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El Madrid remonta dos goles del Villarreal en 45 minutos

Helios de la Rubia realmadridcom

Ancelotti dio descanso a Modric, que se sumaba a las bajas por lesión de Carvajal, Alaba y Tchouaméni, en un partido que no pudo empezar peor para el Real Madrid. A los tres minutos el Villarreal anotaba el 1-0. Un golazo de Capoue, que llegando solo desde atrás recogió un pase de espaldas de Gerard Moreno (que sorprendió a Rüdiger). El trallazo, casi sin ángulo, entró como una exhalación superando a Courtois. Camavinga se activó y empezó a mover el equipo, sobre todo por las bandas. Rodrygo se fue muy bien en su primer intento. Vinicius no podía con Foyth. Y fue Mendy quien en el 9 se fue por la izquierda y se la puso a Fede Valverde en las inmediaciones del punto de penalti. El uruguayo que llegaba libre de marca falló incomprensiblemente.

Mediada la primera mitad el Madrid aflojó coincidiendo con el momentáneo respiro que se dio Camavinga.

En el 25 Rodrygo robó el primer balón para el Madrid y se fue al área tras combinar con Benzema. El omnipresente Foyth interrumpió su internada. Esta acción del extremo brasileño recordó al equipo que se podía presionar la salida de balón del rival. Aunque se hizo tímidamente, sin convicción.

Pasada la media hora Nacho salvó en el área una contra peligrosa tras ser superado por un recorte. Taponó el disparo de Baena.

En el 34 la tuvo Mendy. Un minuto después falló Rodrygo otra ocasión clara, tras una buena combinación entre Mendy y Vinicius. Salvó Pau Torres. Camavinga frenó la contra con falta sobre Capoue. Vio la amarilla.

Vinicius robaba el balón a Foyth. Combinó con Benzema quien la perdió y se montaba la contra. Salvo Militao bajo palos. Corría el minuto 39.

El 2-0 llegó en el 41. De nuevo un centro de Gerard Moreno. Filtra un pase a Samu Chukwueze que solo ante Courtois fusila. El VAR se tomó su tiempo para revisar el inicio de la jugada.

Se añadieron tres minutos. Y el Madrid pedía la hora, totalmente superado. Estaba en la lona y necesitaba el descanso para intentar recuperar fuerzas y estado de ánimo. Se habían desperdiciado demasiadas oportunidades (tres al menos). No es lo mismo un 1-1 o un 2-1 al descanso que el 2-0 abajo con el que nos retiramos al vestuario.

Asumía que Ceballos haría acto de presencia para la segunda mitad. Necesitábamos reforzar la media, superada por las ganas y energía de los locales. Candidatos a ser cambiados: Camavinga por la amarilla o Vini porque había hecho más faltas de las que le hicieron. No sucedió. En cambio Albiol se quedó en el vestuario (¿tocado?). Jorge Cuenca fue su sustituto.

Benzema que en los primeros 20 minutos estuvo bien, cada vez estaba peor. Si terminó la primera mitad encadenando dos pérdidas, arrancó la segunda con otras tantas. Y siguió así un buen rato más.

Foyth acusó un golpe en una disputa con Mendy en el 51 y se fue. Entró Mandi.

En el 55 se iban Kroos y Rodrygo. Entraban Ceballos y Marco Asensio. Y al minuto y medio Vinicius hacía el 1-2 tras una buena combinación entre Benzema y Ceballos quien primero robó y después se la puso a Vini. Definió perfectamente, entre dos defensas, en el mano a mano ante el meta. Era su primer gol ante el Villarreal.

El Madrid ya se lo creía. Y Vinicius era otro sin Foyth. Incluso estuvo a punto de robarle un balón al portero.

En el 64 Rüdiger gana en velocidad a Yeremi Pino desbaratando una situación peligrosa. El alemán fue de menos a más. Morales en el 67 sustituía a Pino, renqueante tras la carrera con Rüdiger.

Un Cuenca providencial despejó un excelente centro de Mendy. Vinicius estaba con la caña preparada. Se botó el saque de esquina, el balón fue de banda a banda. A Benzema le llovió el balón del cielo. Cabeceó y el meta se lució desviando. Pero ahí estaban Rüdiger y Militao atentos para empujar la pelota a la red. Fue el central brasileño quien anotó el empate a dos (min. 69).

El Villarreal tiró de casta y organizó dos buenas jugadas de ataque. El Madrid respondía buscando el gol de la victoria. El partido estaba abierto, de portería a portería.

Un jugadón de Vinicius en el 75 es desperdiciado por Camavinga. No sé si buscó puerta o quiso pasar a Benzema.

Un codazo a Vini fue amarilla para el banquillo local (creo que a Pepe Reina). Hay cosas difíciles de entender y esta es una de ellas. El infractor se fue de rositas.

HdlR relamdridcom

La entrada de Ceballos resultó decisiva. Además de su participación en el segundo gol marcó el tercero. El 2-3 se logró en el 85. Vinicius lanzó a Marco Asensio. El balear puso fe y corrió para evitar que el balón se fuese por la línea de fondo. Lo paró, oteó el panorama y vio a Ceballos entrando desde la media luna del área. Y ahí mandó la pelota. Ceballos empalmó a la red según le vino la bola.

Se añadieron cinco minutos.

El Villarreal quería pero no podía. El Madrid no lo dejaba. Incluso ligaba buenas jugadas en ataque. En el último minuto una falta sobre Vini, que lanzó Benzema contra la barrera, puso el broche a otro buen partido entre el Villarreal y el Madrid. Esta vez nos tocó ganar a nosotros (2-3), remontando dos goles en los segundos 45 minutos.

El sorteo para los cuartos de final de hoy promete cruces apasionantes teniendo en cuenta los ocho clasificados.

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El Real Madrid cae ante el Villarreal

07/01/23
LIGA SANTANDER
VILLARREAL CF - REAL MADRID

Para el primer partido del año de la Liga 2022/2023 Ancelotti presentó un once rocoso con Militao en el lateral derecho y Rüdiger acompañando a Alaba en el centro de la defensa. Añadan a Tchouaméni en la medular y a Fede Valverde en banda derecha, flotando entre la media y la delantera. Los medios insistían en la dificultad de ganar al Villarreal en su campo. Es el campo menos propicio para el Real Madrid. Las últimas cinco visitas acabaron en empate. No se gana ahí desde 2017. Por otra parte Quique Setien nunca ganó al Madrid entrenando al equipo de casa. Hoy rompió esa racha.

Sacó el Madrid de centro. El primer error de Rüdiger en el pase propició el primer peligro del Villarreal. No se había cumplido el primer minuto de juego. Esto dejado tocado al alemán que falló en las dos siguientes jugadas en las que tocó el balón. Luego, a medida que fue avanzando el partido, mejoró bastante su rendimiento (incluso reclamó un penalti en un córner cuando íbamos 2-1 abajo; el VAR no quiso entrar en la acción que además pudo ser roja y la tele no mostró repeticiones).

El Madrid tenía problemas para salir con el balón desde la defensa. A medio minuto de cumplirse el 5 de juego un pase desde la izquierda de Alberto Moreno lo taconeó Coquelin en el área chica. Se fue al palo.

El Madrid no cruzó la divisoria, desde el saque inicial, hasta el minuto 7. A partir de aquí los blancos se asentaron en el campo. Y llegó la primera oportunidad, desbaratada por Albiol. Modric filtró un pase a Vinicius, cambiado de banda, y su pase de la muerte a Benzema superó al portero. Albiol estuvo providencial.

Al cuarto de hora Pau Torres vio la amarilla por bracear en la cara a Militao, en su segunda subida por nuestra banda derecha.

Ahora era la presión alta del Madrid la que creaba dificultades en la salida de balón. El Madrid jugaba rápido, al primer toque, mas el último pase era defectuoso. O lo desbarataba la defensa local. Como una apertura de Benzema a Militao: encarando a Reina le robaron el balón por detrás (min. 20). Benzema parecía decirle al brasileño que debería haberse apresurado a devolverle el pase. O rematar. Dos minutos y medio después la tuvo Yeremy Pino, solo ante Courtois, gracias a un excelente centro de Gerard Moreno. Courtois salvó el gol con su pierna tras haber sido amagado por el delantero. Y se confirmaba que estábamos viendo un partidazo.

El duelo Foyth-Vinicius era otro aliciente del encuentro.

Sobre la media hora vivimos una fase de dominio local, a base de remates desde la frontal, centros al área y saques de esquina. Incluso Foyth se atrevió a subir (emulando a Alberto Moreno en el otro costado). Vini aprovechó una de estas incursiones del lateral para lanzar una contra con Benzema, frenada en falta por Albiol.

En el 38 Valverde hizo un Rüdiger: su ladrillo atrás se fue a córner, pegado al banderín. Un minuto y medio después la tuvo Vini, en una dejada de Benzema tras pase de Valverde, desde el vértice del área chica. Reina salvó la ocasión. Vini por la derecha, alejado de Foyth, llevaba peligro pero tenía la pólvora mojada.

El 0-0 al descanso nos daba un respiro a los espectadores. Habían sido 45 minutos vertiginosos. Jugados a un ritmo altísimo.

No hubo cambios para la segunda mitad.

Un despiste en un pase de Mendy al círculo central al que no llega Benzema provoca el 1-0 en el 46. Roban los locales, el balón le llega a Gerard Moreno que abre para Pino. El extremo, libre de marca, supera a Courtois. Mendy la llega a tocar.

Ancelotti mandó a calentar a Lucas Vázquez, Camavinga y Rodrygo.

La reacción del Madrid no se hizo esperar y encadenó tres buenas jugadas. En la más clara Benzema no llegó. Ya eran dos jugadas en las que el francés no llegaba en estos primeros cinco minutos de la segunda parte.

Daba la impresión que Vinicius se echaba el equipo a la espalda. Varios rivales (Parejo, Baena, Coquelin) lo paraban en falta. En el 55 se la regala a Benzema, sin portero bajo los palos. Su remate al centro va al único lugar donde hay dos defensores. Vini reclamó una mano. Luego en la revisión del VAR nos dimos cuenta que la mano era la de Foyth en su forcejeo con Vinicius, y no de uno de los defensas que salvaron el remate de Benzema. Se señaló penalti. Y Benzema empató en el 59, engañando a Reina.

Al minuto Foyth filtra un pase y Alaba en el suelo la toca con la mano. Penalti. Discutible en mi opinión porque el defensa está retirando el brazo. El caso es que Gerard Moreno transforma la pena máxima y pone el 2-1 em el marcador.

Los cambios blancos no se hicieron esperar: Lucas Vázquez y Rodrygo entraron por Mendy y Tchouaméni. Lucas pasó al lateral derecho, Militao de central y Alaba de lateral izquierdo. Valverde se incrustó en la media y Rodrygo en la delantera.

Camavinga remplazaba a Modric al filo del minuto 70. Poco después el Villarreal efectuaba su primer cambio: Pedraza por Alberto Moreno.

Tenía la sensación que al Madrid le estaba faltando carácter. No hubo la reacción esperada tras el segundo gol en contra (sí la hubo después del primero).

En el 75 amarilla a Albiol por entrada sobre Vinicius.

Un centro cruzado al área de Valverde en el 77 bota alto y Rodrygo no puede empatar.

Vini ya se iba de Foyth. Y Setién daba entrada a Morales por Pino.

Pedraza pùdo sentenciar en el 80 pero no soltó el balón y se enredó. Al minuto Marco Asensio entró por un gris Valverde.Ancelotti echaba el resto.

Mi sensación anterior se acrecentaba porque veía que era el Villarreal quien iba a por el partido. Era como si fuesen ellos los que tenían que remontar. El Madrid había perdido intensidad. Ellos no, al contrario. Salvo a Vinicius de este comentario.

Un doble cambio local refrescaba a pocos minutos del final.

Se añadieron siete minutos de juego.

A Pedraza se le veía mal. Tocado. Tampoco supimos aprovechar esta circunstancia. Daba la impresión que Baena (21 años) y Parejo eran los dueños del partido. Que lo fueron.

Los problemas de Pedraza alargaron un minuto más el encuentro. Courtois subió a rematar el último saque de esquina y en la contra casi nos marcan el tercero.

Ganó el Villarreal porque se lo curró. Estuvieron intensos y atentos en todo momento. Fueron a por el partido. No especularon.

Estadisitcas Marca

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No entiendo a Luis Enrique

AS

No entiendo a Luis Enrique y no tiene nada que ver con los resultados. No entendí el once que presentó ante Suiza. Parto de la base que muchos de aquellos titulares no serían de la partida frente a Portugal, y no veía la lógica de priorizar el partido en Portugal en vez del de Suiza en casa. Me explico; España para llegar a las semifinales de esta Liga de Naciones precisaba lograr tres o cuatro puntos, dependiendo de lo que hiciesen los lusos en la República Checa. Ganando a Suiza en casa ya teníamos tres. Como Portugal ganó a los checos con un empate frente a ellos nos bastaría. El empate entre España y Portugal es el resultado de nuestros cinco últimos enfrentamientos. En el partido de ida de este grupo empatamos a cero en casa. Y no ganamos a Portugal ahí desde hace 19 años. No entiendo jugárselo todo a un solo partido y fuera de casa. Es una apuesta muy arriesgada.

Si en la alineación incluyes suplentes en sus clubes queda claro que estas reservando fuerzas para el siguiente encuentro. Esto es lo que hizo Luis Enrique frente a Suiza. Los tres puntas son suplentes. De hecho Marco Asensio jugó más minutos con la selección en ese partido que con el Real Madrid en lo que va de temporada. Añadan dos suplentes más en defensa. Solamente los tres medios son fijos en su equipo, el Barça: Busquets, Pedri y Gavi. Lo cual añadió mayor preocupación: ¿no iba a contar con ellos ante Portugal? No lo entendía.

Tampoco entendí los elegidos para ganar en Portugal. Guillamón, quien comenzó de central ahora juega en el Valencia de pivote defensivo. Luis Enrique lo colocó de central junto a Pau Torres mientras dejaba fuera de la convocatoria a Eric García (tampoco entiendo que lo convoque y mucho menos que lo alinee). Lo de seguir contando con Sarabia y Ferran Torres de delanteros, junto a Morata, me asombra. Y no tengo palabras para lo de Koke y Soler de titulares. El rojiblanco no atraviesa su mejor momento y Soler solo ha jugado un partido en el PSG esta temporada. La cosa estaba tan fea que Luis Enrique recurrió a los tres medios del Barça en el descanso (Busquets, retrasando a Rodri por la sustitución de Guillamón con amarilla)) y en el 59 (Pedri y Gavi).

Si quieres ganar es difícil entender que en la primera parte no chutásemos ni una sola vez. Unai Simón hizo un paradón a Diogo Jota en el 32.

Los cambios de la segunda mitad dieron otro aire a la selección y se vio más a Morata. Todas las sustituciones eran rectificaciones de los errores de alineación ya comentados. Mas las oportunidades eran lusas. Unai Simón salvó un mano a mano frente a Cristiano Ronaldo al minuto de reanudarse el juego. Carvajal salvó otra situación en un balón suelto en el área con dos portugueses al acecho para rematar a la red.

Entrabamos en los 10 minutos finales con Nico Williams (entró en el 72 por el inoperante Ferran Torres) aportando chispa y profundidad al juego. Pedri y Gavi se multiplicaban. Rodri saliendo de la cueva era síntoma de poderío. Era otro equipo. En realidad, este era el equipo.

En el 87 un balón cruzado de Carvajal al área lo cabeceó Nico Williams, desde el lateral izquierdo del área chica, para Morata. El delantero centro remachó a la red. 0-1.

Unai Simón hizo su tercera gran parada de la noche en el 89 a Cristiano. Y se consumó el pase de La roja a las semifinales. Aunque yo siga sin entender a Luis Enrique.

En esta fase final a cuatro de la Liga de Naciones nos acompañan Países Bajos, Italia y Croacia.

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Las incongruencias de Luis Enrique tienen premio: España a Catar 2022 (el Mundial que deberíamos boicotear)

Marca

Raúl de Tomás es el mejor ejemplo de las incongruencias de Luis Enrique. Ha pasado de ser ignorado y no ir convocado a ser llamado gracias a un rosario de lesiones y ha terminado siendo titular en los dos encuentros decisivos para la clasificación a Catar 2022. ¡De traca! Me alegro por el delantero. Y respecto al seleccionador ya sabemos que tiene sus manías. Debemos respetarlas y dejarle hacer. Aunque algunas clamen al cielo, como ésta de RdT o la de los dos centrales zurdos o poner de titulares en La Roja a reservas en sus equipos o Marcos Llorente de lateral derecho. El balance se debe hacer al final de las competiciones. De momento va cumpliendo etapas y objetivos. Algunos con nota, como ser semifinalista de la Eurocopa o finalista de la Liga de Naciones. Ahora acaba de lograr la clasificación para el Mundial de Catar 2022 (ese mismo que deberíamos boicotear). 

El partido ante Suecia tenía miga. Mucha. Eso de que con el empate vale siempre es un arma de doble filo. Luis Enrique, consciente del tema, pidió tras la victoria en Grecia el apoyo del público sevillano. Y estos respondieron llenando La Cartuja y animando sin cesar. El culé Gavi, natural de Los Palacios (Sevilla), fue el más ovacionado. Es el nuevo ídolo local. Es de destacar el crecimiento de este joven jugador (17 años).

España salió a por el partido. Con ganas. Tocando. Pero sin crear peligro ni ocasiones. Fallaba la jugada final, el último pase. Apenas se remataba. Tanto es así que la primera oportunidad fue sueca. De Forsberg en el 15. El compañero de Dani Olmo en el Leipzig arrancó desde la izquierda y superó a varios de los nuestros. Chutó desde la frontal y se fue fuera por milímetros. De España tan solo un buen disparo de Sarabia que se fue alto por encima de la escuadra. A partir del minuto 30 Suecia volvió a acercarse a nuestra portería. A partir de un error de Unai Simón que intentó regatear a Kulusevski a un metro de la línea de gol. En el 36 Pau Torres despejó in extremis cuando Isak estaba a punto de empujar la pelota a la red. Y en 38 Forsberg de nuevo, esta vez desde la derecha, empalmó de volea y se fue rozando el poste con Unai Simón superado. Antes el sueco había protagonizado otra arrancada, esta vez desde el círculo central que terminó con un remate peligroso desde la frontal.

No hubo cambios en ninguno de los dos combinados. A Ibra le vimos calentar desde finales de la primera mitad.

La primera ocasión de la segunda mitad fue de Suecia. La tuvo Isak, que aprovechó un error de Azpilicueta en un pase horizontal en el que robaron el balón y se la pasaron a Isak.

En el 51 España botaba su tercer córner, tras otra buena internada de Jordi Alba. El remate de cabeza de Raúl de Tomás al palo largo pudo ser el 1-0. Se fue fuera por muy poco, con el meta superado.

Nos acercábamos a la hora de juego y la tónica era la misma; nuestra banda izquierda funcionaba (Alba y Sarabia) pero los centros no eran buenos o eran interceptados por la defensa sueca. Cuando volcamos el juego por la derecha (Azpilicueta y Olmo) sucedía lo mismo. 

Los cambios de Sarabia y Raúl de Tomás en el 59 me sorprendieron. Suponía que los sustituidos serían Carlos Soler y Olmo. Entraron Morata y Rodrigo Moreno. Lo de Rodrigo no lo entiendo. Teniendo a Brahim en el banquillo, que se está saliendo en Italia

La presencia de Morata aportó movilidad al frente del ataque (como en Grecia). Buenos movimientos que presagiaban logros mayores (que no logró en Atenas).

La mejor noticia para España nos la dio el seleccionador sueco, Andersson: en el 63 retiró a su mejor jugador (Forsberg) y a Kulusevski (que nos había dado algún susto).

Ibrahimovic entró por Isak (otro peligro) en el 72 y Mikel Merino sustituyó a Soler. 

Entrábamos en los 10 minutos finales con el partido roto. Ellos nos buscaban las costuras con velocidad y balones largos. Nosotros intentábamos pausar el ritmo. Algunas acciones de Morata (un remate alto, una contra) ponían picante. 

Y de repente un trallazo de Olmo desde fuera del área, desde la banda izquierda, se estrella en el larguero. Era nuestro primer remate que no iba a fuera. Morata, el más listo de la clase, se hace con el rechace. Controla y la empuja a la red por encima de Olsen, que se estaba levantando del suelo tras la estirada al disparo de Olmo. Era el minuto 87.

En el 89 se retiraban Dani Olmo y Gavi, entrando Brais Méndez (otra incongruencia) y Rodri.

Se añadieron cuatro minutos. Y en el primer minuto pudieron empatarnos. Dos córners consecutivos en ese minuto fue lo más señalado del ataque sueco. 

El 1-0 final nos clasifica directamente para ese Mundial de Catar 2022 que deberíamos boicotear. Se tiene más fuerza llamando al boicot estando clasificado. ¡Que se juegue pero en otra sede! Todo lo que rodea a este próximo campeonato apesta. Y ya le ha costado la cabeza a un presidente de la UEFA (el francés Platini) y al de la FIFA (Blatter). 

 

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Dos zarpazos de Benzema y Mbappé derrotan a España

AFP AS

En la final de la Liga de Naciones, España 1 Francia 2, se impusieron las individualidades: dos zarpazos de Benzema y Mbappé le bastaron a los franceses para darle la vuelta al marcador e imponerse.

Luis Enrique introdujo dos variantes respecto a la semifinal: Eric García por Pau Torres y Rodri por Koke. Mi opinión sobre el central del Barça es suficientemente conocida como para insistir en ella. La salida de Pau seguro que se debe a su error en el gol italiano de la semifinal. La presencia de Rodri era algo que pedía desde hace tiempo. ¿A costa de Koke? ¿Tenía problemas físicos el rojiblanco que desconocemos? Su partido ante Italia fue muy completo. Gavi volvió a ser de la partida, premio a su buen partido de debut. Pero esto era una final y me da la impresión que era demasiada presión para el chaval. Se notó en varias acciones; un par de pérdidas y una entrada a destiempo (en la que le perdonaron la amarilla). En cambio tuvo los arrestos de oxigenar el juego, en la segunda mitad, cruzando el balón de banda a banda.

La salida de Francia fue arrolladora. Aprovecharon los desajustes de nuestros centrales. Benzema pudo abrir el marcador a los cinco minutos. Superó a Unai Simón en su salida pero se escoró demasiado a la derecha y no pudo encontrar puerta. Tras los primeros 10 minutos España empezó a tomar el control del partido. A medida que el reloj corría el partido se espesaba. Y perdía brillo.

Quedaba claro que el juego de conjunto era el de La Roja, mas las individualidades francesas podían decidir la final. Como así sucedió.

Con 0´0 se llegó al descanso.

La segunda mitad tomó los mismos derroteros que la primera. Seguía sin entender la presencia de Sarabia en el once. Por otra parte Oyarzabal y Ferran Torres no eran los mismos de la semifinal. El vasco le ponía ganas y Ferran no lograba finalizar las jugadas.

Todo cambió a partir del gol de Oyarzabal en el 63. ¡Se lo merecía! El realista ganó en carrera a Upamecano, entró en el área chica por el vértice izquierdo y se la cruzó a Lloris. El partido se abrió a partir de ese momento. Francia apretó el acelerador. Y dos minutos después Benzema empataba. Se coló por el vértice izquierdo de nuestro área. Y cuando menos te lo esperabas soltó un pedazo de remate a la escuadra derecha. Unai Simón tocó la pelota y no fue suficiente. Un minuto después, en el 64 Theo Hernández estrellaba un balón en el palo.

Estábamos ante otro partido. Mucho más vistoso. Los dos goles, la salsa del fútbol, obligaba a ambas selecciones. El ida y vuelta fue constante. Fue lo mejor de la final. Desde nuestro gol hasta el pitido final (con seis minutos de prolongación).

La inexperiencia de Eric García nos jugó una mala pasada. Intentó cortar el balón, lo tocó e invalidó la posición de fuera de juego de Mbappé. De haberse quedado quieto se hubiese pitado el offside. El juez de línea tampoco estuvo fino al no levantar la bandera en el momento del pase a Mbappé. El delantero se plantó ante nuestro portero, le amagó con una bicicleta y marcó el 1-2 cruzando la pelota al palo contrario. Minuto 79.

El minuto 88 pudo ser decisivo. Una carrera prodigiosa de Pogba no la supieron aprovechar sus delanteros para sentenciar (1-3). La contra española no se hizo esperar y Oyarzabal tuvo el empate. Su disparo no le salió como esperaba, aunque Lloris tuvo dificultades para despejarlo. Es de esas ocasiones que recordará durante mucho tiempo. ¡Una pena! España merecía el empate y jugarse el título en la prórroga. No pudo ser.

Fuimos semifinalistas en la Eurocopa y finalistas en la Liga de Naciones. Ahora nos toca remar para enderezar el grupo de clasificación para el Mundial. Ese Mundial de Catar que deberíamos boicotear.

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Italia 1 España 2 (semis de Liga de Naciones)

Getty AS

España en una excelente primera parte certificó su pase a la final de la Liga de Naciones. La semifinal se decidió por los dos goles de Ferran Torres (min. 16 y 46), ambos a pases de Oyarzabal (que estuvo inmenso),  y por la expulsión de Bonucci (vio la segunda amarilla en el 41). Podríamos decir que los últimos cinco minutos de la primera mitad fueron los decisivos, por conseguir la superioridad numérica y el segundo tanto.

Las Luisenricadas del día fueron la inclusión de Gavi en el once titular y la insistencia con Busquets, quien no atraviesa desde hace tiempo su mejor momento (y su equipo tampoco). Rodri, titular del Manchester City, vio el partido desde el banquillo. Lo de Gavi suena a lo sucedido con Eric García en la pasada Eurocopa (ganada por Italia). Pero ojo que la proyección del centrocampista tiene mejor pinta que la del central.

Italia en 10 y con dos goles en contra lo tenía muy complicado. Prácticamente imposible. La España de la segunda mitad contemporizó. Entendió a lo que se debía jugar. Parecíamos italianos, por decirlo de alguna manera.

El resultado pudo ser más amplio. Marcos Alonso, en su regreso a la selección, tuvo dos ocasiones, una en cada parte. En la primera remató y se le escapó el balón a Donnarumma y cuando se colaba se encontró con el palo y el posterior despeje de Bonucci. En la segunda, no pudo resolver el mano a mano con el portero local.

El problema para La Roja fueron los últimos 12 minutos (incluidos los cinco adicionales). Un error de Pau Torres en el círculo central lo aprovechó Chiesa y se lanzó hacia la portería española. Cuando parecía que iba a consumar la jugada rematando a gol se la cedió a Pellegrini, quien le acompañaba por la derecha. 1-2.

Curiosamente despertamos de nuestro letargo con el gol italiano y volvimos a ser los de la primera mitad. Y además con uno más. Aunque acabamos pidiendo la hora. El inefable Luis Enrique había debilitado el equipo con sus cambios…

Mañana conoceremos a nuestro rival en la final. La otra semifinal la juegan Francia y Bélgica.

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El Villarreal baja de la nube al Madrid

AS

El Villarreal bajó de la nube al Real Madrid. Los madridistas, de pronto, nos habíamos crecido y ¡en septiembre! ya nos creíamos campeones de todo. Esta cura de humildad, 0-0 en casa, nos debe servir de lección. En este sentido Vinicius representa la metáfora del ascenso a los cielos y la caída de bruces. El extremo no dio una. En la primera mitad intentó una variedad de filigranas que no condujeron a nada, salvo para perder la pelota. Dos de ellas fueron especialmente peligrosas porque se produjeron en las inmediaciones de nuestro área, generando dos jugadas de peligro para nuestra portería. La primera arrancada en la que Vini se fue del defensor no llegó hasta la segunda mitad, en el 74. El problema es que su pase, defectuoso, fue a las manos de Rulli, quien atrapó el balón sin ninguna dificultad.

Una de las razones del pobre desempeño de Vini, que se pareció al de otras temporadas y no al de esta, fue el excelente partido del lateral derecho, el argentino Foyth. Y aquí encontramos otra clave del desempeño del VIllarreal. Anularon nuestro juego de bandas con Foyth y Alberto Moreno, aprovecharon nuestros puntos débiles (los dos laterales) y arriba Yeremy Pino y Dajuma eran una pesadilla. Dajuma se fabricó las dos mejores ocasiones de su equipo, desbaratadas por Courtois, impecable como siempre.

Ancelotti sorprendió con Fede Valverde de lateral por la derecha. Y con Nacho en la banda izquierda. Emery aprovechó la circunstancia. Claramente flaqueábamos por ahí. No por la calidad de los jugadores, más bien por no ser sus posiciones habituales. Nacho al menos tiene horas de vuelo en la demarcación y por ambos costados. Pero no es suficiente ante un equipo puntero.

Los equipos de Emery suelen estar muy trabajados. Este Villarreal se asienta sobre una gran pareja de centrales, Albiol y Pau Torres. Algo que sabe todo el mundo, menos nuestro seleccionador.

El Madrid arrancó con ganas y buen ritmo de juego. Pero mediada la primera parte ya se jugaba a lo que quería el Villarreal. Y éramos nosotros quienes buscábamos las contras. Esta fue la tónica también de la segunda parte. Salvo nuestros arreones de los 15 minutos finales. En esta fase se produjeron las dos mejores ocasiones blancas, las únicas junto a una de Rodrygo en la primera mitad. Dos cabezazos, el de Militao (muy desviado) y el de Benzema. El Madrid pudo marcar, pero también ellos porque sus contras eran peligrosas.

En un empate a cero hay detalles que pueden decidir un partido. Anoche se produjeron dos circunstancias. Una fue el penalti no señalado sobre Nacho en el 35. De haberse pitado y marcado teníamos otro partido. Y el segundo detalle fueron los continuos resbalones. Los jugadores de ambos equipos se caían conduciendo el balón, provocando su perdida. Especialmente problemático para los defensas. Me impresionó Alaba. Resbaló en la frontal y se rehizo como un rayo, rebañando la pelota al delantero que ya estaba presto para entrar en el área y encarar a Courtois.

Mejor este 0-0 ahora que más adelante. Y más si tenemos en cuenta la derrota del Atleti.

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Fútbol a semis: España 5 Costa de Marfil 2

El España 5 Costa de Marfil 2 fue el epílogo del mejor día de España en Tokio 2020, hasta el momento. La jornada del sábado arrancó con nuestra primera medalla de oro. La de Alberto Fernández y Fátima Gálvez en trap mixto, modalidad que se estrenaba en estos JJOO. Sin ser especialista en tiro, se podría decir, por entendernos, que es un tiro al plato moderno. El éxito continuó con el bronce de Pablo Carreño, derrotando a Djokovic. Gran debut olímpico del tenista asturiano. El cuadro parecía enfocado a una final Djokovic-Medvedev, los numero 1 y 2 del ranking. Carreño los derrotó a ambos. Al ruso en cuartos y al serbio hoy, en tres sets. Ganó el primero (4-6), perdió el segundo en el tie-break y ganó el tercero 3-6 con su sexta bola de partido. Carreño, el superviviente de la Armada española, ha sido nuestro único tenista que ha dado la cara (la desgracia de Paula Badosa entra en el departamento de los infortunios y no en el del rendimiento). Contábamos al menos dos medallas. Este bronce sabe a gloria, sobre todo teniendo en cuenta al rival al que se ha derrotado para conseguir la presea.

AS

De la Fuente introdujo dos cambios, en la defensa. Uno, forzado por las tarjetas de Óscar Gil y el otro, sentando a Cucurella. Dio entrada a Miranda y forzó la reaparición de Mingueza. Craso error y más teniendo en cuenta el tremendo calor y el poderío físico del rival. Tanto es así que invocó a la mala suerte: a las ocho minutos Mingueza cayó lesionado y tuvo que ser sustituido. Salió Vallejo cuando los marfileños se disponían a botar un córner. Otro grave desacierto. Es de primero de entrenador no realizar cambios antes de un saque de esquina en contra, por los desajustes defensivos que puede provocar la sustitución (te esperas, aunque estes en 10). Como así fue: un despiste de los centrales, Pau Torres y Eric García, a lo que hay que añadir la pasividad de Unai Simón, supuso el 0-1. Puedo decir y digo que esto fue un autogol de De la Fuente.

El gol rival nos dejó grogui. Poco a poco fuimos recuperando y volvimos a tomar la iniciativa. Aunque no metíamos el pie, rehuíamos el choque. Era como si fuésemos niños jugando contra hombres.

La confirmación de la mejoría llegó, al filo de la media hora de juego, con el tanto del empate. Dani Olmo entró veloz por la izquierda del área chica y remató con destreza, usando sutilmente la puntera, sorprendiendo al portero. Era su primer gol del torneo (ha necesitado cuatro partidos de titular) y aprovechó con talento y maestría el excelente pase cruzado de Mikel Merino, desde el pico derecho del área grande. ¡Merino está siendo un baluarte, uno de los mejores de la selección!

Poco antes del descanso se anuló un gol a Oyarzabal. Una pena, porque la jugada había sido preciosa: un pase largo de Pau Torres a Miranda, quien corre la banda y se la pone a Oyarzabal en las inmediaciones del punto de penalti. Mas el punta vasco estaba en fuera de juego.

Al poco de arrancar la segunda mitad Merino estrelló un disparo en la madera. Una mala salida de balón de la defensa rival y nuestra presión alta provocó su perdida a pocos metros de la frontal del área. Era la mejor demostración que España mostraba otra cara. Volvíamos a nuestra mejor versión: presionando, no rehuyendo el choque (ahora eran ellos quienes se quejaban de nuestras entradas), corriendo y buscando profundidad en las jugadas. Faltaba, como no, el gol. Tan solo desentonaba Marco Asensio, sin garra ni chispa. No está siendo su torneo. Fue sustituido en el 67 por Bryan Gil.

Pasaban los minutos y seguía sin llegar el 2-1. España cayó en el manierismo del pase corto, abusando de intentar entrar por el centro. Nuestro pecado mortal. Incomprensible, teniendo a Bryan Gil en una de las bandas, desaprovechando la calidad de Oyarzabal y el regate de Olmo (amarilla en el 69).

En el 78 el central Bailly, autor del gol de Costa de Marfil, evitaba la ocasión más clara de esta segunda mitad. Su pie evitó que el balón llegase a Pedri y Oyarzabal, desmarcados en el área pequeña. Un minuto antes Eric García había cortado con falta una contra muy peligrosa, Vio la amarilla.

En el 89 la tuvo Oyarzabal. Y un minuto después nos la clavaron. A Vallejo se le va Gradel y Unai Simón se traga su disparo desde el vértice izquierdo del área pequeña. 1-2. Estábamos eliminados.

Se añaden cinco minutos y De la Fuente retira a Merino para dar entrada a Rafa Mir. Cambio milagroso, porque en su primer balón empataba. Aprovechó el fallo en el despeje de los dos centrales y remató a bocajarro el balón al que no llegó de cabeza. No estaba en fuera de juego porque la pelota le llegó rechazada del central que falló despejando. El desacierto inicial del seleccionador quedaba compensado con este golpe final. El 2-2 en el segundo minuto del descuento prácticamente aseguraba la prórroga.

Miguel Morenatti AS

Los 30 minutos adicionales eran una importante carga física para ambos equipos. 

Si en los 15 minutos finales De la Fuente se desgañitaba, desde la banda, pidiendo que jugasen con Bryan Gil, en el arranque de la prórroga los suyos seguían ignorando al extremo. 

Costa de Marfil estuvo más incisiva hasta que a los cinco minutos botamos un saque de esquina y reclamamos penalti por mano de Bailly. El VAR revisó la jugada y el árbitro acudió al monitor. La cara del defensa marfileño era un poema, anticipo de la pena máxima que estaba a punto de señalarse. Oyarzabal impecablemente ponía el 3-2 en el marcador, transformando el penalti. Minuto 8 de la prórroga.

Ahora sí era momento de abusar de los pases cortos, para asegurar la posesión y dejar que el reloj corriera. Tener la pelota es la mejor defensa. 

En el 102 un Pedri exhausto dejaba su sitio a Carlos Soler. Y al poco otro error de Unai Simón, en este caso en la salida de balón, casi nos cuesta un gol. Menos mal que el delantero estaba en fuera de juego (y su remate se fue fuera al lateral de la red).

Con Merino y Pedri fuera Zubimendi y Oyarzabal sujetaban el fuerte. Soler aportaba la frescura de sus piernas, mientras seguíamos ignorando a Bryan Gil.

El primer cuarto de hora de la prórroga terminaba con el 3-2 en el marcador. España efectuó un doble cambio en el intervalo: Cucurella y Moncayola por Miranda y Zubimendi. Buen partido de ambos, que se retiraron agotados. Lo habían dado todo.

Costa de Marfil apretaba buscando su tercer tanto. Nuestra banda izquierda, con Cucurella y Bryan GIl, comenzó a carburar en las contras. Rafa Mir seguía siendo un dolor de muelas para su defensa. Caía por ambas bandas y le mandaban balones largos.

En el 114 Bryan Gil intentó un control-pase a Rafa Mir, mas no le  salió. De haberlo logrado podría haber sentenciado el encuentro. Tn solo tuvimos que esperar tres minutos: Rafa Mir, en una posición parecida a la del segundo gol rival, anotaba desde la derecha el 4-2, tras una buena combinación entre Olmo y Oyarzabal, quien arrancó la jugada sobre la cal de la banda y la divisoria de ambos campos. Superó a un oponente y se fue para arriba. En el 120 Rafa Mir lograba el 5-2, de nuevo después de una jugada de Oyarzabal. Era su tercer gol del partido. El suplente Rafa Mir, héroe de estos cuartos, sumaba más goles que Olmo y Asensio juntos. 

El 5-2 definitivo nos clasificaba a semifinales. Como dicen en los medios, una doble bala para lograr una medalla. Si ganamos, la plata está asegurada. Si perdemos, nos quedaría el partido por la de bronce. A la hora de escribir estas líneas no conocemos quién será nuestro rival. ¿Japón o Nueva Zelanda?

¡Estar en semifinales es un éxito! Y sobre todo por como se ha dado este partido de cuartos. Con las desgracias iniciales de la lesión y el gol en contra y su tanto en el 90 que a priori nos eliminaba. 

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Tanti auguri (para jugar bien al fútbol hay que venir al sur): Italia finalista

Arrizabalaga AFP AS

Perdida la inocencia,
en el sur se pasa mejor

Parafraseando a la gran Raffaella Carrá, o en realidad a Manolo Díaz autor de la letra en español de «Hay que venir al sur» (adaptación del original italiano «Tanti auguri» que no decía lo que Manolo escribió, pero al referirse al sur de Trieste le sirvió de inspiración y buscó la rima exacta para el pegajoso estribillo de este inmortal éxito): para jugar bien al fútbol hay que venir al sur. Y lo digo tanto por Italia, finalista, como por España, que jugó su mejor partido del torneo.

Luis Enrique, que perdió la inocencia (futbolística) hace tiempo, sorprendió con un once sin delantero centro. La idea, atrevida, en principio parecía buena. Quedaba a expensas del desempeño de nuestros jugadores. Los tres elegidos en ataque fueron Ferran Torres, Dani Olmo y Oyarzabal. Los extremos jugaron a banda cambiada (algo que perjudicó al vasco en la primera ocasión que tuvo, al tener que revolverse para acomodar el disparo y se le echaron encima; en la segunda, en cambio, le vino bien al poder disparar con la zurda según le venía).

Los de Mancini salieron a por todas. Se mascaba la tragedia. Eran un enjambre que se nos echaba encima. No pasamos del círculo central. Estábamos acorralados. A los tres minutos Chiesa ya había estrellado un remate en el poste. La mencionada primera oportunidad de Oyarzabal (min. 12) supuso un respiro. A partir de ahí tranquilizamos nuestro juego y empezamos a controlar un poco el juego. Con nuestra parsimonia habitual. Nuestros tres puntas sí buscaban jugar rápido. Olmo, solo cinco goles en la pasada Bundesliga, puso los uys y Donnarumma en la parada del partido salvó un gol que ya cantábamos. A mi me pilló a medio levantar del sofá.

Perdonen la insistencia, pero a mi la ausencia de Marcos Llorente me parece un lujo, una ventaja para el rival. Y si se pretende que nuestros tres puntas ayudan a los centrocampistas, Llorente es el más indicado para esa labor.

Con España asentada, Italia defendía con dos líneas de cuatro (4-4-2). Y surgió una picardía, porque ellos hace décadas que perdieron la inocencia: balones largos buscando una contra por sorpresa o un error nuestro (de Unai Simón o de un central), pero sobre todo provocar que España saliese desde muy atrás y así adelantar ellos su línea de presión.

La diferencia básica entre ambas selecciones era la velocidad. Ellos juegan rápido. Nosotros sobamos y sobamos la pelota.

El arranque de la segunda mitad mostró a La Roja más veloz e incisiva. Terminábamos las jugadas. Unai Simón nos provocó dos sustos que acabaron en sendos saques de esquina.

Chiesa en el 53 dio el primer aviso, desde la derecha del ataque azzurro. Unai Simón se lució parando abajo un balón que buscaba el palo contrario. Y siete minutos después, a la hora de juego, nos clavó el 1-0. No voy a hacer sangre de los centrales, pero Laporte está en la génesis del gol. En esa contra falló y el rechace le llegó al excelente delantero. Chiesa, esta vez, desde la izquierda controla y marca.

Luis Enrique tenía jugadores calentando. Morata entró en el 61 por Ferran Torres (no muy acertado anoche y flojo en la segunda parte). Mancini, al mismo tiempo, retiraba a Immobile. Entraba Berardi. Tres minutos después Oyarzabal fallaba a puerta vacía. No llegó a tiempo. ¡La que se hubiese liado de haber sido Morata!

En el 69 entraban Gerard Moreno y Rodri por Oyarzabal y Koke (su partido más flojo del torneo y miras que lo estaba haciendo bien hasta hoy). Luis Enrique buscaba ideas y confiaba en un doble pivote. No se le puede reprochar que lo intentase (sin nueve o con doble pivote). Cuatro minutos más tarde se iban Verratti y Emerson y entraban Pessina y Tolói.

En el 77 show de Unai Simone: despeja y rebota en Laporte.

La reivindicación de Morata llegó en el 80. Una buena combinación con Olmo y se planta frente al portero. Con una sangre fría impresionante ajusta al palo corto mientras Donnarumma se vencía al lado opuesto. 1-1.

Morata lleva tres goles en cinco partidos. Y ha fallado menos que Gerard Moreno, Olmo, Oyarzabal o Koke. De estos solo ha marcado Oyarzabal, un gol. Ninguno de nuestros jugadores ha anotado tres.

Entre el 84 y el 85 varios cambios en ambos combinados: Locatelli y Belotti sustituian a Barella y Insigne mientras Marcos Llorente entraba por Azpilicueta. ¡Qué obsesión de poner a Llorente de lateral derecho!

Con 1-1 alcanzamos el final del partido. Fueron 90 minutos intensos de buen fútbol y en varias fases de muy buen fútbol. La segunda parte mejor que la primera, por los goles y por La Roja, que mejoró sus prestaciones, de salida y luego obligada por el marcador en contra.

España afrontaba su tercera prórroga consecutiva. Un esfuerzo tremendo en un espacio tan corto de tiempo.

Ambas selecciones siguieron a lo suyo, fieles a los planteamientos de sus técnicos. Curiosamente, España parecía más fresca. A veces Italia nos recordaba a la vieja Italia. Pero era por méritos de España.

Tuvimos dos oportunidades: la primera en un barullo tras un remate de Morata rechazado y en el 101 de nuevo con Morata de protagonista, cuyo medio remate llegó a Llorente que no pudo consumar.

El resultado no se movió en los primeros 15 minutos de la prórroga. Y nosotros físicamente parecíamos más enteros.

Thiago reemplazó a Busquets para la segunda parte de la prórroga y Bernardeschi a Chiesa en el 106. Dos minutos después se rompía Eric García en una contra italiana. Entró Pau Torres. En el 109 anulaban un gol de Italia por fuera de juego. Era claro y no hubo protestas.

Nuestro problema a partir de ese momento es el que señaló Kiko en TV: habíamos perdido fluidez. Nos pesaban las piernas. Ahora eran ellos los que estaban más frescos.

En el 114 un providencial tacón de Pau Torres nos libró de un gol seguro. Despejó en última instancia cuando el pase llegaba al delantero rival, que se plantaba solo frente a Unai SImón.

No se movió el marcador. Y a los penaltis. España volvía a jugarse el pase desde el punto de penalti. Nos fue bien contra Suiza. Unai Simón paró dos.

Unai Simón paró el primero a Locatelli. Dani Olmo la mandó alta.

Belotti marcó. 1-0. Gerard Moreno también. 1-1.

Bonucci anotó engañando a nuestro portero. 2-1. Thiago, con mucha clase, hizo lo mismo. 2-2.

Bernardeschi la metió por la escuadra. 3-2.  Donnarumma se la paró a Morata. Si marcaban ellos estábamos fuera de la final. Como nosotros ante Suiza.

Jorginho no falló. Se lució!!!

Italia es el primer finalista de la Eurocopa 2020. En unas horas conoceremos su rival.

Para España llegar a semifinales ha sido un éxito. Aunque nos vayamos con el amargo sabor de caer en los penaltis, después de haber jugado nuestro mejor partido. Enfrente teníamos a los mejores del campeonato y hemos estado a un paso de la proeza.

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La semifinal Italia-España de hoy

Miguel Morenatti AS

Las semifinales de la Eurocopa 2020 ya están aquí y hoy nos toca el Italia-España. Por lo visto hasta ahora, Italia ha jugado el mejor fútbol, nosotros hemos mejorado (aunque los cuartos contra Suiza han vuelto a despertar dudas), y a Inglaterra no la han metido ningún gol. Precisamente Suiza, que tumbó a la gran favorita –Francia-, es un buen ejemplo para compararnos. Italia le ganó 3-0 a los suizos en la fase de grupos (los helvéticos pasaron a octavos como terceros). Nosotros con empate a uno, vimos como les expulsaron a uno y no supimos rematar lo que quedaba de partido. Tampoco en la prórroga. Eliminamos a Suiza en la tanda de penaltis.

He leído y escuchado sobre las dificultades de jugar contra equipos que se cierran. ¿Solo se cierran contra nosotros? Recuerden: Italia le metió un 3-0 a los suizos y nosotros no pasamos del 1-1, contra 10. Suecia, primera de nuestro grupo, nos sacó un empate. Ese es el partido que originó la tonto-tesis de las selecciones que se cierran. Ucrania eliminó a Suecia en octavos e Inglaterra les metió cuatro en cuartos. ¿Ucrania sabe jugar contra Suecia y España no? No salimos bien parados de ninguno de estos ejemplos prácticos.

Los asiduos recordarán que en mi opinión llegar a cuartos era cumplir con el objetivo y estar en semifinales un éxito. Dicho lo cual insisto en el mayor problema que veo en La Roja: los centrales. Y este asunto es imputable únicamente a Luis Enrique. Porque centrales hay y el seleccionador ha elegido los que le han parecido oportunos. En el caso del portero y el delantero centro, es lo que hay.

Convocar a Eric García es una frivolidad. Ha jugado seis partidos esta temporada en el Manchester City. 13 la temporada pasada. Es un suplente de suplentes. Su compañero de equipo, Laporte, ha jugado 16 partidos en la Premier 1920/21 y 15 la pasada temporada. Es suplente. Es impepinable la experiencia y trayectoria de centrales como Mario Hermoso (campeón de Liga con el Atlético de Madrid), Nacho y Albiol (pareja de Pau Torres en el campeón de la UEFA, el VIllarreal). Además, en el caso de los dos primeros -Hermoso y Nacho- su versatilidad juega a favor. Los elegidos por Luis Enrique han creado un problema adicional: la presencia de dos centrales zurdos en el once. Me refiero a Pau Torres y Laporte. Esto puede ser dramático ante los italianos. Por no hablar de lo verde que está Eric García, si acaso juega de inicio. Otro daño colateral es que hemos estrenado defensa (en los primeros partidos Marcos Llorente incomprensiblemente jugó de lateral derecho), con unos centrales que nunca han jugado juntos, salvo Eric García y Laporte en los pocos partidos que han coincidido en el City (entrenamientos aparte). Esto contrasta con la acreditada conjunción de Pau Torres y Albiol.

La delantera italiana mejora con Chiesa. Insigne e Immobile son dos bichos. En mi opinión su tripleta atacante es mejor que la nuestra. Su defensa también. Y en el centro estamos parejos, aunque me inclino por nuestros centrocampistas. Y es aquí donde se va a decidir el partido (además de acciones individuales puntuales, sean aciertos o errores). Porque va a estar en juego la posesión de la pelota. Ellos con el balón son más directos que nosotros. Ambos practicamos la presión alta (vuelvo a insistir en la gran labor de Morata en este sentido).

Otra clave, además de la obvia del centro del campo, va a ser la condición física. Nosotros venimos de dos prórrogas consecutivas. Nuestros futbolistas acumulan más minutos en sus piernas. Habrá que ver como están a la hora del partido. Puestos en lo peor, el banquillo de Mancini parece disponer de más recursos que el de Luis Enrique. Con jugadores contrastados en sus clubes. Lo cual tambièn es un plus a la hora de los cambios tácticos.

No soy optimista. Porque hay muchas cosas de esta Italia que me recuerdan al mejor ciclo de La Roja: Eurocopa 2008, Mundial 2010 y Eurocopa 2012. Espero equivocarme.

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