El «¡Xavi, quédate!«, cantado habitualmente en el Bernabéu y también hace unas semanas en Montilivi, es la expresión del anhelo de ambas aficiones. La del Real Madrid y la del Girona. El nadaplete de esta temporada está detrás de este deseo (aunque los madridistas ya lo cantábamos la temporada pasada, a pesar de la Liga culé).
Los deportivos catalanes dedicaban hoy la mayor parte de sus portadas al nuevo giro de la relación de Laporta con Xavi. La Vanguardia y El Periódico también llevaban una mención en sus portadas (sin la relevancia de Mundo Deportivo y Sport como es obvio).
Este folletín se inició con la decisión del entrenador de dejar el club al finalizar la temporada. Después vino el giro de guion: hace unas semanas se escenificó la reconciliación. Es decir, anunciaron la continuidad de Xavi. Y ahora tenemos esta ruptura que parece ser llegará en forma de cese. La verdad es que no hay quien los entienda. Por eso mismo cobra más vigencia en estos momentos lo del «¡Xavi, quédate!». El egarense es nuestro topo perfecto. Ni a John Le Carré se le hubiese ocurrido mejor personaje: un héroe culé destruido y ahora convertido en destructor del club. Por mi parte pondré unas velas por su continuidad. El efecto Xavi debe permanecer…
El Mundano 