Hoy arranca la fase de grupos de la Champions. Y el Real Madrid debuta en el Bernabéu contra el Manchester City. La duda es ¿qué Madrid veremos contra el City? Ellos son los campeones de la Premiere.
Lo lógico es pensar que el equipo estará más cerca del partido de vuelta de la Supercopa, contra el Barça. Y alejado del que deja una mala imagen en su deambular liguero. ¿Cuestión de mentalización? Podría ser. Supongo que todo se reduce a una cuestión de prioridades. Pero de ahí a prácticamente tirar la Liga desde el principio…
Los de Mou están raros. Y la escandalera mediática no ayuda. No sé si el affaire de Cristiano Ronaldo ha sido una bomba en el vestuario o el detonante de algo que se venía fraguando. Si es esta última opción parece claro que CR7 tenía motivos para estar «triste». Y es obvio que los compañeros ya no le buscan como antaño, salvo contra el Barcelona. Y aquí lo dejo.
El Mundano 
“…Aquí nos dejas ese balón botando…”, Adrián –como le dijo Eva Turégano a CR7 en la zona mixta del Bernabéu la noche de autos-. Pues voy a rematarlo, aunque salga al cuarto anfiteatro. Mira, si yo fuera un jugador del Madrid también me aburriría la liga española, con partidos agosteños a 38 grados Celsius; con ese Getafe que ante el Qatar, bien al revés que contra nosotros, se arrugó vergonzosamente y sólo le faltó extender la alfombra y tañer los violines, que no las trompetas, de mi tocayo Piera; con ese Sevilla que vuelve a jugar en el límite exterior del reglamento sin que nadie –ni Mou- proteste; preveo que ante el Qatar también se arrugarán igual que el Geta (curiosamente, Sevilla y Getafe están vinculados en el cuadro técnico y en la directiva, respectivamente, a dos reputados conspiradores internos madridistas, pero no incurriré en conspiranoias). Y maniobrando entre bambalinas, el Marqués: haciendo jugar a la selección igual que el Barça para que los qataríes lo vivan como un entrenamiento y los demás, madridistas o no, se desquicien ante tanta siesta y tantos falsos amigos. Y haciendo jugar a los del Madrid noventa minutos, pero no a los figurines de su Barça, que a algunos ni los convoca no vayan a estropearse. En resumen: todo muy aburrido y muy como siempre.
Pero la Champions debería de ser otra cosa. Si los árbitros de Villar –ojo, muy contrariado por llevar dados ya este año dos trofeos a los blancos y no al Barça de sus amores, sus trampas, su Unicef y su Godal- no lo impiden, volveremos a ver una digna versión del Madrid electrizante que la temporada pasada envió el siniestro tiquitaca al desván del fútbol antiguo y superado. Porque el Madrid es el rey de Europa por juego y por historia, y ese sentimiento lo llevan dentro los nuestros (los de verdad nuestros), eso sí les pone. No vamos a arroyar, porque el citizen es mucho citizen, le doy todo el crédito; pero seguro que cualquiera que sea el resultado, veremos fútbol verdadero, ese en el que gana el que mete más goles y no el que más posesión “detenta”, más patadas da y más faltas simula.
Otra cosa: la motivación de los equipos que se enfrentan al Madrid no la veo yo contra otros equipos.
Yo espero el que le ganó al Barça la supercopa. Veo a casi todos bajos de forma; no es que no quieran es que no pueden.