Ayuso y MAR mienten más que hablan, con tal de alcanzar sus objetivos. Una de sus trolas acabó con el débil liderazgo de Pablo Casado (la del presunto espionaje a la presidenta madrileña). Pero ha habido más, bastantes más, La última en plan catalán, recordando aquello del «España nos roba», afirmaba que el gobierno, el de Pedro Sánchez, discriminaba a la Comunidad de Madrid y por tanto no recibía lo que correspondía. Hace unos días se desmontó esta falacia repetida por IDA hasta la saciedad, con la complicidad de los medios de la caverna mediática que por supuesto no se han hecho eco de la noticia verdadera. Porque resulta que Madrid es la autonomía con más inversión estatal desde 2018. Es decir, desde que gobierna Pedro Sánchez. Durante días no entendí que El País no reflejase este hecho. Ayer finalmente lo hicieron y lo destacaron en portada. ¿Afectará a los votantes o seguirán abducidos por esta espiral de embustes?
Algunas de las mentiras anteriores a esta como la desastrosa gestión de las residencias de mayores no tuvieron repercusión electoral. Y eso que provocaron las dimisiones de la directora general de Sanidad Pública y del consejero de Políticas Sociales de la CAM. Si recuerdan desde el gobierno de Madrid, y los medios afines, culparon a Pablo Iglesias del desaguisado en la gestión de las residencias. Incluso Ayuso tuvo el cuajo de afirmarlo en el debate antes de las elecciones que convocó para quitarse de en medio a Ciudadanos. Pero cuando llegó la hora de formar una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid el PP lo impidió con el apoyo de Vox. ¿Para proteger a Iglesias?
El tema de los dineros del gobierno central no es nuevo. Ya sucedió algo parecido durante la pandemia. Porque resulta que las ayudas estatales fueron las que financiaron las actividades autonómicas. Mientras Ayuso y sus consejeros no paraban de quejarse y cerraban centros culpando al gobierno socialcomunista bolivariano. Desde que no tenían vacunas (les caducaron más de 100.000) y pretendieron comprar la de Putin al margen de la UE hasta apuntarse el hospital de campaña de la UME u obviar las carencias del Zendal y sus sobrecostes.
Me resulta difícil de entender que los electores pasen por alto todo esto. Entiendo el lavado de cerebro mediático mas este existe, o solo puede existir, por el desinterés del personal en los asuntos públicos. Esos a los que los griegos clásicos definían como idiṓtēs.