La debilidad defensiva del Real Madrid es obvia: hemos encajado seis goles en los dos últimos partidos (tres del Barça y otros tres anoche de la Juve). En estas abultadas derrotas ha habido dos constantes en varios de los tantos encajados. Los primeros de Barça y Juve tienen su origen en la salida de balón al inicio de ambos partidos. Fueron fruto de presiones altas a las que no supimos responder. El Barça forzó el error de Kroos. Y anoche Modric perdió un balón en banda por un mal control. Antes de cumplirse el primer minuto de juego ya perdíamos 1-0. La falta de apoyo y solidaridad entre los compañeros canta mucho. La otra constante es no saber responder a las contras rivales. La mitad de los seis goles recibidos fueron así: los dos últimos del Barça y el tercero de la Juve.
El sistema defensivo se resquebraja desde el medio campo. Los rivales llegan sueltos al ataque. Nuestros medios no se apoyan, dejan espacios, las líneas no están agrupadas. Luego tenemos aspectos tácticos a estudiar. Kroos puede jugar en un doble pivote, mas nunca como único mediocentro. No es un pivote defensivo. La Juventus lo sabía y lo aprovechó. Por mucho que Camavinga se desdoble, intentando ocupar todos los espacios, no puede estar en todas partes todo el tiempo. El francés tampoco es un mediocentro defensivo. Por aquí se descosió nuestro centro del campo. Añadan la mala primera parte de Modric y la intrascendencia de Bellingham en el juego y empezamos a entender la facilidad con las que nos anotan con pocos remates (la Juve disparó 11 veces, seis entre los tres palos -tres goles-, por los 34 del Madrid, ocho a puerta y un solo gol).
Otro aspecto a tener cuenta es la fragilidad de nuestra banda derecha. Empezando por el lateral derecho y terminando por la ausencia de Fede Valverde. Carvajal no está para muchos trotes (y tenemos que recordar sus lesiones de cada temporada). Lucas Vázquez que fue un recurso en la posición ahora es un fijo. Este puesto es uno de los dos grandes déficits de la plantilla. Lo de Valverde, en la posición de Michel por entendernos, es un plus tanto para el centro del campo como para la delantera. Es un pulmón básico tanto en el juego de contención como en el de ataque, rompiendo líneas rivales además de su capacidad de remate y la precisión de sus pases. Da igual el sistema, sea un 4-3-3 o un 4-4-2. Es indispensable. No olvidemos que para la presión alta es nuestro jugador más eficaz, el primero en ponerla en práctica (recuerden que ya no está Benzema).
A la debilidad defensiva sumamos la sequía goleadora. Un solo gol en los dos últimos partidos, el de Vinicius ayer (tras un excelente pase de Kroos desde nuestro campo). El brasileño, junto a Camavinga, fue el mejor frente a los de Turín. Los volvió locos. Con 2-0 abajo parecía el único capaz de voltear el marcador. Lo mismo con el 2-1 cuando el Madrid acosó al rival, encerrándolo en su campo y área. Fueron los minutos finales de la primera mitad y la remontada parecía posible. Pero cuando Vini fue sustituido en el 76 las posibilidades se esfumaron.
Aquí nos encontramos con otro problema: no tenemos gol. El único delantero que da la talla es Vinicius. Rodrygo no está. En estos dos últimos partidos lo hemos visto jugar los peores minutos desde que llegó al Madrid. Joselu marcó un golazo de chilena tras fallar tres. Contra el Barça falló un cabezazo libre de marca (el remate de cabeza es su fuerte) y anoche desperdició dos claras ocasiones (la primera clarisima). Si falla es sinónimo de que está ahí. Pero no lo hemos traído para estar. Esto se supone, como el valor en la mili. Ha venido para anotar.
Asumo que los errores del sistema defensivo se arreglaran. Pero lo urgente es un lateral derecho y un delantero centro titular.