El 0-3 al descanso del España-Inglaterra, de la Liga de Naciones, era consecuencia directa de decisiones arbitrarias de Luis Enrique. Por eso considero que el batacazo es suyo. Por ejemplo: no se puede confiar el lateral derecho a un lateral izquierdo, quien apenas debutó con la selección, en Cardiff, en la segunda parte contra Gales. Me refiero a Jonny (J. Otto en la camiseta). El primer gol vino por su banda: perdió la posición y no la recuperó, en una contra rápida de los ingleses. El disparate se completó con Sergio Ramos y Nacho en la inopia. De Sergio Ramos, como del otro Sergio, Busquets, podemos decir que no atraviesan sus mejores momentos (y la irregular marcha de sus clubes así lo demuestra). Entiendo que es muy complicado sentar a ambos Sergios, así que pasaremos por alto estas titularidades. Pero no así las de Marco Asensio y Rodrigo.
Marco Asensio está atravesando su momento más bajo de forma de las tres ultimas temporadas (y en el Real Madrid lo sabemos). No está para ser titular, ni en su club ni en la selección.
¿Por qué es titular Rodrigo? No lo es en su club y además el Valencia, en un mal comienzo de Liga, está en el puesto 13 del campeonato. Tanto Morata como Alcácer atesoran más méritos. Uno juega en el colider de la Premier y el otro es máximo goleador de la Bundesliga y líder de la misma con el Borussia Dortmund (además de venir de marcar dos goles en Cardiff). Rodrigo, en la primera mitad, no la olió. Ni remató, como si fuese Benzema.
Sigo sin entender la ausencia de Jordi Alba. Este tipo de caprichos o fobias personales me parecen muy poco profesionales en un seleccionador. Y viendo el partido de Marcos Alonso de ayer tampoco hay justificación alguna. El bravo defensa no tuvo su día y no dio un pase bueno en ataque. Tampoco lo hizo Jonny por la otra banda.
Alcácer y Ceballos entraron en el 57 por Aspas y Saúl. Mi opción hubiese sido quitar a Rodrigo y a Busquets o Asensio, pero en el descanso (y si me apuran dar entrada a Koke antes que a Ceballos). El primer remate de Alcácer, de cabeza a la salida de un córner, a los pocos segundos de salir, fue gol. 1-3.
Sterling no marcaba con su selección desde 2015, cuando logró los dos únicos goles que ha marcado con Inglaterra. Anoche metió dos (y ya suma cuatro). Rashford hizo el otro. Tanto el 0-2 como el 0-3 tuvieron de (desafortunados) protagonistas a Nacho y Ramos. Kane volvió locos a nuestros dos centrales, sobre todo en la primera mitad, y el capitán no supo ni pudo imponer su categoría y galones.
Con 1-3 en el marcador, un fallo del portero, Pickford, permitió a Rodrigo robarle la pelota. No consiguió marcar porque el meta recuperó la posición (se reclamó penalti de Pickford por agarrón a Rodrigo, pero qué demonios a puerta vacía un delantero tiene que meter el pie para empujar la pelota a gol y no intentar entrar en la portería con ella controlada). Con lo llorones que somos, en los asuntos del arbitraje, ya tenemos la excusa perfecta (obviando que igual Rodrigo hizo falta en su forcejeo inicial con el portero).
En el 72 Morata entró por Rodrigo. 12 minutos tarde. En el 87 estuvo a punto de hacer el 2-3 de rebote, pero el rechace se le fue fuera.
Sergio Ramos con un gol en el último segundo terminó de maquillar el resultado -y su actuación. El árbitro había añadido siete minutos de descuento. Y Ramos anotó este segundo gol español poniendo el 2-3 final en el marcador. Instantes antes Marcos Alonso había estrellado un remate en el palo.
Nos la prometimos tan felices y volvimos a las andadas… por los mismos personalismos de toda la vida (del seleccionador y de algunos jugadores).
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