Asumo que ya conocerán la triste noticia del fallecimiento de Pelé. Ayer a las 20:04 Voz Pópuli publicaba el artículo que me encargaron sobre los hitos de Pelé. Mi texto arrancaba con el titular de esta entrada: O Rei ha muerto, larga vida al rey. El pantallazo que encabeza esta entrada es de la portada del diario digital.
El pasado 3 de diciembre Miguel Fiter de Voz Pópuli contactaba conmigo, a sugerencia de Víctor Lenore. Quería encargarme una pieza sobre los logros de Pelé. Le corría prisa, porque las informaciones de agencia daban horas de vida al astro brasileño. Mostré mi escepticismo al respecto. Incluso llegué a mandarle un mensaje tranquilizador de la actual pareja de Pelé (que me había llegado a través de mi compadre Raimundo Fagner). De cualquier manera la situación revestía gravedad y la idea de Fiter de tenerlo todo preparado era la correcta. Tanto es así que Voz Pópuli ha sido el primero en España en dar cobertura a la trágica noticia. Me enorgullece haber formado parte de esta iniciativa. En la que, por cierto, aunque quede mal decirlo, mi artículo y el de Alfredo Relaño en El País son los dos mejores que se han publicado. Del mío destaco un aspecto que no recuerdo que nadie haya mencionado: la importancia que tuvo que Pelé fuese negro, afrobrasileño en la terminología actual. Fue el primer ídolo mundial negro del fútbol. Algo que ya le sorprendió a los 17 años en su primer Mundial, el de Suecia 1958. Brasil era la única selección que jugaba con futbolistas negros. La aparición de Pelé, su calidad humana y excelencia deportiva, rompió todas las barreras y prejuicios. Y despejó el camino para muchos jugadores en .muchas partes del planeta
Cierro, recomendando que lean la nota de Voz Pópuli, con unas fotos. Primero dos con Fagner (la de las melenas es de los 70). Incluyo las de mi compadre porque gracias a él conocí a Pelé (en su ático de Manhattan, como cuento en Voz Pópuli).
La foto con Puskas, del partido en homenaje a Miguel Muñoz jugado en el Bernabéu en 1959, también está relacionado con el artículo. Ese día también se fotografió con Alfredo di Stéfano. Pero he preferido una de Raúl Cancio y que ilustra el texto de Relaño. El gesto de ambos me es muy familiar. Cancio es un maestro en captar momentos.