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Modric eclipsa a todos

Modric

El tuttocampista Modric es deslumbrante y eclipsa a todos. Por ejemplo, a la Real Sociedad anoche y en la foto a todos los que aparecemos en ella. Le vemos saludando a Mari Luz, la viuda de Gento. Butragueño y un servidor salimos a medias, tapados por la cabeza del croata. Joe Llorente y Nacho no pierden detalle. Florentino Pérez parece atento a algo detrás de Llorente (probablemente a la entrevista de Miguel Ríos para Real Madrid TV). Esta foto, publicada en la revista del club para sus socios, alegró mi tarde de ayer. Y parecía un buen presagio de cara al partido frente a la Real.

Antes del partido hubo un homenaje al pueblo de Ucrania, con Lunin de protagonista. Nuestro segundo portero está pasando por momentos difíciles, con la mayor parte de su familia viviendo en su país natal.

Ancelotti ante la ausencia del contagiado Fede Valverde (recambio de Kroos) recurrió a Camavinga. Y arriba dio descanso a Marco Asensio. Jugó Rodrygo. En el estadio todos éramos conscientes de la trascendencia del partido tras el empate del Sevilla en Vitoria. Nos podiamos a ir a ocho puntos de ventaja (son tres partidos a falta de 11 jornadas).

Imanol salió con tres centrales. Y una clara vocación de atrincherarse. Con el marcador a favor (0-1) llegamos a ver 10 realistas defendiendo en su área. El Real Madrid, con un Camavinga muy activo, buscó jugar por las bandas para abrir huecos. En los primeros minutos el protagonista fue Rodrygo. A Vinicius no le llegaban balones. El problema del Madrid era que el dominio era infructuoso, sin remates. Como en la mejor jugada de Rodrygo, a los cinco minutos, en la que no encontró rematador. De hecho el primer disparo entre los tres palos fue el penalti que transformó Oyarzabal (0-1 en el min. 9). Silva le tendió la trampa a Carvajal y el lateral picó como un pardillo. La Real no volvió a chutar entre los tres palos en el resto del partido.

El Madrid siguió dominando, sin fruto. Tan solo dos disparos lejanos de Casemiro, que se fueron fuera. Todo cambió cuando Modric se echó el equipo a sus espaldas. Sucedió mediada la primera parte y al poco presenciamos los mejores momentos blancos de todo el encuentro. El omnipresente Modric adelantó su posición para iniciar la presión alta junto a Benzema, con las espaldas bien cubiertas por Case y Camavinga. Modric alternaba ambas bandas y en la izquierda activó a Vinicius.

Los minutos finales fueron trepidantes: dos goles y uno anulado. En el 40 Camavinga empató con un trallazo a media altura que entró rozando el poste. Su remate desde fuera del área abrió el camino de la victoria y sorprendió a propios y extraños. Al minuto, un robo de balón tras el saque de centro, le llegá a Benzema. Avanza, encará a Remiro y le bate. El linier y el VAR dictaminan que era fuera de juego. En el 43 un zurdazo de Modric entra como un exhalación por la escuadra. Es un remate cruzado, después de un saque de esquina en corto desde la derecha del ataque blanco. El balón le llega a Benzema en el vértice del área y se la pasa atrás a Modric. El astro finta, para deshacerse de un rival, y desde la frontal, antes de llegar al balcón del área, empalma anotando el 2-1. Resultado con el que se alcanzó el descanso.

Imanol modificó su planteamiento inicial y efectuó un doble cambio: entraron Rafinha y Djouahra  por Silva y Pacheco.

Se preveía para los segundo 45 minutos un Madrid de nadar y guardar la ropa. Se siguió dominando y robando el balón, lo que imposibilitaba los ataques rivales. El meta Remiro insistía en sacar largo buscando a Isak. Pero al igual que en la primera parte sus saques iban para los nuestros. SI en ciertas fases se le vio nervioso en el primer cuarto de hora de la segunda mitad intervino con acierto en tres ocasiones, despejando remates que iban a gol. Sobre todo en una falta lanzada por Casemiro, un disparo mordido de Benzema y otro a media vuelta del francés.

En el 66 otro doble cambio realista, en un vano intento de cambiar la marcha del partido. Y tres minutos después el golazo de Benzema es anulado por fuera de juego, al parecer de Rodrygo en el pase previo. Al rato, en el 73, una falta sobre Vinicius es señalada como penalti por el VAR. En principio se señaló fuera del área mas la revisión fijó la infracción sobre la raya. Penalti por tanto. Transformó Benzema, su tercer gol y el único que subió al marcador. 3-1. El partido estaba sentenciado y los tres puntos asegurados.

Ancelotti decidió darle minutos a Asensio y retiró a Rodrygo. Dos minutos después, en el 79, Asensio anotaba el 4-1. La jugada fue para enmarcar: un pase largo cruzado de Casemiro, desde la izquierda de nuestro propio campo, buscando la incursión de Carvajal. El lateral controla antes de entrar en el área, se interna y da el pase de la muerte. Asensio con el interior de su pie izquierdo la enchufa.

Ancelotti quiso dar descanso a Modric y VInicius. El croata volvió a salir ovacionado del campo, con el público de pie coreando su nombre. El brasileño también se llevó su dosis de reconocimiento en forma de aplausos. Pero lo de Modric fue emocionante… Entraron Ceballos y Marcelo (en pleno proceso de reconciliación con la afición). Hubo dos cambios más: Mariano y Lucas Vázquez por Benzema y Carvajal.

A falta de 11 jornadas esta Liga no se le puede escapar al Real Madrid. La ventaja es buena. Aunque quedan partidos complicados (Atlético de Madrid, Barça o Sevilla). La celebración finalizado el partido fue simbólica, por la relevancia del partido ganado y de cara a la vuelta contra el PSG.

Me atrevo a decir que si no la ganamos es por deméritos propios. Está a nuestro alcance y no debemos desaprovechar la ocasión.

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Empanada blanca

La empanada blanca que cocinó Zidane tuvo dos ingredientes básicos: las incomprensibles presencias de Marcelo y Bale en el once titular. ¿Por qué el mister reservó a Mendy a una amarilla de la suspensión?  ¿Contra el Barça va a jugar Marcelo? ¿Y lo de Bale? No solo fue el peor en Pamplona, es que fue el único que estuvo mal. ¿El premio es ponerle de titular? ¿E Isco? Uno de los destacados del 1-4 ante Osasuna. Ayer contra el Celta no jugó. Otro destacado, Modric, tampoco fue titular (salió en la segunda mitad).

Todo incomprensible. Como el desbarajuste que provocó el cambio de Mendy por Bale. Vinicius pasó a la banda derecha y Marcelo se puso de extremo izquierdo. Esta confusión la aprovechó el Celta y empató el encuentro (Santi Mina, min. 85). Al lío ocasionado por el cambio añadan que, en la jugada del empate, Sergio Ramos salió como un loco para interceptar un balón en el medio campo. No lo consiguió, dejó un hueco tremendo y por ahí Denis Suárez filtó el pase de gol.

Hazard reapareció y lo hizo de titular (Vinicius le reemplazó en la segunda mitad). Le echó ganas, combinó bien, pero no se atrevió a chutar. El penalti se lo hicieron a él en un error garrafal del portero. Ramos transformó y puso el 2-1 en el marcador. Y una vez más el Madrid no supo cerrar el partido ni anotar un definitivo tercer gol.

Al equipo se le vió empanado desde el inicio. Para colmo de males  el Celta se adelantaba. Iago Aspas, de media punta en ese instante, libre de marca lanza un balón a Smolov, quien se interna como Pedro por su casa. Marca el 0-1 y solo llevábamos cinco minutos. Finalizando esta primera mitad Courtois salvaba el 0-2. En medio, nada de nada.

El Real Madrid no jugaba a nada. No hubo ningún remate entre los tres palos. Solo tres disparos fuera de Casemiro, Bale y Benzema. La media no funcionaba. Casemiro y Fede Valverde parecían otros. Solo Kroos estaba a la altura. El partido era de Rafinha, omnipresente.

Los blancos salieron con otra actitud tras el descanso. Empataba Ramos pero anulaban el tanto por fuera de juego. A los seis minutos empataba Kroos. Era un pase a la red tras una buena combinación entre Benzema y Marcelo, quien sumaba una nueva asistencia. En el 64 Ramos transformaba el penalti.

Con 2-1 a favor, tras haberle dado la vuelta al encuentro, volvimos a caer en la indolencia.

Los cambios del técnico visitante dieron su fruto y los nuestros no.

Nos fuimos del estadio con malas sensaciones cara a los próximos encuentros…

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Aduriz fulmina al Barça

EFE Marca

Aduriz, en el primer balón que tocó, fulminó al Barça. Acababa de saltar al campo, en el 87, sustituyendo a Iñaki Williams. Se produjo un saque de banda a favor del Athletic. Capa, gran partido el suyo, centró al área desde su costado. Y Aduriz, en el 88, de una chilena prodigiosa, a unos 12 metros de la línea de gol, la clavó en la portería de Ter Stegen. ¡Un golazo! 1-0 y tres puntos. Pensaba que a sus 38 años (cumple 39 en febrero) ya se había retirado. Afortunadamente (menos para los culés) no lo ha hecho.

La primera mitad fue local. Pero el Barça estrelló dos balones en los palos. El primero, con Luis Suárez renqueante, fue consecuencia de un mal pase atrás que le llegó al uruguayo. Su remate fue al poste. Inmediatamente después fue sustituido por Rafinha, el mejor jugador azulgrana del partido. Precisamente fue Rafinha quien se topó después con el palo tras desviar Simón, en una gran intervención, su excelente disparo. Rafinha buscó el gol,  se ofreció, dio consistencia a su equipo (plano y mediocre en la primera parte).

La entrada de Rafinha a la media hora de la primera mitad y la de Rakitic, al inicio de la segunda mitad, cambió el transcurrir del partido. Si el Athletic dominó el centro del campo, presionando arriba y ahogando la salida de De Jong, estos dos cambios de Valverde equilibraron la situación. Y De Jong encontró un gran aliado en Rakitic. El holandés se hizo con el control (ya no sacaban el balón los centrales como en los primeros 45 minutos).

Si antes destacaba a Rafinha, Aduriz y Capa (anuló a Dembélé y creó peligro en sus subidas por banda; al extremo le reprochan no haber seguido a Capa en la jugada del gol), Griezmann es la nota negativa. Sus primeros remates, dos, llegaron a partir del minuto 80. Poco bagaje.

A priori, cuando repasas el calendario, Bilbao es una plaza en la que puedes dejarte puntos. Y más desde que está Garitano de entrenador (está imbatido en casa). A pesar de esto, empezar la Liga 2019/20 perdiendo es muy mala noticia para el vigente campeón. Y muy buena para el Atleti y el Madrid. Y lo será más si saben solventar sus compromisos frente a Getafe y Celta.

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Barça 5 Real Madrid 1: Bye Bye Lopetegui & Florentino

MarcaEl resultado al descanso, 2-0, no invitaba al optimismo. Pero vayamos por orden, desde el principio. Las alineaciones tanto de Valverde como de Lopetegui no sorprendieron: el azulgrana repetía el once que se enfrentó al Inter con Sergi Roberto y Rafinha de titulares y JLo planteába un 4-4-2 con Isco de enganche y Nacho en el lateral derecho (un error como pudimos comprobar: no es lateral es defensa central y tenía que haber jugado por Varane). Vinicius una vez más se quedaba en la grada (tras no haber jugado ayer con el Castilla, en un partido en casa, que perdimos 0-1 frente al Fuenlabrada).

Jordi Alba se salió por su banda. Entre que Bale no terminaba de seguirle ni de crear peligro y Nacho tampoco tiene la profundidad para avanzar en ataque y le pesan los años (28) que van detrimento de su velocidad. O al menos la requerida para un defensa lateral. Para jugar en el centro de la zaga está sobrado y su sentido de la anticipación es un plus. El 1-0 llegó de una internada de Alba, muy suelto, y su centro lo remató libre de marca Coutinho. El brasileño entro al área Como Pedro por su casa. Solo llevábamos 10 minutos de partido. 20 min. después Luis Suárez transformaba el penalti que le había hecho Varane (el VAR fue decisivo en su señalización).

Varane no debió haber jugado en el Camp Nou tras su penoso partido frente a otros azulgranas, el Levante, donde fue responsable directo de la derrota. Era su segundo penalti consecutivo en dos jornadas ligueras. Como sería la cosa que se quedó en el vestuario al descanso (entró Lucas Vázquez y Nacho pasó al lugar del francés).

La primera mitad del Madrid fue de floja a peor. El Barça crecía a medida que pasaban los minutos. Mientras los blancos se achicaban los blaugranas se agigantaban.

El cambio al descanso incrustó a Casemiro entre los dos centrales y tanto Marcelo como Lucas Vázquez jugaron de laterales largos. Era un 3-5-2. Funcionó: Marcelo logró el 2-1 a los cinco minutos de la reanudación. Marcelo lleva tres goles seguidos en sus tres últimos partidos (en una semana).

Poco después del gol, Sergio Ramos estuvo a punto de empatar de cabeza y en el 55 Modric remató al palo. Era otro partido. La avalancha merengue de este primer cuarto finalizó con Suárez rematando al poste en el 60. Desde ese momento el Madrid siguió buscando el tanto pero con más precauciones.

Jordi Alba seguía siendo el mejor de los suyos y por los nuestros emergieron las figuras de Marcelo (de medio campo para arriba) y de Sergio Ramos. Los dos capitanes luchaban por su equipo y por la continuidad del entrenador. No fue suficiente y al final quien se salió fue Suárez.

En el 67 Benzema tuvo el empate en un cabezazo después de una buena internada y mejor centro de Lucas Vázquez. Valverde reaccionó dando entrada a Semedo por Rafinha. Y Sergi Roberto adelantó su posición. En el 73 Dembélé entró por Coutinho. Y un minuto después Suárez, desde las inmediaciones del punto de penalti, cabeceaba el 3-1 y sentenciaba el encuentro. Era su segundo de la tarde. Lopetegui reaccionaba retirando a un mediocre Bale por Marco Asensio.

Marcelo en el 79 volvió a romperse. Esta vez no sucedió lo de Champions (nos quedamos en 10). Entró Mariano (mientras Arturo Vidal reemplazaría a Arthur en el 83).

Al filo del 83 Suárez redondeó el resultado con su tercer gol (debería haber sido expulsado en el 76 por una dura entrada a Nacho y solo vio amarilla). Este cuarto gol culé vino precedido de un garrafal error de Ramos. Sin dudas el uruguayo fue el mejor por su hat-trick. La debacle madridista se consumó en el 86: una internada y pase de Dembélé es rematada de cabeza por Arturo Vidal, sin nadie que le estorbase.

Esta masacre tumba a Lopetegui y debería sentenciar también a Florentino Pérez. Suyas han sido todas las nefastas decisiones que nos han llevado a este desastre sin paliativos. Desastre que se arrastra desde el inicio de la temporada (con la derrota en la Supercopa de Europa frente al Atlético de Madrid). Florentino vete ya!!!

 

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Los jardínes de los banquillos

Andreas Geburt AP (El País)

Las víboras de la prensa deportiva de Madrid siempre han ninguneado los éxitos de Heynckes y Zidane. El comentario habitual para los dos era que tienen una flor en el culo. Pues en el Bayern 1 Real Madrid 2 de anoche ambos plantaron un jardín en sus traseros.

Las flores empezaron a florecer cuando el error de alineación del alemán se subsanó con la lesión de Robben. Salió Thiago en su lugar. Debía haber sido titular desde el principio. Subsanado el error inicial James ocupó su hábitat natural en el campo. (En mi modesta opinión Thiago tendría que haber sido del once en detrimento del colombiano). En el banquillo madridista los brotes también fueron tempranos: un catastrófico Dani Carvajal, parecía empeñado en competir con Marcelo, originaba las mejores ocasiones para los locales desde el primer minuto (despistes defensivos, malos despejes, perdidas de balón). Pero el 0-0 permanecía en el marcador.

El Madrid se sobrepuso a la avalancha bávara originada por Carvajal. Y se fue haciendo con el control del partido. Cuando mejor estaban los de Zizou Marcelo volvió por sus fueros: todos los rivales buscan su banda (recuerden que ayer profetizaba sobre las defensas y las bandas: como era previsible acerté de pleno). Con el lateral brasileño fuera de sitio el excelente lateral derecho Kimmich subió la banda como Pedro por su casa. Nadie cubrió la espalda de Marcelo. Sergio Ramos intentó frenarle en vano. Y Keylor Navas se tragó el remate del alemán: se lanzó al lado contrario de por donde entró la pelota (igual de no haberse movido la habría parado o rechazado). 1-0.

La suerte volvió a cambiar de barrio. Al poco se lesionó Boateng. El Bayern agotaba dos cambios en la primera mitad. Mientras, ellos seguían presionando y metiendo balones al área blanca (ayer de negro, odioso uniforme que dificulta la visión a los telespectadores que enfilamos ya edades avanzadas). La inseguridad de Keylor era evidente. Contagió a sus compañeros que empezaron a despejar balones en el área pequeña, la del portero, para evitar que le llegase la pelota (esta tendencia tuvo continuidad en la segunda mitad). Poco antes de llegar al descanso, cuando más achuchaba el Bayern, llegó el gol de empate. Marcelo remató desde las inmediaciones del área un balón caído del cielo, en una jugada confusa, que se coló por el palo largo. Se repetía lo del primer gol: cuando mejor estaba un equipo encajaba un tanto.

Tras el descanso Zizou introdujo un cambio clave: entró Marco Asensio por Isco. El malagueño no la había tocado en la primera mitad. No ligó juego y no fue el enganche necesario entre los centrocampistas y Cristiano Ronaldo. Tampoco taponó su banda, la izquierda. Con Lucas Vázquez, Marco Asensio y CR7 ya tenía en el campo a mi tridente favorito de este 2018.

Un error de Rafinha en la circulación, en el centro del campo, propició una contra de Lucas y Marco que acabó con un golazo del mallorquín. 1-2.

El Bayern no se dio por vencido. Ribery tuvo una segunda parte espectacular. Solo le faltó el gol o la asistencia. La diosa Fortuna volvía a hacer acto de presencia. Y Keylor también. En la mejor jugada del francés el meta salvó un gol cantado. El resto de sus intervenciones no aportaron seguridad: rechazó mal un par de balones, se le volvió a escapar una en un remate al muñeco (quizás por un bote traicionero, pero que no calculó bien). Ribery acabó rompiendo a Carvajal. Y a Zidane se le iluminaron las  luces nocturnas del jardín: entró Benzema (el WhatsApp echaba humo desde que salió a calentar) por Carvajal y Lucas Vázquez pasó al lateral derecho. Una decisión valiente que arrojó pistas sobre otros atributos del técnico, delante del vergel. ¿Tenía otras opciones? Sí. Más complicadas y propias de esa enfermedad denominada «ataque de entrenador». Así que optó por el riesgo de lo sencillo, que suele ser casi siempre lo más atrevido. Y de paso igual nos ahorramos tener que fichar a un lateral derecho para la próxima temporada (para la otra banda por favor que venga Marcos Alonso con urgencia). Lucas frenó las acometidas del incombustible Ribery.

A Cristiano le anularon un gol: bien anulado porque se apoyó con el brazo para llevarse el cuero. Protestó, supongo que frustrado porque había sido su único remate en todo el partido y ese 1-3 era goloso muy goloso.

Si cuando ganamos 0-3 en Turín me atreví a cuestionar si habíamos sentenciado la eliminatoria (porque conozco a mis defensas y los artificiales estados de euforia que inexorablemente conducen a ganar los partidos sin bajarse del autobús), imagino que comprenderán que no eche las campanas al vuelo. El 1-2 es muy buen resultado mas el Bayern es mejor que la Juventus. Y este Madrid, el que ganó en Múnich, no crean que me convenció. Veo muchas lagunas. Las que llevo comentando (la defensa) y ahora añado la portería, la baja forma de Casemiro, el estado físico de Modric, la parsimonia de Kroos. Claro, hay aspectos positivos. Y los rivales también fallan y los forzamos a cometer errores. Otra habilidad, más bien una virtud del jardín de Zinedine Zidane.

 

 

 

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