Siempre que llega una final de Copa recuerdo lo que decía Alfredo Relaño: el campeón de Copa es el Campeón de España porque ha ganado el Campeonato de España (que es como originalmente se llamaba a la competición, antes de que se crease la Liga). La denominación oficial actualmente es la de Campeonato de España-Copa de Su Majestad el Rey. Copa del Rey para los amigos. Y es el torneo nacional de fútbol mas antiguo de España (se juega desde 1903).
Con la baja de última hora de Ceballos la alineación de Ancelotti no daba lugar a muchas dudas. En cambio la de Arrasate sorprendió con la ausencia en el once de Chimy Ávila. Y arrancado el partido me quedé ojiplático cuando vi a Moncayola sobre Vinicius. ¡Un mediocentro de lateral derecho! Según calibraba esta disposición Vini se fue por la banda izquierda, buscó la línea de fondo y dio el pase de la muerte. Afortunadamente Fede Valverde no pudo rematar porque el destinatario del centro era Rodrygo. Rodry empalmó a la red. 1-0 al minuto y medio de juego.
No voy a recriminar este gol tempranero pero… me conozco el paño. Ponernos arriba tan pronto lleva al aburguesamiento del juego. Comenzamos a contemporizar, a jugar en horizontal. A esperar al rival. Menos Vinicius. El brasileño no baja los brazos nunca. Encara, corre, intenta todo tipo de regates. El peligro blanco siempre viene por su banda. Al minuto 21 su marcador, Moncayola, vio la amarilla (Vini la recibiría en el 43 por protestar). El dejar la iniciativa nos creó problemas en el juego aéreo. Hasta seis veces nos remataron de cabeza en nuestra área. Tres con peligro, bien solventado por Courtois. Viendo los problemos que nos creaba Budimir temblaba pensando en Haaland.
Como ya ha quedado apuntado nuestro juego de ataque era Vinicius. En una de sus jugadas Sergio Herrera salvó el gol que se cantaba a remate de Benzema. En la jugada siguiente una pifia de Militao (a ver si va a ser bueno que no esté contra el Manchester City), la salvó Carvajal bajo palos. En el 31, en una acción sin Vini, Alaba en un lanzamiento de falta se encontró con el larguero.
El 1-0 al descanso reflejaba la incidencia de Vinicius en el juego.
La segunda mitad arrancó con la misma tendencia: Osasuna empujando para empatar y el Real Madrid a verlas venir. Menos mal que Carvajal se multiplicó.
En el 58 Lucas Torró empató con un golazo. Su zapatazo desde el borde de la media luna entró como una exhalación pegado al palo izquierdo.Y el Madrid salió de su letargo. Camavinga desde el lateral izquierdo empezó a subir la banda. A los 10 minutos del empate Ancelotti sacudió el árbol: retiró a un gris Tchouaméni y dio entrada a Rüdiger. Camavinga subió al medio campo. Y se notó, vaya si se notó. Simultáneamente Chimy Ávila sustituyó a Budimir. Y al minuto de los cambios otro jugadón de Vinicius, remata Kroos entrando al área, un defensa impide el gol y el rechace lo recoge Rodrygo para marcar su segundo tanto y poner el 2-1 en el marcador. Aparte de la internada de Vinicius destacar la inteligencia del brasileño: se quedó fuera del campo para no anular la jugada por fuera de juego. Se había salido en su carrera buscando la línea de fondo.
Rodry fue elegido el mejor del partido. A mi parecer debería haber compartido el galardón con Vinicius.
A partir de este Real Madrid 2 Osasuna 1, que fue el resultado final, poca historia más hubo. Reseñar los cambios (Modric por Kroos y Marco Asensio por Rodrygo) y la superioridad blanca en el medio campo.
El 3-1 pudo llegar en el 89: otra vez Vinicius, quien no quiso pecar de egoísmo y se la cedió atrás a Benzema mas se le quedó corta y el nueve no llegó a tiempo para disparar.
Con esta Copa logramos nuestro primer y único título nacional de la temporada, que se suma a la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Queda la Champions.

Foto.alejandro Ruesga / El País