A la vista de las alineaciones nos hacíamos una buena idea de lo que podría depararnos el Clásico. Por parte de los locales Valverde daba entrada a Rakitic, injustamente relegado durante los primeros meses de esta temporada. Su vuelta al equipo ha coincidido con la mejoría del juego culé. El sacrificado fue Busquets. Algo que no debería sorprender porque hace tiempo que dejó de ser el jugadorazo que fue. La linea medía del Barça la completaban De Jong y Sergi Roberto (siempre juega bien contra el Real Madrid). Zidane por su parte con la entrada de Isco y Bale en el once buscaba un doble objetivo: aprovechar la movilidad y libertad de movimientos de Isco, Bale y Benzema; y disputarle la pelota a los azulgranas. La hipotética linea de cuatro centrocampistas (Fede Valverde, Casemiro, Kroos, Isco) otorgaría superioridad numérica. Y claro, el Madrid de Zidane no tiene el mismo dibujo en ataque que en defensa. Arbeloa, a la vista del equipo titular blanco, señalaba en la previa de Real Madrid TV el peligro de los laterales azulgranas. Coincidí con él, pero el estado de forma de Jordi Alba tras su lesión era una incógnita. Y nos quedaba por averiguar cómo afectaría a los jugadores todo lo sucedido alrededor del partido.
El Madrid sacó de centro y dejó claras sus intenciones: en el primer minuto Bale encaró dos veces a Alba. A continuación siguió una larguísima posesión del Barça (incluyendo una cesión a Ter Stegen para reiniciar la jugada). Fueron tres minutos que concluyeron con un balón cruzado de Messi, desde su campo, a Alba. El lateral sorprendió a Bale y a Carvajal. Mas su pase no llegó a Luis Suárez. Hubo dos internadas más de Alba. Recordaba las palabras de Arbeloa y de paso comprobábamos que Alba estaba pletórico. Al menos hasta ese momento. Mientras, Messi se incrustaba entre sus centrocampistas para nivelar la desventaja de efectivos.
El primer remate a puerta fue del Madrid: Benzema a los 10 minutos. A partir de ahí entramos en una fase de dominio blanco. Infructuoso de cara a portería. Pero mantenía al Barça en su campo. Y en el 16, a la salida del primer córner, Piqué saca la pelota debajo de los palos. Benzema y Casemiro habían cabeceado al alimón.
Varane reclamaría que Lenglet le había hecho penalti (y debió ser roja). El VAR de vacaciones… por partida doble, porque hubo dos faltas a Varane en el área local (la de Lenglet en el 17 y la otra en el 19, un agarrón claro de Rakitic). Posteriormente Ter Stegen desactivaba un remate de Casemiro y luego Piqué volvió a salvar al Barça. El partido empezaba a tener el tufo del de Valencia.
La presión alta forzaba al Barça a apoyarse en Ter Stegen y a buscar balones largos. Piqué era el mejor de los suyos. Con eso creo que queda todo dicho. Pero como en Valencia el tiempo corría y el Madrid no movía el marcador.
En el 25 Ter Stegen salvó dos ocasiones consecutivas: desviando un pase lateral y despejando un remate. El metrónomo de Kroos seguía imponiendo su ritmo. Dos minutos después los locales se acercaron al área blanca por primera vez en mucho tiempo. Y a la media hora otra incursión de Alba lograba la primera ocasión del Barça: el remate de Messi lo salvaba Sergio Ramos. Fede Valverde respondió inmediatamente con una gran volea (se fue fuera por poco y me dio la impresión que fue desviada por alguien, pero no se señaló saque de esquina).
No sé como interpretar ver a Messi sacando de banda en ataque. Lo hizo dos veces en el tramo final de la primera mitad.
A cinco minutos del descanso otro balón de Messi a Alba creó una ocasión para los locales. El argentino tomaba el relevo de Piqué como el mejor de su equipo. Porque además el Madrid ya no exigía a la defensa azulgrana. Tan solo otro remate de Valverde, bien atajado por el meta local. Y al igual que en Valencia se llegaba al descanso con 0-0 en el marcador. El Barça salía vivo de los primeros 45 minutos. Quedaba demostrado, de nuevo, que la posesión sin pegada no sirve para ganar.
El Madrid arrancó la segunda parte manteniendo la presión alta. Solo que Messi había adelantado su posición y Arturo Vidal empezaba a calentar en la banda. Y Mendy, muy bien en defensa, seguía sin poner un pase bien en ataque. Vidal entraba en el 55 por Semedo (Sergi Roberto bajaba al lateral derecho).
A la hora de partido solo había un equipo en el campo, el Real Madrid. Pero el 0-0 seguía en el marcador. Y con Messi enfrente nunca puedes estar tranquilo (aunque remate al aire desaprovechando una buena oportunidad). El Barça parecía desbordado. Y de repente el encuentro enloqueció, a base de jugadas individuales. El Madrid recuperó el control y el Barça volvió a intentar las contras. Messi ya no bajaba a ayudar a sus medios, era Griezmann. Una falta de Casemiro a Suárez propiciaba un lanzamiento para Messi. Minuto 66. El balón se estrelló contra la barrera. Un minuto después entre Valverde y Benzema propiciaron un remate de Bale, por la izquierda, que se fue fuera a pesar de estar bien situado y prácticamente desmarcado. De nuevo: falta de pegada. La frustración de Bale acabó traduciéndose en amarilla por una entrada por detrás a Griezmann, en las inmediaciones del área culé.
El peligro del Barça venía por la presencia de Messi en ataque.
En el 70 ¡milagro! Un pase bueno de Mendy y gol de Bale. 0-1. El VAR revisó. Se anuló por fuera de juego de Mendy (en la imagen del VAR no se ve donde está el balón…). ¡No podía ser! Pero fue. A nuestro favor no intervino. En contra nuestra sí.
En el 79 Zidane efectuó un doble cambio: entraron Modric y Rodrygo por Isco y Valverde. En mi opinión habría quitado a Isco y dejado a Valverde. Tres minutos después Ansu Fati sustituía a Griezmann. Dos chavales, uno por equipo, podían decantar el Clásico.
A cinco minutos del final un balón largo a Bale de Modric, marca de la casa con el exterior, puso todos los corazones en vilo. El galés no llegó tras prolongar de cabeza el pase y Ter Stegen se hizo con la pelota.
Marcaron cinco minutos de descuento. Y el partido murió con el 0-0 inicial.
El Real Madrid pudo ganar. Jugó muy bien. Pero desaprovechó la primera mitad. No hubo pegada, acierto de cara al gol. El VAR no ayudó. Fue justo en el gol anulado (aceptamos pulpo como animal de compañía porque no se ve el inicio de la jugada) e injusto en los dos penaltis no revisados. También pudimos perder, por Messi. En este aspecto Ramos, Varane y Casemiro fueron bastiones defensivos. Como Piqué para el Barça en el aluvión blanco de la primera parte. Reparto de puntos y todo sigue igual en lo alto de la clasificación de la Liga 2019/20.