El diario ABC redobla su apuesta por los toros porque según ellos lo hacen en nombre de la defensa de la cultura y la libertad. Es impresionante los tropelías que se cometen en nombre de la cultura y la libertad. No recuerdo ninguna época en que se haya tomado más en vano ambos conceptos.
Me irritan profundamente los abusos en nombre de la libertad. ¿Qué libertad? La que reivindican franquistas y neofranquistas, nostálgicos del Régimen (que era una dictadura y no una dieta). Esos mismo que ayer se manifestaban libremente en Madrid contra el gobierno, porque estamos en democracia. En ese franquismo que añoran las manifestaciones estaban prohibidas y las policía cargaba para disolverlas. Se saldaban con heridos, detenidos y a veces muertos. Que unos defensores de la dictadura franquista llamen dictador al actual presidente de un gobierno que autoriza su manifestación es pura esquizofrenia. Y además ondean la bandera preconstitucional, la del aguilucho, sin que pase nada. En Alemania no podrían hacer lo mismo con la nzai, por ejemplo.
Esquizofrénico es también el editorial del ABC respecto a los toros. Podemos leer en su primer párrafo: «La tauromaquia es una de las más cimeras expresiones de libertad y la gran seña identitaria de la España honda, que es a su vez la España universal. La España de las artes. Por eso el cerco que se le ha puesto a la Fiesta desde determinados flancos ideológicos es, en un análisis profundo, un síntoma de atraso.». Todo bastante joseantoniano… Y más adelante el editorialista se atreve a afirmar que «Y por eso ABC es desde su fundación una plaza de toros de las letras, porque siempre ha estado del lado de la libertad». Vaya, ahora los 40 años de dictadura fueron un espacio en el que se respetaron las libertades. Señoras y señores del ABC: de los 120 años de su diario se dedicaron durante 40 a defender a Franco. Es un tercio de su existencia. Y durante los tres años de guerra civil, provocados por el levantamiento militar, hubo dos ABC: el golpista de Sevilla y el defensor de la II República de Madrid. Terminada la guerra se impuso la edición de Sevilla, aliada con los triunfadores. No nos cuenten monsergas!!!
La herencia de Feijóo es una catástrofe y se resume en dos conceptos: arde Galicia y peligra el marisco. El líder del partido catastrofista obvia estos asuntos, como hizo con el de su amistad con el conocido narcotraficante Marcial Dorado. Las pocas veces que ha sido confrontado al respecto se evadió con paños calientes o mintiendo descaradamente.
Durante su mandato al frente de la Xunta de Galicia se produjeron las mayores olas de incendios. Las causas son variadas. Pero hay tres ejes fundamentales: el cambio climático, los recortes y el eucalipto (la especulación inmobiliaria tuvo su peso en el pasado). Feijóo echó balones fuera hablando de «terrorismo incendiario», sin ninguna prueba al respecto. Posteriormente quedó demostrado que no había nada de eso. Pero el concepto no se perdió. Lo ha resucitado la Junta de Castilla y León este verano para justificar su desastrosa política contra el fuego. No está de más recordar que el PP lleva gobernando ahí 35 años y ahora lo hace en coalición con Vox. No pueden echar la culpa a la herencia recibida así que recurren a lo de Feijóo o a culpar ¡a los ecologistas! Todo vale!!!
El cambio climático es un concepto científico alejado de los dirigentes del PP. Recordemos a otro gallego, Mariano Rajoy, quien llegó a la presidencia del gobierno. Se apoyó en un primo suyo para negar el cambio climático y lo confundió con la meteorología.
Los recortes afectan a los contratos de bomberos, guardas forestales y personal especializado en la lucha contra el fuego y prevención de incendios. Prevención de incendios es la idea clave. Recortando personal o con contratos de tan solo tres meses (los de verano, temporada alta del fuego) no se ejecutan las labores preventivas en invierno. El ejemplo más grotesco del PP en este asunto lo hemos encontrado a finales de junio de este año en Castilla-La Mancha: el presidente del PP castellano-manchego criticó al gobierno de García-Page los recortes, que ¡eran los del PP bajo el gobierno de Cospedal! Informa eldiario.es que en 2012 el gobierno del PP «despidió a cientos de personas con contrato fijo para “reestructurar” el servicio dejando menos efectivos durante el invierno». Es fácil deducir que esta es la política del PP, de la que Feijóo es hoy su principal valedor.
El eucalipto, original de Australia, fue introducido en Galicia o por el padre Rosendo Salvado, que
en 1846 mandó semillas a su familia de Tuy, o por un padre dominico. En cualquier caso con la Iglesia hemos topado. Otro espécimen de la fauna política reaccionaria gallega, el dictador Franco, impulsó la plantación de eucaliptos tras la Guerra Civil. El objetivo era producir celulosa. El efecto del eucalipto, conocido como el árbol-gasolina, ha sido devastador. El año pasado Feijóo ordenó una moratoria para su plantación durante cuatro años. Mas ha sido este año cuando se han tomado en serio la medida, curiosamente cuando el preparado Feijóo ya no está al frente de la Xunta. De cualquier forma no se entiende cómo Galicia, tierra de castaños y robles (creadores de suelo y captadores de agua) continuase volcada con con un árbol del desierto como el eucalipto, considerado especie invasora en muchos países del mundo occidental.. Es comprensible el error inicial, por desconocimiento, pero desde hace unas décadas ya sabemos.
El País llevaba ayer en su portada impresa un significativo artículo: Alerta en Galicia por la falta de marisco: “El mar está dejando de producir”. Galicia y marisco son sinónimos. La gravedad del asunto es enorme. Las opiniones de las mariscadores son tan demoledoras como sensatas. “El mar está dejando de producir»; «no tenemos carrera universitaria, pero sabemos perfectamente lo que sucede, aunque no sepamos darle nombre científico”. También podemos leer:
[…] En la ría de Arousa, cofradías de pescadores y ecologistas, unidos en una plataforma que desde hace años denuncia el deterioro de la zona, ponen el foco en los datos oficiales de la Xunta. Según estos registros, la producción de almeja cayó desde 2000 a menos de la mitad y la de berberecho ha ido retrocediendo desde 2008 hasta quedarse en solo un 23% de extracciones en la pasada campaña. […]
Las almejas ya están en peligro de extinción.
Y no debemos olvidar los estragos del Prestige.
¿Los votantes españoles no gallegos están dispuestos a colocar a Feijóo en La Moncloa? Avisados están de la que se avecina.
P.D.: La foto de Óscar Corral del encabezado es del mencionado artículo de El País.
Este tuit de «Las siete diferencias» de Fernando Navarro (periodista de El País) es el resumen perfecto de la situación creada alrededor de un cartel, anunciando una actuación de Zahara en Toledo. No voy a entrar en la poca calidad del póster, tan solo mencionaré que el meapilismo sigue presente entre nosotros. De hecho nunca nos abandonó. Es más, durante la dictadura franquista voló (el llamado nacionalcatolicismo). Y los favores que recibió lo enquistaron en los resortes del poder. Donde permanece. ¿Recuerdan aquello del «atado y bien atado», frase del dictador en su alocución navideña de 1969? Nuestra deficiente Justicia es la mejor prueba.
En el hilo de respuestas al tuit de Navarro hay una de Celia Galeano que refleja a la perfección la doble moral de los meapilas.
P.D.: no está de más recordar que el líder de la derecha extrema no lleva crucifijo al cuello y salvo un servidor nadie se ha escandalizado por ello.
Ya toca que eliminemos mantras desfasados. El primero de ellos el de «No pasarán», claramente errado. Su efecto nocivo es demoledor, todo un bumerán que te vuelve y golpea. Incentiva al adversario. Es un lema que tendría que haber sido exiliado al baúl de los recuerdos desde la caída de Madrid en la guerra civil. ¡Vaya si pasaron y además se quedaron! El «Hemos pasado» se le atribuye a Franco. Lo mismo ha sucedido con el «No pasarán» en estas pasadas elecciones autonómicas de Madrid. Temblé cuando la militancia de Unidas Podemos empezó a usarlo. Por el gafe que supone y porque era un eslogan guerracivilista. A muchos les espanta el recuerdo de la guerra (por sus horrores o por simple fatiga) y a otros ni siquiera les interesa, pasan por completo del tema. Por tanto como mensaje publicitario de captación es bastante deficiente. Añadan el efecto contrario que produce en el rival político: les motiva.
El otro mantra a eliminar es otro relacionada con la pasada cita electoral de la CAM: la alta participación favorece a las opciones de centro-izquierda e izquierda. «Hemos sido engañados» como dice el dicho popular. La afluencia a las urnas el 4 de mayo batió récords. El 76,25% de participación es el más alto de la historia de las elecciones de la Comunidad de Madrid. Y el PP de Ayuso, sin haber logrado mayoría absoluta, logró un triunfo indiscutible con 1.620.213 de votos. En las anteriores, las de hace dos años, con un 64,27% del censo Ayuso logró 719.852 votos y ganó Ángel Gabilondo del PSOE con 884.218 votos. Los 30 escaños de entonces de IDA y los 37 de Gabilondo se han convertido en 65 y 24 respectivamente. Hay unos factores a tener en cuenta:
El conocimiento de Ayuso es mayor ahora que el de hace dos años.
Gabilondo era un candidato tocado por su pésima labor de oposición. El nuevo Simancas fue incapaz de superar este hándicap, algo que Mónica García de Más Madrid siempre tuvo a su favor.
Hace dos años los populares tocaron fondo. Ese voto de castigo al PP de 2019 desapareció en 2021. En 2021 han recuperado el voto que les abandonó por Ciudadanos (medio millón de papeletas). Para mi la gran sorpresa fue ver que los abstencionistas de entonces fueron del PP. La gente que en 2019 se quedó en casa esta vez sí acudieron a votar. Podemos decir que la corrupción del PP de Madrid ya se descontó en 2019.
No sé si estos datos y reflexiones sobre las elecciones de la CAM son extrapolables. Pero al igual en 2019 descartamos el mantra de ir divididos resta votos y descubrimos que suma (por eso Ayuso fue presidenta sin ganar), ahora en 2021 debemos olvidar lo de que la alta participación favorece al bloque progresista del espectro político.
“Fuck Vox” el tweet de Rosalía y la respuesta del partido abre varias interrogantes. La primera es el posicionamiento político de la popular artista. El primero que expresa públicamente. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no antes? Si se fijan en la fecha de su comunicado es un día después de la jornada electoral. ¿Pretendía con su mensaje político mantenerse virginal y no influir en el resultado electoral? Si es así, resulta de lo más pretencioso por su parte. Es obvio que Rosalía tiene mucho poder de influencia sobre sus numerosas/os seguidoras/es. Por eso desde un punto de vista de eficacia política hubiese sido mucho mejor haberlo lanzado antes del 10-N. Y la previsible polémica con el partido de marras hubiera resultado más productiva para desenmascararles. ¿Es esto pedirle peras al olmo? Hasta donde sé el único que ha compartido este planteamiento ha sido Víctor Lenore en un espléndido artículo en Voz Pópuli. ¿Rosalía si no sabes torear pa’ qué te metes?
La respuesta del partido de la derecha extrema no tiene desperdicio. Y da para varios niveles de lectura. El primero, el obvio, es el recurso de nuevo a una frase de Ramiro Ledesma, admirador de Hitler y fundador de la JONS (acrónimo de un nombre que aterra: Juntas de Ofensiva Nacional–Sindicalista). Digo de nuevo porque Abascal, el líder de Vox, ya la usó en el debate de candidatos, sin que ninguno de los participantes le tosiese. Otra lectura es la confusión que maneja Vox a la hora de lanzar mensajes: su ignorancia es manifiesta. Falta por saber si es natural o impostada. De cualquier manera, su objetivo es tirarse a la yugular. En este caso concreto es lo del “avión privado” y el imaginario que conlleva su posesión. Rosalía no tienen ningún avión privado. Distinto es que viaje en ellos, alquilándolos. La mala baba de Vox es evidente. Una vez más falsean la realidad. Es una anécdota, otra más. Son demasiadas.
El tweet de Vox también refleja su falta de respeto a la libertad de expresión y su rechazo a las criticas. Una muesca más, tras bloquear en la pasada campaña electoral a medios no afines y críticos con sus posicionamientos. Es el “o conmigo o contra mi” totalitario. Recuerda al cuasi centenario «cada hombre debe elegir entre nuestro lado o el otro lado» de Lenin de noviembre de 1920. Y también trae a la memoria un episodio similar entre Juan Carlos Monedero y Joaquín Sabina. El cofundador de Podemos arremetió en 2014 contra el cantautor ante sus criticas a la formación morada. Le descalificó por sus ideas políticas y le mandó “a fregar” (metafóricamente, porque textualmente le recomendó que se dedicase a lo suyo). Serrat comentó sobre este ataque de Monedero a su amigo contestando: “Una respuesta así es la que daba Franco”. O Vox estos días.
Las tres distinciones del Barça a Franco convierten al club culé en el que más laureó al dictador. ¡Menudo honor el de los azulgranas! Lo que los demás no hicieron ellos sí. ¡Y por triplicado! A saber: en 1951, 1971 y 1974 (Franco falleció en 1975).
En estos tres galardones hay un apellido en común, Montal. El padre, como presidente entregó la primera. El hijo, quien también fue presidente del Barça y promovió aquello del «más que un club», entregó las otras dos. Le vemos en la foto, en la que también aparece Juan Gich, que dejó la gerencia del club para ser la máxima autoridad del deporte español (Delegado Nacional de Deportes), cargo que ocupaba en la época de la instantánea. Fuera de foco quedaban Utrera Molina (ministro del Movimiento y suegro de Gallardón), Pablo Porta (presidente de la Federación Catalana de Fútbol) y José Luis Pérez-Paya (presidente de la FEF).
En la ultima Asamblea culé votaron retirar estas distinciones. Hace unos años con Laporta en la presidencia se inventaron lo de «no concedidas» para no pasar la vergüenza de quitárselas. El vicepresidente del club y cuñado de Laporta era patrono de la ¡Fundación Francisco Franco! No tengo más preguntas su señoría.
La ironía del tuit de Arturo Pérez-Reverte es de lo más elocuente.
A esto del Barça hay que añadir el caso del Atlético de Madrid, que de sucursal del Athletic de Bilbao después de la guerra pasaron a ser el equipo de fútbol del ejercito del Aire franquista. Se llamaron Atlético de Aviación. Como cuento en «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll» fueron el equipo que después de la guerra más militares franquistas tuvieron en la presidencia. Para que luego digan que el Real Madrid era el equipo del Régimen… Con contar las Ligas merengues de antes, durante y después bastaría, pero es más productivo lanzar bulos para proteger las propias miserias.
Joan Baez se ha despedido de los escenarios con una gira que finalizó con varias fechas en España. La última de las cuales fue en Madrid: el pasado 28 de julio en el incomparable marco del Teatro Real. Cuando la conocí en los 70 me contó que había vivido en España, por el trabajo de su padre en la UNESCO.
Joan Baez (Nueva York, 1941) de padre mexicano y madre escocesa, ambos de ascendencia religiosa por parte de sus padres (los abuelos de Joan: el paterno dejó el catolicismo y México para mudarse a EEUU y convertirse en un pastor metodista mientras el materno era sacerdote anglicano).
La primera vez que visitó profesionalmente España –hasta donde yo sé– fue para promocionar su excelente álbum «Diamonds & Rust«. El LP fue un éxito en su época (1975) y marcaba un giro en la carrera de Joan Baez: era el disco que incluía más composiciones propias. Conocida como interprete, sus grabaciones aportaban otro color a canciones de autores conocidos o desconocidos (que ella ayudaba a popularizar). En este sentido “Diamonds & Rust” es su composición propia más lograda. Dos años después de editarse, Judas Priest hicieron una versión en su álbum “Sin After Sin” (1977). Ritchie Blackmore también la grabó –en los 90- junto a su compañera Candice Night. En su momento se rumoreó que Baez había compuesto esta canción basada en una llamada intempestiva de su ex, Bob Dylan. Y que era una especie de ajuste de cuentas sobre la relación que habían mantenido diez años antes. Años después el rumor quedó confirmado cuando lo dejó caer en un par de entrevistas y en su autobiografía.
Antonio San José escribió aquí, en noviembre de 2008, sobre su entrevista a Joan Baez en Madrid. Una anécdota deliciosa. Les recomiendo su lectura (y si se animan les sugiero que también lean los comentarios al post).
Por mi parte la conocí (como entrevistador también) en ese mismo viaje promocional y guardé muy buena impresión de ella.
Este álbum, «Diamonds & Rust«, era el siguiente al “Gracias a la vida” (1974), su disco en español, en el que recogía su herencia hispana y parte de sus inquietudes políticas. La edición en España pasó desapercibida. Me contaron que hubo problemas con la censura (aún vivía el dictador). Cuando entré en Epic (CBS), como jefe de producto de A&M Records en junio de 1977, los jefes de A&M me contaron del interés que Joan Baez tenía por recuperar esta grabación. Los problemas de la distribuidora anterior (Ariola) ya deberían haber pasado a la historia por el cambio político que se estaba produciendo en España (muerte de Franco, elecciones generales, etc.). Por mi experiencia en medios y la serie Gong era consciente del potencial comercial de «Gracias a la vida«. Me pareció muy acertada la sugerencia y pedí la colaboración de la artista. Estaba en Los Ángeles en una convención de A&M donde la gente de CBS Europa éramos los protagonistas (por el contrato de distribución recién firmado). Coordinaron una llamada telefónica y la expuse mi planteamiento: insistí que para la naciente democracia española su presencia en España con este álbum podría ser un espaldarazo. Ella estaba por la labor (la sugerencia de rescatar el disco fue suya) y no puso ninguna pega. Se comprometió a hacer televisión. Con lo que eso implicaba (tanto los artistas cool norteamericanos como los concienciados no hacían teles en esos días).
Al volver a Madrid el director de Epic se entusiasmó con la idea y enseguida sugirió hacer el programa de José María Iñigo «Esta noche fiesta» (se realizaba en el Florida Park del parque de El Retiro). Él sabía que Iñigo, con quien mantenía excelentes relaciones, admiraba a Joan Baez. Dado el carácter comercial, o como quieran llamarlo, del programa pedí una diferenciación. Otro marco escénico. Un telón negro de fondo. Y que la actuación fuese en directo, guitarra y voz (esto fue una petición de la artista). A Baez le pareció muy oportuno este cambio de look del programa para sus dos canciones. Iñigo, entusiasmado, aceptó nuestras pretensiones. Iba a ser la primera vez que Joan Baez actuaría en TV en España.
Cuando llegó a Madrid, para hacer promoción de «Gracias a la vida» y la aparición en TVE, me encontré a una Baez espléndida, encantada y feliz. En nuestra primera conversación telefónica ya la había recordado que nos conocíamos. Esta vez pasamos más tiempos juntos. Su curiosidad por todo lo que estaba sucediendo en España era tan grande como su conocimiento del país y su cultura. Años después, en los 80, descubriría hablando con John Hammond lo importante que la Guerra Civil española había sido para la izquierda estadounidense, sobre todo la neoyorquina (parte de estas conversaciones están reflejadas en mi dos últimos libros: «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll» y «Rock ‘n’ Roll: el ritmo que cambió el mundo«).
Las canciones a interpretar en el programa de Iñigo las habíamos acordado en una ultima llamada telefónica, antes de llegar a España.
En nuestras charlas la legalización del PC, la vuelta de exiliados y las primeras elecciones generales, celebradas hacía unos meses, fueron los temas más comentados. Sugerí que un comentario suyo al respecto sería muy apropiado. Y un golpe de moral para todos quienes ansiábamos la consolidación democrática (y estábamos temerosos de los ruidos de sables). Me aseguró que contase con ello. Entendió perfectamente que era una oportunidad que no podía desaprovecharse (solo había dos canales de TV entonces).
Había notado su admiración por La Pasionaria. Su alocución (dedicándola un tema) no me sorprendió tanto como a Iñigo (quien palideció a pesar de la legalización del PC y la condición de diputada de la histórica dirigente comunista). Elegir cantar «No nos moverán» era un clara declaración de intenciones (por el paralelismo con el «No pasarán»).
Agustín Montal hijo, presidente del Barça y promotor del «más que un club», le entrega la máxima distinción del Barcelona al dictador en presencia del Delegado Nacional de Deportes Juan Gich (exgerente del club culé quien abandonó su cargo para asumir la jerarquía del deporte español). Fuera de imagen, y presentes en el acto, quedan Utrera Molina (ministro del Movimiento y suegro de Gallardón), Pablo Porta (presidente de la Federación Catalana de Fútbol) y José Luis Pérez-Paya (presidente de la FEF).
Noviembre es siempre el mes más triste del año y por esa razón un dictador sanguinario tenia que dejar este “valle de lágrimas” ese mes, pero lo abandonó dejándonos a todos un extenso acojono que, durante días y noches, nos obligaba a permanecer al lado de la radio para comprobar si la lucecita del Pardo desaparecía.
En esos días yo andaba, todavía, yendo por España a cantar; sobre todo por Barcelona y para llegar hasta allí, tomaba el tren y cuando parábamos en Lérida, en Reus, en Tarragona o en cualquier otra estación del recorrido, salía a la plataforma del vagón y, abriendo las puerta, casi no viajaba nadie, contemplaba el andén, también casi vacío, auscultando los rostros y las miradas. Ninguna señal del difunto.
Cuando al fin entregó su “alma” a Dios -tras de aquel estrafalario pandemónium que montaron la viuda, el yerno y lo más reaccionario del País- y Arias salió, con su lacrimogenia, a dar la noticia, cogí a mi familia, y aprovechando los “días de luto y fiesta escolar”, me fui al Pirineo aragonés, a escasos kilómetros de Francia, porque lo que podía pasar, conociendo las fieras que iban a defender sus privilegios, podía producir alguna noche de cristales rotos.
Todo lo que habíamos pensado se quedó desinflado porque la izquierda carecía de fuerza y los reaccionarios se lo habían montado muy bien. Años después resulta que todavía se están intentando resaltar los crímenes contra la humanidad que aquel régimen dejó en este País.
El año 1976 fue de una represión brutal y de los más duros de los últimos años. Se defendían con gato tripa arriba mientras el joven Monarca aceptaba los Principios del Movimiento: ¡Como para fiarte de él!
Como dijo Vázquez Montalbán llegó envuelto en sangre y se fue igual y nos dejó un País destrozado que, treinta años después no levanta, todavía, la cabeza de la dignidad.
“También será posible
que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el otro
la lleguemos a ver,
pero habrá que empujarla
para que pueda ser.
Que sea como un viento
que arranque los matojos
surgiendo la verdad
y limpie los caminos
de siglos de destrozos
contra la LIBERTAD.”
(“Canto a la libertad” de J. A. Labordeta)
NOTA:
José Antonio Labordeta, al que ayer mismo a medio día le pedimos que nos contara alguna cosa por teléfono se soltó mandando por la tarde el artículo que encabeza este post. Los recuerdos que siguen a continuación de Tomasa Cuevas, Armando López Salinas, Manolita del Arco y Antonio Gómez Marín fueron recogidos en magnetofón entre 1997 y 1998 y forman parte del libro inédito de Antonio Gómez“Comunistas. Memorias de lucha y Clandestinidad”.El de Manuel Alexandre (que esta misma noche hace de Franco en un telefilme de Antena 3 TV) se grabó el pasado 13 de noviembre de este año. El testimonio de Manuel Fernández Montesinos se ha extraído de su recién publicada autobiografía: “Lo que en nosotros vive” (Tusquets Editores), finalista del XX Premio Comillas de memorias.
“Cuando lo de la muerte de Franco ya llevábamos un añito o casi dos que estábamos bastante bien, porque este hombre andaba medio moribundo y las cosas habían cambiado bastante, pero claro, la muerte de Franco fue muy importante, sobre todo para los que aún vivíamos clandestinos, fuera de casa, porque yo tenía a mi hija y a mis nietos, pero los tenía que ver casi a escondidas. Fue como una liberación, tanto como salir de la cárcel o más”.
“Aquel 20 de noviembre yo debía estar, como siempre, en el Café Gijón, porque yo entré allí en el 42 acompañado de Fernán Gómez y no he vuelto a salir. En la tertulia que teníamos se comentó mucho la cosa, y al acabar, Álvaro de Luna, que es uno de los pocos amigos decisivos en mi vida que todavía no ha muerto, me propuso que nos acercáramos a la Plaza de Oriente, que parecía que se estaban formando enormes colas para ver el cadáver. A mí, la verdad, nunca me ha interesado la política, tan poco me interesa que no leo ningún periódico, pero le dije que bueno, vamos a ver ese suceso, porque hay que coger experiencias en la vida. Pero no llegamos allí. Me parece que nos desviamos por la calle Segovia a callejear un rato, aunque no lo sé con exactitud, porque soy de esos que se me ha ido todo el pasado”
“La última vez que me detuvieron fue con ocasión de la Operación Lucero, cuando la muerte de Franco. Ya unos días antes, durante la enfermedad, me estuvieron vigilando permanentemente, de noche y de día, con coches en casa y todo eso, abiertamente, como si quisieran decirme que me podían detener en cualquier momento. Una noche, cuando parecía que el equipo médico habitual ya le había dado por sentenciado, me detuvieron a las tres o a las cuatro de la mañana con cinco automóviles. Me llevaron a la Puerta del Sol y luego a las Salesas con otros compañeros que también habían detenido, unos once en total. Estando allí nos enteramos de la muerte del dictador. Un funcionario vino y nos dijo: ha muerto el Caudillo, pero no canten ustedes muy fuerte, por favor. Nos trasladaron a Carabanchel y salimos a los veintitantos días”.
“Raúl Roa, importante copartícipe, con Castro y el Che Guevara, en el derrocamiento de Fulgencio Batista en Cuba, se consideró, antes de su etapa prosoviética, alumno de Fernando de los Ríos… Estando el cubano en Nueva York a principios de los cuarenta quiso conocer a mis abuelos y al resto de la familia exiliada, y allí, a la Calle 94, lo trajo un día tío Fernando. Sabedor de la afición de mi abuelo a los puros, le trajo uno despampanante, por su tamaño y por la preciosísima caja de madera de sándalo, con su tapa corredera y perfume penetrante. “Este puro, don Federico”, le dijo a mi abuelo, “se lo fuma usted cuando caiga Franco”. Mi abuelo murió, volvimos a España y con los años se nos olvidó el puro. Pero al mediodía del 20 de noviembre de 1975, estando toda la familia reunida en torno a la mesa en casa de mis tíos para un festivo almuerzo, a los postres, con champagne salíó tío Paco un momento del comedor y volvió con una sonrisa no completamente alegre en los labios y con una larga cajita de sándalo en la mano: era el puro de Raúl Roa. Lo había guardado con mimo y esperanza desde aquella visita del cubano a nuestro piso de Nueva York treinta y un años antes. Y mientras contaba la historia, para los más jóvenes de la familia completamente desconocida, del puro de Raúl Roa, que mi pobre abuelo no pudo llegar a fumarse en vida porque hasta aquel 20 de noviembre no se había cumplido la condición resolutoria a la que estaba sujeta la entrega, entre toses y risas pasó de boca en boca de los casi veinte comensales reunidos en tan fausta ocasión, entre los que estaban sus nietos y sobrinos nietos de diez, seis y cuatro años. Pero yo sentí alegría y nostalgia a un tiempo por el recuerdo vivísimo de los que debían haber llegado a aquel momento y faltaban”.
“La anoche de la muerte de Franco yo estaba trabajando en el sanatorio Los Nardos. Era auxiliar de farmacia, y me acuerdo que bajó un médico con una botella de champán y me dijo: Manolita, Manolita, que se ha muerto Franco. No se había muerto todavía, pero nos tomamos la botella de champán. Se murió a los cuatros días. En aquellos días me recuerdo con una ilusión tremenda en la democracia, pensando que era algo bonito para la juventud, para los que vienen detrás de nosotros. Y además ahora ya podíamos trabajar para el Partido de una forma abierta, sin clandestinidad. Era una esperanza tremenda que, por desgracia, no se ha cumplido del todo.”
ANTONIO GÓMEZ MARÍN (1908/2001)
Mi recuerdo más nítido del franquismo es el miedo. Me enteré de la muerte de Franco por la radio, esa misma madrugada, y por la mañana llamé a mi hijo Antonio por teléfono para decírselo, pero ya lo sabía. Yo había perdido hacía tiempo el contacto directo con el Partido, aunque seguía pasando dinero y recibiendo de vez en cuando la propaganda, que discutía los domingos con camaradas que conocía de la cárcel y que estaban en mi misma situación. En la primera entrega de carnets que se hizo, antes de la legalización, recibí el mío en la agrupación de mi hijo. Ahora apenas voy por el local, porque ya soy un carcamal de noventa años y mi mujer murió el pasado abril, pero sigo cotizando”.
Nota del Editor: «General Franco was a loyal friend and ally of the United States. He earned worldwide respect for Spain through firmness and fairness.» (“El General Franco fue un amigo leal y aliado de los Estados Unidos. Su firmeza e imparcialidad hicieron que España se ganase el respeto mundial”). Richard Nixon.
Esta declaración de Nixon a la muerte del dictador hizo saltar todas las alarmas entre los responsables de Saturday Night Live. Que debutaban en TV ese año de 1975. En su sexto programa de su primera temporada Chevy Chase leyó la frase en su informativo “Weekend Update”, mientras en pantalla aparecía una imagen de fondo de Franco con Hitler. Y esto después de haber dejado claro –en antena- quien era Francisco Franco. A partir del siguiente programa «Generalissimo Francisco Franco is still dead” (“El generalísimo Francisco Franco sigue muerto”) fue la muletilla con la que se abría el noticiario. Con variaciones ocasionales como «Generalissimo Francisco Franco is still valiantly holding on in his fight to remain dead” (“GFF sigue luchando valientemente por permanecer muerto”) o usando el lenguaje de signos. El gag duró hasta 1977.