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Ancelotti erró en los cambios

Antonio Villalba realmadridcom

Anoche vivimos un gran Real Madrid-Real Sociedad, a pesar del 0-0, en el que Ancelotti erró en los cambios. Destaco este hecho por poco frecuente y afortunadamente estamos acostumbrados a lo contrario. Resultó raro, muy raro, retirar en el 76 al mismo tiempo a Dani Ceballos, el mejor del partido, y a Fede Valverde. Ceballos estaba jugando un partidazo. Es probable que estuviese agotado. Podía tomarse un respiro. Cierto que el Valverde del primer tiempo ya no era el mismo mediada la segunda mitad. Pero quitar a estos dos pulmones simultáneamente era restar energía al equipo. Uno vale (el uruguayo), los dos no. Entraron Modric y Marco Asensio. Desafortunadamente el croata no aportó nada. Sus pases en ataque fueron todos defectuosos. Esto no es achacable al mister, mas los cambios no funcionaron. Es más discutible lo de Asensio. Por carácter y personalidad no es futbolista para sacar adelante un partido de estas características (aunque haya sucedido anteriormente). ¿Por qué no adelantó a Camavinga a la media, que está en un tono físico altísimo, y meter a un defensa? El propio jugador arrancaba desde su lateral izquierdo a lo Marcelo, pero luego tenía que recuperar su puesto en defensa en vez de quedarse para presionar al rival en la media.

También es raro decir que un partido de 0-0 fuese un gran partido. Y lo fue. Ninguno de los dos mereció perder y los dos jugaron muy bien. De merecer el triunfo alguno fue el Madrid. Por las nueve oportunidades de marcar por las tres de la Real (no incluyo la de Soloth porque no llegó a rematar). Estas oportunidades forman parte de 15 remates blancos (siete a puerta) y seis realistas (tres entre los tres palos). De estas nueve oportunidades del Madrid cuatro fueron de Vinicius. La primera a los 10 minutos, tras esa jugada a la que no llegó Soloth. Se fue fuera por poco, por el palo largo, después de una excelente internada del extremo brasileño. Las otros tres de Vini fueron encarando a Remiro. El meta estuvo soberbio en las tres. De las cuatro ocasiones de Vini quizás la de mayor trascendencia pudo haber sido la segunda de ellas, al filo del descanso. Pudo ser unos de esos goles llamados psicológicos.

Remiro no fue el único destacado de su equipo. La defensa en su conjunto estuvo inmensa, con los laterales haciendo frente a unos inspirados Vinicius y Rodrygo. Los brasileños estuvieron bulliciosos todo el encuentro, haciendo las delicias del respetable con sus fantasías y regates. De los centrales destaco a Zubeldia que acabó en el lateral izquierdo por la lesión de Aritz Elustondo. Zubimendi estuvo inmenso en el centro del campo. Bien apoyado por Illarra terminó jugando ce central. Y aquí tampoco estuvo fino Ancelotti. Corría el minuto 65 cuando se lesionó Elustondo, se modificó la defensa realista y no cargamos el juego por el centro del área. Para terminar este repaso realista destaco a Take Kubo. Un incordio todo el partido. De las tres ocasiones mencionadas de la Real dos fueron suyas. En una de ellas se lució Courtois salvando un gol cantado.

De momento el Barça lidera esta Liga, con cinco puntos de ventaja sobre el Madrid. A mediados de semana el Valencia visita el Bernabéu y el Barça visita al Betis, en partidos aplazados de la jornada 17.

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España a la final de fútbol

Kim Hong Reuters AS

El seleccionador Luis de la Fuente confirmó la titularidad de Rafa Mir, era un clamor popular, tras sus tres goles en cuartos de final. Las otras dos variantes también fueron las lógicas: Óscar Gil volvía a la titularidad en el lateral derecho superado su partido de sanción y Cucurella por la izquierda.

A los cinco minutos una internada de Cucurella propició la primera oportunidad. Su pase lo cabeceó forzado Mikel Merino en el otro palo. Se fue alta.

Hasta el minuto 7 Japón no pasó de la divisoria del campo. Nuestros dos medios centros, Merino y Zubimendi, dominaban el encuentro. El 4-2-3-1 era nuestra disposición sin pelota. En ataque podía convertirse en 4-3-3 e incluso en 4-2-4. En algún momento vimos un 2-3-3-2 con los laterales adelantados y los medio centros en columna.

Merino volvió a hacer daño en el 9, más su tiro, desde las inmediaciones del punto de penalti, fue bloqueado por un defensa.

Óscar Gil en el 12 vio la amarilla. Robó bien un balón en la divisoria de ambos campos, se lo pasó rápido a Oyarzabal. Lo perdió en un regate fallido y el lateral se vio forzado a hacer falta para evitar la contra. Un par de minutos después un balón largo de Eric García, desde nuestra adelantada línea defensiva, a Rafa Mir pudo tener recompensa en el marcador. El meta local, atento, se adelantó y desbarató la acción. Esta variante era muy acertada, dando otro aire a nuestro habitual, y a veces cansino, juego de pases.

Mediada la primera parte España levantó el pie del acelerador y Japón respiró. Este aire que cogieron los nipones les sirvió para afianzarse defensivamente. Nos atascábamos a escasos metros de la frontal de su área y fallábamos en el pase a las bandas.

A la media hora volvimos a las buenas costumbres: Cucurella cambió la orientación del juego, de banda a banda. Gil combinó con Pedri y Oyarzabal remató alto. Hacía 10 minutos largos que no creábamos peligro ni buscábamos portería.

Rafa Mir la tuvo en el 38. El portero Kosei Tani, de nuevo, se adelantó y achicó la meta. Mir no le pudo superar en el mano a mano y su remate se estrelló en el muslo del portero, que atrapó su propio rechace. Era la ocasión más clara del partido hasta ese momento.

Se alcanzó el intermedio con el 0-0 inicial. En la semifinal anterior tampoco hubo goles (se impuso Brasil a México en los penaltis). Nos quedaban 45 minutos para romper esta mala racha de goles en estas semifinales de Tokio 2020. O la prórroga.

En el descanso Vallejo sustituyó a Óscar Gil (asumo que por la tarjeta). ¿Pasaría la B a jugar con tres centrale? Pronto vimos que no.

Comentaba el gran Chapi Ferrer (oro en Barcelona 92), en La 1, que deberíamos colgar balones al área, que para eso teníamos a Rafa Mir de delantero centro. ¡Exacto! Me alegra mucho que un baluarte del Barça también vea esto. Y no se enrede con lo de la posesión.

Merino vio tarjeta en el 49.

Un par de ocasiones aisladas de Japón nos puso el corazón en la boca. Fueron producto de balones en profundidad y acciones individuales.

En el 55 penalti a favor de España. Cucurella mete un balón al área. Merino no llega de cabeza. Pero se hace con el rechace del defensa. Maya le derriba. Y ve la amarilla. Tras la revisión del VAR se anulan la pena máxima y la tarjeta. Fue nuestro jugador quien golpeó la pierna del rival. Acto seguido doble cambio en España: salen Dani Olmo y Mikel Merino para que entren Carlos Soler y Javi Puado. Lo de Merino supongo que también sería por la amarilla.

Avanzaban los minutos y el tedio se apoderaba de mi. No pasaba nada. No teníamos profundidad ni chispa. Quizás era el momento de Marco Asensio como revulsivo. Según pensaba esto lo dijo Ferrer.

Un pase fallido de Pedri, en el 75, rebota en un defensa y le llega a Rafa Mir. El portero una vez más con su salida evita el gol.

Japón no se cortaba, como en la primera parte. En pocos toques se plantaba arriba. Físicamente parecían más enteros que los nuestros. Al menos corrían más.

Marco Asensio entró al filo del 83 por Pedri (no tuvo su día, aunque su presencia siempre preocupa al rival). Asensio llevaba casi tres minutos en la banda esperando para salir.

Un córner en el 86 dio lugar a un par de oportunidades, aprovechando rechaces y rebotes. A continuación otra ocasión de Rafa Mir en un error defensivo. Desde el lateral del área chica disparó al palo corto. Nuevamente el portero japonés achicó bien y la mandó a saque de esquina. Anteriormente un disparo en una posición similar de Kubo fue despejado por Unai Simón. El de Rafa Mir fue raso y el de Kubo iba a la escuadra.

En el 89 otra ocasión. Un balón largo a Asensio, controla y pasa a la banda izquierda. donde Puado cabeceaba para Oyarzabal, quien remata centrado. Una bonita jugada y otra ocasión desperdiciada.

A los dos minutos de los cuatro de añadido Asensio disparó alto desde fuera del área. Cumplido el descuento Zubimendi se ve forzado a agarrar a un rival para evitar la contra. La amarilla cerró el partido. Nos íbamos a la prórroga. Como en la anterior semifinal. Sería nuestra segunda prórroga consecutiva.

El seleccionador japonés efectuó un doble cambio para afrontar la media hora extra. Sorprendentemente retiró a Kubo, el mejor de los suyos junto al guardameta.

Ferrer volvía a recordar la existencia de Rafa Mir en la punta de ataque, ignorado por sus compañeros que no le abastecían de balones.

Moncayola entraba por Zubimendi poco antes de cumplirse el 97.

Asensio muy activo desde su entrada suplía el bajón de Oyarzabal.

En el 100 Rafa Mir se fabricó una ocasión. Quizás debió pasar a Puado. Mas un nueve siempre tiene el gol entre ceja y ceja. Su remate se fue fuera. Al minuto nos dieron otro susto: un delantero se coló entre nuestros centrales y la cabeceó. Se fue arriba. Afortunadamente.

En el minuto añadido por fin le pusieron un balón a Rafa Mir. Fue Cucurella. El delantero cabeceó centrado, imponiéndose en el salto a su marcador.

El marcador tampoco se movió en estos primeros 15 minutos de la prórroga. Brasil seguía esperando conocer quien sería su rival en la final.

Miranda sustituyó a Cucurella para los segundos 15 minutos. Nuestro último cambio.

Vallejo vio tarjeta en el 109. Se le había escapado el extremo de su banda.

A 10 minutos del final olía a penaltis, como en la otra semifinal. Marco Asensio demostró no estar de acuerdo con mi olfato. Porque a cinco minutos del final se fabricó el gol de la victoria desde la derecha rodeado de tres defensores. Su zurdazo, a media distancia entre los dos vértices de las áreas, se coló por el palo largo. ¡Un golazo!

En los último cinco minutos tiramos de oficio y de técnica. El cuerpeo de Rafa Mir también contribuyó a jugar con el reloj. Pudimos ampliar el marcador en una contra (tres nuestros contra uno suyo), con su portero en nuestra área donde había subido para intentar rematar un saque de esquina. El pase desde la banda a uno de nuestros dos jugadores, que entraban por el centro, fue tan malo que le llegó al único defensor.

Brasil defenderá su oro de Rio 2016 contra España el sábado a partir de las 13:00. Nosotros ya tenemos garantizada una medalla, que no obtenemos en fútbol desde que perdimos la final de Sydney 2000 frente a Camerún (a los penaltis). Veremos como recuperamos…

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Fútbol a semis: España 5 Costa de Marfil 2

El España 5 Costa de Marfil 2 fue el epílogo del mejor día de España en Tokio 2020, hasta el momento. La jornada del sábado arrancó con nuestra primera medalla de oro. La de Alberto Fernández y Fátima Gálvez en trap mixto, modalidad que se estrenaba en estos JJOO. Sin ser especialista en tiro, se podría decir, por entendernos, que es un tiro al plato moderno. El éxito continuó con el bronce de Pablo Carreño, derrotando a Djokovic. Gran debut olímpico del tenista asturiano. El cuadro parecía enfocado a una final Djokovic-Medvedev, los numero 1 y 2 del ranking. Carreño los derrotó a ambos. Al ruso en cuartos y al serbio hoy, en tres sets. Ganó el primero (4-6), perdió el segundo en el tie-break y ganó el tercero 3-6 con su sexta bola de partido. Carreño, el superviviente de la Armada española, ha sido nuestro único tenista que ha dado la cara (la desgracia de Paula Badosa entra en el departamento de los infortunios y no en el del rendimiento). Contábamos al menos dos medallas. Este bronce sabe a gloria, sobre todo teniendo en cuenta al rival al que se ha derrotado para conseguir la presea.

AS

De la Fuente introdujo dos cambios, en la defensa. Uno, forzado por las tarjetas de Óscar Gil y el otro, sentando a Cucurella. Dio entrada a Miranda y forzó la reaparición de Mingueza. Craso error y más teniendo en cuenta el tremendo calor y el poderío físico del rival. Tanto es así que invocó a la mala suerte: a las ocho minutos Mingueza cayó lesionado y tuvo que ser sustituido. Salió Vallejo cuando los marfileños se disponían a botar un córner. Otro grave desacierto. Es de primero de entrenador no realizar cambios antes de un saque de esquina en contra, por los desajustes defensivos que puede provocar la sustitución (te esperas, aunque estes en 10). Como así fue: un despiste de los centrales, Pau Torres y Eric García, a lo que hay que añadir la pasividad de Unai Simón, supuso el 0-1. Puedo decir y digo que esto fue un autogol de De la Fuente.

El gol rival nos dejó grogui. Poco a poco fuimos recuperando y volvimos a tomar la iniciativa. Aunque no metíamos el pie, rehuíamos el choque. Era como si fuésemos niños jugando contra hombres.

La confirmación de la mejoría llegó, al filo de la media hora de juego, con el tanto del empate. Dani Olmo entró veloz por la izquierda del área chica y remató con destreza, usando sutilmente la puntera, sorprendiendo al portero. Era su primer gol del torneo (ha necesitado cuatro partidos de titular) y aprovechó con talento y maestría el excelente pase cruzado de Mikel Merino, desde el pico derecho del área grande. ¡Merino está siendo un baluarte, uno de los mejores de la selección!

Poco antes del descanso se anuló un gol a Oyarzabal. Una pena, porque la jugada había sido preciosa: un pase largo de Pau Torres a Miranda, quien corre la banda y se la pone a Oyarzabal en las inmediaciones del punto de penalti. Mas el punta vasco estaba en fuera de juego.

Al poco de arrancar la segunda mitad Merino estrelló un disparo en la madera. Una mala salida de balón de la defensa rival y nuestra presión alta provocó su perdida a pocos metros de la frontal del área. Era la mejor demostración que España mostraba otra cara. Volvíamos a nuestra mejor versión: presionando, no rehuyendo el choque (ahora eran ellos quienes se quejaban de nuestras entradas), corriendo y buscando profundidad en las jugadas. Faltaba, como no, el gol. Tan solo desentonaba Marco Asensio, sin garra ni chispa. No está siendo su torneo. Fue sustituido en el 67 por Bryan Gil.

Pasaban los minutos y seguía sin llegar el 2-1. España cayó en el manierismo del pase corto, abusando de intentar entrar por el centro. Nuestro pecado mortal. Incomprensible, teniendo a Bryan Gil en una de las bandas, desaprovechando la calidad de Oyarzabal y el regate de Olmo (amarilla en el 69).

En el 78 el central Bailly, autor del gol de Costa de Marfil, evitaba la ocasión más clara de esta segunda mitad. Su pie evitó que el balón llegase a Pedri y Oyarzabal, desmarcados en el área pequeña. Un minuto antes Eric García había cortado con falta una contra muy peligrosa, Vio la amarilla.

En el 89 la tuvo Oyarzabal. Y un minuto después nos la clavaron. A Vallejo se le va Gradel y Unai Simón se traga su disparo desde el vértice izquierdo del área pequeña. 1-2. Estábamos eliminados.

Se añaden cinco minutos y De la Fuente retira a Merino para dar entrada a Rafa Mir. Cambio milagroso, porque en su primer balón empataba. Aprovechó el fallo en el despeje de los dos centrales y remató a bocajarro el balón al que no llegó de cabeza. No estaba en fuera de juego porque la pelota le llegó rechazada del central que falló despejando. El desacierto inicial del seleccionador quedaba compensado con este golpe final. El 2-2 en el segundo minuto del descuento prácticamente aseguraba la prórroga.

Miguel Morenatti AS

Los 30 minutos adicionales eran una importante carga física para ambos equipos. 

Si en los 15 minutos finales De la Fuente se desgañitaba, desde la banda, pidiendo que jugasen con Bryan Gil, en el arranque de la prórroga los suyos seguían ignorando al extremo. 

Costa de Marfil estuvo más incisiva hasta que a los cinco minutos botamos un saque de esquina y reclamamos penalti por mano de Bailly. El VAR revisó la jugada y el árbitro acudió al monitor. La cara del defensa marfileño era un poema, anticipo de la pena máxima que estaba a punto de señalarse. Oyarzabal impecablemente ponía el 3-2 en el marcador, transformando el penalti. Minuto 8 de la prórroga.

Ahora sí era momento de abusar de los pases cortos, para asegurar la posesión y dejar que el reloj corriera. Tener la pelota es la mejor defensa. 

En el 102 un Pedri exhausto dejaba su sitio a Carlos Soler. Y al poco otro error de Unai Simón, en este caso en la salida de balón, casi nos cuesta un gol. Menos mal que el delantero estaba en fuera de juego (y su remate se fue fuera al lateral de la red).

Con Merino y Pedri fuera Zubimendi y Oyarzabal sujetaban el fuerte. Soler aportaba la frescura de sus piernas, mientras seguíamos ignorando a Bryan Gil.

El primer cuarto de hora de la prórroga terminaba con el 3-2 en el marcador. España efectuó un doble cambio en el intervalo: Cucurella y Moncayola por Miranda y Zubimendi. Buen partido de ambos, que se retiraron agotados. Lo habían dado todo.

Costa de Marfil apretaba buscando su tercer tanto. Nuestra banda izquierda, con Cucurella y Bryan GIl, comenzó a carburar en las contras. Rafa Mir seguía siendo un dolor de muelas para su defensa. Caía por ambas bandas y le mandaban balones largos.

En el 114 Bryan Gil intentó un control-pase a Rafa Mir, mas no le  salió. De haberlo logrado podría haber sentenciado el encuentro. Tn solo tuvimos que esperar tres minutos: Rafa Mir, en una posición parecida a la del segundo gol rival, anotaba desde la derecha el 4-2, tras una buena combinación entre Olmo y Oyarzabal, quien arrancó la jugada sobre la cal de la banda y la divisoria de ambos campos. Superó a un oponente y se fue para arriba. En el 120 Rafa Mir lograba el 5-2, de nuevo después de una jugada de Oyarzabal. Era su tercer gol del partido. El suplente Rafa Mir, héroe de estos cuartos, sumaba más goles que Olmo y Asensio juntos. 

El 5-2 definitivo nos clasificaba a semifinales. Como dicen en los medios, una doble bala para lograr una medalla. Si ganamos, la plata está asegurada. Si perdemos, nos quedaría el partido por la de bronce. A la hora de escribir estas líneas no conocemos quién será nuestro rival. ¿Japón o Nueva Zelanda?

¡Estar en semifinales es un éxito! Y sobre todo por como se ha dado este partido de cuartos. Con las desgracias iniciales de la lesión y el gol en contra y su tanto en el 90 que a priori nos eliminaba. 

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España 1 Argentina 1: a cuartos como primeros de grupo y ellos eliminados

AS

Una pena que el decisivo Argentina-España de fútbol coincidiese con el penúltimo partido del grupo de las guerreras del agua (España perdió por un gol ante Paíse Bajos, que complica el cruce de cuartos de final). En el once de De la Fuente dos novedades: entraban Mikel Merino y Marco Asensio.

Temía la dureza argentina. Uno de sus centrales, Neuhén Pérez, se descaró muy pronto. Le perdonaron la amarilla al poco de iniciarse el encuentro. A los nueve minutos vio la tarjeta. Oyarzabal, nuestro delantero más incisivo, sufrió varias tarascadas del otro central, Facundo Medina

Cucurella, en sociedad con Pedri, subía bien la banda izquierda. Pero una vez más careciamos de pegada. Oyarzabal era el único que buscaba el disparo de puerta. Sin fortuna. Es como si esta crónica fuese una copia de las dos anteriores: mucha posesión (72% en la primera mitad) y poca chicha. Finalizado el partido el porcentaje bajó al 66%.

En el 26 dos jugadas polémicas en la misma acción: un brazo en el área argentina y el rechace llega a Oyarzabal que es trabado cuando se disponía a rematar. No se pitó nada y se botó el saque de esquina. 

Al descanso se llegó con el 0-0. A los tres minutos de la reanudación Dani Olmo falló la ocasión más clara del partido hasta ese momento. Estaba solo. Oyarzabal le había dado el llamado pase de la muerte. Al poco el propio Oyarzabal la tuvo, en una jugada que se fabricó el mismo. Su remate desde el vértice del área se le fue alto.

En el 52 el medio Fausto Vera vio la amarilla. 

Las ganas y el ritmo que imprimían algunos de nuestros jugadores, en el arranque de esta segunda mitad, contrastaba con la apatía de Asensio.

El empate aseguraba el primer puesto a España (enfrentándose a Costa de Marfil) y momentáneamente el segundo a Argentina (con Brasil como rival del cruce de cuartos). 

En el 57 otra amarilla para el combinado argentino (Colombatto, apenas llevaba dos minutos en el campo). Dos minutos después una nueva tarjeta (Payero quien había ingresado junto a Colombatto).

España empezó a contemporizar y Argentina empezó a dominar. Quizás no estaban conformes con tener a Brasil como los próximos rivales. 

El 4-3-2-1 argentino en defensa restaba eficacia a los nuestros. Cucurella y Oyarzabal acusaban el calor y el paso de los minutos. Aunque la presencia del vasco seguí siendo el referente de nuestro ataque.

Y de repente en el 65 un zarpazo de Merino inauguraba el marcador. Oyarzabal, por el centro, avanza y abre a la derecha para Óscar Gil. El lateral derecho cruza a la otra banda, donde Dani Olmo, en el lateral del área chica, controla cediendo a Merino. Un precioso gol, bien elaborado y mejor rematado.

Olmo buscó el gol olímpico desde el córner en el 69.

En el 73 entraban Rafa Mir por Oyarzabal y Carlos Soler por Pedri.

La mejor noticia de cara al cuarto de hora final era que Unai Simón permanecía inédito. Algo sorprendente porque la derrota eliminaba a Argentina del torneo (dos derrotas en el grupo).

El primer remate de Asensio vino en el 76. Pudo ser el 2-0. Ledesma despejó a saque de esquina el buena disparo desde la frontal.

Argentina reclamó un penalti en el 79 por mano de Merino. No se tuvo en cuenta. 

El lateral Claudio Bravo vio la quinta amarilla de su selección en el 80.

Una tarjeta a Óscar Gil (min. 81) le dejaba fuera del partido de cuartos.

El seleccionador de la albiceleste retiraba a Bravo y pasaba a defender con tres centrales. De la Fuente reaccionaba retirando a Olmo y dando entrada a Bryan GIl. Buscaba rapidez y chispa en las contras ante el adelantamiento de líneas del rival. 

Gaich tuvo el empate desde las inmediaciones del punto de penalti. Afortunadamente no pegó a la pelota. Inmediatamente después Unai Simón despejaba a córner un remate que se colaba. Fue de nuestro Zubimendi. Se botó el saque de esquina y Tomás Belmonte se adelantó a nuestros centrales y empató. La pelota le dio en la pierna a Unai Simón antes de entrar. Era el primer remate entre los tres palos de Argentina (descontando el de Zubimendi). Corría el minuto 87. 

Vallejo y Moncayola habían entrado por Merino y Óscar Gil justo después del 1-1.

El encuentro se alargó cuatro minutos. Creamos dos ocasiones, pero no se alteró el marcador.

En esos momentos el empate a puntos entre Argentina y Egipto favorecía a los norteafricanos. 

En el tiempo de descuento nueva amarilla para los argentinos. 

El encuentro terminó 1-1 y España era primera de grupo. Eso sí, con solo un triunfo y dos empates. No es para tirar cohetes, pero…

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