Así de contundente estuvo Mónica García, ministra de Sanidad, en la sesión de control al gobierno en el Senado. Respondía al senador del PP, Enrique Ruiz Escudero (quien fuera consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid y que ahora está blindado en el Senado).
En los tiempos de Ruiz Escudero como consejero de Sanidad la ministra era la líder de la oposición en la Asamblea de Madrid.
Antológico repaso de Mónica García, ministra de Sanidad, al senador Enrique Ruiz Escudero. Ambos son viejos conocidos de la Asamblea de Madrid, cuando la ministra era la líder de la oposición (Más Madrid) y Ruiz Escudero era el nefasto Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
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Emilio Delgado, diputado autonómico de Más Madrid en la Asamblea de Madrid por Móstoles, ha sido todo un descubrimiento para mi. Lo he conocido apenas hace unas pocas semanas por sus intervenciones parlamentarias. Es desde esta semana portavoz adjunto de Más Madrid, tras la reorganización del grupo al salir Mónica García hacia el ministerio de Sanidad.
La intervención de finales de esta semana es apoteósica. Clara y directa, desmonta los bulos de la derecha y pone en evidencia la corrosión del PP. La misma que pretenden ocultarnos para que olvidemos.
Habemus gobierno: ya se conocen los 22 componentes del nuevo gobierno de coalición, en este caso del PSOE y Sumar. A la hora de empezar a escribir estas líneas aún no ha comparecido Pedro Sánchez para confirmar los nombres. Pero al menos desde hace una hora todos los medios dan por buena la composición del gobierno que anuncian.
A primera vista, destacan varios asuntos. El primero, la confirmación de la defunción gubernamental de Unidas Podemos. Ningún miembro del núcleo pablista figura en la lista: han desaparecido Ione Belarra e Irene Montero. Mientras, se incorporan errejonistas y antiguos fundadores de Podemos que abandonaron rápido el barco ante la deriva personalista del proyecto (me refiero a Pablo Bustinduy que releva a Belarra al frente del ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 asumiendo además Consumo, ministerio que ahora desaparece).
Luego, nos encontramos que sigue habiendo 22 carteras. Un gobierno amplio. Quizás demasiados ministerios para mi gusto. Pero asumo que es el peaje a pagar por tener una coalición en el gobierno.
Como continuación al párrafo anterior se suma una nueva vicepresidencia: la de María Jesús Montero, la ministra de Hacienda. Ya son cuatro las vicepresidentas, en un gobierno que vuelve a tener mayoría femenina (12 ministras de los 22 miembros del gobierno).
También me gustaría destacar el carácter territorial de varios nombramientos. Gente que procede del ámbito autonómico (un expresidente canario) y municipal, con dos exalcaldes, los de Barcelona y Valladolid. Respecto a esta última ciudad resaltar que además de quien fuera su alcalde, Óscar Puente (la lista más votada), suma una concejala, Ana Redondo (doctora en Derecho Constitucional), quien se hace cargo de Igualdad. Otra concejala, Elma Saiz, esta vez de Pamplona, ocupa el ministerio de Seguridad Social. El que hasta ahora era el titular, Escrivá, pasa a Transformación Digital. Si Nadia Calviño asume en unas semanas la presidencia del banco europeo su nombre suena como reemplazo. También el de Montero, que asumiría Economía a la cartera de Hacienda.
Se crea un nuevo ministerio, Infancia y Juventud, que no me convence. Me parece un brindis al sol (como lo fue Consumo). Espero equivocarme. Sira Rego de IU será la ministra. Su nombre y el ministerio me lo apuntaron la semana pasada tras la presentación del libro de Esteban Hernández.
Félix Bolaños sale reforzado al asumir a sus competencias la cartera de Justicia y la de Relaciones con las Cortes. Y refuerza el marcado signo político de este nuevo gobierno. Algo que los medios vaticinaban los últimos días.
Finalmente, se confirma a Mónica García como ministra de Sanidad. Lo cual de momento refuerza la posición de Juan Lobato (PSOE) en la Asamblea de Madrid y nos mantiene expectantes ante quien la sustituirá en Más Madrid como líder de la oposición a Ayuso. Otra jugada del sanchismo que podría ser maestra.
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Una pequeña observación sobre el presunto nuevo gobierno de coalición, a la vista del reparto de las portavocías en el Congreso de los Diputados. Es un reparto de poder dentro de la alianza liderada por Yolanda Díaz. Me refiero a que unos son premiados en el Congreso y otros ¿en el gobierno? Como resalta Juanlu Sánchez, en su boletín Al día, Sumar «deja sin hueco propio a Podemos, Izquierda Unida y Más Madrid«. Precisamente estos tres partidos son, en mi opinión, los que ocuparan puestos en el presunto futuro gobierno de coalición de Pedro Sánchez.
Incluso me atrevo a proponer algunos nombres. Solo tengo dudas respecto a Izquierda Unida. ¿Se considera a Yolanda Díaz de IU? Fue candidata y dirigente de la federación gallega. Mas abandonó la militancia en 2019 aunque se mantuvo en el PCE. ¿Podemos considerar a Carlos Martín Urriza de IU? No creo, aunque lo avalan tres décadas en el Servicio de Estudios de Comisiones Obreras (sindicato del que fue Director del Gabinete Económico). Díaz lo incorporó a su ministerio en 2020 y ocupó el número seis de su lista por Madrid (anteriormente cerró simbólicamente la lista de Más Madrid en las autonómicas). Ernest Urtasun, el actual portavoz de Sumar, es otro nombre del que cabe preguntarse si es cuota de IU o no. En su día formó parte de ICV y está afiliado a CCOO (actualmente es eurodiputado por Catalunya en Comú). De Podemos arriesgo con tres nombres: Nacho Álvarez, secretario de Estado en el ministerio de Ione Belarra y portavoz económico de Sumar además de estar al frente Secretaría de Economía de Podemos desde 2014 (forma parte del Consejo Ciudadano Estatal y de la Ejecutiva del partido); la mencionada Belarra es el segundo nombre y el tercero que apunto es el de Irene Montero. Sí, Irene Montero. De Más Madrid dos nombres; Iñigo Errejón y Mónica García.
Evidentemente todas las especulaciones anteriores son parte de mi cosecha. Plausibles pero a fin de cuentas no dejan de ser elucubraciones personales. Y a expensas de que no haya repetición electoral…
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«Que te vote Sanitas» me parece un acierto de Mónica García y refleja perfectamente la política sanitaria de Ayuso en la Comunidad de Madrid. Debería rular y repetirse hasta la saciedad.
Anoche fuimos al Teatro Lara para disfrutar de la presentación de «Galaxias«, el nuevo álbum de Niño Josele. Fue una noche de buen rollo: buena música y reencuentros con viejos amigos y conocidos. Que reunió, además de a los artistas invitados que actuaron, a tres guitarristas de renombre como Pepe Habichuela, Serranito y Juan Manuel Cañizares. Hubo otros músicos entre el público. También vi a Fernando Trueba y a Cristina Huete. Y a dos políticos, Eduardo Madina (ya retirado) y Mónica García. En la foto, tomada durante el fin de fiesta, vemos de izquierda a derecha a la banda de Niño Josele y a sus invitados: su hijo a los teclados, el bajista, Enrique Heredia Negri, Josémi Carmona, Rosario La Tremendita, Niño Josele, Jorge Pardo, Nino de los Reyes (parcialmente tapado por Jorge) y los dos percusionistas. La labor de ambos junto a los taconeados de Nino crearon un sólido e inspirado armazón que sostuvo la estructura del concierto y sus improvisaciones.
La primera referencia que tuvo de Niño Josele fue cuando Paco de Lucía lo integró a su formación. Ahí es ná. Fueron 10 años. Los últimos si no me equivoco. Alguien me apuntó que ya lo había visto cuando tocó para Enrique Morente cuando tan solo contaba con 17 años.
Hoy en día Niño Josele es un músico cotizado fuera de nuestras fronteras. Ha tocado y/o grabado con Elton John, Paul Simon, Alicia Keys, Lenny Kravitz, Chick Corea, Rubén Blades, etc. Precisamente Corea y Blades colaboran en «Galaxias«. El tema de Blades, que anoche cantó El Negri, está dedicado a Paco de Lucía.
Esteban Hernández, jefe de opinión de El Confidencial, ha tenido a bien enlazar dos entrevistas conmigo en su espléndido artículo de hoy, «El renacimiento de los gafapastas: cómo han logrado dominar la escena cultural«. Las entrevistas son las que me hizo Víctor Lenore a raíz de la publicación de mis últimos dos libros: «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll» y «Rock ‘n’ Roll: el ritmo que cambió el mundo«.
Esteban Hernández hace un recorrido sobre como la calidad artística se mide hoy en día en términos económicos, de éxito. Lo que en su día fue un termómetro, para medir la temperatura del gusto popular, se ha convertido en la única vara de medir. La desaparición de los prescriptores ha sido fundamental. (Las prometidas bondades de la revolución digital no han sido tales, en este sentido). Algo que sucede en todos los ámbitos de la vida (me refiero a la dictadura del gusto mayoritario). Ocurre con cualquier producto y se llega a confundir el valor de las personas con su patrimonio. El incombustible «tanto tienes, tanto vales», que es el dicho popular resumido del que originalmente apareció en la segunda parte de El Quijote: «Tanto vales, cuanto tienes» y «Tanto vales cuanto tienes y tanto tienes cuanto vales». No hace mucho la presidenta Ayuso le espetó a la líder de la oposición, Mónica García, en la Asamblea de Madrid que Nacho Cano a los 25 años había acumulado tal fortuna que García no alcanzaría en toda su vida. No alabó las cualidades artísticas y compositoras de Nacho Cano, tan solo valoró su potencial económico. Asumo que sus votantes piensan lo mismo, compartiendo esta peculiar escala de valores, en la que ni siquiera se cuestiona la procedencia de la riqueza. Por eso hemos entronizado a distintos tipos de sinvergïenzas a lo largo del tiempo.
Les recomiendo el artículo de Esteban Hernández, que va más allá de estas digresiones que me acabo de marcar. El enlace lo pueden encontrar al principio de esta entrada.
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¿Actuará la justicia de oficio e imputará a Aguirre y Cospedal? Sinceramente lo dudo visto lo visto. En días pasados leí en varios medios que el PSOE estaba debatiendo sobre solicitar la reapertura del caso en el que Cospedal se fue de rositas. ¿Se lo están pensando? ¿A qué esperan para actuar? ¿Y los otros partidos?
Ahora se añade lo de Aguirre, la criadora de ranas. ¿Tampoco va a pasar nada? ¿Mónica García de Más Madrid o Juan Lobato del PSOE-Madrid no tienen nada qué decir?
P.D.: los hechos referidos son de cuando Cospedal era secretaria general del PP y Aguirre presidenta de la Comunidad de Madrid.
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El Partido Popular siempre se ha presentado como el partido del orden. Esta supuesta imagen ha saltado por los aires con el desorden actual. Otro falso mito que se derrumba. De paso se ponen de manifiesto ciertas dudas y se confirman dos certezas. El PP ahora parece roto. La división es total. La última ruptura conocida, este mediodía, ha sido la del grupo parlamentario con una carta firmada por diputados relevantes.
La primera duda es también una pregunta: ¿Por qué tres barones se solidarizan con Ayuso en su ataque frontal a Pablo Casado? Curiosamente los tres tienen pecados familiares. De aquí surge otra duda también en forma de pregunta: ¿Si la Fiscalía Anticorrupción investiga (imputa) a IDA en qué papel quedan los barones? Asumo que este es el principal argumento que esgrimen Casado y Egea. De momento la Fiscalía ha abierto diligencias sobre el contrato de las mascarillas (se compraron unas -caras- y se recibieron otras -más baratas- según informaba elDiario.es). Cuando en la Asamblea de Madrid se preguntó sobre el hermano de la presidenta de la CAM, expulsaron a la diputada socialista, Carmen López, que efectuó la pregunta. A Carolina Alonso, portavoz del grupo parlamentario de Unidas Podemos, se la ninguneó cada vez que se interesaba por el tema. Mónica García de Más Madrid lleva tiempo alertando sobre este y otros asuntos (Ayuso llegó a pedir la dimisión de García). Porque este no es el único caso. Ayer El Plural hablaba de 23 contratos con el hermanisimo. Lo de Juan Guerra empieza a ser un chiste. Hoy El Plural añadía leña al fuego: «La sociedad de la madre de Ayuso ha recibido más de 1 millón de euros y 25 contratos en Madrid desde que su hija está en el poder«.
Otra duda es sobre el papelón de Casado mañana en la Comisión de Control al gobierno. ¿Mantendrá su pregunta sobre las cesiones de Pedro Sánchez a sus socios para mantenerse en el poder?
Pablo Casado es el primer presidente del PP surgido de unas primarias. ¿En el partido de los señoritos se impone su voluntad a la de los militantes?
La primera certeza es la confirmación que Pablo Casado no tiene talla de líder. Muchos lo sospechaban. Otros estábamos convencidos. Y ahora son los suyos quienes no solo le ponen en entredicho, es que se lo quieren quitar de en medio. Como headhunter Casado no tiene precio. Se ha rodeado y apoyado en personas que ahora le dan las puñaladas.
La segunda certeza es que Ayuso es un títere de Miguel Ángel Rodríguez.
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