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Las incongruencias de Luis Enrique tienen premio: España a Catar 2022 (el Mundial que deberíamos boicotear)

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Raúl de Tomás es el mejor ejemplo de las incongruencias de Luis Enrique. Ha pasado de ser ignorado y no ir convocado a ser llamado gracias a un rosario de lesiones y ha terminado siendo titular en los dos encuentros decisivos para la clasificación a Catar 2022. ¡De traca! Me alegro por el delantero. Y respecto al seleccionador ya sabemos que tiene sus manías. Debemos respetarlas y dejarle hacer. Aunque algunas clamen al cielo, como ésta de RdT o la de los dos centrales zurdos o poner de titulares en La Roja a reservas en sus equipos o Marcos Llorente de lateral derecho. El balance se debe hacer al final de las competiciones. De momento va cumpliendo etapas y objetivos. Algunos con nota, como ser semifinalista de la Eurocopa o finalista de la Liga de Naciones. Ahora acaba de lograr la clasificación para el Mundial de Catar 2022 (ese mismo que deberíamos boicotear). 

El partido ante Suecia tenía miga. Mucha. Eso de que con el empate vale siempre es un arma de doble filo. Luis Enrique, consciente del tema, pidió tras la victoria en Grecia el apoyo del público sevillano. Y estos respondieron llenando La Cartuja y animando sin cesar. El culé Gavi, natural de Los Palacios (Sevilla), fue el más ovacionado. Es el nuevo ídolo local. Es de destacar el crecimiento de este joven jugador (17 años).

España salió a por el partido. Con ganas. Tocando. Pero sin crear peligro ni ocasiones. Fallaba la jugada final, el último pase. Apenas se remataba. Tanto es así que la primera oportunidad fue sueca. De Forsberg en el 15. El compañero de Dani Olmo en el Leipzig arrancó desde la izquierda y superó a varios de los nuestros. Chutó desde la frontal y se fue fuera por milímetros. De España tan solo un buen disparo de Sarabia que se fue alto por encima de la escuadra. A partir del minuto 30 Suecia volvió a acercarse a nuestra portería. A partir de un error de Unai Simón que intentó regatear a Kulusevski a un metro de la línea de gol. En el 36 Pau Torres despejó in extremis cuando Isak estaba a punto de empujar la pelota a la red. Y en 38 Forsberg de nuevo, esta vez desde la derecha, empalmó de volea y se fue rozando el poste con Unai Simón superado. Antes el sueco había protagonizado otra arrancada, esta vez desde el círculo central que terminó con un remate peligroso desde la frontal.

No hubo cambios en ninguno de los dos combinados. A Ibra le vimos calentar desde finales de la primera mitad.

La primera ocasión de la segunda mitad fue de Suecia. La tuvo Isak, que aprovechó un error de Azpilicueta en un pase horizontal en el que robaron el balón y se la pasaron a Isak.

En el 51 España botaba su tercer córner, tras otra buena internada de Jordi Alba. El remate de cabeza de Raúl de Tomás al palo largo pudo ser el 1-0. Se fue fuera por muy poco, con el meta superado.

Nos acercábamos a la hora de juego y la tónica era la misma; nuestra banda izquierda funcionaba (Alba y Sarabia) pero los centros no eran buenos o eran interceptados por la defensa sueca. Cuando volcamos el juego por la derecha (Azpilicueta y Olmo) sucedía lo mismo. 

Los cambios de Sarabia y Raúl de Tomás en el 59 me sorprendieron. Suponía que los sustituidos serían Carlos Soler y Olmo. Entraron Morata y Rodrigo Moreno. Lo de Rodrigo no lo entiendo. Teniendo a Brahim en el banquillo, que se está saliendo en Italia

La presencia de Morata aportó movilidad al frente del ataque (como en Grecia). Buenos movimientos que presagiaban logros mayores (que no logró en Atenas).

La mejor noticia para España nos la dio el seleccionador sueco, Andersson: en el 63 retiró a su mejor jugador (Forsberg) y a Kulusevski (que nos había dado algún susto).

Ibrahimovic entró por Isak (otro peligro) en el 72 y Mikel Merino sustituyó a Soler. 

Entrábamos en los 10 minutos finales con el partido roto. Ellos nos buscaban las costuras con velocidad y balones largos. Nosotros intentábamos pausar el ritmo. Algunas acciones de Morata (un remate alto, una contra) ponían picante. 

Y de repente un trallazo de Olmo desde fuera del área, desde la banda izquierda, se estrella en el larguero. Era nuestro primer remate que no iba a fuera. Morata, el más listo de la clase, se hace con el rechace. Controla y la empuja a la red por encima de Olsen, que se estaba levantando del suelo tras la estirada al disparo de Olmo. Era el minuto 87.

En el 89 se retiraban Dani Olmo y Gavi, entrando Brais Méndez (otra incongruencia) y Rodri.

Se añadieron cuatro minutos. Y en el primer minuto pudieron empatarnos. Dos córners consecutivos en ese minuto fue lo más señalado del ataque sueco. 

El 1-0 final nos clasifica directamente para ese Mundial de Catar 2022 que deberíamos boicotear. Se tiene más fuerza llamando al boicot estando clasificado. ¡Que se juegue pero en otra sede! Todo lo que rodea a este próximo campeonato apesta. Y ya le ha costado la cabeza a un presidente de la UEFA (el francés Platini) y al de la FIFA (Blatter). 

 

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Dos zarpazos de Benzema y Mbappé derrotan a España

AFP AS

En la final de la Liga de Naciones, España 1 Francia 2, se impusieron las individualidades: dos zarpazos de Benzema y Mbappé le bastaron a los franceses para darle la vuelta al marcador e imponerse.

Luis Enrique introdujo dos variantes respecto a la semifinal: Eric García por Pau Torres y Rodri por Koke. Mi opinión sobre el central del Barça es suficientemente conocida como para insistir en ella. La salida de Pau seguro que se debe a su error en el gol italiano de la semifinal. La presencia de Rodri era algo que pedía desde hace tiempo. ¿A costa de Koke? ¿Tenía problemas físicos el rojiblanco que desconocemos? Su partido ante Italia fue muy completo. Gavi volvió a ser de la partida, premio a su buen partido de debut. Pero esto era una final y me da la impresión que era demasiada presión para el chaval. Se notó en varias acciones; un par de pérdidas y una entrada a destiempo (en la que le perdonaron la amarilla). En cambio tuvo los arrestos de oxigenar el juego, en la segunda mitad, cruzando el balón de banda a banda.

La salida de Francia fue arrolladora. Aprovecharon los desajustes de nuestros centrales. Benzema pudo abrir el marcador a los cinco minutos. Superó a Unai Simón en su salida pero se escoró demasiado a la derecha y no pudo encontrar puerta. Tras los primeros 10 minutos España empezó a tomar el control del partido. A medida que el reloj corría el partido se espesaba. Y perdía brillo.

Quedaba claro que el juego de conjunto era el de La Roja, mas las individualidades francesas podían decidir la final. Como así sucedió.

Con 0´0 se llegó al descanso.

La segunda mitad tomó los mismos derroteros que la primera. Seguía sin entender la presencia de Sarabia en el once. Por otra parte Oyarzabal y Ferran Torres no eran los mismos de la semifinal. El vasco le ponía ganas y Ferran no lograba finalizar las jugadas.

Todo cambió a partir del gol de Oyarzabal en el 63. ¡Se lo merecía! El realista ganó en carrera a Upamecano, entró en el área chica por el vértice izquierdo y se la cruzó a Lloris. El partido se abrió a partir de ese momento. Francia apretó el acelerador. Y dos minutos después Benzema empataba. Se coló por el vértice izquierdo de nuestro área. Y cuando menos te lo esperabas soltó un pedazo de remate a la escuadra derecha. Unai Simón tocó la pelota y no fue suficiente. Un minuto después, en el 64 Theo Hernández estrellaba un balón en el palo.

Estábamos ante otro partido. Mucho más vistoso. Los dos goles, la salsa del fútbol, obligaba a ambas selecciones. El ida y vuelta fue constante. Fue lo mejor de la final. Desde nuestro gol hasta el pitido final (con seis minutos de prolongación).

La inexperiencia de Eric García nos jugó una mala pasada. Intentó cortar el balón, lo tocó e invalidó la posición de fuera de juego de Mbappé. De haberse quedado quieto se hubiese pitado el offside. El juez de línea tampoco estuvo fino al no levantar la bandera en el momento del pase a Mbappé. El delantero se plantó ante nuestro portero, le amagó con una bicicleta y marcó el 1-2 cruzando la pelota al palo contrario. Minuto 79.

El minuto 88 pudo ser decisivo. Una carrera prodigiosa de Pogba no la supieron aprovechar sus delanteros para sentenciar (1-3). La contra española no se hizo esperar y Oyarzabal tuvo el empate. Su disparo no le salió como esperaba, aunque Lloris tuvo dificultades para despejarlo. Es de esas ocasiones que recordará durante mucho tiempo. ¡Una pena! España merecía el empate y jugarse el título en la prórroga. No pudo ser.

Fuimos semifinalistas en la Eurocopa y finalistas en la Liga de Naciones. Ahora nos toca remar para enderezar el grupo de clasificación para el Mundial. Ese Mundial de Catar que deberíamos boicotear.

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Italia 1 España 2 (semis de Liga de Naciones)

Getty AS

España en una excelente primera parte certificó su pase a la final de la Liga de Naciones. La semifinal se decidió por los dos goles de Ferran Torres (min. 16 y 46), ambos a pases de Oyarzabal (que estuvo inmenso),  y por la expulsión de Bonucci (vio la segunda amarilla en el 41). Podríamos decir que los últimos cinco minutos de la primera mitad fueron los decisivos, por conseguir la superioridad numérica y el segundo tanto.

Las Luisenricadas del día fueron la inclusión de Gavi en el once titular y la insistencia con Busquets, quien no atraviesa desde hace tiempo su mejor momento (y su equipo tampoco). Rodri, titular del Manchester City, vio el partido desde el banquillo. Lo de Gavi suena a lo sucedido con Eric García en la pasada Eurocopa (ganada por Italia). Pero ojo que la proyección del centrocampista tiene mejor pinta que la del central.

Italia en 10 y con dos goles en contra lo tenía muy complicado. Prácticamente imposible. La España de la segunda mitad contemporizó. Entendió a lo que se debía jugar. Parecíamos italianos, por decirlo de alguna manera.

El resultado pudo ser más amplio. Marcos Alonso, en su regreso a la selección, tuvo dos ocasiones, una en cada parte. En la primera remató y se le escapó el balón a Donnarumma y cuando se colaba se encontró con el palo y el posterior despeje de Bonucci. En la segunda, no pudo resolver el mano a mano con el portero local.

El problema para La Roja fueron los últimos 12 minutos (incluidos los cinco adicionales). Un error de Pau Torres en el círculo central lo aprovechó Chiesa y se lanzó hacia la portería española. Cuando parecía que iba a consumar la jugada rematando a gol se la cedió a Pellegrini, quien le acompañaba por la derecha. 1-2.

Curiosamente despertamos de nuestro letargo con el gol italiano y volvimos a ser los de la primera mitad. Y además con uno más. Aunque acabamos pidiendo la hora. El inefable Luis Enrique había debilitado el equipo con sus cambios…

Mañana conoceremos a nuestro rival en la final. La otra semifinal la juegan Francia y Bélgica.

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Italia: de ganar Eurovisión y la Eurocopa al Top 10 de Tokio 2020

Italia está teniendo un feliz 2021 desde el punto de vista del ocio y entretenimiento: han pasado de ganar Eurovisión y la Eurocopa de fútbol a estar en el Top 10 del medallero de Tokio 2020.

La canción «Zitti e buoni» del grupo rock Måneskin ganó el pasado mayo el Festival de Eurovisión, celebrado en Rotterdam. El grupo está teniendo repercusión en varios países. incluyendo un Top 20 en la lista británica de sencillos (su siguiente single también entró en esa lista). No está nada mal.

En los JJOO Italia afronta la semana final en el noveno puesto del medallero. Han logrado 27 medallas: 4 de oro, 8 de plata y 15 de bronce. De las cuatro de oro destacar las dos de ayer, en atletismo. La del salto de altura, Gianmarco Tamberi (compartido con el catarí Barshim), y sobre todo el histórico triunfo en los 100 metros lisos.

AP Marca

Marcell Jacobs se impuso en la prueba reina de la velocidad, en los primeros JJOO post Usain Bolt. Batió en la final su propio récord europeo, logrado en las semifinales. Desde Moscú 1980 no ganaba ningún europeo. En aquella ocasión el triunfo estuvo propiciado por el boicot estadounidense. Desde entonces la prueba masculina ha estado dominada por EEUU y Jamaica (ayer las velocistas jamaicanas de los 100 m. coparon el podio).

El mérito de Jacobs es aún mayor si tenemos en cuenta que se ha reciclado desde la prueba de salto de longitud. Y esto resultó ser un aliado inesperado en la prueba de 100 m. Salió detrás del estadounidense Kerley, medalla de plata, al que mediada la prueba superó alcanzando la cabeza de la carrera. Su poderosa zancada, tan necesaria para saltar longitud, le dio ese plus extra para aumentar su ritmo de carrera. Su impresionante musculatura fue otro aspecto que ayudó a cimentar su triunfo. Otro factor a favor del italiano: la eliminación del británico Hughes, preparado por el exentrenador de Bolt.

El hijo de una inmigrante italiana en Texas, nacido hace 26 años en El Paso y que llegó a Italia de niño tras la separación de sus padres (él era baloncestista), ha hecho historia en los 100 metros, después de probar fortuna en el baloncesto, fútbol y salto de longitud.

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España empata en su debut en Tokio 2020

Kim Hong Reuters AS

España no pasó del empate a cero en su debut en Tokio 2020. Los torneos de fútbol masculino y femenino se han adelantado a la ceremonia inaugural de mañana. Ayer las chicas de Suecia golearon (3-0) a las campeonas del mundo, Estados Unidos.

La selección olímpica española se enfrentaba a la dura selección de Egipto. Y ojo que en este grupo también se encuentra Argentina, aparte de Australia (la cenicienta del grupo que decidirá el futuro de las otras tres, porque es mejor de lo que se piensa). El Egipto-Argentina promete ser una batalla campal.

La dureza egipcia la percibimos a lo largo de todo el partido. En la primera mitad se cargaron a Ceballos y también se retiró lesionado Mingueza, como consecuencia de una dura entrada en una jugada previa. Pinta mal para ambos.

De la Fuente alineó a varios jugadores de la semifinalista de la pasada Eurocopa. Desde el portero, Unai Simón, a Dani Olmo y Oyarzabal en la delantera, pasando por los centrales y Pedri. Lo cual agrava el pobre resultado obtenido.

Esta España tiene el mismo problema que la de Luis Enrique: falta pegada arriba. La mejor ocasión fue un remate al palo de Ceballos en la primera mitad, antes de ser lesionado. La segunda no llegó hasta el minuto 87 en un flojo remate de cabeza de Rafa Mir (salió en la segunda mitad). Saltó con poderío pero cabeceó a las manos del guardameta. Estaba solo. Poco después el empeño de Vallejo por llegar a un balón creó un uy. Era muy difícil que anotase, tan escorado en el vértice del área chica. Hay delanteros que lo logran, pero Vallejo es defensa central.

Como madridista me preocupa mucho el mal partido de Marco Asensio, titular con el número siete. No acaba de romper.

Quizás con el paso del tiempo, y los otros resultados que se den en el grupo, este empate podría ser positivo.

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Italia campeona de Europa a los penaltis

Marca

La jornada no empezó bien para el deporte italiano. Su primer tenista en una final de Wimbledon perdía en cuatro sets ante Djokovic. Berrettini lo hizo mejor de lo que podía, ganando el primer set. Luego nada más arrancar la final de la Eurocopa, Italia-Inglaterra, los ingleses anotaron el 0-1. Trippier desde su banda derecha lanzó un excelente pase cruzado. Desde el vértice del área grande al vértice del área chica. Por ahí entraba el otro lateral largo, Shaw, que fusiló a Donnarumma. Tan solo habían transcurrido dos minutos y esta era la primera posesión inglesa.

El fallo defensivo italiano no desmerece la brillantez de la jugada del gol. Y aprovecho para destacar el campeonato del rojiblanco Trippier. Para mi uno de los mejores jugadores de esta Eurocopa. 

La disposición de Southgate con tres centrales y dos laterales largos, apoyando a sus dos mediocentros, ocupaba todos los espacios y cortocircuitaba a los centrocampistas de Mancini.

A partir del gol Italia dominó aparentemente, porque no creaba peligro ni finalizaba las jugadas. En cambio las subidas por banda de Trippier maltrataban los corazones italianos. Un par de veces encontró apoyo en Sterling

El primer peligro de los azzurri vino de los pies de Chiesa. Una jugada individual. Inició su carrera un metro delante del círculo central, por la banda derecha. Se fue de varios rivales y antes de entrar al área disparó. Se le fue fuera por poco.

Italia salió con otro aire tras el descanso. Finalizando las jugadas. Aunque sus centrocampistas seguían sin estar a su nivel. Jorginho daba la impresión de estar tocado y no parecía consciente que se estaba jugando el Balón de Oro. Barella no era el del Inter y fue sustituido en el 54 (Immobile también). Y Verratti nunca me ha convencido. En los partidos grandes del PSG no le recuerdo (algunos ni los jugó). 

Chiesa en el 61 tuvo el empate en esa jugada suya tan característica: se desembaraza de varios y cuando menos te los esperas suelta el latigazo. Pickford, muy atento, desvió abajo el remate que se colaba. 

La solidez defensiva inglesa -solo un gol en contra durante el torneo hasta ese momento- se traducía en la presencia ofensiva de sus defensas. Desde el gol hasta los saques de esquina que buscaban a sus centrales, auténticas torres.

Se jugaba en campo inglés. Los centrales italianos jugaban delante del círculo central.

En el 65 una jugada de Chiesa termina en córner. Se bota, hay un pequeño barullo y Verratti cabecea. Pickford desvía y da en el poste. El rechace lo recogió Bonucci y empata. 1-1 en el 66.

Southgate reaccionó quitando a Trippier, no tan acertado como en la primera mitad, para volver a defensa de cuatro. Entraba Saka.

Italia seguía presionando arriba. Inglaterra tenía dificultades para controlar el balón y lo perdían. En la tele veíamos a Henderson en la banda, como solución para este problema. Entró por Rice.

En el 73 Berardi (sustituyó a Immobile) tuvo el 2-1. Remató forzado, delante de Pickford, un balón largo llovido del cielo. No llegó con claridad y la tocó como pudo. 

Jorginho carburaba y Verratti se empeñó en dejarme mal. Su fútbol contrarrestaba el poderío físico inglés.

En el 80 se rompió Chiesa. Se retiró del campo. Volvió mermado. Hasta el 85 no entró Bernardeschi. Inglaterra aprovechó esta circunstancia para estirarse, conscientes del estado de Chiesa. No corrían riesgo a sus espaldas.

Sterling, muy flojo anoche, lleva camino de competir con Neymar en exageraciones y piscinazos. 

La segunda mitad se alargó seis minutos. El marcador no se alteró y nos fuimos a la prórroga.

Italia afrontaba el tiempo extra con sus dos centrales con amarillas. 

Si los primeros 45 minutos fueron de Inglaterra y los segundos de Italia, la primera parte de la prórroga estuvo más equilibrada. Henderson era la llave de la mejora inglesa. 

Chiellini salvó a Italia, cruzándose a Sterling en el 96, quien ya se relamía ante el gol que estaba a punto de anotar. Acto seguido Locatelli entraba por Verratti. 

En el 99 entraba Grealish por Mount, de quien no recuerdo ninguna jugada.

Pickford al filo del 103 evitaba con su antebrazo un gol cantado. Despejó el pase de Emerson desde la banda a su área, al que llegaban dos italianos y un tercero por detrás. 

La entrada de Locatelli mitigó el impacto de Henderson. El italiano además aportaba en ataque. 

El primer cuarto de hora de la prórroga no alteró el marcador.

El último cuarto de hora de partido empezó con Inglaterra dominando. En el 110 Sterling se durmió en el área chica y Chiellini, con toda la sangre fría del mundo, le robó limpiamente la pelota. El central emergía como el mejor de los suyos. 

En el 117 Florenzi entraba por Emerson. Y Jordan Sancho calentaba. ¡Qué desperdició tenerle sin jugar! Igual que en semifinales. En el 119 doble cambio: Sancho y Rashford por Walker y ¡Henderson!

Se añadieron tres minutos. Los cinco últimos minutos más los tres de descuento se jugaron en campo inglés. Italia había recuperado el control. Queda por saber si el dominio anterior de Inglaterra fue mérito suyo o los italianos se cerraron para buscar la contra.

Se llegó con 1-1 y pasamos a la tanda de penaltis. Triste y caprichoso final para una Eurocopa de momentos brillantes que merecía mejor desenlace.

Berardi anotó el primero. Kane también.

Pickford se lo paró a  Bellotti (tenía malacara antes del lanzamiento). Maguire la clavó por la escuadra contrario a donde se lanzó Donnarumma. 1-2.

Bonucci anotó. Rashford la estrelló en el palo (había entrado para esto). 2-2.

Bernardeschi marcó por el centro. A Sancho se lo paró Donnarumma (también entrado para esto). 3-2.

A Jorginho se lo rechazó Pickford y luego dio en el palo. Saka tenía la oportunidad de empatar. Pero Donnarumma desvió el lanzamiento. ¡Italia campeona de Europa! Es su segundo título. 

Los dos últimos partidos de Italia los han ganado a los penaltis. En semifinales ante nosotros y ayer la final. Está en su ADN.

Reuters AS

 

 

 

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Inglaterra y Dinamarca unidas por los cuernos

Inglaterra y Dinamarca están unidas por los cuernos. Los cuernos vikingos. Podríamos decir que Dinamarca es la nación abuela de Inglaterra y Normandía su madre patria. Los normandos son los vikingos daneses que conquistaron esas tierras francesas y se convirtieron en feudo. El pacto con el rey francés llevó a la creación del Ducado de Normandía. Su Guillermo II invadió Inglaterra y la conquistó tras vencer a los anglosajones en la batalla de Hastings (1066). Conocido como Guillermo el Conquistador fue Guillermo I de Inglaterra y II del Ducado de Normandía. La similitud de ambos escudos es evidente (el danés es el de la corona). Los tres leones del escudo inglés (no confundir con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte), datan del siglo XII y está inspirado en los del escudo de Normandía (que son dos). El responsable fue Ricardo I, Ricardo Corazón de León. Los tres leones representan al Reino de Inglaterra y a los Ducados de Normandía y Aquitania (por Leonor de Aquitania, duquesa de Aquitania y reina consorte tanto de Francia como de Inglaterra -y madre de Ricardo I, uno de los ocho hijos que tuvo con Enrique II).

La semifinal de anoche en Wembley no fue una reedición de la batalla de Hastings. Pero hubo sangre. La del penalti que le regalaron a Inglaterra. Sterling se tiró descaradamente y el policía holandés que arbitró, tan sumiso siempre a la UEFA, no dudó en señalar la pena máxima. Desde el VAR ratificaron su decisión y ni siquiera tuvo que ir a verlo. Estaba claro que a la Unión Europea del Fútbol Árabe le interesaba Inglaterra en la final. ¿Se imaginan Wembley semivacío por las restricciones británicas a italianos y daneses por el coronavirus? 

La primera parte fue trepidante. Se adelantaron los daneses y empataron los ingleses por un autogol de un defensa que quiso impedir que Sterling marcase a puerta vacía. La jugada de Saka por la banda fue medio gol. En la segunda parte predominó la prudencia. Los daneses tocaban más y limitaban los balones largos buscando a sus puntas. De Inglaterra me sorprendió no ver a Jordan Sancho. Tampoco entendí lo de Grealish: entró en el 68 por Saka y le cambiaron para la segunda parte de la prórroga. Entró Trippier para fortalecer la defensa.

A Kane le pararon el penalti, pero aprovechó el rechace. 2-1 en el minuto 102. 

Dinamarca ha sido la única, hasta ahora, que le ha marcado a Inglaterra.

Este fin de semana tenemos dos grandes finales: Brasil-Argentina en la Copa América e Inglaterra-Italia en la Eurocopa.

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Tanti auguri (para jugar bien al fútbol hay que venir al sur): Italia finalista

Arrizabalaga AFP AS

Perdida la inocencia,
en el sur se pasa mejor

Parafraseando a la gran Raffaella Carrá, o en realidad a Manolo Díaz autor de la letra en español de «Hay que venir al sur» (adaptación del original italiano «Tanti auguri» que no decía lo que Manolo escribió, pero al referirse al sur de Trieste le sirvió de inspiración y buscó la rima exacta para el pegajoso estribillo de este inmortal éxito): para jugar bien al fútbol hay que venir al sur. Y lo digo tanto por Italia, finalista, como por España, que jugó su mejor partido del torneo.

Luis Enrique, que perdió la inocencia (futbolística) hace tiempo, sorprendió con un once sin delantero centro. La idea, atrevida, en principio parecía buena. Quedaba a expensas del desempeño de nuestros jugadores. Los tres elegidos en ataque fueron Ferran Torres, Dani Olmo y Oyarzabal. Los extremos jugaron a banda cambiada (algo que perjudicó al vasco en la primera ocasión que tuvo, al tener que revolverse para acomodar el disparo y se le echaron encima; en la segunda, en cambio, le vino bien al poder disparar con la zurda según le venía).

Los de Mancini salieron a por todas. Se mascaba la tragedia. Eran un enjambre que se nos echaba encima. No pasamos del círculo central. Estábamos acorralados. A los tres minutos Chiesa ya había estrellado un remate en el poste. La mencionada primera oportunidad de Oyarzabal (min. 12) supuso un respiro. A partir de ahí tranquilizamos nuestro juego y empezamos a controlar un poco el juego. Con nuestra parsimonia habitual. Nuestros tres puntas sí buscaban jugar rápido. Olmo, solo cinco goles en la pasada Bundesliga, puso los uys y Donnarumma en la parada del partido salvó un gol que ya cantábamos. A mi me pilló a medio levantar del sofá.

Perdonen la insistencia, pero a mi la ausencia de Marcos Llorente me parece un lujo, una ventaja para el rival. Y si se pretende que nuestros tres puntas ayudan a los centrocampistas, Llorente es el más indicado para esa labor.

Con España asentada, Italia defendía con dos líneas de cuatro (4-4-2). Y surgió una picardía, porque ellos hace décadas que perdieron la inocencia: balones largos buscando una contra por sorpresa o un error nuestro (de Unai Simón o de un central), pero sobre todo provocar que España saliese desde muy atrás y así adelantar ellos su línea de presión.

La diferencia básica entre ambas selecciones era la velocidad. Ellos juegan rápido. Nosotros sobamos y sobamos la pelota.

El arranque de la segunda mitad mostró a La Roja más veloz e incisiva. Terminábamos las jugadas. Unai Simón nos provocó dos sustos que acabaron en sendos saques de esquina.

Chiesa en el 53 dio el primer aviso, desde la derecha del ataque azzurro. Unai Simón se lució parando abajo un balón que buscaba el palo contrario. Y siete minutos después, a la hora de juego, nos clavó el 1-0. No voy a hacer sangre de los centrales, pero Laporte está en la génesis del gol. En esa contra falló y el rechace le llegó al excelente delantero. Chiesa, esta vez, desde la izquierda controla y marca.

Luis Enrique tenía jugadores calentando. Morata entró en el 61 por Ferran Torres (no muy acertado anoche y flojo en la segunda parte). Mancini, al mismo tiempo, retiraba a Immobile. Entraba Berardi. Tres minutos después Oyarzabal fallaba a puerta vacía. No llegó a tiempo. ¡La que se hubiese liado de haber sido Morata!

En el 69 entraban Gerard Moreno y Rodri por Oyarzabal y Koke (su partido más flojo del torneo y miras que lo estaba haciendo bien hasta hoy). Luis Enrique buscaba ideas y confiaba en un doble pivote. No se le puede reprochar que lo intentase (sin nueve o con doble pivote). Cuatro minutos más tarde se iban Verratti y Emerson y entraban Pessina y Tolói.

En el 77 show de Unai Simone: despeja y rebota en Laporte.

La reivindicación de Morata llegó en el 80. Una buena combinación con Olmo y se planta frente al portero. Con una sangre fría impresionante ajusta al palo corto mientras Donnarumma se vencía al lado opuesto. 1-1.

Morata lleva tres goles en cinco partidos. Y ha fallado menos que Gerard Moreno, Olmo, Oyarzabal o Koke. De estos solo ha marcado Oyarzabal, un gol. Ninguno de nuestros jugadores ha anotado tres.

Entre el 84 y el 85 varios cambios en ambos combinados: Locatelli y Belotti sustituian a Barella y Insigne mientras Marcos Llorente entraba por Azpilicueta. ¡Qué obsesión de poner a Llorente de lateral derecho!

Con 1-1 alcanzamos el final del partido. Fueron 90 minutos intensos de buen fútbol y en varias fases de muy buen fútbol. La segunda parte mejor que la primera, por los goles y por La Roja, que mejoró sus prestaciones, de salida y luego obligada por el marcador en contra.

España afrontaba su tercera prórroga consecutiva. Un esfuerzo tremendo en un espacio tan corto de tiempo.

Ambas selecciones siguieron a lo suyo, fieles a los planteamientos de sus técnicos. Curiosamente, España parecía más fresca. A veces Italia nos recordaba a la vieja Italia. Pero era por méritos de España.

Tuvimos dos oportunidades: la primera en un barullo tras un remate de Morata rechazado y en el 101 de nuevo con Morata de protagonista, cuyo medio remate llegó a Llorente que no pudo consumar.

El resultado no se movió en los primeros 15 minutos de la prórroga. Y nosotros físicamente parecíamos más enteros.

Thiago reemplazó a Busquets para la segunda parte de la prórroga y Bernardeschi a Chiesa en el 106. Dos minutos después se rompía Eric García en una contra italiana. Entró Pau Torres. En el 109 anulaban un gol de Italia por fuera de juego. Era claro y no hubo protestas.

Nuestro problema a partir de ese momento es el que señaló Kiko en TV: habíamos perdido fluidez. Nos pesaban las piernas. Ahora eran ellos los que estaban más frescos.

En el 114 un providencial tacón de Pau Torres nos libró de un gol seguro. Despejó en última instancia cuando el pase llegaba al delantero rival, que se plantaba solo frente a Unai SImón.

No se movió el marcador. Y a los penaltis. España volvía a jugarse el pase desde el punto de penalti. Nos fue bien contra Suiza. Unai Simón paró dos.

Unai Simón paró el primero a Locatelli. Dani Olmo la mandó alta.

Belotti marcó. 1-0. Gerard Moreno también. 1-1.

Bonucci anotó engañando a nuestro portero. 2-1. Thiago, con mucha clase, hizo lo mismo. 2-2.

Bernardeschi la metió por la escuadra. 3-2.  Donnarumma se la paró a Morata. Si marcaban ellos estábamos fuera de la final. Como nosotros ante Suiza.

Jorginho no falló. Se lució!!!

Italia es el primer finalista de la Eurocopa 2020. En unas horas conoceremos su rival.

Para España llegar a semifinales ha sido un éxito. Aunque nos vayamos con el amargo sabor de caer en los penaltis, después de haber jugado nuestro mejor partido. Enfrente teníamos a los mejores del campeonato y hemos estado a un paso de la proeza.

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La semifinal Italia-España de hoy

Miguel Morenatti AS

Las semifinales de la Eurocopa 2020 ya están aquí y hoy nos toca el Italia-España. Por lo visto hasta ahora, Italia ha jugado el mejor fútbol, nosotros hemos mejorado (aunque los cuartos contra Suiza han vuelto a despertar dudas), y a Inglaterra no la han metido ningún gol. Precisamente Suiza, que tumbó a la gran favorita –Francia-, es un buen ejemplo para compararnos. Italia le ganó 3-0 a los suizos en la fase de grupos (los helvéticos pasaron a octavos como terceros). Nosotros con empate a uno, vimos como les expulsaron a uno y no supimos rematar lo que quedaba de partido. Tampoco en la prórroga. Eliminamos a Suiza en la tanda de penaltis.

He leído y escuchado sobre las dificultades de jugar contra equipos que se cierran. ¿Solo se cierran contra nosotros? Recuerden: Italia le metió un 3-0 a los suizos y nosotros no pasamos del 1-1, contra 10. Suecia, primera de nuestro grupo, nos sacó un empate. Ese es el partido que originó la tonto-tesis de las selecciones que se cierran. Ucrania eliminó a Suecia en octavos e Inglaterra les metió cuatro en cuartos. ¿Ucrania sabe jugar contra Suecia y España no? No salimos bien parados de ninguno de estos ejemplos prácticos.

Los asiduos recordarán que en mi opinión llegar a cuartos era cumplir con el objetivo y estar en semifinales un éxito. Dicho lo cual insisto en el mayor problema que veo en La Roja: los centrales. Y este asunto es imputable únicamente a Luis Enrique. Porque centrales hay y el seleccionador ha elegido los que le han parecido oportunos. En el caso del portero y el delantero centro, es lo que hay.

Convocar a Eric García es una frivolidad. Ha jugado seis partidos esta temporada en el Manchester City. 13 la temporada pasada. Es un suplente de suplentes. Su compañero de equipo, Laporte, ha jugado 16 partidos en la Premier 1920/21 y 15 la pasada temporada. Es suplente. Es impepinable la experiencia y trayectoria de centrales como Mario Hermoso (campeón de Liga con el Atlético de Madrid), Nacho y Albiol (pareja de Pau Torres en el campeón de la UEFA, el VIllarreal). Además, en el caso de los dos primeros -Hermoso y Nacho- su versatilidad juega a favor. Los elegidos por Luis Enrique han creado un problema adicional: la presencia de dos centrales zurdos en el once. Me refiero a Pau Torres y Laporte. Esto puede ser dramático ante los italianos. Por no hablar de lo verde que está Eric García, si acaso juega de inicio. Otro daño colateral es que hemos estrenado defensa (en los primeros partidos Marcos Llorente incomprensiblemente jugó de lateral derecho), con unos centrales que nunca han jugado juntos, salvo Eric García y Laporte en los pocos partidos que han coincidido en el City (entrenamientos aparte). Esto contrasta con la acreditada conjunción de Pau Torres y Albiol.

La delantera italiana mejora con Chiesa. Insigne e Immobile son dos bichos. En mi opinión su tripleta atacante es mejor que la nuestra. Su defensa también. Y en el centro estamos parejos, aunque me inclino por nuestros centrocampistas. Y es aquí donde se va a decidir el partido (además de acciones individuales puntuales, sean aciertos o errores). Porque va a estar en juego la posesión de la pelota. Ellos con el balón son más directos que nosotros. Ambos practicamos la presión alta (vuelvo a insistir en la gran labor de Morata en este sentido).

Otra clave, además de la obvia del centro del campo, va a ser la condición física. Nosotros venimos de dos prórrogas consecutivas. Nuestros futbolistas acumulan más minutos en sus piernas. Habrá que ver como están a la hora del partido. Puestos en lo peor, el banquillo de Mancini parece disponer de más recursos que el de Luis Enrique. Con jugadores contrastados en sus clubes. Lo cual tambièn es un plus a la hora de los cambios tácticos.

No soy optimista. Porque hay muchas cosas de esta Italia que me recuerdan al mejor ciclo de La Roja: Eurocopa 2008, Mundial 2010 y Eurocopa 2012. Espero equivocarme.

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La Roja a semifinales de penaltis

AFP AS

La previa del Suiza-España estuvo marcada por las bromas y memes sobre a qué selección apoyarían los patriotas de bien y de bienes. ¿Seguirían los impulsos del corazón o los de sus ahorros?

La Roja, de nuevo de blanco, salió dominando. Las intenciones suizas quedaron claras desde el principio: esperar atrás, con un 4-2-3-1, para salir al contrataque. La mala suerte se cebó con ellos. A la baja de su capitán -por acumulación de tarjetas- se unió un gol tempranero en contra y la lesión mediada la primera parte de Embolo, que forzó su primer cambio.

A los siete minutos España botó su primer saque de esquina. El balón llegó a Jordi Alba quien desde fuera del área disparó a puerta. La pelota dio en Zakaria, se desvió y se coló en la portería de Sommer. 0-1. Si el lateral no lo hubiese intentado no estaríamos celebrando ponernos delante en el marcador. Si no se intenta no se consigue.

España siguió a lo suyo: dominar y buscar la meta rival. Sorprendentemente Suiza también siguió a lo suyo. No parecía haberles afectado el gol. Mantenían su guión.

Mi preocupación era la presencia de dos centrales zurdos (Laporte y Pau Torres), porque Eric García (afortunadamente) tras dos apariciones en el once titular, en los que fue sustituido, volvió al banquillo. Este hecho sacrificaba a Busquets, muy pendiente de su labor defensiva, ayudando a ambos centrales. A todo esto, Dani Olmo empezaba a calentar, porque parecía que Sarabia tenía molestias.

El cambio de Vargas por Embolo mejoró las prestaciones del combinado suizo. Elaboraban más. Ya no estaban tan cerrados. Nosotros, sólidos y seguros. El mayor peligro rival llegaba de jugadas en fuera de juego que no se señalaban hasta su finalización.

A medida que transcurría la primera parte ellos se estiraban y presionaban arriba nuestra salida de balón. Nuestro dominio se diluía.

Alcanzamos el descanso con 0-1 a nuestro favor.

Sarabia se quedó en la caseta (entró Olmo). Es lo que tienen los suplentes. La teoría de la supuesta frescura de piernas, por la falta de minutos de juego, salta por los aires porque les falta ritmo de competición. Esa tensión física y mental que dan los partidos, uno tras otro. No están acostumbrados.

A los dos minutos de la reanudación Suiza botó su primer saque de esquina. No pasó nada. Dos minutos después Azpilicueta se jugó la amarilla. No la vio y cortó la contra suiza.

Dani Olmo en sus primeros cinco minutos creó dos peligros, aunque el primero venía precedido de un fuera de juego de Morata.

En el 54 Gerard Moreno sustituyó a Morata. Este cambió me extrañó. Al minuto Zakaria estuvo a punto de empatar tras un córner. El mediocentro suizo cabeceó fuera, pegado al palo. Suiza comenzaba a creérselo. Y nosotros pasábamos por un bache.

Ferran Torres en el 58 se fabricó una ocasión al saque de falta de Koke, Era muy complicado lo que intentó. La jugada terminó en saque de esquina.

Pedri que arrancó muy bien el partido, no aparecía en esta segunda mitad. Y lo notábamos. A pesar de la presencia activa de Dani Olmo.

Unas manos milagrosas de Unai Simón en el 63 evitaron el empate, tras una contra vertiginosa de los suizos. No salíamos del bache, a pesar de un par de acciones puntuales.

Al filo del 68 Shaqiri nos empató. Una falta de entendimiento en nuestro medio campo, entre Busquets, Pedri y Alba, provoca la pérdida del balón. Suiza se lanza arriba por nuestra banda izquierda y también aprovechan la descoordinación de nuestros centrales. Shaquiri remata prácticamente a placer el pase de Freuler. Koke y Azpilicueta, desde la banda contraria, llegan a la desesperada pero tarde.

Al gol suizo llegaron unos minutos de desconcierto español. Los suizos estaban crecidos. Y nosotros hundidos en nuestro bache. Empezamos a sacar la cabeza del hoyo en el 74: una buena internada de Azpilicueta que no encontró rematador y al minuto una ocasión de Olmo que acabó en córner. Y en el 76 roja a Freuler, por una entrada durísima sobre Gerard Moreno. Esta acción nos daba un respiro (y algo más en caso de prórroga).

El doble cambio de Suiza (min. 80) también fue chocante: quitó a dos delanteros, incluido Shaqiri (tocado),

La superioridad numérica de La Roja se traducía en la posesión. La pelota ya no era de ellos. Mas no creábamos peligro ni finalizábamos las jugadas. Salvo un remate de Moreno en el 84.

Daba la impresión que el primer objetivo suizo era la prórroga. Y asumo que el segundo sería jugarse el pase en los penaltis.

Suiza en 10 defendía con ocho y fiaba su ataque a aislados intentos individuales.

Se añadían cuatro minutos.

Mi deseado Marcos Llorente entraba en el primer minuto del descuento. Sustituía a Koke. ¡Menos mal! Lo digo por jugar de centrocampista y no de lateral derecho.

El encuentro terminó 1-1. Suiza y España afrontaban su segunda prórroga consecutiva. Ellos con uno menos.

A Ferran y Pedri nos los veía frescos. Luis Enrique dio entrada a Oyarzabal por Ferran. Buen cambio en mi opinión.

Los primeros minutos fueron un monólogo español. Busquets dominaba la situación. Estaba muy cómodo. Y Gerard Moreno pudo marcar en el 92, cuando remató desde la frontal del área chica. Suiza no salía de su campo. No podían. Nuestra defensa estaba en su campo, delante del círculo central.

Sommer metía una buena mano a un disparo de Alba desde fuera del área (min. 95). Rechazó un remate de Olmo, un minuto después, que pudo ser gol.

Ricardo Rodríguez, el lateral zurdo suizo reconvertido a central tras la expulsión, se multiplicaba. En la misma medida que las ofensivas de La Roja. Y cuando superábamos a Rodríguez nos encontrábamos a Sommer. Como le pasó a Gerard Moreno en el 100. El meta achicó su portería y salvó el gol. En el 102 le sacó un excelente disparo a Oyarzabal, desde el vértice del área, tras una pugna por el balón que se llevó Llorente. Sommer volvía ser el héroe de su selección.

El marcador no cambió en el primer cuarto de hora de la prórroga. ¿Sería la hora de Adama Traoré?

Pedri reapareció en el 108, peleando un balón en las inmediaciones del banderín de córner. Recuperamos la posesión gracias a esa acción y Marcos Llorente dispuso de una ocasión al lado del punto de penalti. Rodríguez desbarató el intento. Olmo lo intentó en el 111, gracias a una subida de Jordi Alba. El propio Olmo, en el corazón del área, la tuvo al minuto a pase de Llorente.

Thiago entró en el 112 por Pau Torres.

Varios barullos en el área suiza sobre el 114 acabaron en un saque de esquina que Busquets cabeceó suave y abajo. Ahí estaba Sommer.

Gerard Moreno pudo hacer algo más en el 117. Le pudo la ansiedad y el egoísmo del delantero.

Rodri entraba por Pedri en el 118 y medio. ¿Pensando en los penaltis?

Alargaron un minuto. La última jugada fue una falta que llegó a la banda derecha. Llorente puso el pase y Rodri cabeceó alto, muy alto.

Nos íbamos a los penaltis. Suiza había eliminado así a Francia (tras remontar un 3-1 en contra).

El primero en lanzar fue Busquets. Al poste. Al palo contrario al que se lanzó Sommer. Suiza marcó el suyo.

Dani Olmo anotó. Ellos no: lo paró Unai Simón.

Sommer se lo paró a Rodri. Unai Simón volvió a pararlo, por el mismo lado que el anterior. ¡Qué mejor reivindicación que ésta! 1-1 tras tres lanzamientos para cada selección.

Gerard Moreno fusiló el suyo. Vargas la mandó arriba. Si Oyarzabal marcaba ¡a semifinales!

Oyarzabal no falló!!!

Comentaba con La Mundana que Suiza había metido los cinco penaltis contra Francia y que hoy solo uno (de los cuatro lanzados).

Si consideraba llegar a cuartos un objetivo cumplido para España, este pase a semifinales es todo un éxito. Se mire como se mire. Y ya ni les cuento a partir de ahí…

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