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Familia cercana

«Familia cercana«, mi traducción de «Immediate Family«, es un documental sobre los músicos de sesión que protagonizaron la renovación generacional en Los Ángeles. Los sucesores de los legendarios Wrecking Crew. Representan el cambio de paradigma artístico: suponía el afianzamiento del concepto de álbum. Y en el caso de la ciudad de Los Ángeles estaban agrupados en la zona de Laurel Canyon (que también tuvo su documental). Al lado de gente del rock como Zappa, Clapton o Jim Morrison, se encontraban desde 1965 The Byrds (David Crosby siempre presumió de ser el primero en mudarse al barrio), Buffalo Springfield, Brian Wilson, Gram Parsons, Joni Mitchell, Jackson Browne, Linda Ronstadt, Fleetwood Mac, Carole King, James Taylor, Graham Nash o The Mamas & The Papas.

«Familia cercana«/»Immediate Family» está dirigido por Denny Tedesco, que ya realizó el documental sobre los Wrecking Crew. Además de los cuatro miembros de la familia (Russ Kunkel, Leland Sklar, Danny Kortchmar y Waddy Watchel) se incluyen intervenciones de los artistas con los que grabaron y giraron y también de admiradores como Keith Richards. Se estrena el 15 de diciembre en cines de EEUU y online.

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50 años del «Exile On Main Street»

Este mes el monumental «Exile On Main Street» de los Rolling Stones cumple 50 años. En mi opinión este doble álbum es el mejor de su carrera. Para muchos críticos es el segundo, detrás del «Sticky Fingers«, su predecesor. En cualquier caso culmina una racha de estupendos discos de estudio que se inició con el «Aftermath» de 1966. Siguió con dos LPs que igual hoy están injustamente olvidados: «Between The Buttons» y el infravalorado «Their Satanic Majesties Request«. Tras estos dos otra joya indiscutible: «Beggars Banquet«. Después vino otro discazo «Let It Bleed«. La década de los 70 la estrenan con su propia compañía, Rolling Stones Records. El primer lanzamiento fue «Sticky FIngers» (1971) y el segundo «Exile On Main Street» (1972), que es el décimo álbum de estudio de la banda.

«Exile On Main Street«, doble álbum de 18 temazos (con la aparición del CD las 18 canciones cupieron en un solo CD), fue n.º 1 en USA y UK y dio pie a su primera gran gira por Estados Unidos, la que cimentó su reputación como la mejor banda en directo (con permiso de los Who). Y la que los catapultó a los grandes estadios.

El sonido de «Exile…» es sucio, denso, intenso, reflejo de los momentos que los Stones estaban viviendo. Exiliados fiscales de su país, por culpa de su manager (Allen Klein), se instalaron en la Costa Azul francesa. La base de operaciones fue la casa alquilada por Keith RIchards en cuyo sótano montaron el estudio y se trajeron su Rolling Stones Mobile Studio. Las finanzas del grupo estaban en crisis por el rejonazo que les había metido Klein. Este personaje, Klein, es el auténtico malo de la película en la separación de los Beatles, es decir el verdadero Yoko Ono de la historia.

El sexo, drogas y rock & roll tiene su banda sonora en este «Exile…«. Las entradas y salidas de la casa eran incontables. La presión policial, que vigilaba la mansión y sus alrededores ante el constante desfile de camellos, provocó que Gram Parsons fuese invitado a abandonar la residencia. Keith RIchards afianzó su adicción al caballo y Mick Taylor inició la suya. Todo esto se refleja en el sonido del disco, incluyendo un ambiente caótico (aunque el producto final no lo sea, porque se mezcló fuera de este ambiente, en Los Ángeles).

«Exile On Main Street» es un disco tan urbano como rural. Es sobre todo sureño, en la onda de lo que hacían esos días Delaney & Bonnie (subyugaron a Eric Clapton que se fue de gira con ellos) o Joe Cocker con la banda que montó Leon Russell para el «Mad Dogs & Englishmen«. Es decir una amalgama de blues, rock, soul, espirituales y country. De hecho la segunda cara del «Exile…» está dedicada a lo que entonces se conocía como country rock y hoy llamamos americana. El «Sweet Virginia» que encabeza esta entrada es el mejor ejemplo. En cuanto al blues rescataron un tema de Robert Johnson y volvieron a darle cancha a Slim Harpo grabando su «Shake Your Hips» (una de sus canciones dio nombre al grupo Moody Blues). En el primer LP de los Stones ya grabaron un tema de Slim Harpo: «I’m A King Bee» con el que debutó discograficamente a finales de los 50.

He notado que hay cierta confusión sobre la fecha de lanzamiento de «Exile On Main Street«. Muchos citan el 12 de mayo. Asumo que es por la Wikipedia. La referida al álbum en español y la de la discografía del grupo en inglés. Se retroalimentan. En cambio en la página en inglés dedicada al «Exile…» mencionan 26 de mayo. Que es la fecha de lanzamiento en Gran Bretaña. Las fechas correctas son 22 de mayo en Estados Unidos y la mencionada del 26 de mayo en UK.

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Graham Nash y Neil Young vs. Eric Clapton y Van Morrison

Young Spotify

Algunas veteranas estrellas del rock han envejecido fatal. Otras no. Los cuatro mencionados, Graham Nash, Neil Young, Eric Clapton y Van Morrison, representan actitudes contrapuestas. Los cito por ser ejemplos recientes.

Neil Young ha saltado a la palestra por su enfrentamiento con Spotify. Ha acaparado titulares y noticieros de TV. Su postura frente a la difusión en la plataforma de un podcast antivacunas, el de Joe Rogan, le llevó a plantear la disyuntiva «o Rogan o Young, los dos no». Y solicitó que retirasen su música si pretendían continuar con los mensajes antivacunas.

Spotify ha decidido apostar por Rogan, un fichaje estrella en el que basan su política comercial de expandirse en el universo podcast. Su buen dinero les costó contratarle. En cambio, Neil Young y su música son algo residual para Spotify. Pero lo que quizás no hayan calculado es una probable crisis reputacional. Porque la conclusión lógica es que Spotify apoya a los antivacunas. O al menos les da cancha. ¿Seguirán otros artistas el ejemplo de Neil Young?

A nivel personal he cancelado mi cuenta. Y añado que hace meses me ofrecieron hacer un podcast. Y lo rechacé por las mismas razones que Young: no quería estar junto a ciertos personajes.

Nash, excompañero de Young en CSN&Y, se ha enfrentado a Robert Kennedy Jr. El hijo del aspirante a la Casa Blanca y sobrino del presidente, es un conocido activista antivacunas. En un mitin antivacunas organizado por Kennedy Jr. presentaron un video en el que se apropiaron de un fragmento de la canción «Chicago» de Nash. El autor ha puesto el grito en el cielo y ha anunciado que tomará medidas al respecto.

Eric Clapton se ha convertido en un abanderado en contra de la seguridad de las vacunas. Parece que tuvo problemas con la segunda dosis. No fue el único (estábamos avisado de los efectos secundarios). Quizás en su caso su delicado estado de salud y un largo historial de excesos hayan contribuido. Pero es del género idiota pensar que tus problemas sean universales, cuando somos millones los vacunados. Y hablar de un proceso de «hipnosis colectiva» es una chorrada de tomo y lomo. Sting le desmontó las tontunas en su día y ha ido perdiendo amigos por el camino, como Robert Cray. Clapton ha grabado al menos un tema contra las vacunas.

Van Morrison es un reconocido gruñón. Así que sus exabruptos no deberían extrañar. Pero sorprenden porque no se le conocen declaraciones sobre otros asuntos graves. Solo ha alzado la voz contra los confinamientos, primero, y luego contra las vacunas. Su actitud ha terminado en los tribunales (el juicio debe celebrarse en las próximas semanas). Morrison y Clapton editaron una canción contra el confinamiento.

En un país como España, ejemplo mundial de vacunación, me extraña la proliferación de voces negacionistas provenientes del mundo de la música. Desde Miguel Bosé hasta La Polla Records. Menos mal que nos queda Miguel Ríos, ejemplo de sensatez.

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Tulsa Power

Tulsa Power y más concretamente el Instituto Will Rogers de la ciudad del estado de Oklahoma, a orillas del rio Arkansas. En sus aulas coincidieron J.J. Cale, Leon Russell, Elvin Bishop (que formaría parte de la Paul Butterfield Blues Band cuando fue a la universidad en Chicago) y David Gates, cofundador de Bread. También la fenomenal sección rítmica formada por Carl Radle, al bajo, y Jim Keltner, a la bateria, fueron alumnos del centro. Ambos son instituciones. Radle formó en Derek and The Dominoes, el grupo de Eric Clapton y Duane Allman. Keltner estuvo con John Lennon y George Harrison en sus proyectos tras los Beatles y en los Traveling Wilburys. Entre los dos suman cientos de grabaciones y giras.

El primer grupo de David Gates en el instituto tuvo a Leon Russell de pianista. Gates fue el primero en mudarse a Los Angeles. Le siguieron Russell, Cale y los demás. Bishop fue la excepción.

En el video una actuación completa, de 1979, de J.J. Cale y su banda con Leon Russell. Rodada en los estudios Paradise de Russell en LA.

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El tributo de Eric Clapton a J.J. Cale

Eric-Clapton-JJ-Cale-The-Breeze

El esperado tributo de Eric Clapton a la figura del desparecido JJ Cale está a punto de ver la luz. Coincidirá con el primer aniversario de su fallecimiento. Titulado «The Breeze (An appreciation of JJ Cale)» viene firmado por Eric Clapton & Friends. Algunos de los amigos son Tom Petty, Mark Knopfler, John Mayer y Willie Nelson.

Mientras esperamos mes y medio para su publicación nos llega el primer tema del álbum «Call Me The Breeze» (1972), popularizado en su día por Lynyrd Skynyrd.

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J.J. Cale (5/12/1938 – 26/7/2013)

JJ Cale

Un ataque al corazón se llevó esta pasada madrugada por delante a un grande entre los grandes: JJ Cale. Su música, sus canciones, han influido a varias generaciones.  Luminarias como Mark Knopfler, Neil Young y sobre todo Eric Clapton le han citado como una de sus influencias. Precisamente fue Clapton quien le dio a conocer popularmente cuando grabó versiones de sus temas  «After Midnight» y «Cocaine«.

Con Eric «Slowhand» Clapton grabó y giró. Carlos Santana, Tom Petty, Lynyrd Skynyrd son otros artistas que también interpretaron sus composiciones. La banda de Ronnie Van Zant eligió «Call Me The Breeze«, incluida en su segundo álbum «Second Helping» (1974) producido por Al Kooper y que contenía el ya clásico «Sweet Home Alabama«. Aquí podremos ver una  versión en directo de JJ Cale con Eric Clapton.

Para finalizar un descubrimiento, toda una joya: JJ Cale y Leon Russell. Al principio de este siglo se hallaron las cintas de una grabación conjunta de ambos maestros en los estudios Paradise, propiedad de Russell. No se lo pierdan.

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Carta a la Defensora del Lector de El País

30 de septiembre de 2010

Enviada el 28-09-10 a la atención de MILAGROS PÉREZ OLIVA:

Muy Sra. mía:

Como lector diario de su periódico, desde su primer día de publicación, le escribo en referencia al artículo Cuando Clapton sollozaba de Diego A. Manrique. Y también quisiera ponerla en antecedentes: admiro el gusto musical y buen criterio del Sr. Manrique. Por eso me sorprendió leer el lunes pasado lo que es todo un libelo. Donde esperaba encontrar una nota sobre Eric Clapton, artista al que admiro, sólo hallé una nota saldando asuntos personales.

El País no parece ni debería ser el lugar para dirimir vendettas entre compañeros de profesión. Y de PRISA, porque ambos protagonistas del relato son colaboradores de las empresas del grupo.

Resulta un acto de cobardía recurrir al anonimato para evitar caer en el delito de injuria. Lo cual es una demostración clara de las malas intenciones del autor del escrito.

 ¿Si se pretende narrar un desencuentro por qué ocultar el nombre del antagonista? Esto es tirar la piedra y esconder la mano. Y si se pretende interesar al lector en temas particulares ¿no será mejor conocer la identidad de los protagonistas?

De ser verdad los hechos que narra DAM ¿por qué no efectuó ninguna denuncia?  Escribe: […] Su cara se contorsiona en una mueca de odio y una catarata de insultos me paraliza. Cuando llega a mi altura, me suelta un manotazo en el hombro y escupe: «Un día, te van a dar una paliza». Me quedo mudo mientras se aleja invocando a mi madre a todo pulmón. […]

Las amenazas son un delito, o una falta, consistente en el anuncio de un mal futuro ilícito que es posible, impuesto y determinado con la finalidad de causar inquietud o miedo en el amenazado. Y los insultos pueden serlo también. Insisto en la pregunta: ¿por qué Diego A. Manrique no efectuó ninguna denuncia? Y añado una vez más: ¿es El País el sitio idóneo para disputas personales entre colegas?

De no ser verdad lo narrado en la columna del lunes estaríamos ante una calumnia: la imputación falsa a una persona de la comisión de un hecho que la ley califique como delito, a sabiendas de que éste no existe o de que el imputado no es el que lo cometió.

En España, el artículo 205 de Código Penal establece que «la calumnia es la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad».

Le agradezco de antemano su tiempo para con este asunto y me despido atentamente,

Adrian Vogel

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Un siglo de canciones 77: «Sunshine Of Your Love»

15 de julio de 2010

Cream está considerado como el primer supergrupo de la historia del rock. Se formaron de forma espontanea y no predeterminada, como sucedió con demasiada frecuencia años después.

Eric Clapton venía de los Bluesbreakers de John Mayall y The Yardbirds. Ya era «God». De hecho cuando Jimi Hendrix aterrizó en Londres, para establecerse, estaba como loco por conocerle y tocar juntos. El encuentro se produjo gracias a su manager Chas Chandler, ex bajista de The Animals, quien orquestó su llegada a la capital inglesa.

Ginger Baker era un crack de la escena del blues y del jazz británico. Por aquel entonces lideraba la Graham Bond Organization (ante la incapacidad de Bond, Graham Bond). Se le consideraba uno de los mejores baterías de las islas, sino el mejor.

Jack Bruce había coincidido con Clapton en la banda de Mayall y con Baker en la GBO (sus trifulcas eran sonadas, incluso en el escenario; el baterista le echó del grupo y le prohibió la entrada a un concierto a punta de navaja). También estuvo en Manfred Mann. La timidez del guitarrista a la hora de enfrentarse a un micro facilitó su aterrizaje como cantante (aparte de tocar el bajo).

«Sunshine Of Your Love» representó un paso al frente  decisivo en la carrera de Eric Clapton: aceptó el éxito comercial de la canción (había abandonado los Yardbirds disgustado por el hit que supuso «For Your Love«) y cantó partes solistas junto a Bruce.

Tras una actuación de la Jimi Hendrix Experience, en Londres, Jack Bruce volvió corriendo a su casa y compuso la parte del bajo (inspirado por la tormenta que acababa de presenciar). Clapton completó con los riffs de guitarra y el solo. Baker redondeó con ese sonido tan característico de la canción y que tanta influencia tuvo .

«Sunshine Of Your Love» se grabó en los estudios de Atlantic de Nueva York (mayo del 67). El productor fue Felix Pappalardi (The Youngbloods), de accidentada vida y trágica muerte: se quedó sordo como miembro -fundador- de Mountain y falleció de un disparo de su mujer (aunque fue condenada ella siempre insistió en que fue un accidente). Formó parte del segundo álbum de Cream «Disraeli Gears«, el cual se editó en Noviembre de 1967.

Compuesta por Jack Bruce, Eric Clapton y Pete Brown llegó al nº 5 de las listas de singles en EE.UU. En el Reino Unido no le fue tan bien: fue el segundo sencillo del álbum, y el anterior «Strange Brew» (escrita por Pappalardi y su esposa junto a Clapton) tuvo mejor recorrido. El caso es que es un clásico del rock, que ha perdurado en el tiempo, y pertenece a una época en la que los singles de rock eran brillantes y excitantes.

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Un siglo de canciones (todos los posts)

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Un siglo de canciones 57: “Nobody Knows You When You’re Down And Out” (por Antonio Perea)

16 de febrero de 2010

Notaréis cierta precipitación en el estilo de esta entrada con la que El Mundano me vuelve a acoger en su serie de canciones del siglo veinte. La razón de esta redacción descuidada es que, efectivamente, estoy escribiendo muy deprisa, porque el comentario sobre “Nobody Knows You When You’re Down And Out” perderá gran parte de su oportunidad cuando finalice la crisis. Y esto es algo que va a suceder en cualquier momento, se lo he oído decir al presidente. O sea que ya estoy tardando en empezar a contaros cosas.

Y es que si hay una canción que merezca ser reconocida como banda sonora de una crisis económica, esa es “Nobody Knows You When You’re Down And Out”. La culpa la tuvo una de las estrellas del jazz y el blues de los años veinte en USA –lo que en ese estilo de música equivale a decir de la historia-, la gran Bessie Smith, para quien al parecer compuso Jimmy Cox esta canción nada más y nada menos que en 1923. Smith la popularizó en los años de  euforias alternadas con incertidumbres que precedieron y enmarcaron el crack del 29.

 

No cuesta trabajo imaginar a aquellos “nuevos pobres” rodeando a la cantante en cualquier club de mala muerte de la época de la depresión, asintiendo con la cabeza al identificarse con la historia de perdedores que desgranaba su texto mientras agitaban en la mano rítmicamente, para deshacer cuanto antes el hielo, un whisky casero espantoso destilado en alguna bañera anónima de la ley seca. Pronto llegaría la segunda guerra mundial, y con ella la  reactivación de la industria de su país y su reconocimiento mundial como los aliados de la razón y la democracia. Un justo reconocimiento, por cierto, cimentado en las brigadas internacionales de la guerra de España y consagrado en las barcazas del desembarco de Normandía. Lo de después fue diferente.

La misma canción hablaba también del fin de la estrechez económica, del momento en que esos mismos amigos que hoy se comportaban como completos desconocidos –“Nadie te conoce cuando estás arruinado”- se apresurarían a ofrecer de nuevo su amistad, -“recuérdame, soy aquel amigo tuyo”-. Quizá la historia pudiera extrapolarse a Eisenhower y McArthur, aquellos militarotes que en los años treinta arrasarían a sangre y fuego las concentraciones de chabolas donde se refugiaron las victimas de la depresión tras perderlo todo, incluyendo su casa y sus enseres. Sus tropas disparaban contra ellos, sus familias y sus chamizos miserables. Mañana les iban a pedir que fueran a la guerra a defender rifle en mano, incluso con su vida, los principios de la nación americana; y pasado mañana les pedirían su voto en las presidenciales. “Recuérdame, soy aquel amigo tuyo”.

La mayoría de nosotros no conocíamos estas cosas cuando por primera vez escuchamos la canción. Ni siquiera sabíamos que estábamos ante un monumento sonoro histórico, casi arqueológico, que había atravesado incólume un océano de años, estilos, crisis y reactivaciones. Lejos de ello, pensábamos que era cosa de Eric Clapton, porque la descubrimos entre el “surtido de canciones de amor” que acompañaban a “Layla” en aquél álbum mágico de Derek and The Dominos. O una extravagancia más de José Feliciano (esta es la primera versión que yo conocí) quien la incluyó en su actuación en vivo en Londres en 1969, recogida en un álbum financiado en buena parte por Coca Cola. Pero la verdad es que la lista de interpretaciones es interminable y se pierde en las profundidades de los años más tenebrosos del siglo veinte. Hablamos de un auténtico clásico por encima de las modas y del tiempo, como decían los publicitarios del Chanel nº5. Desde la original Bessie Smith, pasando por Alberta Hunter, Leadbelly, Count Basie, Dick Hyman, Josh White, Nina Simone, el mencionado Feliciano, Spencer Davis, Janis Joplin, Pete Seeger, Otis Redding, Allman Brothers, Rod Stewart… docenas de voces de primera fila unieron sus nombres al de esta canción, ingrata para el lucimiento de la voz, de letra incómoda, y sin embargo, emblemática de cómo a veces una sencilla composición puede convertirse en himno de un momento, de una época e incluso de un modo de ver la vida.

Once I lived the life of a millionaire,
Spent all my money, I just did not care.
Took all my friends out for a good time,
Bought bootleg whisky, champagne and wine.

Then I began to fall so low,
Lost all my good friends, I did not have nowhere to go.
I get my hands on a dollar again,
I’m gonna hang on to it till that eagle grins.

‘Cause no, no, nobody knows you
When you’re down and out.
In your pocket, not one penny,
And as for friends, you don’t have any.

When you finally get back up on your feet again,
Everybody wants to be your old long-lost friend.
Said it’s mighty strange, without a doubt,
Nobody knows you when you’re down and out.

When you finally get back upon your feet again,
Everybody wants to be your good old long-lost friend.
Said it’s mighty strange,
Nobody knows you,
Nobody knows you,
Nobody knows you when you’re down and out.

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Un siglo de canciones (todos los posts)

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Vuelve la Plastic Ono Band

12 de febrero de 2010

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