La esperada final del Mundial de Rugby Japon 2019 enfrentaba a Inglaterra y Sudáfrica. Dos estilos diferentes que ya habían disputado la final de 2007 (ganada por los sudafricanos). Inglaterra, además de la revancha, buscaban su segundo Mundial. Sudáfrica el tercero, para igualar a Nueva Zelanda en el palmarés. De los ocho Mundiales disputados Inglaterra ha sido la única selección del hemisferio norte en ganar el título (Francia perdió las finales que disputó).
La primera sorpresa se produjo al minuto y medio: Pollard no transformó un golpe de castigo favorable a los Springboks. La segunda se produjo poco después: el XV de la Rosa perdía a su pilier Sinckler por un golpe contra con un compañero. Baja importante (como se pudo comprobar a lo largo de la final: el pack inglés acusó no tener un recambio a su nivel).
En estos primeros minutos Sudáfrica tenía acorralada a Inglaterra en su propio campo. Hasta que Pollard anotó sus primeros 3 puntos en el minuto 9.
En el 20 las tornas cambiaron: el sudafricano Mbonambi se lesionó y Owen Farrell empató a 3. Cinco minutos después Pollard adelantaba a Sudáfrica (3-6). Esto reactivó a los de la Rosa que por fin empezó a imponer su rugby. Durante unos minutos se jugó en la linea de 22 de los Springboks. Y en un par de ocasiones a un metro de conseguir el ensayo. Este dominio desembocó en un golpe de castigo, en el 35, transformado por Farrell, empatando la final (6-6). Tres puntos parecían poco botín para los ingleses. Sobre todo porque tres minutos después Pollard volvía a anotar. 6-9 para Sudáfrica.
En la penúltima jugada de la primera mitad un patada a seguir sudafricana es mal interceptada por Daly: pierde el oval y hace un avant. De la correspondiente melé se acaba en un golpe de castigo (que precedió a un adelantado de Pollard). Pollard anotó y nos fuimos al descanso con un 6-12 para los Springboks.
La tercera y mayor sorpresa de esta primera mitad fue que Sudáfrica jugó a la mano más de lo que nos acostumbra.
El inicio de la segunda parte siguió la tonica de la primera. Una melé sudafricana en el 45 tuvo como consecuencia un golpe de castigo que Pollard no perdonó. 6-15 en el marcador. Una diferencia que podría ser definitiva. Cinco minutos después Farrell anotaba tres puntos. 9-15. Y seguíamos sin ver un ensayo. En el 54 Farrell tuvo la oportunidad de volver a marcar pero su kick se fue fuera de los palos. Minutos después Pollard volvía a lo suyo y 9-18. Responda la Rosa con Farrell un par de minutos después. 12-18.
A falta de 20 minutos Inglaterra necesitaba un ensayo como el comer. En una final en la que aún no se había logrado ninguno.
En el 62 Pollard fallaba su segundo golpe de castigo de la final (producto de un fallo de Watson: cometió una falta innecesaria cuando su compañero tenia ganada la posición tras la patada de De Klerk). En descargo del sudafricano decir que lo realmente meritorio hubiese sido anotar (Pollard lo intentó desde su campo).
Mapimpi sentenció en el 65: su patada a seguir es recogida por un compañero que se la devuelve al alero que siguió la jugada por su banda izquierda. Mapimpi anotaba el primer ensayo de la final. El árbitro puso suspense pero validó la jugada. Pollard logró los dos puntos adicionales. 12-25 para Sudáfrica. Inglaterra ya necesitaba dos ensayos. Y el reloj corría a favor de los Springboks.
El remate lo puso una perdida inglesa en carrera. El rugby lo recoge Klobe en la derecha y se lanza para lograr el segundo ensayo sudafricano. El ala del Toulouse batió a dos defensores con un cambio de pie y se disparó hasta el banderín. Pollard anotó los dos puntos extra. 12-32 a falta de cuatro minutos. Fue el marcador final de una gran final.
Inglaterra perdió su imbatibilidad en la final, el último partido del torneo. Sudáfrica la perdió contra Nueva Zelanda (medalla de bronce tras derrotar ayer a Gales) en su primer partido, el inaugural. La superioridad sudafricana fue manifiesta: se jugó a lo que ellos quisieron. Inglaterra, salvo unas pocas fases, se vio atenazada y no pudo mostrar su juego (de hecho no consiguieron ningún ensayo).
¡Sudáfrica tricampeón mundial! Y el rugby vuelve a ser simbolo de unidad para un país que de nuevo tiene problemas. Kolisi es el primer capitán «afrofricano» en la historia de los Springboks. Sus palabras al final del partido fueron en este sentido. ¡Emocionante!
P.D.: Vermuelen fue el MVP de la final. Para el 8 de Sudáfrica a sus 33 años era su primera final de Mundial (fue tercero en 2015).