kissinger, fan del fútbol y admirador de Pelé. Kissinger era un experto en dictaduras latinoamericanas (había promovido varias). Su intervención allanó las dificultades con las autoridades brasileñas.

Otro aspecto nada baladí es el racial. Pelé fue el primer ídolo mundial de etnia negra del fútbol. Su calidad humana y excelencia deportiva rompió todas las barreras y prejuicios. Y despejó el camino para muchos jugadores…

Cuando me preguntan cuál o cuáles son los mejores goles de la historia siempre responde lo mismo: el que no fue. Lo elijo por la genialidad de la acción, no por su finalización. El protagonista no fue otro que Pelé. Sucedió en México 70 en un encuentro que enfrentó a Brasil con Uruguay y que ha pasado a la historia. Tostao avanzó desde la divisoria de ambos campos y filtró un pase a Pelé. El prodigioso delantero, que remataba y jugaba con las dos piernas, llegó corriendo y no tocó la pelota. Amagó y engaño al portero charrúa en su salida desesperada al balcón del área (donde no puede usar las manos). Mazurkiewicz, el guardameta, se escoró hacia la izquierda siguiendo a Pelé mientras la pelota continuó su trayectoria hacia la derecha. Superado el portero por el delantero y la pelota, Pelé rectificó su dirección y fue a buscar el balón. Una vez alcanzado disparó en diagonal buscando el palo largo, por el hueco entre un defensa que corría a cubrir la línea de gol, otro que se incorporaba a la jugada y Mazurkiewicz que intentaba recuperar la posición. El problema es que el balón salió rozando el poste. Comentando la jugada con Pelé me comentó, con la mejor de sus sonrisas: “Nos habría gustado más si hubiese entrado”.

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O Rei ha muerto, larga vida al rey

Pelé VP

Asumo que ya conocerán la triste noticia del fallecimiento de Pelé. Ayer a las 20:04 Voz Pópuli publicaba el artículo que me encargaron sobre los hitos de Pelé. Mi texto arrancaba con el titular de esta entrada: O Rei ha muerto, larga vida al rey. El pantallazo que encabeza esta entrada es de la portada del diario digital.

El pasado 3 de diciembre Miguel Fiter de Voz Pópuli contactaba conmigo, a sugerencia de Víctor Lenore. Quería encargarme una pieza sobre los logros de Pelé. Le corría prisa, porque las informaciones de agencia daban horas de vida al astro brasileño. Mostré mi escepticismo al respecto. Incluso llegué a mandarle un mensaje tranquilizador de la actual pareja de Pelé (que me había llegado a través de mi compadre Raimundo Fagner). De cualquier manera la situación revestía gravedad y la idea de Fiter de tenerlo todo preparado era la correcta. Tanto es así que Voz Pópuli ha sido el primero en España en dar cobertura a la trágica noticia. Me enorgullece haber formado parte de esta iniciativa. En la que, por cierto, aunque quede mal decirlo, mi artículo y el de Alfredo Relaño en El País son los dos mejores que se han publicado. Del mío destaco un aspecto que no recuerdo que nadie haya mencionado: la importancia que tuvo que Pelé fuese negro, afrobrasileño en la terminología actual. Fue el primer ídolo mundial negro del fútbol. Algo que ya le sorprendió a los 17 años en su primer Mundial, el de Suecia 1958. Brasil era la única selección que jugaba con futbolistas negros. La aparición de Pelé, su calidad humana y excelencia deportiva, rompió todas las barreras y prejuicios. Y despejó el camino para muchos jugadores en .muchas partes del planeta

Cierro, recomendando que lean la nota de Voz Pópuli, con unas fotos. Primero dos con Fagner (la de las melenas es de los 70). Incluyo las de mi compadre porque gracias a él conocí a Pelé (en su ático de Manhattan, como cuento en Voz Pópuli).

La foto con Puskas, del partido en homenaje a Miguel Muñoz jugado en el Bernabéu en 1959, también está relacionado con el artículo. Ese día también se fotografió con Alfredo di Stéfano. Pero he preferido una de Raúl Cancio y que ilustra el texto de Relaño. El gesto de ambos me es muy familiar. Cancio es un maestro en captar momentos.

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Zidane, con San Courtois, unos pocos titulares, varios suplentes e incluso suplentes de suplentes, a semis de Champions

Michale Regan Getty AS

Una vez más, forzado por las circunstancias, Zidane estrenaba defensa. La novedad esta vez era la presencia de Fede Valverde en el lateral derecho. Cuando Miguel Ríos me mandaba la alineación madridista le comentaba que esto de inventar líneas defensivas estaba siendo nuestro sino de esta temporada. En la víspera el mister había despejado las dudas sobre el estado físico del uruguayo, lo que presagiaba su titularidad. Otra cosa era qué posición ocuparía. 

Anteriormente, al mediodía, Paco Martín me transmitía su habitual optimismo que compensaba mi habitual preocupación y un cierto aire pesimista. Pero cuando Humberto Ríos se adelantó en nuestro pequeño ritual supersticioso volví a preocuparme. Ver en Real Madrid TV a Roberto Carlos preocupado, un optimista eterno como Paco, me dio mala espina.

Este Liverpool-Real Madrid, vuelta de cuartos de Champions, enfrentaba a los dos equipos europeos que más bajas han sufrido. El mérito del que pasase a semifinales es enorme. La ventaja blanca de la ida, 3-1, tenía el inconveniente de ese gol en contra encajado en casa. Nos obligaba a marcar sí o sí (para nuestra tranquilidad).

Escuché hace un par de días a Álvaro Benito, el mejor comentarista de fútbol del país, decir que nuestro 4-3-3 era la mejor arma contra el Liverpool. Descartaba por completo una defensa de tres marcadores y dos carrileros. Acertó de pleno. Esta reflexión rondaba mi cabeza desde que la escuché. Porque ni confianza  en la mejor línea media del mundo, Kroos-Casemiro-Modric, es total.

De ellos me preocupaba la vuelta de Firmino (suplente en el Alfredo di Stéfano, donde disputó los minutos finales). Recuperaban así a su delantera titular, con Salah y Mané. A Valverde se le presentaba una papeleta complicada en su estreno como lateral. 

Al minuto Milner fue a por Benzema. Le rompió la bota con su entrada. No vio la roja. Ni la amarilla. Un minuto después Salah encaró a Courtois, quien milagrosamente salvó el gol. El balón que le metió Mané fue magistral. Al minuto Mané, de nuevo, se fue de Valverde y nos montó otro lío. 

No conseguíamos salir de nuestro campo. Nos tenían embotellados. A los siete minutos ya habían botado tres saques de esquina. El par de veces que pasamos de la divisoria perdíamos el balón nada más pasar el círculo central. Hasta el ocho y medio que provocamos nuestro primer córner a favor. Y cuando parecía que nos asentábamos volvió a salvarnos Courtois: sacó un certero disparo lejano de Milner que se colaba por la escuadra. Una carrera de Vinicius al filo del 14 les asustó. Cogimos confianza tras un arranque angustioso de partido.

La confianza se tradujo en un par de posesiones largas y un balón al palo de Benzema, en el 19, seguido de un buen disparo de Vinicius al que Alisson respondió con una palomita. 

Mediada la primera parte perdonaron la amarilla a Fabinho por una falta sobre Casemiro. Case sí la vio en el 24 por una entrada sobre Milner. Sonó a tomarse la justicia por su cuenta. Robertson también vio la tarjeta en esta jugada, pero por protestar. 

El ímpetu red ya se limitaba a buscar el contrataque, aprovechando nuestros malos pases. La presión del inicio había aflojado. En sus posesiones veíamos a Benzema solo en punta y a Vinicius y a Marco Asensio bajando a la media. La movilidad de Mané la controlaban Asensio y Valverde. En la otra banda era Nacho quien cubría a Mendy en la vigilancia de Salah.

En el 40, en otra perdida nuestra, Salah dispuso de una ocasión. Se le fue alta. Un minuto más tarde fue Wijnaldum quien la tuvo.

La mejor noticia para  el Madrid fue llegar al descanso con 0-0 en el marcador. Creo que todos (jugadores, técnicos y aficionados)) éramos conscientes que un gol del Liverpool podría haber sido dramático. Como apuntaba que lo fuese la segunda parte. 

Salieron los mismos onces para la segunda mitad. A Casemiro no se le veía bien en el túnel del vestuario. Saltó al campo renqueante. Su segunda parte desmintió estas sombras. Su aporte, como siempre, fue decisivo. Con balón y sin balón. 

Sacamos de centro, perdimos la posesión a los 20 segundos y al minuto Courtois volvió a lucirse a remate de Firmino. Se empezaba a repetir el guion de la primera mitad. 

Tardamos cuatro minutos en rondar su área. Y acabamos cediendo la pelota a Courtois en esa posesión.

En el 53 una internada de Mendy levantó los ánimos (antes hubo otra de Valverde que corrió toda la banda desde la defensa). 

Seguíamos imprecisos en el control y en el pase. Klopp preparaba un doble cambio. Thiago por Milner y Diogo Jota por Kabak. Con esta última sustitución, un nueve por un central, echaba el resto. Entre tanto Phillips vio una amarilla. 

Vinicius cada vez bajaba más a defensa. Cortó varios balones mas perdía fuelle en ataque. De todas formas es de alabar su esfuerzo defensivo. Esta presencia de Vini coincidió con el cambio de banda de Mané (uno de los robos del brasileño fue a Mané).

Un despeje largo en diagonal de Valverde, en el 65, le llegó a Vinicius. Se plantó frente a Alisson pero no pudo superarlo. El rechace favoreció a Benzema pero el portero con una rapidez inverosímil se le echó encima y salvó a su equipo. Dos minutos después Salah, en una acción similar a la de su gol en la ida, desaprovechó la ocasión más clara del Liverpool.

Diogo Jota se fabricó una oportunidad en el 69.

Militao, mientras tanto, nos daba otra clase de despejar balones.

Zidane, en el 71, retiraba a Kroos y Vinicius por Odriozola y Rodrygo. Como supondrán Valverde cambió su posición. La nota positiva inmediata fue que Asensio comenzó a aparecer en el frente de ataque. Y Rodrygo era más eficaz presionando arriba que Vini.

El reloj corría a favor de nuestros intereses. 

Una mala decisión de Odriozola nos puso en aprietos y los salvó Asensio forzando córner. Nada más sacarlo Klopp preparó un nuevo cambio, al tiempo que la contra del Madrid terminó en saque de esquina a nuestro favor. Al filo del 81 un pase lateral de Militao la cabeceó abajo Benzema. Muy buena ocasión que se fue arriba. Después, Isco entraba por Asensio, Shaqiri por Firmino y Oxlade-Chamberlain por ¡Mané! Cierto que ya andaba desdibujado.

Los cinco minutos finales más lo que se alargase podrían ser de infarto. Un gol de ellos y a la UCI.

Militao seguía siendo un frontón y despejaba todo lo que pillaba. 

Los últimos cinco minutos, antes del descuento, nos volvieron a embotellar. Se añadieron cuatro minutos.

Afortunadamente ellos ya no creaban peligro. Tenían la pelota pero Nacho y Militao eran infranqueables. Salvo por errores puntuales nuestros no había mayores problemas… errores como el de Mendy en el segundo minuto del descuento, que salvó San Courtois ante Salah.

El partido terminó con un córner a favor de ellos. No pasó nada. 0-0 y a semifinales!!!

El único equipo español en cuartos de final de Champions también lo será en semifinales. Pese a quien le pese. Y a pesar de las bajas. En Liverpool jugaron unos  pocos titulares, varios suplentes e incluso suplentes de suplentes. ¡Gran semana de Zinedine Zidane!

P.D.: Casemiro fue elegido el mejor jugador del partido.

P.D. bis: estas serán las novenas semifinales del Madrid de las ultimas 11 Champions. En total son 30 de 51 entre Copa de Europa y Champions.

 

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