Mal día en Can Barça

AS

Fue un mal día en Can Barça. Empezaron perdiendo la Liga ACB frente al Baskonia y luego empataron en el Camp Nou ante el Atlético de Madrid.

En un buen partido, jugado a un ritmo alto teniendo en cuenta el calor reinante, tuvo varios protagonistas: Diego Costa, Carrasco, el árbitro y el VAR.

Se adelantó el Barça con un incomprensible gol en propia puerta de Costa. Apenas llevábamos 10 minutos de encuentro. Minutos después una arrancada de Carrasco desde su campo, superando a Piqué en carrera (había subido a rematar un saque de esquina y ya le pesan los años así como el calor y su corpulencia). A Carrasco le sale Arturo Vidal, que había hecho muy bien la cobertura a Piqué. Carrasco, ya en el área, sorprende con un recorte y Vidal le derriba. Penalti. Lo lanza Diego Costa y Ter Stegen lo para. El árbitro, con la ayuda del VAR, mandó repetir el lanzamiento, porque el meta culé se había adelantado y no había mantenido ni un pie sobre la línea de gol. El Barça protestó. Esta vez lanzó Saúl y empató en el 18.

Llegados a este punto hagamos un breve repaso de protestas azulgranas. Su entonces técnico Pep Guardiola, cuando no había VAR, se quejó de un árbitro porque había acertado. Sí, han leído bien. Su razonamiento era que por unos pocos centímetros había acertado y que igual se podría haber equivocado, que era lo que servía a sus intereses. En la reanudación de esta Liga 2019/20, tras el forzado parón por la pandemia, el Barça ha inaugurado otra modalidad de protesta, basada en aquella de Guardiola: quejarse de los aciertos, esta vez del VAR. Lo hemos visto en las últimas jornadas y especialmente tras el Real Sociedad-Real Madrid. Ahí quedan las palabras insinuantes, desde Piqué hasta las de Quique Setién. Es decir, desde un crack hasta un mediocre. Ayer volvieron las protestas porque, tanto el árbitro como el VAR, acertaron en repetir el lanzamiento de la pena máxima. Otras cosa es que sea un hecho poco frecuente o que los niños mimados del Barça no estén acostumbrados a que les lleven la contraria.

En la segunda mitad hubo dos penaltis más. El 2-1 marcado por Messi a lo Panenka y Saúl empató a dos, tras otra carrera vertiginosa de Carrasco. A mi no me parecieron penalti ninguno de los dos. Con los colegas que comprobé, los que me contestaron (Carlos Rioyo, Paco Martín, Miguel Ríos, Nacho Gallego y Humberto Ríos) coincidían conmigo. Eramos madridistas y rojiblancos. De los culés no me respondió ninguno. Dicho lo cual, entiendo que tanto el árbitro, que estaba ahí, y el VAR, disponen de más medios y recursos que nosotros, meros televidentes y a expensas de las repeticiones que tengan a bien ponernos.

Diego Costa remató su aciaga noche con una amarilla, en una entrada grosera a Riqui Puig (¡qué buena pinta tiene este chaval!). Fue la última intervención de Costa ya que el cambio estaba previsto.

Tiene su mérito ver cuatro goles, aunque tres sean de penalti, con dos porterazos en el campo como Oblak y Ter Stegen. También vimos al mejor Barça desde que volvió la Liga. Y a un Atleti en su línea ascendente, muy fuerte fisicamente.

El Barça recorta un punto al Real Madrid. No, no estoy de broma. Es que no me fio para nada del Getafe. Un rival duro, correoso y que nos crea problemas. Un empate ante los azulones dejaría las cosas como estaban antes de esta jornada. Si ganamos nos  vamos a cuatro puntos de ventaja más el del goal average. Y a esperar al fin de semana: visitamos Bilbao (sin su jugador n.º 12) y ellos van a Villareal… Podría ser una jornada casi definitiva.

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