
El seleccionador Luis de la Fuente confirmó la titularidad de Rafa Mir, era un clamor popular, tras sus tres goles en cuartos de final. Las otras dos variantes también fueron las lógicas: Óscar Gil volvía a la titularidad en el lateral derecho superado su partido de sanción y Cucurella por la izquierda.
A los cinco minutos una internada de Cucurella propició la primera oportunidad. Su pase lo cabeceó forzado Mikel Merino en el otro palo. Se fue alta.
Hasta el minuto 7 Japón no pasó de la divisoria del campo. Nuestros dos medios centros, Merino y Zubimendi, dominaban el encuentro. El 4-2-3-1 era nuestra disposición sin pelota. En ataque podía convertirse en 4-3-3 e incluso en 4-2-4. En algún momento vimos un 2-3-3-2 con los laterales adelantados y los medio centros en columna.
Merino volvió a hacer daño en el 9, más su tiro, desde las inmediaciones del punto de penalti, fue bloqueado por un defensa.
Óscar Gil en el 12 vio la amarilla. Robó bien un balón en la divisoria de ambos campos, se lo pasó rápido a Oyarzabal. Lo perdió en un regate fallido y el lateral se vio forzado a hacer falta para evitar la contra. Un par de minutos después un balón largo de Eric García, desde nuestra adelantada línea defensiva, a Rafa Mir pudo tener recompensa en el marcador. El meta local, atento, se adelantó y desbarató la acción. Esta variante era muy acertada, dando otro aire a nuestro habitual, y a veces cansino, juego de pases.
Mediada la primera parte España levantó el pie del acelerador y Japón respiró. Este aire que cogieron los nipones les sirvió para afianzarse defensivamente. Nos atascábamos a escasos metros de la frontal de su área y fallábamos en el pase a las bandas.
A la media hora volvimos a las buenas costumbres: Cucurella cambió la orientación del juego, de banda a banda. Gil combinó con Pedri y Oyarzabal remató alto. Hacía 10 minutos largos que no creábamos peligro ni buscábamos portería.
Rafa Mir la tuvo en el 38. El portero Kosei Tani, de nuevo, se adelantó y achicó la meta. Mir no le pudo superar en el mano a mano y su remate se estrelló en el muslo del portero, que atrapó su propio rechace. Era la ocasión más clara del partido hasta ese momento.
Se alcanzó el intermedio con el 0-0 inicial. En la semifinal anterior tampoco hubo goles (se impuso Brasil a México en los penaltis). Nos quedaban 45 minutos para romper esta mala racha de goles en estas semifinales de Tokio 2020. O la prórroga.
En el descanso Vallejo sustituyó a Óscar Gil (asumo que por la tarjeta). ¿Pasaría la B a jugar con tres centrale? Pronto vimos que no.
Comentaba el gran Chapi Ferrer (oro en Barcelona 92), en La 1, que deberíamos colgar balones al área, que para eso teníamos a Rafa Mir de delantero centro. ¡Exacto! Me alegra mucho que un baluarte del Barça también vea esto. Y no se enrede con lo de la posesión.
Merino vio tarjeta en el 49.
Un par de ocasiones aisladas de Japón nos puso el corazón en la boca. Fueron producto de balones en profundidad y acciones individuales.
En el 55 penalti a favor de España. Cucurella mete un balón al área. Merino no llega de cabeza. Pero se hace con el rechace del defensa. Maya le derriba. Y ve la amarilla. Tras la revisión del VAR se anulan la pena máxima y la tarjeta. Fue nuestro jugador quien golpeó la pierna del rival. Acto seguido doble cambio en España: salen Dani Olmo y Mikel Merino para que entren Carlos Soler y Javi Puado. Lo de Merino supongo que también sería por la amarilla.
Avanzaban los minutos y el tedio se apoderaba de mi. No pasaba nada. No teníamos profundidad ni chispa. Quizás era el momento de Marco Asensio como revulsivo. Según pensaba esto lo dijo Ferrer.
Un pase fallido de Pedri, en el 75, rebota en un defensa y le llega a Rafa Mir. El portero una vez más con su salida evita el gol.
Japón no se cortaba, como en la primera parte. En pocos toques se plantaba arriba. Físicamente parecían más enteros que los nuestros. Al menos corrían más.
Marco Asensio entró al filo del 83 por Pedri (no tuvo su día, aunque su presencia siempre preocupa al rival). Asensio llevaba casi tres minutos en la banda esperando para salir.
Un córner en el 86 dio lugar a un par de oportunidades, aprovechando rechaces y rebotes. A continuación otra ocasión de Rafa Mir en un error defensivo. Desde el lateral del área chica disparó al palo corto. Nuevamente el portero japonés achicó bien y la mandó a saque de esquina. Anteriormente un disparo en una posición similar de Kubo fue despejado por Unai Simón. El de Rafa Mir fue raso y el de Kubo iba a la escuadra.
En el 89 otra ocasión. Un balón largo a Asensio, controla y pasa a la banda izquierda. donde Puado cabeceaba para Oyarzabal, quien remata centrado. Una bonita jugada y otra ocasión desperdiciada.
A los dos minutos de los cuatro de añadido Asensio disparó alto desde fuera del área. Cumplido el descuento Zubimendi se ve forzado a agarrar a un rival para evitar la contra. La amarilla cerró el partido. Nos íbamos a la prórroga. Como en la anterior semifinal. Sería nuestra segunda prórroga consecutiva.
El seleccionador japonés efectuó un doble cambio para afrontar la media hora extra. Sorprendentemente retiró a Kubo, el mejor de los suyos junto al guardameta.
Ferrer volvía a recordar la existencia de Rafa Mir en la punta de ataque, ignorado por sus compañeros que no le abastecían de balones.
Moncayola entraba por Zubimendi poco antes de cumplirse el 97.
Asensio muy activo desde su entrada suplía el bajón de Oyarzabal.
En el 100 Rafa Mir se fabricó una ocasión. Quizás debió pasar a Puado. Mas un nueve siempre tiene el gol entre ceja y ceja. Su remate se fue fuera. Al minuto nos dieron otro susto: un delantero se coló entre nuestros centrales y la cabeceó. Se fue arriba. Afortunadamente.
En el minuto añadido por fin le pusieron un balón a Rafa Mir. Fue Cucurella. El delantero cabeceó centrado, imponiéndose en el salto a su marcador.
El marcador tampoco se movió en estos primeros 15 minutos de la prórroga. Brasil seguía esperando conocer quien sería su rival en la final.
Miranda sustituyó a Cucurella para los segundos 15 minutos. Nuestro último cambio.
Vallejo vio tarjeta en el 109. Se le había escapado el extremo de su banda.
A 10 minutos del final olía a penaltis, como en la otra semifinal. Marco Asensio demostró no estar de acuerdo con mi olfato. Porque a cinco minutos del final se fabricó el gol de la victoria desde la derecha rodeado de tres defensores. Su zurdazo, a media distancia entre los dos vértices de las áreas, se coló por el palo largo. ¡Un golazo!
En los último cinco minutos tiramos de oficio y de técnica. El cuerpeo de Rafa Mir también contribuyó a jugar con el reloj. Pudimos ampliar el marcador en una contra (tres nuestros contra uno suyo), con su portero en nuestra área donde había subido para intentar rematar un saque de esquina. El pase desde la banda a uno de nuestros dos jugadores, que entraban por el centro, fue tan malo que le llegó al único defensor.
Brasil defenderá su oro de Rio 2016 contra España el sábado a partir de las 13:00. Nosotros ya tenemos garantizada una medalla, que no obtenemos en fútbol desde que perdimos la final de Sydney 2000 frente a Camerún (a los penaltis). Veremos como recuperamos…
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