«Futurofobia» es el nuevo libro de Héctor García Barnés. El segundo que publica. Se ha puesto a la venta esta semana y se presentó el jueves en La Central de Madrid. Precisamente fue en La Central donde nos conocimos, cuando presentó su primer libro ahí.
Marta Medina, compañera suya de El Confidencial, condujo el dialogo y a través de su conversación con el autor nos desgranaron las claves de «Futurofobia«. Contó Héctor que la idea de ponerse a escribir surgió en mayo de 2020, esos días de la pandemia en los que apenas se podía salir «un kilometro alrededor de tu casa».
Terminado el acto se pasó al ritual de la firma de ejemplares. Nacho Gallego, mi jefe en la Universidad Carlos III, nos disparó esta foto.
Triana acuñaron lo de «Hijos del agobio» para definir la España de las décadas finales del franquismo y Héctor García Barnés con «Futurofobia«, su hijo de la pandemia, nos acerca su visión de la sociedad contemporánea y las derivas más o menos asumidas por todos. En la presentación Marta y él bromearon sobre si era un libro de autoayuda. No lo es. Charlando con Héctor, tomando unas cervezas o vinos, contaba sobre una pregunta que le hacían, si era un libro optimista o pesimista. Y no sabía que contestar, porque no era una cosa ni otra. Me sorprendió el concepto de esa dualidad optimismo/pesimismo aplicado a un ensayo, que además no es un libro de autoayuda.
Soy seguidor de los artículos de HGB, cuando se publican en abierto. «Futurofobia» promete proporcionarme horas de placer. Porque la visión sobre las cosas de Héctor me llega.
La celebración de los 40 años del «Rock & Ríos» de anoche en el Wizink fue apoteósica. Miguel Ríos convirtió el aniversario en la gran fiesta del rock español. Sobre el escenario juntó a varias generaciones de músicos, estrellas de nuestro rock. Y también se rindió homenaje a los desaparecidos en combate durante el «Mis amigos dónde estarán» de Topo, atención spoiler, con la participación de José Luis Jiménez y Lele Laina. Al ver en las pantallas la imagen del enorme Jesús de la Rosa eché en falta a Tele, el batería de Triana (en mi opinión Triana y Los Brincos son los mejores grupos españoles de la historia). Sucedió en la parte final del recital, en la que se rindió tributo a algunos himnos clásicos del rock nacional. Los que no pertenecen al repertorio de Miguel Ríos, ya repasados anteriormente como hace 40 años en los conciertos originales del «Rock & Ríos«.
Precisamente ayer al igual que entonces se arrancó con el «Bienvenidos«, uno de tantos himnos que son bandera del infinito pionero del rock & roll patrio. A las 22:00 puntualmente se apagaron las luces del recinto, se vieron las sombras de los músicos salir a escena y al poco (menos de dos minutos) sonaron los primeros acordes del inmortal tema compuesto por el propio Miguel (letra) y Tato Gómez (música). Tato, coproductor junto a Carlos Narea y Miguel de la grabación del «Rock & Ríos«, estuvo presente ayer al bajo, como miembro de la banda original de hace 40 años. Este inició nos incendió a todos. Por todos me refiero a los músicos -incluidos los artistas invitados-, y al público que llenaba el recinto (salvo algunos huecos en la zona de invitados de las sillas de pista). La comunión fue perfecta. Y dio lugar al denominador común de la noche: el buen rollo. Tanto en el escenario como en las gradas. Buen rollo que ha caracterizado, a lo largo de las décadas, la carrera del incombustible Miguel Ríos.
No quiero hacer spoilers (salvo el del principio) para no desvelar sorpresas a quienes asistan esta noche. Que era el primer y único concierto previsto. Mas al agotarse rápidamente las entradas se añadió una segunda fecha, la de anoche. Así que dejo para mañana la crónica del concierto, que será la de los dos.
Tras dos horas y 19 minutos de un concierto pleno de emociones a flor de piel se echó el cierre. Si nosotros, el público, estábamos exhaustos de disfrutar cantando, aplaudiendo, bailando, resulta fácil imaginar el estado de los músicos y del propio Miguel. Poco antes de la traca final a nuestro héroe, nuestro hermano mayor, se le encendieron las mejillas del esfuerzo. Y al final se le veía visiblemente emocionado y fatigado. Lo de este hombre, el sumo sacerdote del rock español como le ha definido Edu Galán, es sobrenatural. Supera todas las leyes físicas. Es un portento.
P.D.: la foto del encabezado es del Facebook de Edu Galán y la pésima de abajo es mía (recoge el momento en el que Miguel guitarra en mano cantó el «Himno a la alegría«, que estos días vuelve a tomar significado al igual que un par de temas de John Lennon). Al fondo se pueden distinguir las siluetas del gran coro que acompañó este tema y otro más.
La escalada y el karate debutaban en Tokio 2020 como disciplinas olímpicas y las primeras medallas de oro de la historia de los JJOO han sido para Alberto Ginés y Sandra Sánchez. El cacereño de 18 años cumple los 19 la última semana de octubre. La talaverana de 39 años celebrará sus 40 el próximo mes. Son los primeros campeones olímpicos de escalada y karate. Con estos dos oros España entra en el Top 20 del medallero (empatada con Suiza).
Me disponía a ver la semifinal de las chicas de waterpolo frente a Hungría (somos sus bestias negras), pendiente de la actuación de Sandra Sánchez, la mejor karateca de kata de la historia. A su impresionante historial de 6 europeos consecutivos, 3 mundiales y cinco años seguidos como la n.º 1 del ranking mundial (que la valió para entrar en el Guinness de récords por sus éxitos internacionales), ahora tenemos que añadir este oro olímpico. El primero y el único, porque el karate (o kárate, que ambas formas están aceptadas) no volverá a formar parte de los JJOO. No me pregunten por qué. Desconozco las razones. Tenemos judo o taekwondo como disciplinas olímpicas más no el karate. Los países organizadores tienen la facultad de invitar especialidades deportivas a sus Juegos. Japón es la cuna del karate y la elección parecía lógica. La brava Sandra Sánchez se enfrentaba a la heroína local, su gran rival de los últimos años a quien siempre venció. Y atención: gracias a este oro su marca será inalcanzable hasta que el karate vuelva a unos Juegos.
Con 2-0 a favor de España en el primer cuarto frente a Hungría, La 1 partió la pantalla para ofrecernos la kata de Sánchez. La intensidad, el altísimo nivel de concentración y las voces que profería nuestra karateca te dejaba pegado a la pantalla. No parecía concebible que no ganase. Mas los jueces locales… La finalista japonesa también lo hizo muy bien, pero no tanto como nuestra campeona.
La excelente noticia de la medalla de oro de Sandra Sánchez, nuestra segunda en estos Juegos, coincidía con las chicas de waterpolo poniendo distancia en el marcador (5-2 al descanso). El resultado final, 8-6, es la mejor prueba de las dificultades del segundo tiempo. En el que nuevamente destacó Pajarito Laura Ester, nuestra magnífica guardameta. También hay que mencionar la media docena de tiros que se estrellaron en los postes de la portería húngara. Los tres goles de Anni Espar y los dos de la debutante Elena Ruiz (16 años) también contribuyeron a la victoria. En la final nos espera Estados Unidos, que ya nos vencieron 8-5 en la final de Londres 2012. Nuestras waterpolistas tienen la ocasión de buscar la revancha en la final del sábado (antes de la del fútbol). Será su segunda final en su tercera participación en unos JJOO (en Río 2016 caímos en cuartos). No se las puede pedir más. Por su parte los chicos del waterpolo afrontan hoy su semi contra Serbia, a quienes derrotamos por un gol en la fase de grupos.
Sandra Sánchez y las chicas del waterpolo comparten un denominador común: la tenacidad. Aparte del talento. Esperemos que Damián Quintero, también primero del ranking mundial en kata masculina, corra la misma suerte que Sandra Sánchez. Su final también coincide con el waterpolo.
Decía en las redes sociales que ganar el oro de karate en su tierra de origen es como si un cantaor japonés ganase el premio de cante en un festival de Triana. Imaginen si al oro de Sánchez añadimos el de Quintero.
La escalada se estrenaba en estos JJOO, como el skate. El cacereño Alberto Ginés fue la sorpresa del día. Su oro en la combinada elevaba la cuenta de España a tres oros. Y dos en el mismo día. Para la historia quedará como el primer medallista de oro en esta especialidad.
En la primera prueba, de velocidad, su especialidad, quedó primero superando al rival checo. En la segunda, la de los bloques, no pudo superar las dificultades y bajó a la cuarta posición de la clasificación general por su séptimo puesto en esta prueba. La tercera, su favorita, consistía en subir los más alto posible sobre una pared de más de 15 metros de altura. Quedó cuarto. A medida que los demás concursantes finalizaban quedaba claro que la medalla estaba asegurada. Faltaba por saber de qué tipo. Cuando el austriaco desbancó del primer puesto de esta fase final al checo Ginés lograba la primera posición de la combinada.
Estos dos oros y la final de la selección femenina de waterpolo compensan de sobra el mal sabor de boca que nos han dejado nuestros piragüistas y la previsible derrota de Los Hispanos en balonmano (si logran el bronce se despiden de Tokio 2020 ganando el último partido). No hemos tocado chapa en ninguna de las cuatro finales disputadas. Un jueves con dos oros y un presea asegurada deja paso a un viernes y un sábado que podrían ser muy buenos.
Me estoy aficionando a desayunar escuchando a Thelonious Monk. En realidad estoy enganchado a Monk y lo escucho constantemente desde que adquirí en mayo la cajita con 5 CDs de Columbia Records (CBS) por 16,27€ (en Amazon). Entre los cinco están tres de mis favoritos suyos: «Underground«, «Monk’s Dream» y «Criss-Cross«. Estos dos últimos según el maestro Juan Claudio Cifuentes Cifu son sus obras cumbres. Por mi parte añado mi entusiasmo por «Underground«, que me suele acompañar en mis desplazamientos en coche, donde lo alterno con Aretha Franklin, Elvis In Memphis, Kenny Rogers y Triana. Por ser de reciente adquisición Monk prevalece como primera opción.
El genial pianista firmó por Columbia a principios de los 60. En marzo de 1963 editó su primer LP con su nueva compañía: «Monk’s Dream«. Firmaba como The Thelonious Monk Quartet. De las ocho piezas, que originalmente conformaban el álbum (en esta edición se incluyen cuatro pistas adicionales con otras tomas), solo una-«Bright Mississippi«- es inédita. Las otras siete habían sido grabadas anteriormente en estudio o en directo (dos de ellas con otros títulos, aunque similares a los de este disco). Esta operación rescate le salió redonda a Monk. Vista la calidad de lo que escuchamos y las opiniones de gente tan acreditada como Cifu o los principales críticos estadounidenses de jazz de la época. «Monk’s Dream» es ahora la banda sonora de mis desayunos.
Quiero agradecer a Silvia Cruz Lapeña por citar de nuevo mi «Bikinis, Fútbol y Rock & Roll» en Vanity Fair. Pero sobre todo la quiero agradecer por su excelente artículo sobre la bailaora Lucía «La Piñona« y su nueva obra «Abril«, reivindicando a Juan Manuel Flores, el excelente letrista de Lole y Manuel. También le cantaron, entre otros, Camarón y Remedios Amaya (en su debut discográfico en Epic, siendo un servidor el director artístico del sello). El texto de Cruz Lapeña me ha enseñado varias cosas:
La existencia de Lucía Álvarez «La Piñona«, bailaora gaditana de Jimena de la Frontera, con madre inglesa, que ha estrenado en la Bienal de Flamenco de Sevilla su espectáculo centrado en la figura de Juan Manuel Flores. Sucedió en el Teatro Central.
La bailaora de 35 años aparece en el anuncio de My way, la última fragancia de Giorgio Armani. En el spot, protagonizado por la actriz puertorriqueña Adria Arjona, La Piñona puso el baile y Andalucía, el paisaje. El anuncio «se rodó a finales de 2019 en la localidad sevillana de Marchena«.
Tampoco conocía la existencia de la italiana Marianna Maierú, que llegó a Sevilla en 2012: [..] “Yo estudiaba Filología española y rusa pero también bailaba flamenco y un compañero me animó a adentrarme en ‘ese poeta’ que le escribía letras a Lole y Manuel”. Así fue como la genovesa empezó su tesina de final de carrera, titulada Siguiendo los pasos del poeta Juan Manuel Flores entre Sevilla y Triana. […]
José Miguel Évora, excelente músico, definió a Juan Manuel Flores como «el poeta de la luz». Versos que escribía en los bares del Tardón, barriada de Triana. A veces usando las tizas del bar que usaban los camareros para apuntar las consumiciones. Decía Pive Amador, para un artículo del ABC de Sevilla, que nadie como él antes había escrito así para el flamenco. Y Ricardo Pachón contaba que «las fotocopias que le hacia en la Diputación de los poemas que llevaba escritos en servilletas, recetas médicas y sobre soportes inauditos, las regalaba al primer beso con ojos negros que se le cruzara por la calle».
El espectáculo «Abril» cuenta con el cantaor Pepe de Pura y ha participado Ana Morales en la coreografía de una pieza (el resto son de la propia Lucía). Asimismo La Piñoña ha contado en la dirección artística y musical con la ayuda de Pedro G. Romero, en el proceso de documentación y creación, y con la del guitarrista Alfredo Lagos, para reconstruir el espíritu de la época de Juanma (como le llama el gran Gualberto), principalmente la década de los 70. Precisamente en el muro de Gualberto, el guitarrista y sitarista nos regalaba unos versos inéditos del poeta: «Nunca me comprenderás, porque yo soy un soñador y tu no sabes soñar».
Revolviendo papeles y cajones me encontré con un Ozono de la segunda etapa de la revista. Hojeando el ejemplar descubro que escribí una reseña del «Hijos de agobio» de Triana. La sorpresa fue doble. Porque no recordaba haberla escrito ni que hubiese colaborado con la revista en ese segundo ciclo. De hecho un mes después entré en CBS (en Epic concretamente). Tenía 21 años (cumplidos en febrero) y ya era mayor de edad (entonces la mayoría estaba en los 21). Ya me habían declarado «no apto» para el servicio militar.
Respecto a la crítica me llama la atención, para bien, que se le dedicase una pagina entera a este magnífico segundo disco de Triana. Y no me gusta como la termino. Acaba un poco bruscamente. Quizás la frase final fuese un párrafo aparte y por problemas de espacio se incorporase al penúltimo. No sé, el caso es que no me convence. Tenía que haber rematado mejor la faena.
Estuve presente en toda la grabación de «Hijos del agobio» y siempre me apunto el mérito de «Sr. Troncoso«, con esa guitarra eléctrica final de Antonio García de Diego a sugerencia mía.
La portada de la revista es muy buena. Un orgullo y todo un honor haber sido parte del equipo fundacional de la misma.
Asumo que ya conocen la noticia del fallecimiento de Joao Gilberto, el creador de la bossa nova con el tema «Chega de saudade«. El año pasado conmemoramos los 60 años de esta canción. Y señalaba en el post dos curiosidades que la significan: la de Joao Gilberto no era la versión original (fue la de Elizete Cardoso, unos meses antes) y la autoría corresponde a Antonio Carlos Jobim (música) y Vinicius de Moraes (letra). Ambas grabaciones (Cardoso y Gilberto) fueron producidas por Jobim. La que pegó fue la de Joao Gilberto, por su forma de cantar y tocar la guitarra (la batida). Las dos características que se convirtieron en santo y seña del nuevo estilo (que revolucionó al jazz estadounidense). No es frecuente que las innovaciones de un interprete, en este caso por partida doble (cantar y tocar), se impongan al compositor de la obra. Joao Gilberto lo consiguió.
Joao Gilberto había participado como arreglista (junto a Jobim) en la grabación original de Cardoso. Para la suya prescindió de la orquestación y creó un ambiente minimalista, que era lo que diferenciaba (además de los acordes disonantes de Gilberto) a la bossa de su ritmo madre, la samba. Es decir, estamos ante un asunto bíblico: el padre (Jobim), el hijo (bossa nova) y el espíritu santo (Gilberto).
La repercusión de la bossa en el jazz (del que bebieron tanto Jobim como Gilberto y otros) tuvo varios nombres propios. Los de Joao Gilberto, su esposa Astrud y Jobim, por parte del país de origen, y Stan Getz, Quincy Jones, Charlie Byrd y Dizzy Gillespie, como primeros espadas estadounidenses. (La película «Orfeo negro» de Marcel Camus, basada en una obra teatral de Vinicius de Moraes con música de Jobim, también tuvo bastante que ver: Palma de Oro en Cannes y Óscar a la Mejor Película Extranjera de 1959 con una banda sonora de Jobim, principalmente, y de Luiz Bonfá).
El álbum que grabaron Getz y Gilberto, editado en 1964, dio a conocer a la chica de Ipanema (cantada con Astrud) y ganó el Grammy al Mejor Álbumdel Año1965 (el primer disco no estadounidense en lograrlo así como el primero de jazz en conseguirlo). Por su parte «The Girl From Ipanema» obtuvo el Grammy a Disco del Año. Colegas esto sí es un éxito en EEUU!!!
Un nombre más, el del argentino Lalo Schifrin (presente en la primera escena rocanrolera de Buenos Aires en los 50), pianista y director musical durante años de Gillespie (y quien introdujo al maestro del jazz en el nuevo ritmo). La grabación en directo «Dizzy On The French Riviera» de 1962, producida por Quincy Jones, es paradigmática: con arreglos de Schifrin incluye un par de temas de Jobim («Chega de Saudade» y «Desafinado«) además del clásico de la música popular brasileña «Pau de Arara«, del gran Luiz Gonzaga. El video corresponde a una grabación para la BBC de 1966. La formación del quinteto (probablemente la mejor que tuvo Dizzy Gillespie) es:
Saxo: James Moody
Piano: Kenny Barron
Contrabajo: Christopher Wesley White
Bateria: Rudy Collins
Trompeta: Dizzy Gillespie
El único contacto directo que he tenido con Joao Gilberto fue por teléfono. Durante el Mundial de España (!982). He escrito sobre ello en este blog y para Jot Down. Les dejo con un extracto referido a esta anécdota.
Telê no es por Tele quien fuera batería de Triana, es por el entonces seleccionador brasileño.
A través del muro de FB del Manglis (Luis Cobo Álvarez) recuerdo que se cumplen 30 años del fallecimiento de Jesús de la Rosa «el grande» de Triana. Hubo un encuentro en el cementerio de Villaviciosa de Odón donde está enterrado. Ahí también se encuentran los restos de Tele (Juan Jose Palacios), el batería del trío. He tomado prestadas ambas fotos (gracias Manglis).
Decir a estas alturas que Triana ha sido uno de los grupos más importantes de la historia del Pop–Rock español es una obviedad (están en todo lo alto junto a Brincos o Radio Futura, por citar tan solo 2 ejemplos).
Desde aquí mi más sentido homenaje para ambos y un enorme abrazo para Eduardo, quien supongo sigue en su retiro de Caños de Meca.
P.D.: Si se han tenido tiempo de ver el video habrán visto que Jesús cuenta brevemente quien era el Sr. Troncoso. En el blog de Manuel Corrales Scota nos relatan su historia completa. Por mi parte apunté unas pinceladas sobre la grabación de la canción en un post del Siglo de canciones referido a 5 temas en los que intervine.
Rafa Martínez del blog El auricular digital me pidió colaborar en su serie “5 canciones en la vida de…”. Ayer lo subió y lo traigo hoy a “Un siglo de canciones”, rompiendo un poco la línea habitual de esta sección. Se puede leer ahí o aquí a continuación:
Mis 5 canciones (por Adrian Vogel)
Normalmente el componente emocional es básico a la hora de seleccionar canciones. Solemos recurrir a esos temas que forman parte de la banda sonora de nuestra vida. Llevo más de un año comprobándolo en mi blog con la serie “Un siglo de canciones”, un espacio abierto –como este- a la colaboración espontánea. Y aprovecho a animaros y solicitar vuestras aportaciones.
Espero que el criterio seguido sea de vuestro agrado. Porque lo habitual es refrescar nuestra memoria musical con hechos y eventos de la infancia o adolescencia e incluso de nuestra madurez; un amor o la ruptura que tanto nos marcó; un logro o una decepción; etc. No lo toméis como un afán por ser original pero he pensado que -dado mi perfil- lo más conveniente sería darle un toque “profesional”. Esas canciones que de alguna manera dejaron huella o marcaron mi trayectoria en el mundo de la música.
“Like A Shot”
La primera vez que entré profesionalmente en un estudio de grabación fue con Burning, en 1975 con su segundo single. Contenía dos canciones originales de la banda: “Like A Shot” en la Cara A y “Rock and Roll” en la B. Es también una de las pocas veces que mi nombre aparece en los créditos de producción (como coproductor junto a Gonzalo García Pelayo, fundador del sello Gong). Algunos de los temas de estos primeros sencillos fueron incluidos en el ya mítico primer “Viva el Rollo”. Un proyecto impulsado por Mariskal Romero, en el que también colaboré en la producción. El álbum recogía el espíritu de una época y también de una ciudad. Y que a mediados de los 70 marcaba los años que empezamos a vivir peligrosamente. Burning fueron la banda sonora de esos tiempos.
Hace uno años el sello Munster reedito estos primeros 45s en un pack doble y me pidieron escribir los textos. Lo podéis leer pinchando aquí.
He encontrado en youtube una versión que grabaron en directo de “Like A Shot” para Radio Nacional (emisora donde algunos de nosotros colaborábamos):
“Sr. Troncoso”
Jesús de la Rosa tenía suficientes canciones para comenzar a grabar un nuevo LP de Triana. Movieplay –propietaria del sello Gong- no estaba muy por la labor. Pero nosotros –el sello y la banda- estábamos convencidos. El primer disco se estaba empezando a mover finalmente: lento pero seguro. Y el calendario de actuaciones se iba apretando poco a poco. Se trataba de aprovechar los huecos y meterse en el estudio. Triana estaban empeñados en autoproducirse, lo cual no encajaba demasiado bien en los planes de Gonzalo García Pelayo. De alguna forma serví de formula de compromiso. El grupo eran amigos y yo sería el enlace con la compañía.
“Hijos Del Agobio” era un álbum más denso y complicado que el anterior. “Sr. Troncoso” debía servir de oxigeno. Pero los arreglos y la superposición de pistas grabadas (¡qué obsesión tienen los artistas con grabar todas las pistas!) no cumplían con el propósito. La canción estaba cargada del ambiente y la atmosfera de los demás temas. Sugerí eliminar todo, manteniendo sólo las guitarras acústicas y las percusiones. Aquello cogió otro color. Y ya puestos y viendo a Antonio García de Diego en la sesión comenté “por qué no aprovechamos a este excelente guitarrista y le pedimos un solo a lo “Stairway To Heaven” de los Zeppelin”. A los tres Triana se les iluminó la cara y Antonio se lució a la eléctrica.
“La Saeta”
A principios de 1981 Raimundo Fagner irrumpió en mi vida. Y en 1998 se convirtió en padrino de mi único hijo. A principios de los 80 trabajaba en CBS España y Fagner era artista de CBS Brasil, dirigida por Tomás Muñoz (había sido el fundador de la compañía en España y llevaba instalado unos meses en Río de Janeiro).
Raimundo llegaba con la idea de grabar un álbum europeo (en París y Lisboa). Le llevamos a un festival flamenco en Alcalá de Henares (cartel de primera con Camarón, Lole y Manuel, Manzanita, etc.). Se volvió loco. Cambio sus planes: ¡quería grabar un álbum español! Y nos pusimos manos a la obra. “Traduzir-se” fue el resultado final. El disco incluía varias colaboraciones: «Verde» con Manzanita; grabamos “La Leyenda Del Tiempo” con Camarón (la primera vez que el de la isla cantaba con alguien); había un guiño a la América de habla hispana (una canción de Pablo Milanés fue la elegida para el dúo con Mercedes Sosa); y por supuesto “La Saeta” con Joan Manuel Serrat, el primer dueto que Serrat grababa en castellano. En su Web se puede leer que esta versión es la mejor: “Probablemente la mejor versión grabada hasta hoy del mítico tema de Antonio Machado musicado por Joan Manuel Serrat. Un extraordinario experimento que nos ha quedado como palpable demostración del talento de los dos intérpretes.”
“Take This Waltz”
Después de pasar cinco años en la central de CBS en Nueva York volví a Madrid, en 1986. Dirigía la cia. Manolo Díaz, uno de los primeros cantautores que hubo (en los 60), compositor de éxito (suyas son muchas canciones de Los Bravos), productor y ejecutivo discográfico de relieve y además pionero de los cultivos tropicales en España (Motril).
Conocedor de mi afinidad con Leonard Cohen me pidió una gestión: estaba preparando un proyecto sobre el Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y quería contar con Cohen. El álbum congregaba a lo más florido de la canción de autor de Europa. El bueno de Leonard sería la guinda y elevaría la dimensión del disco. El canadiense aceptó encantado –su hija se llama Lorca– y eligió el poema “Pequeño vals vienes”. “Take This Waltz” fue su adaptación del texto del poeta granadino.
Meses más tarde vino a Madrid para la presentación del álbum y viajamos a Granada, para visitar la casa-museo de Lorca y rodar un documental al respecto (se convirtió en el videoclip que podréis ver más abajo).
Tras mi salida de CBS monté Compadres. De todos los líos en los que me metí quisiera destacar la vuelta de Carlos Berlanga al mundo de la música. Gracias a Pablo Sycet contacté con él y nos pusimos de acuerdo rápidamente. Las maquetas de las canciones nuevas eran muy buenas.
“Indicios” fue el titulo del álbum. Y a fecha de hoy está considerado por la crítica como uno de los mejores discos de la historia del pop español (entre los 10 mejores de los 90). Editado cuatro años después de su primer disco en solitario –que no tuvo ninguna repercusión- se quedó a las puertas del disco de oro (entonces eran 50.000 unidades; con los parámetros de hoy lo hubiese conseguido).
Y aquí si que me ha sido difícil elegir un tema. Tengo tantas favoritas. Casi todas. Al final me he decidido por la que fue el primer single “Indicios De Arrepentimiento”.
Ayer tarde al lago fui
Con la intención de conocer
Algo nuevo.
Nos reunimos allí
Y todo comenzó a surgir
Como un sueño.
Me ha costado varios meses armarme de valor y ponerme a escribir sobre “En El Lago”. Esta canción junto a las otras que conformaban el primer LP de Triana y el segundo, “Hijos Del Agobio”, fueron parte importante de la banda sonora de mi vida de mediados de los 70. Como lo fueron todos los momentos (inolvidables) que pase con ellos (en Madrid, Burgos, Sevilla, Barcelona, Sta. Coloma y Canet). Hago mías las palabras de Miguel Ríosdel documental de Diego A. Manrique, con motivo de los 25 años de la muerte de Jesús de la Rosa Luque.
El accidente que le costó la vida a Jesús –a la vuelta de un concierto benéfico en el País Vasco– me pilló viviendo en Nueva York. A mi regreso a España (1986) Eduardo ya estaba en Caños y alguna vez (pocas) nos volvimos a ver. Tele seguía por aquí y nos reencontramos bastantes años después. Y dentro de las distancias, que marca el tiempo y nuestras respectivas obligaciones, nos manteníamos en contacto. Y de repente él también se fue…
Por 1974 andaba yo en Onda 2 y el “Para Vosotros Jóvenes” de RNE, que dirigía Carlos Tena. Asimismo –junto a Antonio Gómez y Julio Palacios– formé parte del equipo de Gong, la etiqueta creada por Gonzalo García Pelayo para Movieplay (ahí se editaron a Lole y Manuel, Triana, la nova trova cubana, los chilenos, una colección de Blues, los primeros Burning, Pau Riba, etc.).
Triana tenían un amplio bagaje anterior como músicos (lo cuentan ellos mismos aquí). Teddy Bautista, quien les produjo dos temas (fueron el primer single), había intentado colocarlos en varias compañías. Sin ningún resultado hasta que contactó con Gonzalo. Inmediatamente los fichó: se editó el sencillo y se empezó a grabar el primer álbum, hoy conocido como “El Patio”.
Movieplay no creía en el proyecto. Así que dentro de nuestras modestas posibilidades lo movimos entre nuestros reducidos círculos. Algunos (compañeros) críticos fueron receptivos y apoyaron y a otros –la mayoría- les espantó, por las connotaciones flamencas (algo todavía mal visto entre los rockeros de la época).
En lo que a mi respecta ya era un converso al flamenco. Gracias a la labor de Gonzalo y a la incipiente amistad con los Triana. Quienes a su vez eran amigos de Paco de Lucía, Paco Cepero, Pansequito, Lebrijano y sobre todo de Camarón. Las que se formaban cuando el de la isla venía a Madrid eran de órdago. El llorado Hilario Camacho también se apuntaba.
¿Por qué he elegido en “En El Lago”? Siempre me fascinó. Hay algo hipnótico en ella. La ponía mucho en la radio (y “Abre La Puerta” también). Me evoca muchas sensaciones. Me lleva a otros lugares. Lo cual tampoco es extraño porque se supone que es un tripi de acido (e imagino que el lago es el de la Casa de Campo, lugar que frecuentábamos).
¿Podría haber escogido otra”? Sí, claro. Varias. Entre ellas “Señor Troncoso” por ejemplo, ya que el arreglo es una idea mía (o más bien del “Stairway To Heaven” de los Zeppelin). Pero al final siempre vuelvo a “En El Lago”. Hasta grabé una versión con Remedios Amaya en su primer o segundo disco (Epic). Con el paso del tiempo la canción se ha inmortalizado. Y es que a muchos les pasaba como a mí. Y la han interpretado desde Martirio hasta Manolo García pasando por Medina Azahara o Ketama.
Si me permiten una sugerencia dediquen 20 minutos de su tiempo y visionen este reportaje de Los Reporterosde Canal Sur sobre Triana. Me lo agradecerán. Mientras se deciden les dejo con una actuación en TVE donde les acompaña Manuel Rosa (a quien conocía de la grabación de “La Leyenda Del Tiempo” de Camarón y posteriormente de Alameda, a los que fiché para Epic).