El fracaso Olímpico de La Rojita ha sido estrepitoso. No hay por donde cogerlo. Ni excusas que valgan (contra Honduras reclamamos dos penaltis no señalados, un par de cesiones, y la mala suerte de tres remates a los palos). Nos han eliminado del torneo sin haber marcado un solo gol en dos partidos jugados, contra Japón y Honduras. Hemos perdido ambos por el mismo resultado (1-0).
Nos despedimos contra Marruecos. Y espero que también sea la despedida de Luis Milla, el técnico responsable de este desaguisado.
P.D.: el antideportivo espectáculo ofrecido por la mayoría de nuestros jugadores después de la pena máxima no pitada sobre Rodrigo (a poco del final), y al acabar el partido, fue lamentable. Y grave, muy grave. Tanto como que algunos futbolistas no deberían volver a la selección, sea cual sea la categoría. Y estoy pensando sobre todo en Iker Muniain.