Con el triunfo en Berlín, 2-3, frente al Union Berlin el Real Madrid logra el pleno de victorias en la fase de grupos de Champions. Son seis triunfos en seis partidos. Los cinco goles del encuentro engañan respecto al nivel del juego. Los alemanes tuvieron arreones, al principio del partido y tras empatar a dos en el 84. El Madrid tocó y tocó. Alternó aciertos (las tres jugadas de los goles y el larguero de Joselu) con errores (los de Alaba y el penalti fallado por Modric).
Ancelotti presentó varios cambios. Reapareció Kepa, descansaron Rüdiger, Mendy y Kroos. Brahim se quedó en el banquillo y el bigoleador Joselu fue titular.
El primer arreón berlinés fue nada más arrancar el partido. Fruto del primer error garrafal de Alaba. Kepa se lució y evitó el gol de Khedira (hermano pequeño de Sami, exjugador blanco). No había pasado ni un minuto de la jugada anterior y crearon otra ocasión. Nacho salvó bajo palos. A partir de ahí conducidos por Fede Valverde y Modric el Madrid se fue recomponiendo. Bellingham intentó marcar. Tres remates suyos vacunaron al rival. Con una defensa de cinco, ajustaron líneas y ya no se mostraron tan alegres e impetuosos como en los primeros minutos. El cabezazo de Joselu al larguero encendió las alarmas rojas del equipo local. Veían que con muy poco el Madrid los ponía en apuros.
El segundo error garrafal de Alaba, que fue el del 1-0, vino precedido por el penalti fallado por Modric. Corría el último minuto de la primera mitad y una mano tonta es señalada. Modric tira mal por el centro y el meta vencido a un lado logra despejar con el pie. O quizás el balón se tropezó con su pie. Y a la jugada siguiente Alaba no despeja bien y acaba pasando el balón a Volland que anota el primer gol del partido. 1-0 al descanso, en una primera mitad que comenzó con un fallo de Alaba y terminó con otro del mismo jugador. No está en su mejor momento y el partido de ayer fue el peor de su carrera en el Madrid.
Valverde se quedó en el vestuario y Kroos fue su reemplazo. El cambio era una mezcla de dos factores: rotación (Valverde) y táctico (Kroos). Ambos son titulares indiscutibles.
A la hora de juego empató Joselu. Se fue Rodrygo por la banda derecha (sí, derecha, donde rindió más que en la primera mitad por la izquierda). Volvió locos a sus defensores y templó un pase perfecto a la cabeza de Joselu. En la Liga del VIllarato y del Negreirato lo hubiesen anulado, porque el delantero madridista forcejea con el central y se apoya (creo que tras cabecear, algo que en nuestra Liga nunca tendrían en cuenta).
Justo cuando me preguntaba por qué seguía Alaba en el campo vi a Rüdiger calentando en la banda. El cambio se produjo en el 70. Y dos minutos después Joselu volvía a marcar de cabeza, esta vez a pase de Fran García. Este tanto tiene varias dificultades. La primera es la posición: Joselu entra por el vértice del área chica, por tanto está ladeado cuando remata. Y luego es un centro a media altura y se adelanta en media plancha a uno de los tres centrales para poder cabecear. 1-2. El empate a dos llegó en una cadena de desaciertos en defensa: faltó contundencia en el despeje en la frontal del área. El último fue Brahim, quien había sustituido a Rodrygo en el 79. Un zapatazo raso y cruzado de Kral se coló en nuestra portería finalizando la jugada (min. 84). Cuatro minutos después Bellingham divisó a Ceballos entrando al área por la derecha y le filtró el balón. El utrerano cruzó al palo contrario y el balón desviado levemente por un defensa entró. 2-3. Ancelotti consumó el cambio previsto: Nico Paz por Ceballos. El gol no alteró el plan del técnico. Me gusta que Ancelotti de minutos al canterano.
Mientras me aburría viendo el partido y seguro de la victoria recordé un episodio reciente. Pensé que la anécdota en el Museo de Historia de Budapest era apropiada para definir este encuentro. Estabamos haciendonos unas fotos, en la sala que recoge las del levantamiento en Budapest de 1956 y la posterior entrada de tanques soviéticos del fotógrafo checo John Sadovy para la revista Life. Un muchacho se nos acercó para decirnos que nos podía hacer unas fotos juntos si queríamos. Usó el teléfono de La Mundana. Cuando nos preguntó de dónde éramos y al contestarle que de Madrid se desabrochó la cazadora y nos mostró la bufanda del Real Madrid. Nos contó que era de Kazajistán y que había asistido al Real Madrid-Nápoles. Excelente partido fue mi comentario. El suyo fue que no era un partido importante, que era de trámite. Expliqué que para el Madrid ningún partido es de trámite porque los rivales se toman muy a pecho jugar contra nosotros. Además un partido de Champions nunca es de trámite. También incidí que era importante lograr el primer puesto del grupo (de cara al sorteo de octavos) y los ingresos UEFA por victoria. Al decirle que era el socio 2.410 el amable y simpático kazajo quiso hacerme una foto (me sentí muy halagado, para que nos vamos a engañar). Recordaba esta conversación mientra veía y me aburría con el trámite del partido de anoche.
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